BESORAT MATAY
La Buena Nueva
Según Mateo
de
un antiguo manuscrito hebreo
Traducido del idioma original
y diligentemente comparado y
revisado con traducciones anteriores,
por
James Scott Trimm
Traducción y Subtítulos
de Yosef Aharoni
«Cuán hermosos sobre los montes son los pies
del que trae buenas nuevas, que publica shalóm,
que trae buenas nuevas del bien, que publica salvación,
que dice a Sión: ‘¡Tu Elohim reina!’»
-Isaiah 52:7
Hebrew New Testament Research Institute
Post Office Box 471
Hurst, Texas 76053
Editorial Hebraica
Puerto Rico
2005
GLOSARIO
Bar – Hijo de (arameo)
Bat – Hija de
Bet din – «Casa de juicio,» la corte del Sanhedrín
Ben – Hijo de (hebreo)
Gue Hinóm – Guehena o Crematorio, infierno
Goy / goyím – Gentil / gentiles, o nación / naciones
Kohén / kohaním – Sacerdote / sacerdotes
Kohén gadól – Sumo sacerdote
Kohaním guedolím – Sumos sacerdotes
Natsratí – Nazareno
Parush / perushím – Fariseo / fariseos, literalmente «separado»
Pésaj – Pascua
Rúaj ha-kódesh – Espíritu santo
Shabát – Sábado, reposo
Shalóm – paz, saludo común hebreo
Shalóm alekhém – Paz a ustedes
Shalóm lekhá – Paz a ti
Talmíd / talmidím – Discípulo, estudiante de Toráh
Toráh – Enseñanza, instrucción, ley, el Pentateuco (cinco libros de Moshé)
Tsedukím – Saduceos, secta judía que rechazaba la ley oral
Tsitsít – Flecos que se usaban en el manto según la Toráh (Núm. 15:37-41)
Yahwéh – «El-Que-Es,» Nombre Divino, erróneamente transcrito como «Jehová»
Yod . La letra hebrea más pequeña
RECONOCIMIENTOS
Deseo reconocer a la Biblioteque Nationale, de París, por suplirme este manuscrito, y por concederme permiso para imprimirlo. Específicamente deseo reconocer al Sr. Gavel en esa institución por su ayuda personal en obtener el manuscrito que presentamos aquí.
También deseo reconocer a Stephen Gogan, quien pasó varias horas ayudándome en lecturas comparativas, lo cual resultó en la sección de Relación con Otros Manuscritos.
—James Scott Trimm
NOTA A LA EDICIÓN CASTELLANA
Esta edición en idioma español es una edición de prueba con miras a perfeccionar el manuscrito con el fin de someterlo luego al autor para su consideración. De modo que toda sugerencia y corrección de los lectores es bienvenida.
—José Aharón Alvarez
CONTENIDO
Introducción
Historia del Manuscrito
¿Traducción o Composición?
Autógrafo Mateo Hebreo Documentado
Otros Manuscritos Hebreos/Arameos
Lecturas Notables
Notas de Traducción
Relación con Otras Versiones
Besorát Matay
Glosario
INTRODUCCIÓN
En años recientes se ha dedicado gran esfuerzo a restaurar la judeidad del Nuevo Testamento. Esta restauración ha estado acompañada por la toma de conciencia por parte de muchos eruditos de que el griego NO era el idioma del pueblo, del lugar, ni del tiempo del Nuevo Testamento. De hecho, Los judíos del primer siglo en Israel hablaban y escribían hebreo y arameo. El propósito de Instituto de Investigación del Nuevo Testamento Hebreo/Arameo es investigar , documentar, traducir, y publicar los más antiguos y mejores manuscritos hebreos/arameos del Nuevo Testamento. Nuestra meta actual, la cual esperamos alcanzar en un año, es completar una edición crítica de estos manuscritos, y publicar una traducción basada en el texto compilado. En el futuro, esa traducción podría ser seguida por versiones interlineales así como por una concordancia/léxico. Una de las metas principales de este esfuerzo es hacer disponibles materiales para echar un fundamento para una erudición hebreo-aramea del Nuevo Testamento.
Es nuestra esperanza que usted se beneficie de nuestros esfuerzos.
James Scott Trimm
Hebrew New Testament Research Institute
Mayo 24, 1990 (Iyar 29, 5750)
HISTORIA DEL MANUSCRITO
La historia de este manuscrito, desafortunadamente, es una historia de «extorsión» más que de «exploración.» El manuscrito fue «descubierto» por Jean Du Tillet en el 1553. Por esa razón la versión se conoce como «DuTillet».
Este manuscrito No es la misma versión que la de «Shem Tob,» (también conocida como la versión de «Evan Bohan»), aunque tiene una relación estrecha con la versión de Shem Tob, como se muestra en otro lugar de este volumen. La versión de Shem Tob ha sido publicada recientemente por George Howard (véase Lecturas Sugeridas) y debería ser de igual interés.
Esta versión fue obtenida en el 1553 por Jean DuTillet, Obispo de Brieu, en agosto 12 del 1553, a petición de Pietro, Cardenal de Caraffa, el Inquisidor General (que más tarde llegaría a ser el Papa Paulo IV). EL Papa Julius III firmó un decreto prohibiendo el Talmud en Roma. El decreto fue ejecutado en septiembre 9 del 1553 (en Rosh Hashanáh), y todo lo que pareciera al Talmud (esto es, todo lo que estuviera escrito en letras hebreas) fue confiscado. Jean DuTillet, quien estaban visitando Roma en ese tiempo, aprovechó el momento para «adquirir» este manuscrito hebreo de Mateo (que fue seguido por una serie de reprensiones rabínicas). Jean Du Tillet regresó a Francia con este «descubrimiento» donde permanece en la Biblioteque Nationale, de París, hasta día como Manuscrito Hebreo No. 132.
Siendo que este manuscrito data solamente de la Edad Media, es «viejo» pero muy seguramente no «antiguo». El texto contenido dentro de este manuscrito parece, sin embargo, ser de origen antiguo. El texto tiene una relación estrecha con varias versiones antiguas que permanecieron perdidas hasta el siglo 19. Una de esas versiones antiguas es un manuscrito arameo que data del siglo 4. Como se muestra en otro lugar de este volumen, muchas evidencias internas señalan también hacia un origen pre-griego de este texto. Aunque el manuscrito es viejo pero antiguo, el texto mismo es muy ciertamente de origen antiguo.
TRADUCCIÓN O COMPOSICIÓN?
Aquí es donde yo voy a hacer mi caso, de la evidencia interna, de que el texto contenido en este manuscrito es una composición hebrea y no una traducción del griego, estableciéndose así que, aunque el manuscrito es viejo, el texto es antiguo.
La primera y más obvia evidencia para una composición hebrea más bien que griega, es la presencia del nombre YHWH (el nombre de Dios). El nombre YHWH se expresa en este manuscrito como tres yudóts (yods) en un triángulo. Este símbolo para Yhwh se encuentra también en algunos manuscritos hebreos deSabiduría de Ben Sirákh. La aparición del nombre YHWH es de gran significado, porque NO aparece en el Mateo Griego y, por lo tanto, no pudo haber sido traducido del Mateo Griego. Si esta fuera una traducción del Mateo Griego, hallaríamos el hebreo «Adonáy» (Señor) por el griego «Kúrios» (Señor) en todas partes, pero el griego «Kúrios» (Señor) nunca se traduciría como YHWH. Sin embargo, si el griego se hubiera traducido del hebreo, sería una práctica común sustituir YHWH por el título griego «Kúrios» (Señor), porque por respeto al Nombre, YHWH se vierte comúnmente al griego como «Señor», y no se translitera. Así parece que nuestro texto hebreo No podría haber sido traducido del griego, sino debe anteceder al griego.
La próxima evidencia de que nuestro hebreo antecede al griego se encuentra en la genealogía de Yeshúa en el capítulo uno. El texto debería contener tres conjuntos de 14 nombres (Mat. 1:17), sin embargo el griego sólo contiene los siguientes nombres en el último conjunto:
1. Shealtiél
2. Zerubavél
3. Avijúd
4. Elyakím
5. Azúr
6. Tsadók
7. Yakhín
8. Elijúd
9. El’azár
10. Matán
11. Ya’akóv
12. Yoséf
13. Yeshúa
Esta discrepancia nos tomó por sorpresa, ya que el texto indica que DEBERÍA haber 14 nombres (Mat. 1:17). Nuestro texto hebreo, sin embargo, contiene 14 nombres en el último conjunto. En el verso 13 vemos el nombre que falta, «Avnér», entre «Avijúd» y «Elyakím». Siendo que «Avnér» se ve en hebreo semejante a Avijúd,» parece que un escriba descuidado volvió a mirar la lista y prosiguió después de «Avnér» confundiéndolo con «Avijúd». Este error de escribano muestra claramente que el texto hebreo vino ANTES del texto griego, el cual se afectó por el error del escriba posterior
La siguiente evidencia interna se encuentra en la «Parábola del Sembrador» /Mat. 13:3-9, 18-23), que trata primariamente de la «semilla» más bien que del «sembrador.» Sin embargo, el griego llama a esta parábola la «parábola del SEMBRADOR» (Mat. 13:18). La palabra hebrea aquí puede leerse en cualquiera de dos maneras, dependiendo de las vocales (que no están escritas en este manuscrito). Se puede leer «zarúa» (sembrador) o «zará» (semilla). El contexto requiere que traduzcamos la palabra aquí como «semilla». (El más antiguo manuscrito hebreo/arameo que contiene vocales (la Peshita) lee «zará» (semilla). En el griego, sin embargo, «sembrador» es «speiro» y «semilla» es «sperma,» palabras completamente diferentes. Aun si la lectura DEBIERA ser «sembrador» (y el contexto está contra esto) la única explicación adecuada para la variación entre la lectura «semilla» en la Peshita aramea y la lectura «semilla» en el griego, sería si ambos vinieran de un predecesor hebreo/arameo común. Así encontramos otra vez evidencia de que el hebreo antecede al griego.
Otra evidencia interna de que nuestro manuscrito hebreo antecede al griego, son los juegos de palabras hebreos. En Mat. 1:17 se nos señalan tres conjuntos de 14 generaciones, porque Yeshúa es el hijo de DAVID (Mat. 1:1) y en hebreo, «David» es una expresión matemática del 14, así Yeshúa es el hijo del 14 (Mat. 1:1, 17). En Mat. 2:23 leemos que el Profeta (más correctamente que el griego «los profetas») predijo que el Mesías sería llamado [de] Nazaret, o en hebreo, «Natséret,» que está escrito sin vocales como «NTSRT». Ningún profeta hizo semejante predicción, sin embargo Yeshayáhu (Isaiah) predijo que el Mesías sería llamado «Netsér» (Renuevo) Isa. 11:1), que se escribe sin vocales como «NTSR». Así Mat. 2:23 es un juego de palabras hebreo. Otro juego de palabras hebreo se encuentra en Mat. 11:7, donde se hace referencia a Yojanán (Juan) como «una vara movida por el viento.» La palabra para vara aquí es «kaná,» palabra similar a «kanae,» la palabra hebrea para zelote. Otro juego de palabras se encuentra entre las palabras «kets,» (fruto de verano) (Mat. 24:32) y «kats,» (fin) (Mat. 24:14). El mismo juego de palabras hebreo puede hallarse en el Tanákh (Antiguo Testamento) (Amós 8:1). Resulta claro por varios juegos de palabras que este texto fue compuesto en hebreo, no traducido del griego. De hecho, muchos pasajes (como Mat. 2:23) ni siquiera pueden entenderse en griego.
Finalmente, la relación que este texto tiene con una versión hebrea/aramea (véase Relación con Otras Versiones) que estuvo perdida hasta tiempos modernos, y que no pudo estar disponible para un editor en la Edad Media, prueba que este texto tiene su origen con ella, en tiempos antiguos, y no es el producto de un traductor de la Edad Media que tradujo del Mateo Griego.
Resulta claro por una inmensa evidencia interna que este texto es de hecho de origen antiguo, y que de ningún modo puede ser una traducción del griego, sino que fue compuesto en hebreo, y de hecho antecede al texto griego.
AUTOGRAFO MATEO HEBREO DOCUMENTADO
La evidencia interna de que el Mateo Griego fue originalmente compuesto en hebreo es extensa, y no se puede cubrir aquí. En lugar de eso, he incluido una lista bajo el tema de evidencias internas. He incluido también una sección que cubre las evidencias internas que se encuentran dentro del texto hebreo. En esta sección presentaré una serie de citas que dan evidencia externa de un autógrafo hebreo de Mateo.
PAPIAS (estudiante de Juan citado por Eusebio, 150-170 EC)
«Mateo compuso las palabras en el dialecto hebreo, y cada cual tradujo como pudo.» (Eusebio, Hist. Ecle. 3:39)
IRENEO (estudiante de Juan, 150.170 EC)
«Mateo también produjo un evangelio escrito entre los hebreos en su propio dialecto…» (Ireneo, Contra las Herejías, 3:1)
ORÍGENES (citado por Eusebio, 210 EC)
«El primero [evangelio] está escrito según Mateo, el mismo que fue una vez colector de impuestos, pero después un emisario de Yeshúa el Mesías, quien habiéndolo publicado para los creyentes judíos, lo escribió en hebreo.» (Eusebio, Hist. Ecle. 4:25)
EUSEBIO (315 EC)
«Mateo también, habiendo proclamado primero el evangelio en hebreo, cuando al punto de ir también a otras naciones, lo puso por escrito en su lengua nativa, y así suplió la falta de su presencia para ellos por medio de sus escritos.» (Eusebio, Hist. Ecle. 3:24)
«Pantenus…penetró tan lejos como la India, donde se informa que halló el evangelio según mateo, que había sido entregado antes de su llegada a alguien que tenía el conocimiento del Mesías, a quien Bartolomé, uno de los emisarios, como se dice, había predicado, y les había dejado ese escrito de Mateo en letras hebreas.»(Eusebio, Hist. Ecle. 5:10)
EPIFANIO (370 EC)
«Ellos [los Nazarenos] tienen el evangelio según Mateo muy completo, en hebreo, porque este evangelio se preserva ciertamente entre ellos como fue escrito primeramente, en letras hebreas.» (Epifanio, Panarion 29:9:4)
JERÓNIMO (382 EC)
«Mateo, quien es también Leví, y de colector de impuestos vino a ser un emisario, primero de todos los evangelistas, compuso un evangelio del Mesías en Judea en el idioma y caracteres hebreos, para beneficio de los de la circuncisión que habían creído, quién lo tradujo al griego no es suficientemente seguro. Además, el hebreo mismo se preserva hasta este día en la biblioteca de Cesarea, la cual el mártir Pamfilus tan diligentemente coleccionó. También me permitieron los nazarenos que usan ese volumen en la ciudad siria de Boroea copiarlo. En el cual hay que notar que, siempre que el evangelista…hace uso de los testimonios de la antigua Escritura, no sigue la autoridad de los setenta traductores [la Septuaginta], sino la del hebreo [el Texto Masorético]. (Jerónimo, De Hombres Ilustres 3)
«Pantenus encontró que Bartolomé, uno de los doce emisarios, había predicado allí [en India] el advenimiento de nuestro Señor Yeshúa el Mesías según el evangelio de Mateo, que estaba escrito en letras hebreas, y el cual, al volver a Alejandría, trajo consigo.» (Jerónimo, De Vir. 3:36)
ISHODAD (850 EC)
«Su libro [de Mateo] estaba en existencia en Cesarea de Palestina, y todo el mundo reconoce que él lo escribió con sus manos en hebreo…» (Ishodad,Comentario sobre los Evangelios)
NOTA FINAL A UN ANTIGUO MANUSCRITO ARAMEO DE MATEO
(La Peshita) (Finales del siglo 5)
«Culminación del Santo Evangelio según lo publicó Mateo; y el cual publicó en hebreo, en la tierra de los Palestinos.»
OTROS MANUSCRITOS HEBREOS/ARAMEOS
DEL NUEVO TESTAMENTO
SHEM TOB / EVAN BOHAN (Hebreo)
La versión Shem Tob de Mateo existe en varios manuscritos, y muchos están enlistados abajo:
Biblioteca Británica, Add. No. 26964
Ms. Heb. 28, Biblioteca de Rijksuniveriteit, Leiden
Ms. Mich. 119. Biblioteca Bodeleian, Oxford
Ms. Opp. Add. 4′ 72. Biblioteca Bodeleian, Oxford
Ms. 2426 (Marx 16) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América,
Nueva York.
Ms. 2279 (Marx 18) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América,
Nueva York.
Ms. 2209 (Marx 19) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América,
Nueva York.
Ms. 2234 (Marx 15) Biblioteca del Seminario Teológico Judío de América,
Nueva York.
Ms. Mich. 137. Biblioteca Bodeleian, Oxford
Esta versión de Mateo fue transcrita por Shem Tob Ben Yitzack Ben Shaprut en su polémica obra Evan Bohan alrededor del 1380 EC. George Howard publicó recientemente esta versión de Mateo de estos manuscritos, bajo el título El Evangelio de Mateo Según un Texto Hebreo Primitivo. George Howard hizo un excelente trabajo en demostrar que esta versión es una composición hebrea más bien que una traducción del Mateo Griego.
DU TILLET (Hebreo)
La versión Du Tillet de Mateo existe en sólo un manuscrito: Biblioteca de Nacional, París, Ms. Hebreo No. 132.
Esta versión de Mateo fue obtenida por Jean Du Tillet en el 1553 EC, y muestra evidencia interna de ser una composición hebrea, más bien que una traducción del Mateo Hebreo. Siendo que es el tema y contenido de este volumen, no revisaré el contenido aquí.
BUENAS NUEVAS DE LOS FARISEOS / ANTIGUO SIRIACO (Arameo)
Esta versión de los cuatro Evangelios existe en dos manuscritos:
Syrus Sinaiticus No. 30 (siglo 4) y
Museo Británico, Add. 30 14,451 (Curetonius) (siglo 5).
El manuscrito del siglo 5 fue descubierto en el 1842 en el Valle del Lago Natron, Egipto, por el Dr. William Cureton. Este manuscrito es se llama oficialmenteCodex Syrus Curetonianus, o más comúnmente, El Curetón, y se cataloga Museo Británico Add. No. 14451. Este manuscrito es tan viejo como algunos de los más viejos manuscritos griegos, incluyendo al Codex Alexandrinus, el Codex Ephraemi, y el Codex Bezae.
El manuscrito del siglo 4 fue descubierto en febrero del 1892 en el Monte Sinai por la Sra. Agnes Smith Lewis. Este manuscrito se conoce oficialmente comoCodex Syrus Sinaiticus, pero a menudo se le llama simplemente El Sinaítico. Está catalogado como Mt. Sinai Syriac No. 30. Este manuscrito es tan viejo como los manuscritos griegos completos más viejos en existencia, siendo de igual edad que el Codex Vaticanus y el Codex Sinaiticus griego.
Aunque esta versión (en ambos manuscritos) se llama el Viejo Syriaco (syriaco es arameo), la versión misma se titula claramente La Buena Nueva de los Fariseos. Muchas evidencias internas indican que esta versión antecede al texto griego.
LA PESHITA (Aramea)
La Peshita es el texto estándar para gran parte de la Iglesia Ortodoxa Oriental, especialmente entre las ramas de la Edad Media. Mientras que la Iglesia Católica Occidental reclama el Textus Receptus griego como el texto estándar, gran parte de la Iglesia Oriental, designó a la Peshita aramea (siriaca) como el texto estándar del Nuevo Testamento. Si el movimiento protestante hubiera salido de la Iglesia Oriental en vez de la Occidental, el Protestantismo probablemente estaría, en general, argumentando en favor del arameo en lugar del griego. Tenemos sobre 350 manuscritos antiguos de la Peshita (que datan de los alrededores del siglo 5) y George Lamsa tiene un buen argumento para afirmar que la Peshita aramea antecede al texto griego (o tal vez debo decir, se basa en un texto hebreo o arameo que antecede al griego).
4Q246 (Arameo)
El 4Q246 es un fragmento pequeñito encontrado entre los Rollos del Mar Muerto en el 1952. Este fragmento está actualmente en posesión de Joseph Tadeusz Milik. El fragmento antecede al año 70 EC y contiene una aparente lectura de Lucas 1:35 en arameo. Este fragmento es, por lo tanto, el MÁS ANTIGUO fragmento/manuscrito del Nuevo Testamento. Su más cercano competidor es un fragmento griego conocido como el Fragmento de Ryland localizado en la Biblioteca de John Ryland, Manchester, Inglaterra. El Fragmento de Ryland es un fragmento griego de Juan que data de alrededor del 130 EC. El 4Q246, sin embargo, se cree que antecede a la destrucción de Jerusalem en el 70 EC. Mientras el Fragmento de Ryland fue hallado en Egipto, el 4Q246 fue hallado a unas pocas millas de Jerusalem.
EL JUDAIKÓN
El Judaikón es una antigua versión judía de Mateo que ya no existe, pero llega a nosotros en la forma de un grupo de notas marginales halladas en ciertos manuscritos griegos descubiertos por Tischendorf (quien también descubrió el Codex Sinaiticus (griego), el más antiguo manuscrito griego). Esas 13 notas se encuentran en los Códices Tischendorf 566, 899, y 1424, que datan desde el siglo 9 hasta el siglo 13. Esas notas dan lecturas griegas alternas que aparentemente están en estrecho acuerdo con una versión judía (hebrea/aramea). El Judaikón concuerda con la Buena Nueva Según los Hebreos en uno de sus fragmentos (en Mateo 18:22) y concuerda con nuestros demás manuscritos (enlistados previamente) en varios otros lugares.
LECTURAS NOTABLES
1:1 «Estas son las generaciones de Yeshúa, el hijo de David, el hijo de Avraham.»
Esta línea de apertura es EXACTAMENTE la misma de la versión Shem Tob, ambas omiten «el Mesías.»
1:13 «Avijúd engendró a Avnér, Avnér engendró a Elyakím,»
Este décimocuarto nombre (Avnér) falta en la lista del griego, la cual tiene solamente 13 nombres en esta última lista, aunque el texto indica que debería haber 14 (Mat. 1:17). «Avnér» y «Avijúd» son muy semejantes en hebreo (en hebreo la «D» y la «R» son muy semejantes en apariencia). Un escriba descuidado aparentemente volvió a mirar al nombre equivocado, omitiendo accidentalmente a «Avnér.»
1:21 «…y llamarás su nombre Yeshúa [salvación], porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados.»
Este versículo pierde su poder y significado en griego.
1:23 «Miren, la virgen concebirá…»
Aquí y en todas partes nuestro manuscrito hebreo generalmente sigue al Texto Masorético, más bien que a la Septuaginta, cuando cita del Tanákh. Esto concuerda con el Mateo Hebreo que tenía Jerónimo: «[Hablando del Mateo Hebreo] en el cual ha de notarse que, siempre que el evangelista…hace uso de los testimonios de la antigua Escritura [el Tanákh], no sigue la autoridad de los setenta traductores (la Septuaginta], sino la del hebreo [Texto Masorético].» (Jerónimo, Hombres Ilustres 3).
Como resultado, la palabra hebrea que se halla en esta cita del Tanákh (Isa. 7:14) es ALMÁH. Surge una controversia sobre cómo debe traducirse esta palabra. La Septuaginta (traducción griega del A.T. de alrededor del año 300 AEC) traduce ALMÁH aquí como PARTHENÓS (virgen). La mayoría de los traductores vierten ALMÁH como «virgen» (incluyendo la Biblia en Lenguaje Moderno, versión de la Universidad de Bérkeley). Sin embargo, la mayoría de las versiones judías rabínicas traducen esta palabra como «doncella.» El contexto aquí ciertamente IMPLICA «virgen» y los manuscritos arameos leen BETULÁH (virgen).
2:1 «Magos»
Esta lectura es muy seguramente incorrecta; probablemente deberíamos leer «sabios» con la Buena Nueva de los Fariseos así como con un manuscrito de Shem Tob.
2:5 «Yahudáh»
El Mateo Hebreo que tenía Jerónimo concordaba con «Yahudáh» más bien que con «Yahudéa.»
«Bet Léjem de Yahudéa»: Este es un error de los escribas, porque creo que originalmente fue expresado por el evangelista como lo leemos en el hebreo, «de Yahudáh,» no «Yahudéa» [Jerónimo, Sobre Matt. 2).
TODOS nuestros manuscritos hebreos y arameos concuerdan con esta lectura.
2:23 «…y fue a morar en la ciudad de Natséret; para cumplir lo que habló la boca del profeta, que sería llamado [de] Natséret [Renuevo]».
TODOS nuestros manuscritos hebreos y arameos leen «profeta» aquí, opuesto al griego, que lee «profetas.» Siendo que la profecía mencionada aquí fue emitida por un solo profeta, nuestra lectura semítica es más exacta.
La versión de Shem Tob concuerda EXACTAMENTE en la inusual lectura «Natséret» (Nazarét) más bien que las versiones arameas que leen «Natsratí» (Nazareno) en armonía con el griego. En cualquier caso, éste es un juego de palabras. En ninguna parte ninguno de los profetas predijo que el Mesías sería llamado «Natséret» (Nazarét), sin embargo hay una profecía de que sería llamado «Netser» (Renuevo) (Isa. 11:1).
3:16 «…como la semejanza de una paloma»
Esta lectura concuerda con el Evangelio Según los Hebreos, versión de Mateo usada por los Evioním (Ebionitas) en el siglo 4 [Epifanio, Panarión 30:13:7] así como manuscrito arameo del siglo 4 Buena Nueva de los Fariseos.
5:22 omite «sin causa»
Una nota marginal en un antiguo manuscrito griego descubierto por Tischendorf, lee «La frase ‘sin causa’ falta en algunas copias así como en el Judaikón [versión judía].» Esa frase se omite también en la versión Shem Tob.
8:8 «Pero el centurión respondió y dijo, ‘Maestro, no estoy listo para que entres bajo mi techo»
Este centurión era probablemente Cornelio (Hechos 10:1). Si es así, entonces él era un «gentil justo,» que guardaba la alianza Noájica (Gen. 9 y Hechos 15) (Hechos 10:12). Siendo que él no era todavía un prosélito del judaísmo, un judío no podía entrar bajo su techo (Hechos 10:28), por eso el centurión no estaba «listo» para circuncidarse y hacerse judío.
9:6 «un hijo de hombre»
«Ben adám se traduce «un hijo de hombre» en general, mientras que «ben ha-Adám» (Mat. 9:8) se traduce «el Hijo del Hombre.»
10:5 «ciudades de los samaritanos»
TODAS nuestras versiones hebreas y arameas concuerdan en esta lectura. El griego lee erróneamente aquí «ciudad de los samaritanos» (hay muchas ciudades no una) la KJV y otras insertan la palabra «cualquiera» usualmente en itálicas para forzar el pasaje a hacer sentido, por medio de cambiar su significado.
11:2 «fortaleza»
El griego lee «prisión,» sin embargo, Josefo registra que esto era «la fortaleza Makherus» [Josefo, Antig. 18:5:2; Josefo, Guerras, 7:6:2]
11:7 «una vara sacudida por el viento»
Aquí hallamos un juego de palabras entre «karae» (vara) y «kará» (zelote).
11:25 «Te doy gracias»
El griego aquí lee literalmente «Te confieso…» Sin embargo, un manuscrito griego antiguo descubierto por Tischendorf contiene la siguiente nota marginal: «ElJudaikón [versión judía]: Te doy gracias.» Esto concuerda también con la lectura de la versión aramea Buena Nueva de los Fariseos.»
14:3 «la esposa de su hermano»
EL griego lee aquí «la esposa de su hermano Felipe.» Esto es un error, ya que el nombre del hermano era Herodes, no Felipe [Josefo, Antig. 18:5:1].
23:3 «Así que todo lo que les digan, háganlo y cúmplanlo»
Probablemente la lectura original de este verso era una cita de Deut. 17:10.
24:32 «fruta de verano»
Que este es el fraseo original es claro, la palabra hebrea aquí puede significar también «verano» (como leemos en el griego) o «higos» del cual se habla específicamente aquí. Este es un juego de palabras entre «kets» (fruta de verano) y «kats» (fin) (24:14). Este mismo juego de palabras aparece en el Tanákh (Antiguo Testamento) (Amós 8:1).
26:17 «Y en el día antes de la Fiesta de los Inleudos…»
Esto está en armonía con el resto de Mateo (Mat. 27:62, con Juan (Jn. 19:14), así como con el Talmúd (b. Sanh. 43a).
27:9 «el profeta Yirmeyahu»
Este es el único manuscrito hebreo/arameo que lee «Yirmeyahu» (Jeremíah). Esto es claramente un error, ya que la cita acompañante atribuida a Jeremiah es de Zacariah (Zac, 11:12-13), aunque una profecía similar aparece en Jeremiah (18:2; 19;2, 11; 32:6-9). Shem Tob lee aquí «Zekharyáh» (Zacariah), excepto uno de los manuscritos de shem Tob que lee «el profeta.» Los manuscritos arameos de La Buena Nueva de los Fariseos leen «el profeta» como hace la versión arameaPeshita.
27:16 «Bar Rabáh»
Esto añade una dimensión totalmente nueva al significado de este manuscrito. Mientras nuestros demás manuscritos concuerdan con el griego en leer «Bar Abá» (hijo del padre), este manuscrito lee «Bar Rabáh» (hijo de mucho). Esto contribuye mucho a explicar una afirmación hecha por Jerónimo concerniente al Mateo Hebreo que él había obtenido de los Nazarenos:
«Este Bar Abá , en La Buena Nueva Según los Hebreos, se interpreta «hijo de su maestro» [Jerónimo, Sobre Matt. 27:16).
Así que «Bar Abá,» como aparece en esta versión, debía haber leído «Bar Rabán» (hijo de un maestro), pareciendo muy similar a nuestra lectura aquí de «Bar Rabáh.» Este semejanza nos ofrece claramente un «eslabón perdido» entre en hebreo La Buena Nueva según los Hebreos que Jerónimo había obtenido de los nazarenos, y nuestros otros manuscritos hebreos/arameos, y hasta los griegos.
27:27 «y lo entregó a ellos»
Evidentemente se refiere a los soldados goyím (Vea Mat. 20:19).
27:46 «Mi Elohím, mi Elohím, ¿por qué me has desamparado.»
Esta es una combinación del Salmo 22:1 y el Salmo 42:9.
NOTAS DE TRADUCCIÓN
He tratado de preservar en esta traducción el sabor judío tan evidente en el hebreo (por ejemplo, el uso común que hace el manuscrito del término «el mundo venidero»). Para lograr ese fin, he dejado intactos varios términos judaicos que se encuentran en el original hebreo, tales como «bet din,» «tsitsi,» y «talmid.» Al final de este volumen hay un glosario para ayudar con estos términos. Además, los nombres propios se han dejado en su forma hebrea.
En este manuscrito Yeshúa se escribe a veces «Yeshúa» y a veces «Yeshú.» Consecuentemente he vertido el nombre como «Yeshúa.
El Tetragrama (YHWH) aparece constantemente en este manuscrito como tres yudót (yods) alineadas en una formación triangular; he vertido esto en inglés con el término «HaShem,» y en español como «Yhwh.»
Algunas otras traducciones son dignas de explicación. He vertido «goy/goyim» a veces como «goy/goyim» y a veces como «nación/naciones.» La palabra es la misma en hebreo pero diferente en español, como resultado, usted puede leer estas palabras de cualquiera de las dos maneras en que aparecen. He tratado de verterlas al español según el contexto lo mejor posible. El término usado para «virgen» en este manuscrito es «almáh» más bien que betuláh.»
Como en la mayoría de las ediciones, los corchetes [ ] indican material que no está en el manuscrito. Las notas marginales del Tanákh (Antiguo Testamento) está enumeradas, y la letra negrita indica material de referencia (excepto en Mat. 27:37). Sin embargo, una palabra en negrita puede que no indique que la misma palabra aparece en el Texto Masorético, aunque este es usualmente el caso. Las notas marginales identificadas con letras para el Nuevo Testamento indican un lugar donde nuestro texto sigue algún otro libro del Nuevo Testamento de forma más cercana que el Mateo Griego. Todas las demás notas se indican por un asterisco *.
RELACIÓN CON OTRAS VERSIONES
La innegable relación entre nuestras diversas versiones hebreas/arameas prueba que estos manuscritos forman una Familia de manuscritos. A mi mejor conocimiento, soy el primero en establecer la existencia de esta Familia y, por lo tanto, nombré a esta Familia «S» por «Semítico.» El vasto número de lugares en los que las diversas versiones de la Familia S difieren del griego, juntos, prueban que tienen una inter-relación independiente del griego. Siendo que la siguiente tabla muestra solamente variaciones con el griego, da una falsa indicación de que Du Tillet está más estrechamente relacionado con Shem Tob que el Fariseos, pero esto no es necesariamente cierto, ya que Du Tillet y Fariseos están más estrechamente relacionados con el Griego que Shem Tob. Esta relación no se expresa en la tabla Siendo que la relación que guarda Du Tillet con cada versión tiene su propio significado, cada cual se discutirá por separado.
La relación que guarda Du Tillet con Shem Tob es importante porque nos dice que, mientras Du Tillet no es un manuscrito de la versión Shem Tob, está aun relacionado con Shem Tob. Du Tillet y Shem Tob a menudo concuerdan de manera inusual (como en 2:23 y 3:11). Tales lecturas en común están más allá de la coincidencia. Tanto Du Tillet como Shem Tob muestran evidencia de una composición hebrea, y tienen muchas lecturas (como juegos de palabras) que son claramente más viejas que el griego. Probando que estas dos versiones están relacionadas, lo que nos permite buscar las «mejores» lecturas de ambos.
La relación que guarda Du Tillet con la Buena Nueva de los Fariseos es sorprendente. El manuscrito Du Tillet data solamente de la Edad Media, sin embargo su relación con Fariseos prueba que el texto de Du Tillet data de una fecha muy anterior. Esta relación indica que el manuscrito Fariseos data del siglo 4 pero que estuvo perdido hasta que fue descubierto en el siglo 19. La única manera en que el texto Du Tillet pudiera tener una relación con el texto Fariseos es si esa relación data de tiempos antiguos, ya que Fariseos era desconocido en la Edad Media. Esta relación prueba que, aunque el manuscrito Du Tillet es simplemente viejo, el texto Du Tillet es de origen antiguo.
La relación que guarda Du Tillet con la Peshita es primariamente a través de su relación con Fariseos. Es aparente que la Peshita es una obra derivada de La Buena Nueva de los Fariseos. Du Tillet, sin embargo, no pudo haber tomado sus lecturas en común con Fariseos de la Peshita porque Du Tillet tiene mucho más en común con Fariseos que con la Peshita.
Du Tillet tiene además alguna relación con ciertas versiones que ahora existen solamente en fragmentos. Aunque Du Tillet en sí mismo tiene solamente una relación menor con éstos, es principalmente porque ellos existen solamente en unos pocos fragmentos, La Familia S en general tiene una relación MUY estrecha con esas pocas citas.
Esas obras fragmentarias son:
La Buena Nueva según los Hebreos (Versión Nazarena)
Ésta se supone que fue una versión hebrea o aramea de Mateo que era usada por los Nazarenos. Esta versión existe en un número de fragmentos tomados de los «Padres de la Iglesia» y otros comentadores antiguos, así como de un fragmento hallado en forma de nota marginal en un manuscrito del siglo 13 llamado Arora.
La Buena Nueva según los Hebreos (Versión Ebionita).
Ésta se supone que fue una versión hebrea de Mateo usada por los Ebionitas. Los Ebionitas (Evioním) se habían separado de los Nazarenos para seguir a Evión el apóstata. Esta versión existe solamente en fragmentos tomados de los «Padres de la Iglesia.»
El Judaikón
Esta era una versión judía de Mateo que existe ahora solamente en forma de una serie de notas marginales en algunos manuscritos griegos (vea la sección sobre Otros Manuscritos). Hace tiempo que se ha reconocido que esta versión guarda una estrecha relación con la versión Nazarena enlistada anteriormente.
La relación de Du Tillet con esas versiones ofrece un testimonio adicional de su antiguo origen.
Los siguientes símbolos se usan en la tabla de variaciones del Mateo Griego.
ST = Shem Tob
BdF = Buena Nueva de los Fariseos
BdFs = Buena Nueva de los Fariseos (Manuscrito Sinaítico)
BdFc = Buena Nueva de los Fariseos (Manuscrito Curetonio)
P = Peshita
J = Judaikón
N = Buena Nueva a los Hebreos (Nazareno)
E = Buena Nueva a los Hebreos (Ebionita)
TABLA DE VARIACIONES DEL MATEO GRIEGO, EN LAS QUE
DU TILLET CONCUERDA CON OTROS MANUSCRITOS HEBREOS
Y ARAMEOS
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LUGAR VARIACIÓN VERSIÓN
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1:1 El libro de › Estas son ST
1:1 – el Mesías ST
1:19 entregarla a la muerte ST
1:20 – del Señor ST
1:22 + Isaiah BdF
2:1 Yehudea › Yehudáh ST, BdF, P, N
2:7 + a ellos ST, BdF, P
2:12 + mensajero ST
2:23 profetas › profeta ST, BdF, P
2:23 nazareno › Nazaret ST
3:11 fuego del rúaj ha-qódesh ST
3:15 – entonces le permitió ST
3:16 en la semejanza de una paloma BdFs, E
4:1 Satán ST, BdFc
4:3 – a él ST, P
4:5 Satán ST
4:8 Satán ST, BdFs
4:11 Satán ST
4:23 dolor BdFs
4:24 – Siria BdFs
5:1 él › Yeshúa P
5:13 – bajo sus pies BdF
5:22 – sin causa ST, J
5:25 – en cualquier momento ST, BdF, P
5:32 se casa › toma ST, BdF, P
5:35 + de sus pies ST, BdF, P
5:45 bien y mal › mal y bien ST, BdF, P
6:5 + ya ST
6:6 – y cuando ustedes tienen ST, BdF, P
6:7 multiplicar palabras ST
6:11 cotidiano › continuo/de mañana (N) ST, BdF, P, N
6:13 + jamás BdF, P
6:14 + sus pecados ST
6:19 gusano / oruga ST
7:5 – verás claramente para ST, BdF
7:11 + busquen ST
7:14 -porque ST, BdF, P
7:21 + entrará en el reino de los cielos ST, BdF
7:29 + perushím BdF, P
8:6 siervo › hijo ST, P
8:16 por su palabra solamente ST
8:18 + sus talmidím BdFc
8:21 – Señor ST
8:26 él › Yeshúa P
8:28 él › Yeshúa P
8:30 cerca ST
9:1 él › Yeshúa ST
9:8 hombres › el Hijo del Hombre ST
9:10 comían con Yeshúa P
9:13 lo que está escrito ST
9:15 cámara › novio ST
9:18 + Maestro ST
9:35 – y aldeas ST
9:38 + cosecha / cosechadores ST
10:2-3 Felipe y bar Talmay…
Yaaqóv…y Yojanán… ST
10:5 ciudad › ciudades ST, BdF, P
10:10 – ni cartera ST
10:12 + shalom ST, BdF, P
10:16 sencillos como palomas BdF
10:24 no [hay] talmid ST, BdF, P
10:42 cualquiera › el que ST
11:18 poseído ST
11:23 tal vez ST
11:25 te confieso › te agradezco BdF, J
12:22 – (segundo: ciego y mudo) ST
12:29 uno › un hombre ST
12:30 el que › cualquiera ST
12:50 hermano…hermana ›
hermanos…hermanas ST, BdF
13:3 + su semilla ST
13:5 una roca / la roca BdF, P
13:18 sembrador › semilla ST, BdF, P
13:22 + de Elohim ST
13:22 engaño › codicia / deseo ST
13:27 (cizaña) vino ST
13:28 + un hombre (que es) BdF
13:35 de tiempos antiguos ST, BdF
13:36 Yeshúa › él BdF
13:39 Satán ST, P
13:44 – otra vez BdF
13:51 – Señor ST, BdF
13:55 del carpintero › del herrero ST
14:2 poder BdF, P
14:7 + de él ST
14:12 + sus talmidím ST
14:14 – Yeshúa ST, BdF
14:21 – acerca ST, BdF, P
14:24 + a ellos BdF
15:36 + de pan BdFc
16:5 + mar ST
16:11 pan › hogazas ST
16:13 Hijo del Hombre (en 3a persona) BdF
16:18 contra ella › contra ti ST
17:2 + la apariencia de su rostro BdF
17:2 luz › nieve ST, BdF
17:9 + ustedes han visto ST
17:11 Yeshúa › él ST, BdFs
17:20 y no se les ocultará ST
17:24 tributo › dracma BdF, P
17:26 Yeshúa › él ST, BdFs
18:6 ahogado › arrojado ST
18:14 perezca › se pierda ST, BdF
18:20 + en todo lugar ST
18:26 rogaba ST
18:35 cada uno › cada hombre ST
19:16 tenga vida eterna › adquiera
vida en el mundo venidero ST
19:18 + contra tu prójimo ST
19:28 segundo / nuevo nacimiento BdF
20:7 – y recibirás lo que sea justo ST, BdF
20:12 y el calor del día › del día
y del calor ST, BdF, P
20:15 no me es lícito › no tengo derecho BdF
20:23 [dar] + a ti ST, BdF
20:26 – entre ustedes ST, BdF
20:34 sus ojos recibieron vista › vio ST, BdF
21:2 – aldea ST
21:33 cultivar › cultivadores P
21:37 + tal vez ST, BdF, P
21:38 herencia será de ustedes BdF
22:4 engordados › gansos / aves ST
22:5 granja › aldea ST
22:7 + con fuego ST, BdF
22:10 + que estaban sentados / comiendo ST
23:5 – con uno de sus dedos BdFs
23:16 se condena / peca BdF
23:23 + verdad ST
23:25 exceso › impureza ST, BdF
23:27 a los [hijos de los] hombres ST
24:2 Yeshúa › él ST, BdF, P
24:8 dolores de parto › plagas ST
24:13 el que › cualquiera que ST
25:30 inútiles › de vagos ST
26:3 palacio › sala / patio ST, BdF, P
26:3 – escribas ST, BdF
26:7 – alabastro ST, BdF, P
26:20 + a la mesa ST
26:29 + cielo / + del cielo (ST)
+ de Elohim (P) ST, P
26:36 lugar › aldea ST
26:36 gat › gue ST, BdF, P
26:48 él › Yehudáh BdF, P
26:58 + y entró en la casa ST
26:63 no respondió nada ST
26:64 [poder] de Elohim ST
26:67 + [segundo] rostro /mejillas ST, BdF
26:71 pórtico › puerta / entrada ST, BdF
27:4 inocente › justo BdF
27:5 + con una soga (ST) / cáñamo
+ estranguló (BdF, P) ST
27:16 Bar Abás › Bar Rabáh / Bar Rabán N
27:18 envidia › odio ST, P
27:26 entregaron a Yeshúa › a él ST, BdF
27:27 – [2o] los soldados ST, BdF, P
27:32 madero de ejecución › patíbulo ST
27:40 madero de ejecución › patíbulo ST
27:56 Miryam [Bat] Yaaqóv BdF
28:1 final › tarde BdF
28:3 – blanco como ST, BdF
28:9 saludo › shalom P
28:15 – informaron ST, BdF, P
28:20 – Amén ST
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Aunque la anterior tabla no es exhaustiva, demuestra una relación general entre las versiones de esta Familia S.
BESORÁT MATAY
1
Estas son las generaciones de Yeshúa, el hijo de Dawid, el hijo de Avraham:
2 Avraham engendró a Yitsjaq; Yitsjaq engendró a Yaaqov; Yaaqov engendró a Yahudah y a sus hermanos; 3 Yahudah engendró de Tamar a Pérets y a Zéraj; Pérets engendró a Jetsrón; Jetsrón engendró a Ram; 4 Ram engendró a Aminadav; Aminadav engendró a Najshón; Najshón engendró a Salmón; 5 Salmón engendró de Rajab a Bóaz; Bóaz engendró de Rut a Obed; Obed engendró a Yishay; 6 Yishay engendró al rey Dawid.
Dawid engendró a Shelomoh, de la que fue esposa de Uriyah; 7 Shelomoh engendró a Rehavam; Rehavam engendró a Abiyah; Abiyah engendró a Asá; 8 Asá engendró a Yahoshafat; Yahoshafat engendró a Yoram; Yoram engendró a Uziyahu; 9 Uziyahu engendró a Yotam; Yotam engendró a Ajaz; Ajaz engendró a Yejizqiyahu; 10 Yejizqiyahu engendró a Menasheh; Menasheh engendró a Amón; Amón engendró a Yoshiyahu; 11 Yoshiyahu engendró a Yekanyah y a sus hermanos en el exilio a Bavel.
12 Yekanyah engendró a Shealtiel; Shealtiel engendró a Zerubavel; 13 Zerubavel engendró a Abijud; Abijud engendró a Avner; Avner engendró a Elyakim; Elyakim engendró a Azur; 14 Azur engendró a Tsadoq; Tsadoq engendró a Amón; Amón engendró a Elijud; 15 Elijud engendró a Elazar; Elazar engendró a Matán; Matán engendró a Yaaqov. 16 Yaaqov engendró a Yosef, esposo de Miryam, de la cual nació Yeshúa, llamado el Mesías.
17 De manera que todas las generaciones desde Avraham hasta Dawid son catorce generaciones, [y desde Dawid hasta el exilio a Babel son catorce generaciones,] y desde el exilio a Babel hasta el Mesías son catorce generaciones.
Nacimiento de Yeshúa
18 El nacimiento de Yeshúa el Mesías fue así: Después que su madre Miryam estaba comprometida con Yosef, antes de que se unieran, se halló que ella estaba encinta por el espíritu santo. 19 Yosef su esposo era un hombre justo y, no queriendo entregarla a la muerte, ni descubrirla, sólo tenía en su corazón dejarla secretamente. 20 Pero mientras él pensaba en esto, un mensajero se le apareció en sueños y le dijo: «Yosef, hijo de Dawid, no temas recibir a Miryam tu esposa, porque lo que nacerá de ella es del espíritu santo; porque del espíritu santo está embarazada. 21 Y mira, ella dará a luz un hijo; y lo llamarás Yeshúa, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados.»
22 Todo esto sucedió para cumplir lo que habló Yhwh por medio del profeta Yeshayahu, diciendo: 23 «Miren, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Imanuel [con nosotros está el Poderoso].»
24 Entonces Yosef despertó del sueño, e hizo como el mensajero de Yhwh le había mandado, y la recibió como su esposa. 25 Pero no cohabitó con ella hasta que ella dio a luz a su hijo, el primogénito, y le puso por nombre Yeshúa.
Sabios procedentes del oriente
2
Después que nació Yeshúa en Bet Léjem, ciudad de Yahudah, en los días del rey Herodes, sucedió que unos sabios vinieron del oriente a Yerusha-láyim, 2 preguntando: «¿Dónde está el rey de los yahuditas, que ha nacido? Porque vimos su astro desde el oriente y hemos venido a rendirle homenaje.»
3 Cuando Herodes oyó esto, se llenó de ira, él y toda Yerushaláyim con él. 4 Y después de convocar a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías. 5 Y ellos le dijeron: «En Bet Léjem de Yahudah, porque así lo dijo la boca del profeta: 6 “Y tú, Bet Léjem, Efratah, que eres pequeña para estar entre las tribus de Yahudah, de ti me saldrá uno para ser gobernante en Yisrael”.»
7 Entonces Herodes llamó privadamente a los sabios, y los interrogó minuciosamente sobre el tiempo en que le apareció el astro. 8 Luego los envió a Bet Léjem y les dijo: «Vayan y busquen diligentemente al niño; y cuando lo encuentren, háganmelo saber, para que yo también vaya y le rinda homenaje.»
9 Ellos, después de oír al rey, se fueron; y sucedió que el astro que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando vieron el astro, se llenaron de una gran alegría.
11 Cuando entraron en la casa, hallaron al niño con Miryam su madre, y postrándose le rindieron homenaje. Después abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.
12 Y sucedió que, cuando dormían, el mensajero se les apareció y , diciendo: “Cuídense de no volver donde Herodes a Yerushaláyim;” así que se fueron y regresaron a su país por otro camino.
Huida a Mitsráyim
13 Después que ellos se fueron, sucedió que el mensajero de Yhwh se le apareció en sueños a Yosef, diciendo: «Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Mitsráyim y reside allí; y quédate allá hasta que yo vuelva a ti; porque Herodes está buscando al niño para matarlo.»
14 Entonces Yosef se levantó e hizo que le había dicho el mensajero, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Mitsráyim. 15 Allí estuvo hasta la muerte de Herodes; para cumplir lo que habló Yhwh por medio del profeta, que dijo: “De Mitsráyim llamé a mi hijo.”
16 Entonces Herodes, al verse burlado por los sabios, se enojó muchísimo y mandó matar a todos los niños varones en Bet Léjem y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los sabios.
17 Entonces se estableció lo dicho por medio del profeta Yirmeyahu, (sobre quien haya paz) que dijo: 18 “Una voz se oyó en Ramah; lamento y amargo llanto; Rajel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse por sus hijos, porque ya no existen.»
Regreso a Natséret
19 Después de muerto Herodes, sucedió que el mensajero de Yhwh se le apareció en sueños a Yosef en Mitsráyim, 20 diciendo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y ve a Érets Yisrael, porque han muerto los que procuraban quitarle la vida al niño.»
21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en Érets Yisrael. 22 Pero, cuando oyó que Arquelao reinaba en Yahudah en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y advertido en sueños, fue a la región del Galil; 23 y fue se estableció en la ciudad de Natséret; para cumplir lo dicho por boca del profeta, que había de ser llamado [de] Natséret [Rama].
Yojanán el Inmersor
3
En aquellos días fue llamado
Yojanán el Inmersor, y predicaba en el desierto de Yahudah diciendo: 2 «Arrepiéntanse de sus vidas, porque se ha acercado el reino de los cielos.»
3 Éste es aquel de quien habló Yesha-yahu, diciendo: “Una voz clama en el desierto: «Preparen el camino del Yhwh; enderecen en el desierto una senda para nuestro Elohím.» 4 Y el vestido de Yojanán era de pelo de camello, con un cinturón de cuero a la cintura; y su comida era la langosta y miel silvestre.
5 Entonces iban donde él gente de Yerushaláyim y de Yahudah y de toda la región del Yardén, 6 y él los sumergía en el río Yardén cuando confesaban sus pecados.
7 Pero cuando vio que muchos de los perushím y de los tsedukím venían a recibir su inmersión, les decía: «¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? 8 Produzcan frutos que demuestren su arrepentimiento; 9 y no digan entre ustedes: ‘Tenemos a Abraham por padre.’ Porque yo les digo que aun de estas piedras puede Elohím levantarle hijos a Abraham. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: todo árbol que no dé buen fruto lo cortarán y lo echarán al fuego. 11 Yo solamente los sumerjo en agua por su arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyas sandalias no soy digno de llevar, es más poderoso que yo, y él los sumergirá en el fuego del espíritu santo. 12 Tiene su aventador en la mano, y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en fuego inextinguible.»
La inmersión de Yeshúa
13 En aquel tiempo Yeshúa vino del Galil al Yardén, a Yojanán, para que él lo sumergiera. 14 Pero Yojanán le hablaba diciendo: «Yo necesito que tú me sumerjas, ¿y tú vienes a mí?» 15 entonces Yeshúa le respondió diciendo: «Permítelo ahora, porque en esto es una obligación que cumplamos con toda justicia.» Entonces se lo permitió y lo sumergió.
16 Después de sumergirse, Yeshúa subió en seguida del agua; entonces los cielos se le abrieron, y vio el espíritu de Elohím que bajaba de los cielos como la semejanza de una paloma y venía sobre él. 17 Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»
La tentación en el desierto
4
Entonces el espíritu llevó a Yeshúa
al desierto de Yahudah para ser tentado por Satán. 2 Y cuando hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre.
3 Y cuando llegó el Tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Elohím, manda que estas piedras se hagan pan.» 4 Pero Yeshúa respondió y dijo: «Está escrito: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Yhwh vivirá el hombre.»
5 Entonces Satán lo llevó a la ciudad santa, lo puso sobre una torre del templo, 6 y le dijo: «Si eres Hijo de Elohím, échate abajo, porque ciertamente está escrito: A sus mensajeros les dará encargo acerca de ti, para guardarte en todos tus caminos, y en las palmas de sus manos te llevarán, para que no tropieces tu pie con una piedra.» 7 Pero Yeshúa le respondió y le dijo: «También está escrito: No tentarás a Yhwh tu Elohím.»
8 Otra vez Satán lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria; 9 y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.» 10 Entonces Yeshúa le dijo: «Vete, Satán, porque escrito está: A Yhwh tu Elohim adorarás, y a él solo servirás.»
11 Entonces Satán lo dejó, y enseguida vinieron unos mensajeros y se pusieron a servirle.
Su obra en el Galil
12 Cuando Yeshúa oyó que a Yojanán lo habían apresado, regresó al Galil. 13 Y dejando a Natséret, fue y habitó en Kefar Najum (que es una ciudad marítima en la región de Zebulún y Naftalí) 14 para establecer lo que habló la boca del profeta Yeshayah, que dijo: 15 «Tierra de Zebulún y tierra de Naftalí, camino del mar, al otro lado del Yardén, el Galil de los gentiles. 16 El pueblo que andaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que moraban en la región de sombra mortal, una luz los iluminó.»
Sus primeros talmidím
17 Desde entonces Yeshúa comenzó a proclamar y a decir: «¡Vuélvanse, vuélvanse en arrepentimiento, porque se ha acercado el reino de los cielos!»
18 Y mientras Yeshúa andaba por la orilla del mar del Galil, Yeshúa vio a dos hermanos: a Shimón, al que llamaban Kefá, y a su hermano Andrés. Estaban echando una red en el mar, porque eran pescadores. 19 Y les dijo: «Síganme, y los haré pescadores de hombres.» 20 Y enseguida ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
21 Cuando salió de allí, vio a otros dos hermanos, Yaaqov Ben Zavday y Yojanán su hermano, en un barco con su padre Zavday, arreglando sus redes, y los llamó. 22 En seguida ellos dejaron el barco y a su padre, y lo siguieron.
Comienzo de su ministerio
23 Yeshúa recorría todo el Galil enseñando en las sinagogas de ellos, anunciando el reino y sanando toda clase de enfermedad y dolencia en el pueblo. 24 Y el informe sobre él se extendió por todo el pueblo, y le llevaban todos los que tenían enfermedades físicas, o que habían caído en diversas enfermedades y dolores, y los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y él los sanaba. 25 Lo siguieron grandes multitudes del Galil, y de Diez Pueblos, y de Yerusha-láyim, y de Yahudah y del otro lado del Yardén.
El sermón en el monte
5
Cuando Yeshúa vio las multitudes,
subió al monte; y cuando se sentó, se le acercaron sus talmidím. 2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles, diciendo:
3 «Felices los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 «Felices los que lloran, porque ellos recibirán consuelo.
5 «Felices los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
6 «Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7 «Felices los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.
8 «Felices los puros de corazón, porque ellos verán a Elohím.
9 «Felices los pacificadores porque a ellos los llamarán hijos de Elohim.
10 «Felices los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 «Felices ustedes cuando los insulten y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, falsamente. 12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes.
13 «Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se salará? No sirve ya para nada, sino para tirarla fuera y que la pisotee la gente.
14 «Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede esconder. 15 Tampoco se obtiene una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Así debe alumbrar la luz de ustedes delante de la gente, para que vean sus buenas obras y honren a su Padre que está en los cielos.
17 «No piensen que yo vine para anular la Toráh o los Profetas. No he venido a anular, sino a cumplir. 18 En verdad les digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una yod ni una tilde pasará de la Toráh hasta que toda se hayan cumplido.
19 «Y a cualquiera que anule uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a la gente, se lo considerará el más pequeño en el reino de los cielos. 20 Y les digo que si su justicia no sobrepasa la justicia de los perushím y los escribas, no entrarán en el reino de los cielos.
Interpretaciones de la Torah
21 «Ustedes oyeron que se les dijo a los antiguos: “No cometerás asesinato;” y cualquiera que cometa asesinato será culpable en el juicio. 22 Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será culpable en el juicio. Cualquiera que le llame ‘inicuo’ a su hermano será culpable ante el Sanhedrín; y cualquiera que lo llame ‘impío’ se expondrá al fuego del Gue Hinóm.
23 «Y si llevas tu ofrenda al altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y después vuelve y presenta tu ofrenda.
25 «Reconcíliate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. 26 En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
27 «Ustedes oyeron que se dijo a los antiguos: “No cometerás adulterio.” 28 Pero yo les digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te ofende, sácalo y échalo de ti. Porque te conviene más que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al Gue Hinóm. 30 Y si tu mano derecha te pone ofende, córtala y échala de ti. Porque te conviene más que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al Gue Hinóm.
31 «También se dijo sobre cualquiera que se divorcia de su esposa, que “debe escribirle un certificado de divorcio, y dárselo, y enviarla de su casa.” 32 Pero yo les digo que todo el que repudia a su esposa, a no ser por causa de fornicación, la expone a cometer adulterio; y cualquiera que tome a la repudiada comete adulterio.
33 «También oyeron que se les dijo a los antiguos: “No jurarás falsamente; sino que cumplirás a Yhwh tus votos.” 34 Pero yo les digo que no juren para confirmar una palabra; ni por el cielo, porque es el trono de Elohim; 35 ni por la tierra, porque es la tarima de sus pies; ni por Yerushaláyim, porque es la ciudad del gran rey. 36 No debes jurar ni por tu cabeza, porque no tienes el poder de hacer que se vuelva blanco ni negro un solo cabello. 37 Que su ‘sí’ sea sí, y su ‘no’ sea no. Pues todo lo que va más allá de esto, procede del mal.
38 «Ustedes oyeron que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39 Pero yo les digo que no le hagan resistencia al malo; sino que si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra. 40 Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto. 41 A cualquiera que te obligue a viajar una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera pedirte prestado, no se lo niegues.
43 «Ustedes oyeron que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, háganle bien a los que los odian, y oren por los que los persiguen y los utilizan despectivamente; 45 para que se hagan hijos de su Padre que está en los cielos; quien hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si ustedes aman solamente a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen lo mismo también los transgre-sores? 47 Y si buscan la paz solamente de sus hermanos, ¿qué hacen demás? ¿No hacen eso mismo los gentiles? 48 Así que sean ustedes perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
La piedad más excelente
6
«Cuídense de practicar su justicia
delante de la gente con el fin de que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos. 2 Así que cuando hagas obras de misericordia, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. En verdad les digo que ellos ya recibieron su recompensa. 3 Pero cuando tú hagas obras de misericordia, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que tus obras de misericordia sean en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público.
5 «Cuando oren, no sea como los hipócritas, que les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y cuando oren, no multipliquen palabras como hacen los gentiles, que piensan que los escucharán por la abundancia de sus palabras. 8 Pero no sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan, antes de que le pidan.
9 «Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre, 10 venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. 11 Danos hoy nuestro pan continuo. 12 Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos de todo mal; porque tuya es la soberanía, y el poder y la gloria por todos los siglos de los siglos. Amén. 14 Porque si ustedes perdonan a los demás sus pecados, su Padre celestial también los perdonará a ustedes sus pecados. 15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco sus Padre les perdonará sus pecados.
16 «Cuando ayunen, no hagan como los hipócritas, que ponen cara triste y cambian de semblante para demostrar a la vista de los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya tienen su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, 18 para que no demuestres a la gente que estás ayunando, sino a tu Padre que está en lo secreto, quien te recompensará en público.
19 «No acumulen para ustedes riquezas en la tierra, donde la polilla y el moho devoran, y donde los ladrones se meten y roban, 20 sino acumulen para ustedes riquezas en el cielo, donde ni la polilla ni el moho devoran, y donde los ladrones no se meten ni roban; 21 porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
22 «La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; así que si tu ojo es sano [generoso], todo tu cuerpo estará en gran luz. 23 Pero si tu ojo es malo [mezquino], todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad!
La sabiduría más excelente
24 «Nadie puede servir a dos amos: porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servirle a Elohim y a Mamón.
25 «Por tanto les digo: No se afanen por sus vidas, qué van a comer o qué van a beber; ni por sus cuerpos, qué van a vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Fíjense en las aves del cielo, que no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y sin embargo su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes mucho mejores que ellas? 27 ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a un solo codo a su estatura? 28 ¿Por qué se afanan por el vestido? Consideren los lirios del campo, cómo crecen, sin embargo no trabajan ni hilan. 29 Pero les digo que ni aun Shelomoh en toda su gloria se vistió como uno de ellos. 30 Por lo tanto, si Elohim viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana la echan en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
31 «Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Qué nos pondremos?’ 32 (Porque los gentiles buscan todas esas cosas) porque su Padre que está en los cielos sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. 33 Más bien, busquen primeramente el dominio de Elohim y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. 34 Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.
7
«No juzguen, para que no los
juzguen a ustedes; no condenen, para que los condenen a ustedes. 2 Porque con el juicio con que juzguen los juzgarán, y con la medida con que midan los medirán.
3 «¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no ves la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿Cómo dirás a tu hermano: ‘Permíteme, hermano, que te saque la paja de tu ojo’ cuando tienes una viga en el tuyo? 5 Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la paja del ojo de tu hermano.
6 «No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.
7 «Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay entre ustedes que, al hijo que le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O al que le pide pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?
12 «De modo que, todo lo que quieran que los hombres hagan por ustedes, así también hagan por ellos, porque en esto consiste la Toráh y los Profetas.
13 «Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. 14 Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
15 «Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero que bajo su ropa están tan llenos de engaño como lobos feroces. 16 Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol malo da malos frutos. 18 Un árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede un árbol malo dar buenos frutos. 19 Pero ciertamente todo árbol que no da buen fruto lo cortan y lo echan en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conocerán.
21 «No todo el que me dice ‘Maestro, Maestro’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese entrará conmigo en el reino de los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: ‘Maestro, Maestro, nosotros profetizamos en tu nombre, en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchas obras poderosas.’ 23 Entonces les declararé: ‘Nunca los conocí. ¡Apártense de mí, obradores de iniquidad!’
24 «Así que, cualquiera que me oye estas palabras y las practica, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. 25 Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. Pero ella no se derrumbó, porque se había fundado sobre la roca.
26 «Pero todo el que me oye estas palabras y no las practica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. 27 Cayó la lluvia, vinieron torrentes, y soplaron vientos sobre ella, y azotaron contra la casa, y fue grande su ruina.»
28 Y sucedió que cuando Yeshúa terminó estas palabras, las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza; 29 porque les enseñaba como quien tiene habilidad propia, y no de boca de los escribas y los perushím.
Autoridad sobre las enfermedades
8
Cuando Yeshúa bajó del monte, le
siguió mucha gente. 2 Y sucedió que vino un leproso y se postró ante él diciendo: «Si quieres, puedes limpiar-me.» 3 Yeshúa extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero; queda limpio.» Y al momento quedó limpio de la lepra. 4 Entonces Yeshúa le dijo: «Mira, no se lo digas a nadie; pero ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que les mandó Moshé para testimonio.»
5 Cuando Yeshúa entró en Kefar Najum, se le acercó un centurión y le rogó 6 diciendo: «Maestro, mi hijo está postrado en casa, y es paralítico, y se aflige grandemente.» 7 Y Yeshúa le dijo: «Yo iré y lo sanaré.» 8 Pero el centurión respondió y dijo: «Maestro, yo no estoy listo para que entres bajo mi techo, pero solamente di una palabra, y mi hijo quedará sano. 9 Porque yo también estoy bajo la autoridad de otro hombre y tengo valientes bajo mi mando. Si digo a éste: ‘Ve,’ él va; si digo al otro: ‘Ven,’ él viene; y si digo a mi siervo: ‘Haz esto,’ él lo hace.»
10 Cuando Yeshúa oyó esto, se maravilló y dijo a los que lo seguían: «En verdad les digo que no he hallado una fe como esta en Yisrael. 11 Y les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se reclinarán con Avraham, Yitsjaq y Yaaqob en el reino de los cielos, 12 pero a los hijos del reino los echarán a las tinieblas de afuera. Allí será el llanto y el crujir de dientes.» 13 Entonces Yeshúa le dijo al centurión: «Ve, y como creíste te suceda.» Y su hijo quedó sano en aquella hora.
14 Cuando Yeshúa entró en la casa de Kefá, vio que su suegra estaba postrada con una continua fiebre ardiente . 15 El le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Luego ella se levantó y comenzó a servirle.
16 Al caer la tarde, le trajeron muchos endemoniados, y él, con su palabra, les expulsó los espíritus y sanó a todos los que se hallaban en mal estado, 17 para establecer lo que habló el profeta Yeshayahu, quien dijo: «Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.»
Autoridad sobre los hombres
18 Cuando Yeshúa se vio rodeado de grandes multitudes, mandó a sus talmidím que pasaran a la otra orilla del mar. 19 Entonces se le acercó uno de los escribas y le dijo: «Rabí, te seguiré a dondequiera que vayas.» 20 Yeshúa le dijo: «Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.»
21 Y otro de sus talmidím le dijo: «Maestro, permíteme que vaya y entierre a mi padre.» 22 Pero Yeshúa le dijo: «Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.»
Autoridad sobre la naturaleza
23 El entró en el barco, y sus talmidím lo siguieron. 24 Y de repente se levantó una gran tempestad en el mar, y las olas cubrían el barco, pero él dormía. 25 Y sus talmidím se le acercaron y lo despertaron, diciendo: «¡Maestro, sálvanos, que perecemos!» 26 Entonces Yeshúa les dijo: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó y ordenó a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza. 27 Los hombres se maravillaron y decían: «¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?»
Autoridad sobre los demonios
28 Después de esto, Yeshúa llegó a la otra orilla del mar, a la región de los guirgashitas, y allí le salieron al encuentro dos endemoniados que habían salido de los sepulcros. Eran violentos en extremo, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. 29 Y ellos lanzaron gritos diciendo: «¿Qué tenemos que ver contigo Yeshúa, Hijo de Elohim? ¿Por qué has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?»
30 Cerca de ellos estaba paciendo un gran hato de muchos cerdos, 31 y los demonios le rogaron diciendo: «Si nos vas a sacar de aquí, envíanos a aquel hato de cerdos.» 32 Y sucedió que todo el hato fue con prisa y con gran conmoción, y se precipitó al mar, y murieron. 33 Los que apacentaban al hato huyeron, se fueron a la ciudad y lo contaron todo, aun lo que les había pasado a los endemoniados. 34 Y sucedió que toda la ciudad salió al encuentro de Yeshúa; y cuando lo vieron, le rogaban que se fuera de sus costas.
Autoridad sobre el pecado
9
Y Yeshúa entró en el barco, y salió
de la otra orilla del mar, y llegó a su propia ciudad. 2 Y, miren, le trajeron un hombre afligido de parálisis, tendido sobre una camilla, y cuando Yeshúa vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo mío, que se te perdonan tus pecados.» 3 Y miren, los escribas dijeron entre ellos: «¡Miren, éste es un blasfemo!»
4 Y cuando Yeshúa percibió sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal en sus corazones? 5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’ o decir: ‘Levántate y anda’? 6 Pues para que sepan que un hijo de hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, –entonces le dijo al paralítico–: ¡Levántate, y toma tu camilla, y camina a tu casa!» 7 Y él se levantó y caminó a su casa. 8 Pero cuando las multitudes vieron esto, temieron y glorificaron a Elohim, quien había dado semejante poder al Hijo del Hombre.
Llama a los pecadores
9 Y al partir de allí Yeshúa, vio a un hombre sentado en la casa de los tributos, cuyo nombre era Matityahu, y le dijo: «¡Sígueme!»
10 Y sucedió que, estando sentados a la mesa en la casa, miren, muchos transgresores y pecadores entraron y comieron con Yeshúa y sus talmidím. 11 Y los perushim, al verlo, dijeron a sus talmidim: «¿Por qué su maestro come con transgresores y pecadores?» 12 Pero cuando Yeshúa oyó, respondió diciendo: «No se necesita un médico para sanar a los saludables, sino para sanar a los que están enfermos. 13 Así que vayan ustedes y aprendan lo que está escrito: ‘Yo deseo misericordia, y no sacrificio;’ porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Evidencias de cambio
14 Entonces se le acercaron los talmidim de Yojanán, diciendo: «¿Por qué [nosotros] y los perushim ayunamos a menudo, pero tus talmidim no ayunan?» 15 Y Yeshúa les dijo: «¿Pueden llorar los hijos del novio, mientras tienen al novio con ellos? Pero vendrán días cuando se les quitará el novio, y entonces ayunarán. 16 Nadie pone un parcho de tela inservible en un manto viejo, porque le quita la consistencia al manto, y la rotura se hace peor que antes. 17 Tampoco echan vino nuevo en odres gastados, porque los odres se rompen, y el vino se derrama; más bien, el vino nuevo lo echan en odres nuevos, y ambos se conservan.»
Evidencias de fe
18 Y mientras él les hablaba estas palabras, miren, se acercó cierto gobernante y se postró diciendo: «Maestro, mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.» 19 Y Yeshúa se levantó y lo siguió con sus talmidím.
20 Y miren, una mujer que tenía flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el tsitsi de su manto; 21 porque ella dijo dentro de sí: «Si solamente toco su vestido, quedaré librada.» 22 Pero Yeshúa se volvió, y cuando la vio, dijo: «Ten confianza, hija mía, que tu fe te ha librado. Y la mujer quedó librada en la misma hora.
23 Y cuando Yeshúa entró en la casa del gobernante, y vio a los flautistas y a los lamentadores del pueblo, 24 dijo: «Apártense, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme.» Y lo ridiculizaban. 25 Pero cuando sacaron a la multitud, él entró y la tomó de la mano, y dijo: «Levántate, levántate,» y la muchacha se levantó. 26 Y esta noticia se difundió por toda aquella tierra.
27 Y cuando Yeshúa pasaba de allí, lo siguieron dos ciegos, clamando y diciendo: «¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de Dawid!» 28 Y cuando él entró en la casa, los ciegos se le acercaron, y Yeshúa les dijo: «Ustedes creen que yo puedo hacer eso por ustedes?» Y ellos le dijeron: «Sí, en verdad, Maestro.» 29 Entonces les tocó los ojos diciendo: «Conforme a su fe les suceda.» 30 Y los ojos de ellos se abrieron. Y Yeshúa les encargó estrictamente: «Miren que nadie sepa esto.» 31 Pero ellos, cuando salieron, difundieron la noticia de él por toda aquella tierra.
32 Y mientras ellos salían, miren, le trajeron un hombre mudo, y poseído por un demonio. 33 Pero cuando le expulsó al demonio, él habló, y ya no era mudo. Y las multitudes se maravillaban, diciendo: «¡Nunca se vio algo así en Yisrael!» 34 Pero los perushim decían: «Por el jefe de los demonios echa fuera los demonios.»
Yeshúa y sus enviados
35 Y Yeshúa recorría todas las ciudades, enseñando en sus sinagogas, y declarando la buena nueva del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia entre el pueblo. 36 Pero cuando vio las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban cansadas y desamparadas, como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus talmidím: «Hay una cosecha abundante, pero los obreros son pocos; 38 así que ruéguenle al Dueño de la cosecha, que envíe obreros a recoger su cosecha.»
Los nombres de los Doce
10
Y cuando llamó a sus doce talmidím, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para expulsarlos, y para sanar toda enfermedad y dolencia.
2 Los nombres de los doce emisarios son éstos: El primero Shimón, llamado Kefá, y su hermano Andrés; 3 Felipe y Bar Talmay; Ya’aqóv [Ben] Zavday, y Yojanán su hermano; Tomá y Matityahu, que era un transgresor; y Ya’aqov [Bar] Jalfay, y Taday; 4 Shimón el mercader, y Yehudah de Keriot, quien lo entregó a la muerte.
Su misión bosquejada
5 Y Yeshúa envió a estos doce, y les mandó: «No vayan por el camino de los goyim, ni entren a las ciudades de los shomronitas; 6 sino vayan a las ovejas perdidas de la casa de Yisrael. 7 Vayan y clamen, diciendo: ‘Vuélvanse, vuélvanse, que el reino de los cielos está cerca.’ 8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, y echen fuera demonios. De gracia recibieron; den de gracia.
9 «No se provean ni de oro, ni de plata, ni de moneda menor en sus cintos. 10 No lleven bolsa para el camino, ni dos vestidos, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento. 11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién en ella sea honorable, y quédense allí hasta que salgan. 12 Y cuando entren en una casa, pidan por su shalom, diciendo: «Haya shalom en esta casa». 13 Y si esa casa es honorable, les devolverá el «Shalom» de ustedes. 14 Pero si alguno no los recibe, ni escucha sus palabras, salgan de esa casa o ciudad, y sacudan hasta el polvo de sus pies. 15 En verdad les digo que será más tolerable para la tierra de Sedom y de Amorah en el día del juicio, que para esa ciudad.
16 «Miren, yo los envío como a ovejas en medio de lobos; así que sean astutos como serpientes pero sencillos como palomas. 17 Cuídense de la gente, porque los entregarán a los tribunales y en las sinagogas los azotarán, 18 y los llevarán aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los goyim. 19 Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán, porque se les pondrá en la boca en esa hora lo que deben decir. 20 Pues no son ustedes los que hablarán, sino el espíritu de su Padre que hablará en ustedes.
21 «Y el hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y harán que se les dé muerte. 22 Y todos los aborrecerán por causa de mi nombre, pero el que aguante hasta el fin, éste se salvará. 23 Pero cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo que de ningún modo acabarán todas las ciudades de Yisrael hasta que venga el Hijo del Hombre.
24 «No hay talmid mayor que su maestro, ni siervo mayor que su amo. 25 Pero le basta al talmid ser como su rabí, y al siervo como su amo. Si al jefe de familia lo llamaron Báal-Zevuv, ¡cuánto más a los hijos de la casa!
26 «Así que, no les teman; porque no hay nada encubierto que no será revelado, ni oculto que no será conocido. 27 Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas. 28 Y no teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar la néfesh; más bien, témanle a aquel que puede destruir tanto la néfesh como el cuerpo en el Gue Hinom. 29 ¿No se venden dos pajaritos por una monedita? Y ni uno de ellos cae a tierra sin el [consentimiento del] Padre de ustedes. 30 Pues hasta los cabellos de las cabezas de ustedes están todos contados. 31 Así que, no teman; porque ustedes valen más que muchos pajaritos.
32 «Por tanto, a todo el que me confiese delante de la gente, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Pero a cualquiera que me niegue delante de la gente, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
34 «No piensen que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino la espada. 35 Porque yo he venido a separar al hombre de su padre, y a la hija de su madre, y a la nuera de su suegra. 36 Y los enemigos de un hombre serán los de su propia casa.
37 «Y el que ame a su padre y a su madre más que a mí no es digno de mí, y el que ame a hijo o a hija más que a mí no es digno de estar conmigo en el reino de los cielos. 38 El que no toma su patíbulo y me sigue, no es digno de mí. 39 El que halle su vida la perderá, y el que pierda su vida por mi causa la hallará.
40 «El que los recibe a ustedes, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá recompensa de justo. 42 Y el que le da de beber a uno de estos pequeñitos, aunque sea un solo vaso de agua fría, porque es mi talmid, en verdad les digo que de ningún modo perderá su recompensa.»
Yeshúa y Yojanán
11
Y sucedió que, cuando Yeshúa acabó de dar instrucciones a sus doce talmidím, se fue de allí a enseñar y a proclamar en las ciudades de ellos.
2 Cuando Yojanán oyó en la fortaleza sobre los hechos del Mesías, envió a dos de sus talmidím a preguntarle: 3 «¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?» 4 Y en respuesta Yeshúa les dijo: «Vayan y díganle a Yojanán lo que ustedes han oído y han visto: 5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se los hace felices; 6 y feliz el que no se ofende conmigo.»
7 Y después que se fueron, Yeshúa comenzó a hablar de Yojanán a las multitudes: «¿Qué salieron ustedes a ver en el desierto? ¿Una vara sacudida por el viento? 8 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de ropa delicada? ¡Miren, los que se visten con ropa delicada están en las casas de los reyes! 9 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Al profeta? ¡Sí, les digo, él fue más que un profeta! 10 Porque él es aquel de quien está escrito: ‘Mira, yo envío mi mensajero y él preparará tu camino delante de mí.’ 11 En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado [uno] mayor que Yojanán el inmersor; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Solamente desde los días de Yojanán el inmersor hasta ahora, el reino de los cielos está reducido, y los fuertes lo saquean. 13 Porque todos los Profetas y la Toráh profetizaron hasta Yojanán. 14 Y si lo quieren recibir, él es Eliyahu que viene. 15 El que tiene oídos para oír, que oiga.
16 «¿Con qué compararé esta generación? Es como los muchachos que se sientan en el mercado, que llaman a sus compañeros y dicen: 17 ‘Les tocamos alegremente, y no bailaron; les tocamos tristemente, y no lamentaron.’ 18 Porque vino Yojanán, que no come ni bebe, y dicen: ‘Está poseído por un demonio.’ 19 Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Miren, el hombre comelón y bebedor de vino, y amigo de transgre-sores y de pecadores.’ Pero la sabiduría se justifica por sus hijos.»
Yeshúa y sus opositores
20 Entonces comenzó a reprender a las ciudades donde se realizaron muchos de sus hechos portentosos, porque no se habían vuelto de sus malas obras:
21 «¡Ay de ti, Korazín! ¡Ay de ti, Bet Tsaidah! Porque si se hubieran realizado en Tsor y en Tsidón los hechos portentosos que se realizaron en ustedes, ya hace tiempo se habrían arrepentido en luto y ceniza. 22 Ciertamente les digo que en el día del juicio será más fácil para Tsor y a Tsidón que para ustedes.
23 «Y tú, Kefar Najum, ¿no te exaltas hasta el cielo? ¡Hasta el Gue Hinóm te hundirán! Porque si en Sedom se hubieran realizado los hechos portentosos que se realizaron en ti, quizás habría permanecido hasta hoy. 24 En verdad, les digo que en el día del juicio será más fácil para la tierra de Sedom, que para ti.»
Revelación sobre el Padre y el Hijo
25 En aquel tiempo Yeshúa respondió y dijo: «Te doy gracias, Padre, Soberano de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los estimados en poco. 26 Sí, Padre, porque así fue tu voluntad delante de ti.
27 «Todo me lo ha dado mi Padre, y nadie conoce a un hijo, sino el padre; nadie conoce al Padre sino un hijo, y aquel a quien un hijo lo quiera revelar.
28 «Vengan a mí, todos los que están agobiados y cargados, y yo los saciaré. 29 Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que manso y humilde de espíritu; y hallarán descanso para sus vidas. 30 Porque mi yugo es suave, y fácil mi carga.»
Yeshúa desafiado
12
En ese tiempo, Yeshúa pasaba por los sembrados en el Shabát, y sus talmidím tuvieron hambre, y comen-zaron a arrancar granos de las espigas, y a comer.
2 Y al verlo los perushim, le dijeron: «Mira, tus talmidím hacen lo que no es lícito hacer en el Shabát.» 3 Pero él les dijo: «¿No han leído ustedes lo que hizo Dawid cuando tuvo hambre, él y los que estaban con él; 4 cómo entró en la casa de Elohim y comieron los panes de la Presencia, cosa que no les estaba permitido comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los kohaním? 5 ¿Tampoco han leído en la Torah que los kohaním profanan el Shabát en el Templo y quedan sin culpa? 6 Pero les digo que aquí hay uno mayor que el Templo. 7 Pero si hubieran conocido lo que significa ‘Misericordia deseo y no sacrificio,’ no habrían condenado a los que no tienen culpa. 8 Porque el Hijo del Hombre es dueño aun del Shabát.»
9 Y cuando salió de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Allí había un hombre que tenía la mano seca; y le preguntaron, diciendo: «¿Es lícito en el Shabát sanar al enfermo?» Y todo esto era para poder acusarlo ante el Bet Din. 11 Pero él les dijo: «¿Qué hombre hay entre ustedes que tenga una oveja que haya caído en un pozo en el Shabát, no le echará mano y la sacará? 12 ¿Y no vale más un hombre que una oveja? Por lo tanto, es lícito hacer bien en el Shabát. 13 Entonces le dijo al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió, y le quedó restaurada en salud, como la otra.
Concilio de perushim
14 Entonces salieron los perushim, y deliberaron contra él, cómo podían destruirlo. 15 Pero cuando Yeshúa lo supo, se apartó de allí, y muchos lo siguieron, y a todos los sanó, 16 y les mandó que no lo dieran a conocer, 17 para que se estableciera lo dicho por medio del profeta Yeshayahu, que dijo: 18 Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me deleito; he puesto mi espíritu sobre él, y hará que la rectitud salga a los goyím. 19 No gritará, ni alzará la voz; ni hará oír su voz en la calle. 20 La caña doblada no quebrará, y la mecha que arde débilemente no apagará; él hará que salga la rectitud según la verdad. 21 No fallará ni se desanimará, hasta que haya establecido la rectitud en la tierra; y las islas esperarán su Toráh.
Acusaciones falsas
22 Entonces le trajeron un poseído por un demonio, ciego y mudo; y lo sanó, de manera que podía hablar y ver. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: «¿No será éste el Hijo de Dawid?» 24 Pero cuando los perushim lo oyeron, dijeron: «Este no echa fuera los demonios sino por Báal-Zevuv, el príncipe de los demonios.»
25 Y cuando Yeshúa conoció sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda en desolación, y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá. 26 Y si Satán echa fuera a Satán, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, entonces, permanecerá en pie su reino? 27 Y si yo echo fuera los demonios por Báal-Zevuv, ¿por quién los echan fuera los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces. 28 Pero como es por el espíritu de Elohim que yo echo fuera los demonios, entonces el reino de Elohim ha llegado a ustedes. 29 Porque, ¿cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, a menos que primero ate al hombre fuerte? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Blasfemia contra el Espíritu
31 «Por esto les digo que todo pecado y blasfemia se le perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el espíritu no se perdonará. 32 Y a cualquiera que diga una palabra contra un hijo del hombre se le perdonará; pero a cualquiera que hable contra el rúaj haQódesh no se le perdonará, ni en este mundo, ni en el mundo venidero. 33 O declaren bueno el árbol y bueno su fruto, o declaren malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol se conoce por su fruto.
34 «Generación de víboras, ¿cómo podrán ustedes, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo les digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.»
Le piden una señal
38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los perushim: «Rabénu, deseamos ver de ti una señal.» 39 Pero él respondió y les dijo: «Una generación malvada y adúltera busca una señal, pero no le se dará ninguna señal, sino la señal del profeta Yonah. 40 Porque como Yonah estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
41 Los hombres de Nineweh se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la proclamación de Yonah. Y sucede que uno mayor que Yonah está aquí. 42 La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará, porque ella vino de las partes más lejanas de la tierra para oír la sabiduría de Shelomoh. Y sucede que uno mayor que Shelomoh está aquí.
43 «Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra. 44 Entonces dice: ‘Volveré a mi casa de donde salí,’ y regresa, y la halla desocupada, barrida y adornada. 45 Entonces va y trae otros siete espíritus peores que él, y entran y habitan allí, de modo que el estado final de ese hombre viene a ser peor que el primero. Así también sucederá a esta generación perversa.»
Su madre y sus hermanos
46 Y mientras todavía le hablaba a las multitudes, miren, su madre y sus hermanos se presentaron afuera, y procuraban hablar con él. 47 Entonces alguien le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están afuera, y te procuran.» 48 Pero él le respondió al que le decía [esto], y dijo: «¿Cuál es mi madre, y quiénes son mis hermanos?» 49 Entonces extendió su mano hacia sus talmidím y dijo: «¡Estos son mi madre y mis hermanos! 50 Todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
PARABOLAS DEL REINO
13
Aquel día Yeshúa salió de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y lo rodearon grandes multitudes, de manera que él entró en una barca, y se sentó, y toda la gente estaba de pie en la playa.
La Semilla
3 Entonces les habló muchas cosas en parábolas, y dijo: «Miren, un sembrador salió a sembrar su semilla, 4 y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo y se la comieron. 5 Y otras cayeron sobre la roca, donde no había mucha tierra; y germinaron, porque la tierra no era profunda, 6 pero cuando salió el sol, se marchitaron, y como no tenían raíz, se secaron. 7 Y otras cayeron entre los espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron. 8 Pero otras cayeron en suelo bueno y dieron fruto, una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta. 9 El que tiene oídos para oír, que oiga.»
10 Entonces se acercaron los talmidím y le dijeron: «¿Por qué hablas con nosotros en parábolas?» 11 Y él les dijo en respuesta: «Porque a ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque al que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Y por eso les hablo a ustedes en parábolas; para que viendo ellos no vean, y oyendo no oigan, ni entienden. 14 Para establecer en ellos la profecía de Yeshayahu, que dijo: ‘Escuchando oirán ustedes, pero no entenderán; y mirando verán, pero no percibirán. 15 Haz insensible el corazón de este pueblo, y haz pesados sus oídos, y cierra sus ojos, no vaya a ser que viendo con sus ojos, y oyendo con sus oídos, y entendiendo con su corazón, se vuelvan y sean sanados.’ 16 Pero ¡felices sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen! 17 Pues en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
18 Así que oigan ustedes la parábola de la semilla. 19 Cuando alguien oye el mensaje del reino y no lo entiende, viene el maligno y arranca lo que se sembró en su corazón. Este es el que se sembró junto al camino. 20 Y lo que se sembró sobre la roca, éste es el que oye el mensaje y en seguida lo recibe con gozo; 21 pero es comparable a la semilla que no tiene raíz, que no dura más que por una hora, y cuando surge la tribulación o la persecución, en seguida tropieza. 22 Y en cuanto a lo que se sembró entre espinos, éste es el que oye el mensaje de Elohim, pero las preocupaciones de este mundo, y la codicia de la falsa riqueza, ahogan el mensaje, y queda sin fruto. 23 Pero en cuanto a lo que se sembró en suelo bueno, éste es el que oye el mensaje y lo entiende, y da fruto, y uno produce cien tantos y otro sesenta y otro treinta tantos.»
La cizaña
24 Otra parábola aun presentó, diciendo: «El reino de los cielos es comparable a un hombre que sembró buena semilla en su campo, 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Pero cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Así que se acercaron los siervos al dueño de casa y le preguntaron: ‘Amo, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿De dónde entonces le vino la cizaña?’ 28 Y él les dijo: ‘Un hombre que es enemigo ha hecho esto.’ Entonces los siervos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos y la recojamos?’ 29 Pero él dijo: ‘No; no sea que al recoger la cizaña arranquen también con ella el trigo. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha, y en el tiempo de la cosecha yo diré a los cosechadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero reúnan el trigo en mi granero.’»
El grano de mostaza
31 Otra parábola aun les presentó, diciendo: «El reino de los cielos es comparable a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo. 32 Esta es ciertamente la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, viene a ser el más grande de los arbustos, y se convierte en un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.»
La levadura
33 Y le dijo otra parábola: «El reino de los cielos es comparable a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.» 34 Todos esto son dichos de Yeshúa en parábolas a las multitudes, y sin parábolas no les hablaba, 35 para cumplir la declaración del profeta que dijo: ‘Abriré mi boca con una parábola; declararé dichos oscuros sobre días los días de la antigüedad.’
Explicación de la cizaña
36 Entonces despidió a la multitud, y entró en la casa, y sus talmidím se le acercaron, diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» 37 Entonces él respondió y les dijo: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo, y la buena semilla son los hijos del reino, pero la cizaña son los hijos de Beliyá’al, 39 y el enemigo que la sembró es Satán, y la cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son los mensajeros.
40 Y así como se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin del mundo. 41 Porque el Hijo del Hombre enviará a sus mensajeros, y recogerán de su reino a todos los ofensores y a los que hacen maldad, 42 y los echarán en el horno de fuego, allí habrá llanto y crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, que oiga.
44 «El reino de los cielos es comparable a un tesoro escondido en el campo, que si un hombre lo encuentra, lo esconde, y por su regocijo va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
El tesoro en el campo
45 «De nuevo, el reino de los cielos es comparable a un hombre que es un mercader en buscaba de perlas finas, 46 quien, cuando encontró una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
La red barredera
47 De nuevo, el reino de los cielos es comparable a una red barredera que echaron en el mar, y recogió toda clase de peces, 48 y cuando se llenó, la sacaron, y sentándose en la playa, escogieron los buenos y los pusieron en canastas, pero los malos los echaron fuera. 49 Así será en el fin del mundo, porque los mensajeros saldrán y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego, allí habrá llanto y crujir de dientes.
51 ¿Han entendido ustedes todas estas cosas?» Y ellos le dijeron: «Sí.» 52 El les dijo: «Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es comparable a un hombre que es padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas. 53 Y sucedió que cuando Yeshúa terminó de decir estas parábolas, salió de allí.
El rechazo en Natséret
54 Y cuando hubo llegado a su tierra natal, les enseñaba en la sinagoga de ellos, y ellos se asombraban y decían: «¿De dónde tiene éste esta sabiduría y este poder? 55 ¿No es éste el hijo del herrero? ¿No se llama su madre Miryám, y sus hermanos Yaaqóv, Yoséf, Shimón y Yehudáh? 56 ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen a éste todas estas cosas?»
57 Y se ofendían en él. Pero Yeshúa les dijo: «No hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra, y en su propia casa. 58 Y no hizo allí muchas obras poderosas a causa de la testarudez de ellos.
DE LUGAR EN LUGAR
14
En aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó el informe concerniente a Yeshúa, 2 y dijo a sus criados: «¡Este es Yojanán el inmersor! El ha resucitado de los muertos, y por eso operan en él estos poderes.» 3 Porque Herodes había apresado a Yojanán, lo había atado, y lo había puesto en prisión delante de Herodíah, la mujer de su hermano. 4 Porque ella le decía: «Yojanán no es digno de estar contigo.» 5 Y él quería matarlo, pero le temía al pueblo, porque él era un profeta a los ojos de ellos.
6 Pero en el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíah danzó en medio, y ganó aprobación a los ojos de Herodes, 7 Y él se comprometió bajo juramento a darle cualquier cosa que ella le pidiera. 8 Y ella, instruida por su madre, dijo: «Dame aquí, en un plato, la cabeza de Yojanán el inmersor.» 9 Y eso entristeció al rey; pero por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la dieran. 10 Mandó decapitar a Yojanán que estaba en la fortaleza, 11 que trajeran su cabeza en un plato, y que se la dieran a la muchacha. Y lo hicieron así. Y se la dieron a la muchacha, y ella se la trajo a su madre. 12 Entonces llegaron sus talmidím, tomaron el cuerpo y lo enterraron. Luego sus talmidím fueron y se lo contaron a Yeshúa.
Alimenta a cinco mil
13 Y cuando él lo oyó, escapó de allí a un desierto, solo. Cuando las multitudes lo supieron, lo siguieron a pie desde las ciudades. 14 Cuando él salió, y vio mucha gente, tuvo compasión de ellos, y sanó a sus enfermos.
15 Cuando llegó la tarde, sus talmidím se le acercaron, diciendo: «El lugar es desolado, y la hora es ya avanzada, despide a las multitudes, pues, para que vayan a las aldeas y se compren comida. 16 Pero Yeshúa les dijo: «No hay necesidad de que se vayan, denles ustedes de comer.» 17 Y ellos le respondieron: «Tenemos aquí sólo cinco panes y dos pescados.» 18 Y él les dijo: «Tráiganmelos acá.»
19 Luego mandó que la gente se sentara a comer sobre la hierba en el campo. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y alzando los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió, y dio los panes a sus talmidím, y sus talmidím los dieron a la gente. 20 Todos comieron y se saciaron, y les sobraron doce canastas llenas de los pedazos. 21 Y el número de los que comieron fue de cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños.
Camina sobre el mar
22 En seguida Yeshúa urgió a sus talmidím a entrar en un barco e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes. 23 Una vez despedida la gente, él subió solo al monte para orar; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Ahora bien, el barco estaba siendo zarandeado por las olas en medio del mar, porque el viento les era contrario. 25 Y sucedió en la cuarta vigilia de la noche que él fue a ellos caminando sobre el mar. 26 Pero cuando ellos lo vieron caminando sobre el mar, se aterrorizaron, y dijeron: «¡Es un espíritu vicioso!» y gritaron de miedo. 27 Pero enseguida Yeshúa les habló, diciendo: «Tengan confianza, que soy yo; no teman!»
28 Entonces Kefá respondió y dijo: «Maestro, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.»
29 Y él dijo: «Ven.» Así que Kefá se bajó del barco y caminó sobre las aguas, y fue hacia Yeshúa. 30 Pero cuando vio el viento fuerte, tuvo mucho miedo de hundirse, y gritó, diciendo: «¡Maestro, sálvame!» 31 Enseguida Yeshúa extendió la mano, lo sostuvo, y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» 32 Y cuando ellos subieron al barco, inmediatamente se calmó el viento. 33 Cuando estaban en el barco, ellos vinieron y le rindieron homenaje, diciendo: «¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Elohim!»
En Gue Nesar
34 Cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Gue Nesar. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar lo supieron, mandaron a traer donde él de toda aquella región a todos los que estaban enfermos. 36 Y le rogaban que sólo les permitiera tocar el tsitsi de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanos.
Discusión sobre tradiciones
15
Entonces se acercaron a Yeshúa unos escribas y perushim de Yerushaláyim, diciendo: 2 «¿Por qué transgreden tus talmidím los juicios de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.» 3 Pero él les respondió y dijo: «¿Y por qué ustedes transgreden los mandamientos de Elohim por causa de sus juicios? 4 ¿No está escrito en su Toráh, de la boca de Elohim: ‘Honra a tu padre y a tu madre,’ y: escrito además: ‘El que maldiga a su padre o a su madre morirá seguramente.’ 5 Pero ustedes dicen que cualquiera que diga a su padre o a su madre: «Todo lo mío con que pudiera beneficiarte lo he dado de ofrenda,» 6 no tiene que honrar a su padre. Así han invalidado los manda-mientos de Elohim por causa de los juicios de ustedes.
7 Hipócritas, Yeshayahu hizo muy bien en profetizar acerca de ustedes, diciendo: 8 ‘Este pueblo me honra con su boca y con sus labios, pero han apartado su corazón de mí. 9 Y su temor de mí es un mandamientos aprendido de hombres.’»
10 Entonces, llamó a sí a la multitud, y dijo: «¡Oigan y entiendan! 11 Lo que entra en la boca no contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.»
12 Entonces se acercaron sus talmidím, y dijeron: «Sabe que los perushim que oyeron ese dicho se ofendieron.» 13 Pero Yeshúa respondió y dijo: «Toda planta que no ha plantado mi Padre celestial será desarraigada. 14 Déjenlos, que son ciegos. Y si el ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo.»
15 Entonces respondió Kefá y le dijo: «Explícanos esa parábola.» 16 Yeshúa dijo: «¿También ustedes carecen de entendimiento? 17 ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y sale a la letrina? 18 Pero las cosas que salen de la boca vienen del corazón, y esas son las cosas que contaminan al hombre. 19 Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornica-ciones, los robos, las mentiras, y las blasfemias. 20 Estas son las cosas que contaminan al hombre, pero que un hombre coma sin lavarse las manos, eso no contamina al hombre.
En Tsor y Tsidón
21 Luego Yeshúa salió de allí, se entró a las regiones de Tsor y de Tsidón. 22 Entonces una mujer mercader vino de aquella costas, y clamó y le dijo: «¡Ten piedad de mí, Maestro, Hijo de Dawid, que mi hija está gravemente atormentada por un demonio.» 23 Pero Yeshúa no le respondía nada. Entonces se acercaron sus talmidím y le rogaron, diciendo: «Despídela, pues viene gritando tras nosotros.» 24 Pero él respondió y dijo: «Yo no he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Yisrael.»
25 Entonces ella vino y se postró hasta el suelo delante de él, y dijo: «¡Maestro, socórreme!» 26 Pero Yeshúa respondió y dijo: «No es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros.» 27 Entonces ella respondió y dijo: «Es muy cierto, Maestro; pero hasta los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» 28 Entonces respondió Yeshúa y le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que te suceda como deseas en tu corazón.» Y su hija quedó sana en aquella hora.
A orillas del Mar del Galil
29 Cuando Yeshúa partió de allí, fue junto al Mar del Galil, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Entonces se acercaron a él grandes multitudes que tenían consigo mudos, ciegos, cojos, mancos, y muchos otros, y los pusieron a los pies de él, y él los sanó. 31 De manera que la gente se maravillaba al ver a los mudos hablar, a los cojos caminar, y a los ciegos ver, y glorificaban al Poderoso de Yisrael.
Alimenta a cuatro mil
32 Yeshúa llamó a sus talmidím y le dijo: «Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que permanecen conmigo en el desierto, y no tienen nada de comer, y no quiero dejarlos ir en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.»
33 Entonces sus talmidím le dijeron: «¿De dónde conseguiremos nosotros suficientes panes en el desierto, para saciar a esta gente?» 34 Yeshúa les dijo: «¿Cuántas tortas de pan tienen ustedes?» Ellos dijeron: «Siete, y unos pocos pescaditos.»
35 Entonces él mandó a la multitud que se sentara en el suelo. 36 Tomó las siete tortas de pan y los pescados, y dio gracias, los partió, y los iba dando a sus talmidím, y ellos los daban a la gente. 37 Todos comieron y se saciaron, y de lo que dejaron las multitudes recogieron siete canastas llenas.
38 Los que comieron eran cuatro mil hombres, además de los niños y las mujeres. 39 Entonces, despidió a las multitudes, y se subió en el barco y se fue a la costa de Magdala.
La levadura de los perushim
16
Se acercaron unos perushim y unos tsedukim para probarlo y pedirle que les mostrara una señal del cielo. 2 Pero él les respondió: «Al atardecer ustedes dicen: ‘Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojizo.’ 3 Y al amanecer: ‘Va a haber tempestad, porque el cielo está menos rojizo.’ Pues miren, ustedes saben juzgar el aspecto del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos. 4 Una generación malvada y corrupta pide una señal, pero no se le dará ninguna señal, sino la señal de Yonah.» Y dejándolos, siguió su camino.
5 Cuando los talmidím cruzaron a la otra orilla del mar, se habían olvidado de llevar pan. 6 Entonces él les dijo: «Miren, cuídense de la levadura de los perushim y de los tsedukim.» 7 Ellos discutían entre sí, diciendo: «Es porque no trajimos pan.» 8 Pero cuando Yeshúa lo supo, dijo: «¿Qué están pensando hombres de poca fe, que es porque no han traído pan? 9 ¿No entienden, ni se acuerdan de los cinco panes para los cinco mil hombres, y cuántas canastas recogieron? 10 ¿Ni de los siete panes para los cuatro mil hombres y cuántas canastas recogieron? 11 ¿Y por qué entonces no entienden que no era del pan que yo les hablaba? Pero cuídense de la levadura de los perushim y de los tsedukím.» 12 Entonces oyeron y entendieron que no les habló de cuidarse de la levadura del pan, sino de la doctrina de los perushim y de los tsedukim.
La gran afirmación de Kefá
13 Cuando llegó Yeshúa a las regiones de Cesarea de Filipo, les preguntó a todos sus talmidím: «¿Quién dicen los hijos de los hombres que es el Hijo del Hombre?» 14 Y ellos dijeron: «Unos, que es Yojanán el inmersor; otros, Eliyahu; y otros, Yirmeyahu, u otro de los profetas.»
15 Y Yeshúa les dijo: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» 16 Entonces respondió Shimón Kefá, diciendo: «¡Tú eres el Mesías, el Hijo del Poderoso vivo!» 17 Y Yeshúa respondió y le dijo: «Feliz eres tú, Shimón Ben Yonah, porque eso no se le reveló a carne y sangre sino a ti, cuando te lo reveló mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo te digo que tú eres Kefá [roca], y sobre esta roca [kefá] edificaré mi asamblea, y las puertas del Sheol no prevalecerán ti. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que prohibas en la tierra estará prohibido en el cielo; y lo que permitas en la tierra estará permitido en los cielos.» 20 Entonces mandó a sus talmidím que no dijeran a nadie que él, Yeshúa, era el Mesías.
El verdadero discipulado
21 Desde entonces, Yeshúa comenzó a dar a conocer a sus talmidím que él tenía que ir a Yerushaláyim y sufrir allí muchos azotes, y muchas burlas, de parte de ancianos y los escribas, y de los principales kohaním, y morir, y levantarse otra vez al tercer día.
22 Entonces Kefá lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: «Lejos esté de ti eso, Maestro, nada de eso te sucederá.» 23 Pero él se volvió y le dijo a Kefá: «Sígueme, satán, me eres tropiezo, porque no saboreas las cosas de Elohim, sino las de los hombres.»
24 Entonces Yeshúa dijo a sus talmidím: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su patíbulo y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida por causa mía, ese la hallará. 26 Pues, ¿de qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y perjudica su vida? ¿O qué dará el hombre en rescate por su vida? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus mensajeros, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos. 28 En verdad les digo que hay algunos que están aquí, que no probarán la muerte hasta que hayan visto el reino venidero del Hijo del Hombre.
Visión anticipada del Mesías glorificado en el Reino
17
Y después de días, Yeshúa tomó a Kefá, a Yaaqov y a Yojanán su hermano, y llevó aparte a un monte alto. 2 Allí se el aspecto de su rostro se alteró delante de ellos; y su cara brillaba como el sol, y su ropa se volvió blanca como la nieve. 3 De pronto se les aparecieron Moshé y Eliyahu, hablando con él. 4 Entonces intervino Kefá y le dijo a Yeshúa: «Maestro, qué bueno que estamos aquí. Si quieres, hagamos aquí tres enrama-das: una para ti, otra para Moshé y otra para Eliyahu.»
5 Todavía estaba él hablando, cuando una nube brillante les hizo sombra. Y se oyó una voz que salía de la nube diciendo: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo a él.» 6 Y cuando los talmidím lo oyeron, se postraron sobre sus rostros, llenos de temor. 7 Entonces Yeshúa se acercó, los tocó y les dijo: «Levántense; no tengan miedo.» 8 Y cuando ellos alzaron la vista, no vieron a nadie sino a Yeshúa solo.
9 Cuando iban bajando del monte, Yeshúa les mandó, diciendo: «No le cuenten a nadie la visión que han visto, hasta que el Hijo del Hombre se levante de entre los muertos.»
10 Entonces los talmidím le preguntaron: «¿Por qué entonces dicen los escribas que Eliyahu tiene que venir primero?» 11 Él les respondió: «Es cierto que Eliyahu viene, y restaurará todas las cosas. 12 Pero yo les digo que Eliyahu ya vino, y no lo reconocieron; más bien, le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre recibirá azotes de ellos.» 13 Entonces los talmidím oyeron y entendieron que les hablaba del inmersor Yojanán, cuando les habló.
Cura al muchacho epiléptico
14 Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre que se arrodilló delante de él diciendo: 15 «¡Maestro, ten compasión de mi hijo, que es epiléptico y sufre mucho de esa enfermedad, porque muchas veces cae en el fuego, y muchas veces en el agua. 16 Lo traje a tus talmidím pero no pudieron curarlo.»
17 Entonces Yeshúa respondió y dijo: «¡Oh generación testaruda y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá.» 18 Y Yeshúa reprendió al demonio, y éste salió del muchacho; y quedó sano en aquel momento.
19 Luego, los talmidím se acercaron en privado a Yeshúa y le preguntaron: «¿Por qué no pudimos nosotros expulsarlo?» 20 Y él les dijo: «Por su falta de fe. En verdad les digo que si ustedes tuvieran fe como un grano de mostaza, le dirían a este monte: ‘Pásate de aquí para allá,’ y se pasaría enseguida, y la cosa no les sería imposible. 21 Pero este género no se expulsa sino con oración y ayuno.»
En el Galil
22 Cuando iban entrando al Galil, Yeshúa les habló y les dijo: «Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de unos hombres, 23 y ellos lo matarán; pero al tercer día se levantará otra vez.» Y ellos se entristecieron mucho.
24 Y cuando llegaron a Kefar Najum, los que cobraban la drakhma se le acercaron a Kefá, y le preguntaron: «¿El rabí de ustedes paga la drakhma?» 25 Y él dijo: «Ciertamente.» Y cuando entraba en la casa, Yeshúa lo detuvo y le dijo: «¿Qué te parece, Shimón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes reciben tributos e impuestos? ¿De sus propios hijos o de los extraños?» 26 Y él dijo: «De los extraños.» Entonces Yeshúa le dijo: «si es así, los hijos están exentos. 27 Pero, para que no los provoquemos, ve al mar, echa la red con carnada, y toma pez que salga primero, y cuando le abras la boca, hallarás una litra, tómala, y dásela por mí y por ti.
Yeshúa y sus talmidím
18
En aquel momento los talmidím se acercaron a Yeshúa, diciendo: «¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?»
2 Yeshúa llamó a cierto niño, lo puso en medio de ellos 3 y dijo: «En verdad les digo que si ustedes no se arrepienten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se haga humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como éste, a mí me recibe. 6 Y a cualquiera que ofenda a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que le ataran al cuello una piedra superior de molino y que lo lanzaran en lo profundo del mar.
7 «¡Pobre del mundo por las ofensas! Es inevitable que haya ofensas, pero ¡ay del hombre que ocasione las ofensas! 8 Por tanto, si tu mano o tu pie te ofende, córtalo y échalo de ti. Te conviene más entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies ser arrojado al fuego del Gue Hinóm. 9 Y si tu ojo te ofende, sácalo y échalo de ti. Te conviene más entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos ir a parar al fuego del Gue Hinóm.
10 «Miren que no desprecien a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus mensajeros en los cielos continuamente ven el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11 Porque el Hijo del Hombre ha [venido] a salvar lo que se había perdido.
12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien [ovejas] y se le extravía una, ¿acaso no deja el hombre a las noventa y nueve ovejas en el desierto y se va a buscar la descarriada? 13 Y si sucede que la encuentra, en verdad les digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. 14 Así también, es la voluntad de su Padre que está en los cielos que no se pierda ni uno de estos pequeños.
15 «Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y amonéstalo sólo entre tú y él. Si te hace caso, habrás ganado a tu hermano. 16 Pero si no te hace caso, lleva contigo a uno o dos más, para que todo asunto sea establecido por la boca de dos o tres testigos. 17 Si no les hace caso a ellos, háblale en la asamblea; pero si no quiere hacer caso en la asamblea, considéralo como un goy y un transgresor. 18 En verdad les digo que todo lo que ustedes prohiban en la tierra estará prohibido en el cielo también, y todo lo que permitan en la tierra estará permitido en el cielo también.
19 «Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, le será [concedido] a ellos por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque en todo lugar donde dos o tres se reunen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
21 Entonces Kefá se le acercó y dijo: «Maestro, ¿cuántas veces que mi hermano peque contra mí debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» 22 Y Yeshúa le dijo: «No te digo que hasta siete, sino hasta setenta veces siete.»
Parábola del siervo sin compasión
23 «Por eso el reino de los cielos es comparable a un hombre que es rey, que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Y cuando comenzó a ajustar cuentas, le trajeron a uno que le debía diez mil minas. 25 Y como él no tenía con qué pagar, su amo ordenó que lo vendieran, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara todo lo que se le debía. 26 Entonces aquel siervo cayó postrado y le suplicó: ‘Dame tiempo, y te lo pagaré todo.’ 27 Y el amo tuvo piedad de su siervo, y lo soltó y le perdonó la deuda. 28 Sin embargo aquel siervo salió y se encontró con uno que era siervo como él, y éste le debía cien meahs, y lo agarró, y lo apretó fuertemente, «Págame lo que me debes.» 29 Entonces ese siervo se le arrodilló, y le rogó, diciendo: ‘¡Dame tiempo, y yo te pagaré todo.’ 30 Pero él no quiso, sino que fue y lo metió en prisión, hasta que le pagara toda la deuda. 31 Así que, cuando los otros siervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y le contaron a su amo todo lo que había pasado.
32 «Entonces su amo lo llamó y le dijo: ‘Siervo de Beliyá’al, yo te perdoné toda aquella deuda, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener piedad de tu consiervo, así como también yo tuve piedad de ti?’ 34 Y la ira de su amo se encendió, y lo entregó a la prisión, hasta que pagara toda su deuda. 35 Así también hará con ustedes mi Padre celestial, si cada uno no perdona de corazón a su hermano sus transgresiones.»
Al otro lado del Yardén
19
Y sucedió que después que Yeshúa acabó de hablar estas palabras, salió del Galil y se fue a las fronteras de Yahudah, al otro lado del Yardén. 2 Grandes multitudes lo siguieron, y él los sanó allí.
3 Entonces los perushim se le acercaron, y lo probaron, diciendo: «¿Se le permite a un hombre divorciarse de su esposa por cualquier causa?» 4 Y él contestó y les dijo: «¿No han leído ustedes que el que hizo al hombre en el principio los hizo varón y hembra, 5 y que dijo: ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa; y serán los dos una sola carne?’ 6 Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que el Poderoso ha unido, no lo puede separar el hombre.»
7 Pero ellos dijeron: «¿Y por qué entonces Moshé mandó dar un acta de divorcio, y despedirla si ella no era agradable a sus ojos?» 8 Y él les respondió y dijo: «Por la dureza del corazón de ustedes, Moshé les permitió divorciarse de sus esposas; pero desde el principio no fue así. 9 Y yo les digo que cualquiera hombre que se ha divorciado o se va a divorciar de su esposa, a menos que sea por fornicación, y toma otra, comete adulterio; y cualquiera que tome a la divorciada también comete adulterio.» 10 Y sus talmidím le dijeron: «Si así es la situación del hombre con su esposa, no es bueno casarse.» 11 Entonces él les dijo: «No todos pueden aceptar esa declaración, sino sólo aquéllos a quienes se les concede. 12 Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos por los hombres, y hay eunucos que se hacen eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de hacerlo, que lo haga.»
13 Luego le presentaron unos niños, para que pusiera las manos sobre ellos y orara; pero sus talmidím los reprendieron. 14 Entonces Yeshúa dijo: «Dejen que los niños vengan a mí y no lo impidan, porque de los tales es el reino de los cielos. 15 Y después de poner las manos sobre ellos, se retiró de allí.
El joven rico
16 En eso, se acercó uno y le dijo: «Buen Rabí, ¿y qué cosa buena debo hacer para obtener la vida eterna del mundo venidero?» 17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? No hay nadie bueno sino uno solo, hay uno bueno, y ese es Elohim. Pero si quieres entrar en la vida del mundo venidero, guarda los mandamientos de Elohim.» 18 Y él le dijo: «¿Y cuáles?» Y Yeshúa respondió: «No cometerás asesinato, no cometerás adulterio, no hurtarás, no darás falso testimonio contra tu prójimo, 19 honra a tu padre y a tu madre; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
20 El joven le dijo: «Todo eso lo he guardado desde mi juventud, y ¿qué me falta todavía?» 21 Yeshúa le dijo: «Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes, y da a los pobres; y tendrás un gran tesoro en el cielo; luego ven y sígueme.» 22 Pero cuando el joven oyó esa declaración, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Yeshúa dijo a sus talmidím: «En verdad les digo que difícilmente entrará el rico en el reino de los cielos. 24 Y otra vez les digo que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que traer a un rico al reino de los cielos.»
25 Cuando los talmidím oyeron estas palabras, se asombraron muchísimo, y dijeron: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?» 26 Yeshúa los consideró y les dijo: «De parte de los hombres eso es imposible, pero para Elohim todas esas cosas son posibles.»
27 Entonces Kefá respondió y le dijo: «Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos?» 28 Yeshúa les dijo: «En verdad les digo ustedes que me han seguido, en el segundo nacimiento cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono glorioso, ustedes se sentarán también sobre doce tronos, y gobernarán a las doce tribus de Yisrael. 29 Y todo el que deje casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá cien veces más y heredará la vida sublime. 30 Pero muchos de los primeros serán últimos, y los últimos serán primeros.
Los obreros de la viña
20
«El reino de los cielos es comparable a un hombre que es dueño de un campo, que salió temprano en la mañana a contratar obreros para atender su viña. 2 Después de hacer trato con los obreros a razón de un zuz por el día completo, los envió a su viña. 3 Luego salió a la tercera hora, y vio a otros que estaban desocupados en la plaza, 4 y les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña, y les daré lo que sea justo.’ Y ellos fueron.
5 «Salió otra vez a la sexta hora y a la novena, e hizo lo mismo. 6 También a la undécima hora salió y halló a otros que estaban [allí], y les dijo: ‘¿Por qué están aquí todo el día desocupados?’ 7 Y ellos le dijeron: ‘Nadie nos ha contratado.’ Y les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña.
8 «Al llegar la noche, le dijo el dueño de la viña a su mayordomo: ‘Llama a los obreros y págales su salario, empezando por los primeros hasta los últimos.’ 9 Al venir los que habían llegado a la undécima hora, recibieron cada uno un zuz. 10 Y cuando vinieron los primeros, pensaron que deberían haber recibido más que éstos, y también recibieron un zuz cada uno. 11 Y cuando lo hubieron recibido, murmuraban contra el dueño, 12 diciendo: ‘Estos últimos trabajaron una sola hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.’ 13 Pero él les respondió, y dijo: ‘Hermano, no te estoy haciendo ningún perjuicio. ¿No hiciste trato conmigo por un zuz? 14 Toma lo que es tuyo, y sigue tu camino, pero es mi deseo darle a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No tengo acaso derecho de hacer lo que quiera a mi vista? ¿O es que tienes envidia* porque soy bondadoso?’ 16 Así que los últimos serán primeros, y los primeros últimos. Porque muchos fueron llamados, pero pocos fueron escogidos»
17 Mientras Yeshúa subía a Yerusha-láyim, llamó a sus doce talmidím aparte y les dijo: 18 «Miren, vamos subiendo a Yerushaláyim, y al Hijo del Hombre lo van a entregar a los principales kohaním y a los escribas, y lo condenarán a muerte, 19 y lo entregarán a los goyím para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día se levantará otra vez.
La madre de Yaaqob y Yojanán
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zabday, con sus hijos, y se postró ante él para pedirle [algo]. 21 El le dijo: «¿Qué deseas?» Ella le dijo: «Concede que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda en tu reino.» 22 Pero Yeshúa respondió y dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden ustedes beber la copa de la que yo voy a beber, y sumergirse en la inmersión en la que yo me voy a sumergir?» Ellos le dijeron: «Podemos.» 23 Entonces él les dijo: «Ustedes beberán ciertamente de mi copa; y se sumergirán en la inmersión en la que yo me sumergiré, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concedérselo; eso será para quienes lo haya dispuesto mi Padre.»
24 Cuando los [otros] diez oyeron esto, se indignaron contra los dos hermanos. 25 Pero Yeshúa los llamó consigo y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de los goyim gobiernan sobre ellos, y los grandes ejercen autoridad entre ellos. 26 Pero entre ustedes no será así, sino que el que quiera ser grande entre ustedes, que sea servidor de ustedes; 27 y el que anhele ser el primero entre ustedes, que sea siervo de ustedes; 28 igual que el Hijo del Hombre, que no vino para que le sirvan sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Los dos ciegos
29 Saliendo ellos de Yerijó, le siguió una gran multitud. 30 Y, miren, dos ciegos salieron y se sentaron junto al camino, y cuando oyeron que Yeshúa pasaba, empezaron a gritar diciendo: «¡Maestro, ten piedad de nosotros, Hijo de Dawid!» 31 La multitud los reprendía y los mandaba a callar, pero ellos gritaban aún más fuerte, diciendo: «¡Maestro, ten piedad de nosotros, Hijo de Dawid!» 32 Yeshúa se detuvo, los llamó, diciendo: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» 33 Ellos le dijeron: «Maestro, que se restaure la vista de nuestros ojos.» 34 Entonces Yeshúa, tuvo piedad de ellos, y les tocó los ojos; e inmediatamente vieron; y lo siguieron.
EN YERUSHALAYIM
La entrada mesiánica
21
Cuando se acercaron a Yerushaláyim y llegaron a Bet Pagué, junto al monte de los Olivos, Yeshúa envió a dos talmidím, 2 y le dijo: «Vayan a la aldea que está frente a ustedes, y en seguida hallarán allá un asna amarrada, con un asnito al lado. Desátenla y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, díganle que el Maestro los necesita y que enseguida los devolverá.»
4 Y esto sucedió para establecer lo que habló el profeta, que dijo: 5 «Díganle a la Hija de Tsiyón: ‘Mira que tu rey viene a ti, pobre, y montado en un asna, en un asnito, hijo de un asna’.»
6 Los talmidím fueron e hicieron tal como Yeshúa les había mandado. 7 Trajeron el asna y el asnito y pusieron sobre ellos sus mantos, y lo montaron allí. 8 Una gran multitud tendió sus mantos en el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. 9 Las multitudes que iban delante de él y las que lo seguían aclamaban diciendo: «¡Hoshana al Hijo de Dawid; «¡Bendito el que viene en el nombre de Yhwh! ¡Hoshana en las alturas!»
10 Cuando entró en Yerushaláyim, toda la ciudad quedó en conmoción, diciendo: «¿Quién es ése?» 11 Y la gente decía: «Este es el profeta Yeshúa, el de Natséret del Galil.
Limpieza del Templo
12 Entonces Yeshúa entró en el Templo de Elohim, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo, y volcó las mesas de los cambistas y los bancos de los que vendían palomas, 13 y les dijo: «Está escrito: Mi casa se llamará Casa de Oración, pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.»
14 Y los ciegos y cojos se le acercaban en el Templo, y los sanaba. 15 Pero cuando los principales kohanim y los escribas vieron las maravillas que él hizo, y a los muchachos que lo aclamaban en el Templo diciendo: «¡Hosha-na!» al Hijo de Dawid, 16 se indignaron y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen éstos?» Yeshúa les dijo: «¿No han leído ustedes: ‘De la boca de los niños y de los lactantes has hallado fortaleza’?» 17 Entonces los dejó y salió fuera de la ciudad a Bet Anyah, y se alojó allí.
La higuera estéril
18 Cuando volvía a la ciudad por la mañana, sintió hambre. 19 Y cuando vio una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada en ella sino sólo hojas. Y le dijo: «Que nunca nazca fruto de ti.» E inmediatamente se secó la higuera. 20 Y cuando los talmidím vieron [eso], se maravillaron diciendo: «¿Cómo se secó tan pronto?» 21 Yeshúa respondió y les dijo: «En verdad les digo que si tienen fe y no dudan, no sólo harán esto de la higuera, sino que si le dicen a este monte: «Quítate y arrójate al mar,» sucederá. 22 Todo lo que pidan en oración y en fe, lo recibirán.»
Cuestionan la autoridad de Yeshúa
23 Cuando llegó al templo los principales kohaním y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras él enseñaba, y le dijeron: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te dio esta autoridad?» 24 Entonces respondió Yeshúa y les dijo: «Yo también les voy a preguntar una cosa, y si me la contestan, yo también les diré con qué autoridad hago lo que hago. 25 La inmersión de Yojanán, ¿de dónde era, del cielo o de los hombres?»
Entonces se pusieron a razonar entre ellos, diciendo: «Si decimos que del cielo, nos va a decir: ‘¿Por qué, entonces, no le creyeron?’ 26 Y si decimos que de los hombres, le tememos a la multitud, porque Yojanán era como un profeta a los ojos de todos.» 27 Así que respondieron y le dijeron a Yeshúa: «No sabemos.» Y él les dijo: «Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago estas cosas.»
Parábola de los dos hijos
28 «¿Pero, qué les parece esto? Había cierto hombre que tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: ‘Hijo mío, ve hoy a trabajar en mi viña.’ 29 El le contestó: ‘No voy a ir.’ Pero después, cambió de parecer y fue. 30 Luego se dirigió al otro y le dijo lo mismo; y él respondió diciendo: ‘¡Sí, señor, yo voy!’ Pero no fue. 31 ¿Cuál de estos dos hizo la voluntad de su padre?» Ellos le respondieron: «El primero.» Y Yeshúa les dijo: «En verdad les digo que los transgresores y las prostitutas entran antes que ustedes en el reino del Poderoso. 32 Porque Yojanán vino a ustedes en el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; pero los transgresores y las prostitutas le creyeron. Y aunque ustedes lo vieron, después no se arrepintieron para creerle.»
Los trabajadores malvados
33 «Oigan otra parábola: Había un hombre, dueño de un campo, quien plantó una viña, y la rodeó con una cerca; cavó en ella un lagar, edificó una torre, y se la arrendó a unos labradores para que la cultivaran, y se fue al extranjero. 34 Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió a sus siervos donde los labradores para recibir su fruto. 35 Pero los labradores agarraron a sus siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron, y a otro lo apedrearon.
36 El envió de nuevo otros siervos, más que los primeros, y les hicieron lo mismo. 37 Por último, les envió a su hijo, pensando: ‘Quizás respeten a mi hijo.’ 38 Pero al ver al hijo, los labradores dijeron entre ellos: ‘Este es el heredero, vamos a matarlo, y su herencia será nuestra.’ 39 Así que lo agarraron, lo sacaron de la viña y lo mataron. 40 Piensen por ustedes mismos, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con esos labradores?» 41 Ellos le respondieron y dijeron: «A esos labradores malvados los destruirá por su iniquidad, y le arrendará su viña a otros que le paguen el fruto a su tiempo.»
42 Yeshúa les dijo: «¿Nunca han leído en los Salmos: ‘La piedra que desecharon los constructores ha venido a ser la principal piedra angular. De parte de Yhwh es esto. Es maravilloso a nuestros ojos.’ 43 Por eso les digo que el reino de Elohim se les quitará a ustedes y se le dará a unas naciones que producirán los frutos de éste. 44 Y el que caiga sobre esta piedra se hará pedazos, y si ella cae sobre alguien lo hará pedazos.»
45 Cuando los principales kohanim y los perushim oyeron sus parábolas entendieron que él hablaba de ellos. 46 Pero aunque querían echarle mano, le temían a las multitudes; porque él era un profeta a los ojos de ellos.
Los invitados a la boda
22
Yeshúa tomó la palabra y volvió a hablarles en parábolas diciendo:
2 «El reino de los cielos es comparable a un hombre que era rey, que celebró una boda para su hijo. 3 Envió a sus siervos para llamar a los que habían sido invitados a la boda, pero no quisieron asistir. 4 De nuevo envió a otros siervos, diciendo: “Digan a los invitados: ‘Miren, he preparado mi banquete; mis toros y gansos ya están cocinados, y todo está listo; vengan a la boda.’ 5 Pero no le hicieron caso, y se fueron, uno a su aldea, otro a su negocio; 6 y los otros agarraron a sus siervos, y con violencia los mataron.
7 «Pero cuando el rey lo oyó, se encendió su ira, y mandó a sus tropas y mató a aquellos asesinos y prendió su ciudad en fuego. 8 Luego les dijo a sus siervos: ‘La boda, en verdad, está preparado, pero los invitados no eran dignos. 9 Así que vayan a las encrucijadas de los caminos, e inviten a la boda a todos los que encuentren.’ 10 Así que sus siervos salieron por los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto malos como buenos; y así la boda se llenó de los que se sentaron a la mesa.
11 «Y cuando entró el rey para ver a los que estaban sentados, vio allí a un hombre que no llevaba ropa de bodas, y le dijo: 12 ‘Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin llevar ropa de bodas?’ Pero él se quedó callado. 13 Entonces el rey les dijo a sus sirvientes: ‘Amárrenlo de pies y manos y échenlo a las tinieblas de afuera.’ Allí será el llanto y el crujir de dientes; 14 porque muchos fueron llamados, pero pocos fueron escogidos.
Los impuestos del César
15 Entonces se fueron los perushim y consultaron entre ellos sobre este dicho. 16 De modo que le enviaron unos talmidím de ellos, junto con los siervos de Herodes, a decirle: «Rabí, sabemos que eres un hombre sincero, y que enseñas el camino de Elohim en verdad, y que no te dejas influir de nadie; porque no te fijas en la apariencia del hombre. 17 Dinos pues qué te parece: ¿Es justo pagarle impuestos al César, o no?»
18 Pero Yeshúa, conocía la malicia en el corazón de ellos, y les dijo: «¿Hipócritas, por qué me ponen a prueba? 19 Muéstrenme una moneda del impuesto.» Y ellos le presentaron un zuz. 20 Entonces él les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?» 21 Y ellos le respondieron y dijeron: «Del César.» Entonces él les dijo: «Pues denle al César lo que es del César, y a Elohim que es de Elohim.» 22 Cuando ellos oyeron esto, quedaron maravillados, y lo dejaron y se fueron.
Los tsedukím y la resurrección
23 Aquel mismo día se le acercaron unos tsedukim, que son los que dicen que no habrá resurrección, y le preguntaron: 24 «Rabí, Moshé dijo: ‘Si un hombre muere, y no tiene un hijo, su hermano tomará como esposa la esposa del difunto, para levantarle descendencia a su hermano.’ 25 Pues él le dejó su esposa a su hermano. 26 Lo mismo con el segundo y el tercero, hasta el séptimo. 27 Y después de eso, murió también la mujer. 28 En la resurrección, ¿de quién será ella? Porque todos los siete fueron sus esposos.»
29 Y Yeshúa respondió y les dijo: «Ustedes están equivocados, porque no conocen las Escrituras ni el poder de Elohim. 30 Porque en la resurrección no se casan ni se dan en desposorio, sino que son como los mensajeros de Elohim que están en el cielo. 31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que se habló Elohim cuando les dijo: 32 Yo soy el Poderoso de Abraham, el Poderoso de Yitsjaq y el Poderoso de Yaaqob; y él no es un Poderoso de muertos, sino un Poderoso de vivos.» 33 Y cuando oyeron esto las multitudes, quedaron maravilladas de su enseñanza.
Silencia a los perushim
34 Cuando los perushim se enteraron de que había hecho callar a los tsedukím, se reunieron en concejo. 35 Uno de ellos, que era maestro de la Toráh, le preguntó para probarlo: 36 «Rabí, ¿cuál es el mayor mandamiento de la Toráh?» 37 Y Yeshúa le contestó. «Amarás a Yhwh tu Poderoso con todo tu corazón, con todo tu ser y con todo tu poder. 38 Este es el mayor mandamiento en toda la Toráh. 39 Y ese es el primero, pero el segundo es semejante a él: Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos pende toda la Toráh y los Profetas.»
41 Ahora bien, mientras estaban reunidos los perushim, Yeshúa les preguntó: 42 «¿Qué piensan ustedes del Mesías? ¿De quién es hijo?» Ellos le contestaron: «Es el Hijo de Dawid.» 43 Y él les dijo: «Entonces, ¿cómo es que Dawid, por el rúaj ha-qódesh, lo llama soberano? Pues dice: 44 ‘Dijo Yhwh a mi soberano: «Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies.»’ 45 Pues, si Dawid lo llama soberano, ¿cómo puede ser hijo suyo?» 46 Y nadie le pudo responder una palabra. Desde ese día nadie se atrevió hacerle más preguntas.
La gran reprensión
23
Entonces Yeshúa se dirigió a la multitud y a sus talmidím, y les dijo: 2 «Los escribas y los perushim se sientan en la cátedra de Moshé. 3 Así que, todo lo que les digan, háganlo y cúmplanlo; pero no hagan como hacen ellos, porque ellos dicen pero no hacen. 4 Porque ellos atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de la gente; pero ellos mismos no quieren cargar con ellas. 5 Hacen todas sus obras para que la gente los vea. Se hacen bien anchos sus tefilím, y agrandan las esquinas de sus mantos. 6 Les gustan los primeros asientos en los banquetes y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las bendiciones en las plazas y que la gente los llame ‘Rabí.’ 8 Pero ustedes, no se hagan llamar Rabí; porque uno solo es su Rabí, y ese es el Mesías, y todos ustedes son hermanos. 9 Y no se hagan llamar Padre en la tierra, porque uno solo es su Padre, el que está en los cielos. 10 Tampoco se hagan llamar Maestro, porque su Maestro es uno solo, y ese es el Mesías. 11 El que quiera ser mayor entre ustedes, que se haga siervo de ustedes; 12 porque al que se enaltece lo humillarán, y al que se humilla lo enaltecerán.
13 «Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas, que le cierran el reino de los cielos a la gente; pues ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
14 «Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas, que devoran las casas de las viudas para hacer largas oraciones, y por eso recibirán un largo juicio.
15 «¡Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas, que recorren mar y tierra para hacer un solo prosélito; y cuando lo logran, lo hacen dos veces más digno del Gue Hinóm que ustedes mismos.
16 «¡Pobres de ustedes, guías ciegos, que dicen: ‘Si uno jura por el Templo, no significa nada; pero si jura por el oro del Templo, se condena.’ 17 ¡Necios y ciegos! ¿Cuál es más importante: el oro o el Templo que santifica al oro? 18 También [dicen ustedes]: ‘Si uno jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre el altar, se condena.’ 19 Ciegos, ¿cuál es más importante: la ofrenda o el altar que santifica a la ofrenda? 20 Pues el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que hay sobre él. 21 Y el que jura por el Templo, jura por él y por Aquel que habita en él. 22 Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Elohim y por Aquel que se sienta en él.
23 «¡Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas; que diezman la menta, el anís y el comino; pero han descuidado las cosas más importantes de la Toráh: la justicia, la compasión, y la verdad. Aquellas cosas hay que cumplirlas, pero sin omitir éstas. 24 ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero se tragan el camello!
25 «¡Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas; que limpian por fuera el vaso o el plato, pero por dentro están llenos de extorsión y de impureza. 26 Parush ciego, limpia primero lo que está dentro del vaso, para que también el exterior quede limpio.
27 «¡Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas; porque son como sepulcros blanqueados, que por fuera le parecen hermosos a la gente, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda impureza. 28 Así también ustedes, por fuera parecen justos delante de la gente, pero por dentro están llenos de depravación y violencia.
29 «¡Pobres de ustedes, escribas y perushim hipócritas; que edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, 30 y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la matanza de los profetas.’ 31 Así dan testimonio contra ustedes mismos de que provienen de aquellos que mataron a los profetas, y son hijos de ellos. 32 ¡Bueno, pues concluyan ustedes la obra de sus padres!
33 «Serpientes, generación de víboras, ¿cómo escaparán de la condenación del Gue Hinóm? 34 Por eso les digo: Miren; yo les envío profetas, sabios y escribas; y de ellos, a unos los matarán y ejecutarán en maderos, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, 35 para que caiga sobre ustedes toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde el justo Hébel hasta Zekaryah Ben Berekyah, a quien ustedes mataron entre el Templo y el altar. 36 En verdad les digo que todo esto recaerá sobre esta generación.
37 «Yerushaláyim, Yerushaláyim, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían, ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 38 Miren, su casa se les queda desierta. 39 Y les digo que no volverán a verme hasta [el día en] que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre de Yhwh!»
DISCURSO SOBRE EL FUTURO
La destrucción del Templo
24
Cuando Yeshúa salía y se alejaba del templo, se le acercaron sus talmidím y le llamaron la atención hacia los edificios del Templo. 2 Pero él les respondió: «¿Ustedes consideran todas estas cosas? Pues en verdad les digo que aquí no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.»
3 Estando él sentado en el Monte de los Olivos, sus talmidím se le acercaron privadamente, y le dijeron: «Dinos, ¿cuándo sucederán esas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?» 4 Entonces Yeshúa respondió diciéndoles: «Que nadie los engañe; 5 porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: «Yo soy el Mesías,» y engañarán a muchos. 6 Oirán hablar de guerras y rumores de guerras. No se confundan, porque es necesario que sucedan esas cosas, pero todavía no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestilencia, y hambre, y terremotos por todas partes. [8 Pero todas esas cosas son sólo el comienzo del sufrimiento.]
9 «Entonces los entregarán a tribulación y los matarán, y todos los goyím los odiarán por causa de mi nombre. 10 Entonces muchos se ofenderán; y se traicionarán unos a otros, y se aborrecerán unos a otros. 11 Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; 12 y por el aumento de la apostasía, se enfriará el amor de muchos. 13 Pero el que persevere hasta el fin se salvará. 14 Y esta buena nueva del reino se proclamará en todo el mundo para testimonio a todos los goyím, y luego vendrá el fin.
La abominación desoladora
15 Por eso, cuando ustedes vean en el Lugar Santo la abominación desola-dora de la que habló el profeta Daniyel (el que lee, que entienda), 16 entonces los que estén en Yahudah huyan a los montes; 17 y el que esté en la azotea no baje a sacar algo de su casa, 18 y el que esté en el campo no vuelva atrás a coger su ropa. 19 ¡Pobres de las que tengan hijos, y de las que estén por dar a luz, y de las que amamanten en aquellos días! 20 Y rueguen que su huida no sea en el invierno ni en el Shabát; 21 porque habrá entonces una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá después. 22 Y si no se abreviaran esos días, no se salvaría nadie; sólo por causa de los escogidos, aquellos días se abreviarán.
23 «Entonces, si alguien les dice: ‘Miren, aquí está el Mesías’, o ‘Allá está,’ no lo crean. 24 Porque se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y harán grandes señales y maravillas para engañar, de serles posible, aun a los elegidos. 25 Miren que se los he dicho. 26 Así que, si les dicen: ‘Miren, está en el desierto’, no salgan; o ‘Miren, está en los apartamentos,» no lo crean. 27 Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque donde está el cadáver, allí se reúnen juntan las águilas.
La venida del Hijo del Hombre
29 «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz. Las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos se conmoverán. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con grande poder y gloria. 31 Él enviará a sus mensajeros con una trompeta, y una gran voz, para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, desde las alturas del cielo hasta sus extremidades. 32 De la higuera aprendan la analogía: Cuando su rama se pone tierna y brotan sus hojas, ustedes saben que la fruta de verano está cerca. 33 Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él está cerca, a las puertas. 34 En verdad les digo que no pasará esa generación hasta que todo se cumpla. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 «Hasta ese día, y en cuanto a la hora, no habrá hombre que sepa; ni siquiera los mensajeros del cielo, sino sólo mi Padre. 37 Porque como fue en los días de Nóaj así será en la venida del Hijo del Hombre. 38 Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que Nóaj entró en el arca, 39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 En ese entonces estarán dos en el campo; a uno se lo llevarán, y al otro lo dejarán. 41 Dos estarán moliendo en un molino; a uno se la llevarán, y al otro la dejarán. Dos estarán en una cama, a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán.
Manténganse alerta
42 Así que manténganse alerta, porque no saben en qué día viene su Maestro. 43 Pero sepan esto: Que si el padre de familia supiera a qué hora habría de venir el ladrón, en verdad, se quedaría despierto y no dejaría que escalaran su casa. 44 Así que, estén preparados también ustedes, porque no saben a qué hora viene el Hijo del Hombre. 45 ¿Quién, entonces, es un siervo fiel y prudente, a quien su Amo puso a cargo de su familia para que les dé alimento a su debido tiempo? 46 Feliz aquel siervo a quien su amo, cuando venga a su casa, lo encuentre haciendo así. 47 En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 48 Pero si ese siervo dice perversamente en su corazón que su amo tarda en venir, 49 y comienza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los borrachos, 50 el amo de ese siervo vendrá un día en que no lo espera, y a una hora que no sabe, y lo sorprenderá súbitamente, 51 y le asignará un lugar con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
Parábola de las diez vírgenes
25
Entonces, el reino de los cielos será como diez vírgenes que tomaron sus lámparas, y salieron a recibir al novio. 2 Cinco de ellas eran necias, y cinco eran prudentes. 3 Cuando las cinco necias tomaron sus lámparas, no llevaron aceite; 4 pero las prudentes llevaron aceite en sus vasijas, con sus lámparas. 5 Y como el novio se tardaba, a todas les dio sueño y se quedaron dormidas.
6 A la media noche se oyó gritar: ‘¡Miren, el novio llegó, salgan a recibirlo!’ 7 Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron y prepararon sus lámparas. 8 Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dennos ahora de su aceite, que nuestras lámparas se apagaron.’ 9 Pero las prudentes les respondieron: ‘No podemos darles, no vaya a ser que no baste para nosotras y para ustedes; mejor vayan a los vendedores y compren para ustedes.’
10 Mientras ellas iban a comprar, llegó el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: ‘¡Maestro, maestro, ábrenos!’ 12 Pero él les respondió diciendo: ‘En verdad les digo que no las conozco.’ 13 Así que manténganse alerta, porque ustedes no saben ni el día ni la hora en que viene el Hijo del Hombre.
Los siervos fieles
14 «Porque es como un hombre que iba a emprender un viaje largo, y llamó a sus siervos y les confió sus bienes. 15 A uno le entregó cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno; a cada uno le dio conforme a su capacidad; y enseguida emprendió viaje.
16 «Entonces, el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. 17 De la misma manera, el que había recibido dos ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno, fue y cavó un hoyo en la tierra, y lo escondió en la tierra.
19 «Sucedió que, después de mucho tiempo, volvió aquel amo y ajustó cuentas con ellos. 20 Cuando se presentó el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos y dijo: ‘Amo, usted me entregó cinco talentos, y mire, he ganado otros cinco talentos.’ 21 Y su amo le dijo: ‘Ajá, en cuanto has sido un siervo bueno y fiel sobre poco, ven, te pondré sobre mucho; entra en el disfrute de tu amo.’ 22 También se presentó el que había recibido dos talentos, y dijo: ‘Amo, usted me entregó dos talentos, y mire, he ganado estos otros dos.’ 23 Y su amo le dijo: ‘Ajá, en cuanto has sido un siervo bueno y fiel sobre poco, ven ahora, y te pondré sobre mucho; entra en el disfrute de tu amo.’
24 «Se presentó también el que había recibido un talento, y dijo: ‘Amo, yo sabía que usted es un hombre exigente, que cosecha donde no sembró, y recoge donde no esparció. 25 Por eso tuve miedo, y fui y escondí su talento en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.’ 26 En respuesta, su amo le dijo: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí. 27 Por lo tanto, debiste haber depositado mi dinero en el banco, para que al venir yo, recibiera lo mío con intereses. 28 Así que, quítenle el talento y dénselo al que tiene diez talentos. 29 Porque a todo el que tiene se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que parece tener se le quitará. 30 Y al siervo perezoso échenlo a las tinieblas de afuera.’ Allí habrá llanto y crujir de dientes.»
El juicio de las naciones
31 «Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los mensajeros con él, entonces se sentará en su trono glorioso; 32 y reunirá delante de él a todas las naciones, y separará los unos de los otros, como el pastor separa los corderos de los cabros; 33 y pondrá los corderos a su derecha, y los cabros a su izquierda.
34 «Entonces el Rey dirá a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y posean el reino preparado para ustedes desde el principio del mundo. 35 Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber. Fui forastero, y me acogieron. 36 Estuve desnudo, y me vistieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y fueron a verme.’
37 «Entonces los justos le preguntarán: ‘Maestro, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero y te acogimos, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a verte?’ 40 Y el Rey responderá y les dirá: ‘En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos que son para mí como hermanos más pequeños, es como si me lo hubieran hecho a mí.’
41 «Entonces les dirá también a los de su izquierda: ‘Apártense de mí, malditos. Vayan al fuego eterno preparado para Satán y sus mensajeros. 42 Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 43 fui forastero, y no me acogieron; estuve desnudo, y no me vistieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron.’ 44 Entonces le responderán: «Maestro, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?’ 45 Entonces les responderá: ‘En verdad les digo que en cuanto no lo hicieron a uno de estos pequeños, tampoco me lo hicieron a mí.’ 46 Entonces irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
LA MUERTE DE YESHUA
26
Cuando Yeshúa terminó de decir todas estas palabras, les dijo a sus talmidím: 2 «Ustedes saben que dentro de dos días es el Pésaj, y al Hijo del Hombre van a traicionarlo, y a atarlo, para que lo crucifiquen.»
3 Entonces los kohaním y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Kohén Gadól, que se llamaba Kayafá, 4 y consultaron para arrestar a Yeshúa con engaño y matarlo. 5 Pero decían: «No lo hagamos en la Fiesta, para que no se forme una conmoción en el pueblo.»
El ungimiento en Bet Anyah
6 Estando Yeshúa en Bet Anyah, en casa de Shimón el leproso, 7 se le acercó una mujer que traía un frasco de aceite costoso, y lo derramó sobre la cabeza de él, mientras estaba sentado a la mesa. 8 Cuando sus talmidím lo vieron, se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro? 9 Porque ese aceite pudo haberse vendido a un alto precio y habérselo dado a los pobres.»
10 Como Yeshúa se dio cuenta, les dijo: «¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una buena obra conmigo. 11 Porque los pobres estarán siempre con ustedes, pero yo no estaré siempre con ustedes. 12 Pues al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella me ha preparado para la sepultura. 13 En verdad les digo que dondequiera que se proclame esta buena nueva en todo el mundo, allí se contará lo que ha hecho esta mujer, para renombre y memoria de ella.»
La traición
14 Entonces fue uno de los doce talmidím, el que se llamaba Yahudah de Keriot, y fue donde los principales kohaním 15 y les dijo: «¿Cuánto me pueden dar para que yo se los entregue?» Ellos le estipularon treinta piezas de plata; 16 y desde entonces él buscaba un momento conveniente para entregarlo.
La cena del Pésaj
17 El día anterior a la Fiesta de los Inleudos, los talmidím se acercaron a Yeshúa diciendo: «¿Dónde vas a comer el Pésaj?» 18 Y Yeshúa dijo: «Vayan a la ciudad, donde Fulano, y díganle: ‘El Maestro dice: ‘Mi tiempo está cerca; y contigo voy a celebrar el Pésaj con mis talmidím.’» 19 Los talmidím hicieron como Yeshúa les mandó y prepararon el Pésaj.
20 Al caer la tarde, él estaba sentado a la mesa con sus doce talmidím, 21 y mientras comían, dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me va a traicionar.» 22 Ellos, se enojaron muchísimo, y comenzaron a preguntarle, uno por uno: «¿Seré yo, Maestro?» 23 Pero él respondió y dijo: «El que mete la mano conmigo en el plato es el que me traicionará. 24 Ciertamente el Hijo del Hombre se va, como está escrito de él, pero ¡pobre del hombre por cuya mano va a ser traicionado el Hijo del Hombre! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido.» 25 Entonces intervino Yahudah, el que lo iba a entregar, y dijo: «¿Seré yo, rabí?» Él le dijo: «Tú lo has dicho.»
26 Y sucedió que mientras ellos comían, Yeshúa tomó pan y dio la bendición; lo partió y lo dio a sus talmidím, diciendo: «Tengan, coman esto que es mi cuerpo.» 27 Después cogió una copa, y dio la bendición, y se la dio a ellos diciendo: «Beban de ella todos; 28 porque esto es mi sangre de la nueva alianza, la cual se derrama por muchos para expiar por los pecadores. 29 Y les digo que desde ahora no beberé del fruto de la vid, hasta ese día en que lo beba nuevo con ustedes en el reino de mi Padre que está en el cielo. 30 Y después de recitar la Alabanza, salieron al monte de los Olivos.
31 Entonces Yeshúa les dijo: «Todos ustedes me fallarán esta noche, porque está escrito: ‘Hiere al Pastor, y se dispersará el rebaño.’ 32 Pero después que haya resucitado, iré delante de ustedes al Galil.»
33 Kefá respondió y le dijo: «Aunque todos te fallen, yo no te fallaré.» 34 Y Yeshúa le dijo: «En verdad te digo que esta noche, antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces.» 35 Kefá le dijo: «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.» Y todos los talmidím dijeron lo mismo.
La agonía en el Gue Shemanim
36 Entonces llegó Yeshúa con ellos a una aldea que se llama Gue Shemanim, y les dijo a sus talmidím: «Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar.» 37 Se llevó a Kefá y a los dos hijos de Zavday, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 38 Entonces les dijo: «Tengo una tristeza de muerte. Espérenme aquí, y velen conmigo.»
39 Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, y oró diciendo: «Padre, si es posible que no tenga que pasar este trago, que así sea; pero que no sea como yo quiero, sino como tú quieras.»
40 Volvió donde sus talmidím y los halló dormidos, y le dijo a Kefá: «¿No han podido velar ni una sola hora conmigo? 41 Vigilen y oren, para que no caigan [en tentación]. El espíritu, en verdad, es vigilante, pero la carne es débil.»
42 Por segunda vez se apartó y oró diciendo: «Padre, si no se puede evitar que yo beba este trago, sea como tú quieres.» 43 Cuando volvió otra vez, los halló durmiendo, porque ellos tenían los ojos pesados.
44 De nuevo los dejó y se apartó a orar por tercera vez, y dijo la misma oración que había dicho ya. 45 Luego volvió donde sus talmidím y les dijo: «Ustedes han dormido ya y han descansado; miren, se acerca la hora en que al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los pecadores. 46 Levántense, vámonos; miren que se acerca el que me traiciona.»
El arresto
47 Todavía estaba él hablando cuando llegó Yahudah, uno de sus doce talmidím, y con él venía un gran grupo con espadas y palos, de parte de los principales kohaním y de los ancianos del pueblo. 48 Ahora bien Yehudah, el traidor, les había dado una señal a la gente que vino con él, diciendo: «Al que yo bese, ése es; agárrenlo.»
49 Enseguida se acercó a Yeshúa y le dijo: «Shalom, rabí,» y lo besó. 50 Pero Yeshúa le dijo: «Amigo, ¡a lo que has llegado!» Entonces ellos se acercaron, le echaron mano a Yeshúa y lo apresaron.
51 Sucedió que uno de los que estaban con Yeshúa extendió la mano, sacó su espada, y le cortó una oreja a un siervo del kohén gadol. 52 Entonces Yeshúa le dijo: «Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que empuñan espada, a espada perecerán. 53 ¿Piensas que no puedo pedirle a mi Padre que envíe ahora en favor mío más de doce legiones de mensajeros? 54 Pero entonces, ¿cómo se establecerían las Escrituras que han dicho que sucedería de esta manera?»
55 En ese momento Yeshúa le dijo a la multitud: «¿Ustedes han salido a buscarme como contra un ladrón, con espadas y palos para arrestarme? Cada día me sentaba junto a ustedes y les enseñaba en el templo, y ustedes no me arrestaron. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se establezcan las Escrituras de los Profetas.» Entonces todos los talmidím lo abandonaron y huyeron.
El juicio ante el Sanhedrín
57 [Los que habían apresado a Yeshúa lo llevaron ante] Kayafá, el kohén gadol , donde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Y Kefá lo fue siguiendo de lejos hasta el patio del kohén gadol, y entró al bet [din], y se sentó con los criados para ver en que pararía aquello.
59 Los kohaním guedolím, y todo el Sanhedrín, buscaban falso testimonio contra Yeshúa, para entregarlo a la muerte. 60 Pero no hallaron ninguno, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos. Por fin se presentaron dos testigos falsos que dijeron: 61 «Este dijo: ‘Puedo derribar el Templo de Elohim y antes de tres días puedo reedificarlo’»
62 Entonces se levantó el kohén gadol y le dijo: «¿No respondes nada en absoluto sobre esto que testifican ellos contra ti?» 63 Pero Yeshúa no respondió nada. Entonces el kohén gadol le dijo: «¡Te pongo bajo juramento por el Elohim vivo, para que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Elohim!» 64 Yeshúa respondió y le dijo: «Tú lo has dicho. Además les digo, desde ahora ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Elohim, viniendo en las nubes del cielo.»
65 Entonces el kohén gadol se rasgó la ropa y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? Fíjense, ahora mismo han oído ustedes la blasfemia. 66 ¿Qué les parece?» Y ellos respondieron: «¡Es condenado a muerte!» 67 Entonces le escupieron la cara y lo golpearon con el puño, y otros lo abofetearon en la cara; 68 y le decían: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién fue el que te golpeó?
Negaciones de Kefá
69 Kefá estaba sentado afuera en el patio, y se le acercó una criada diciendo: «¡Tú también estabas con Yeshúa el galilí!» 70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo: «No sé de qué hablas.»
71 Pero cuando él salió a la puerta, otra criada le vio y les dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Yeshúa el Natsratí.» 72 Y otra vez lo negó con juramento, y dijo: «Yo no lo conozco.»
73 Y poco después se acercaron los que estaban por allí y le dijeron a Kefá: «En verdad tú eres de ellos, porque tu acento te descubre.» 74 Entonces comenzó a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre. Y enseguida cantó el gallo. 75 Y Kefá se acordó de las palabras de Yeshúa, que había dicho: «Antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces.» Y entonces fue afuera, y lloró amargamente.
Lo llevan ante Pilato
27
Al amanecer, todos los kohaním guedolim y los ancianos del pueblo se reunieron a deliberar sobre Yeshúa para condenarlo a muerte. 2 Y después de atarlo, lo llevaron y se lo entregaron al gobernador Poncio Pilato.
3 Entonces Yahudah, el que lo había entregado, al ver que lo condenaban, se arrepintió y devolvió las treinta piezas de plata que le habían dado, y se las dio a los kohanim guedolim y a los ancianos, 4 y dijo: «Yo he pecado entregando la sangre del justo.» Pero ellos dijeron: «¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!» 5 Entonces él arrojó las treinta piezas de plata en el Templo, y se ahorcó con una soga.
6 Los kohanim guedolim recogieron las piezas de plata y dijeron: «No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque son precio de sangre.» 7 Y después de consultarlo, compraron con ellas una parcela del Campo del Alfarero, para sepultura de los extranjeros.
8 Por eso aquella parcela se llama Jakél Damá, hasta el día de hoy. 9 Entonces se cumplió lo que declaró el profeta Yirmeyahu, cuando dijo: «Y cogieron las treinta piezas de plata, un buen precio del que fue tasado, según la tasación de los hijos de Yisrael; 10 y las dieron para la Parcela del Alfarero, como me ordenó Yhwh.»
11 Yeshúa estaba ahora de pie ante el gobernador, y el gobernador le preguntó: «¿Eres tú rey de los yahuditas?» Y Yeshúa le dijo: «Tú lo dices.» 12 Pero cuando lo acusaron los kohanim guedolim y los ancianos, no respondió nada. 13 Entonces Pilato le dijo: «¿No oyes testimonio que levantan contra ti?» 14 Pero él no le respondió nada, ni una sola palabra, de manera que el gobernador quedó sumamente asombrado.
15 En la Fiesta, era costumbre que el gobernador le soltara al pueblo un preso, el que quisieran. 16 En aquel entonces tenían en custodia a cierto preso, un bandido, que se llamaba Bar Rabáh. 17 Así que mientras estaban ellos reunidos, Pilato les dijo: «¿A cuál quieren que les suelte? ¿A Bar Rabáh o a Yeshúa, el llamado Mesías?» 18 Porque sabía que por odio lo habían entregado.
19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, su esposa le mandó a decir: «No tengas nada que ver con ese hombre justo, porque hoy he sufrido muchas cosas por causa de él.» 20 Pero los kohanim guedolim y los ancianos persuadieron al pueblo para que pidieran a Bar Rabáh, y destruyeran a Yeshúa.
21 Luego el gobernador tomó la palabra y les preguntó: «¿A cuál de los dos quieren que les suelte?» Ellos dijeron: «¡A Bar Rabáh!» 22 Pilato les pregunto: «¿Qué haré entonces con Yeshúa, el llamado Mesías?» Todos dijeron: «¡Al madero con él!» 23 Y el gobernador les dijo: «Pues, ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos repitieron y dijeron: «¡Al madero con él!»
24 Cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada, sino que se formó una gran conmoción, cogió agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: ¡Soy inocente de la sangre de éste hombre justo! ¡Allá ustedes!» 25 Y todo el pueblo respondió: «¡Que su sangre recaiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!» 26 Entonces les soltó a Bar Rabáh; y les entregó a Yeshúa para que lo azotaran con látigos, y lo ejecutaran en el madero.
27 Después los soldados del gobernador llevaron a Yeshúa, y lo entregaron en el bet din, y reunieron a toda la compañía alrededor de él. 28 Después de desnudarlo, lo vistieron con una túnica escarlata; 29 y le rodearon la cabeza con espinas como corona, y le pusieron una vara en su mano derecha; y se arrodillaron delante de él, y se burlaron de él, diciendo: «¡Shalom lekhá, rey de los yahuditas!» 30 Además, lo escupieron, y cogieron la vara y le golpeaban la cabeza. 31 Después de haberlo ridiculizado, le quitaron la túnica, lo vistieron con su propia ropa, y lo llevaron para ejecutarlo en el madero.
La ejecución
32 Cuando iban saliendo, encontraron a un hombre de Kirene llamado Shimón, y lo trajeron para le cargara el patíbulo.
33 Cuando llegaron al lugar que se llama Gulgolta, 34 le dieron vino mezclado con opio; pero cuando lo probó, no lo quiso beber. 35 Después de clavarlo al madero, se repartieron sus vestidos, echando suertes; para cumplir lo dicho por la boca del profeta, que dijo: «Repartieron entre ellos mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.» 36 Y se sentaron a vigilarlo. 37 Y pusieron sobre su cabeza el cargo contra él, escrito así: «ESTE ES YESHÚA, REY DE LOS YAHUDITAS.
38 Entonces clavaron en maderos junto a él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Y todos los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza 40 y diciendo: «Ajá, tú que destruyes el Templo de Elohim y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a ti mismo! Si eres Hijo de Elohim, bájate del patíbulo.» 41 De igual manera, los kohanim guedolim se burlaban de él, junto con los escribas y los ancianos, 42 y decían: «Salvó a otros pero no puede salvarse a sí mismo. Si es el rey de Yisrael, que se baje ahora de ese patíbulo, y creeremos en él. 43 Él confió en Elohim, pues que lo libre ahora si se deleita [en él], porque él dijo: «Soy el Hijo del Poderoso.» 44 Y de la misma manera, los ladrones que estaban clavados en maderos con él lo insultaban.
45 Desde la sexta hora descendió una oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Y a la hora novena, Yeshúa exclamó en alta voz: «¡Poderoso mío, Poderoso mío, ¿por qué me has desamparado? 47 Cuando algunos de los que estaban allí lo oyeron, dijeron: «Ese está llamando a Eliyahu.» 48 Y enseguida uno de ellos corrió, cogió una esponja, la llenó de vinagre, y poniéndola en una vara, le dio de beber. 49 Pero otros decían: «Déjalo, vamos a ver si viene Eliyahu a librarlo.»
50 Pero Yeshúa clamó otra vez en alta voz y entregó el espíritu. 51 En ese momento, el velo del Templo se desgarró en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, y las rocas se partieron, 52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de hombres santos que yacían allí, se levantaron; 53 y después de la resurrección de él, salieron de los sepulcros, fueron a la ciudad santa, y fueron vistos por muchos.
54 Y los centuriones que estaban con Yeshúa para vigilarlo, cuando vieron el terremoto, y las cosas que habían sucedido, se asustaron muchísimo, y dijeron: «¡En verdad éste era el Hijo de Elohim!»
55 Estaban allí mirando de lejos muchas mujeres que habían seguido a Yeshúa desde el Galil para servirle. 56 Entre ellas se encontraban Miryam la Magdalena, Miryam [Bat] Ya’aqov, y la madre de Yosef, y la madre de Zavday.
La sepultura
57 Al caer la tarde, vino un hombre rico de Ramatáyim llamado Yosef, quien también era discípulo de Yeshúa. 58 Este se presentó donde Pilato y le pidió el cuerpo de Yeshúa. Entonces Pilato mandó que le entregaran el cuerpo de Yeshúa. 59 Yosef cogió el cuerpo de Yeshúa, lo envolvió en lino puro, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña. Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue. 61 Pero Miryam la Magdalena y las otras Miryams se quedaron sentadas frente al sepulcro.
62 Al día siguiente, que era el que seguía a la búsqueda de levadura, los principales kohanim guedolim y los perushim fueron juntos donde Pilato, 63 diciendo: «Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo: ‘Antes de tres días después de mi muerte, resucitaré.’ 64 Por lo tanto, mande asegurar el sepulcro hasta el tercer día, no vaya a ser que sus talmidím entren y se lo roben, y le digan al pueblo que ha resucitado de los muertos, de modo que el último fraude sería peor que el primero.» 65 Pilato les dijo: «Ahí tienen la guardia, vayan y asegúrenlo como ustedes saben.» 66 De modo que ellos fueron e hicieron inaccesible el sepulcro con guardias, y sellaron la piedra.
La resurrección
28
Ahora bien, en la tarde del Shabát, cuando despuntaba el primer día de la semana, Miryam la Magdalena y la otra Miryam fueron a ver el sepulcro.
2 Y miren, había ocurrido un gran terremoto; porque el mensajero de Yhwh había descendido del cielo, y se había acercado, y había removió la piedra y se había sentado sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura como la nieve, 4 y los guardias temblaron por temor a él y quedaron como muertos. 5 Entonces el mensajero habló y les dijo a las mujeres: «No teman, sé que buscan a Yeshúa. 6 No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde estaba puesto el Maestro. 7 Vayan enseguida y digan a sus talmidím que ha resucitado de entre los muertos; y miren, él va delante de ustedes al Galil, allí lo verán. Miren que se los he dicho.»
8 Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro con temor, pero con mucho gozo, y corrieron a dar contarlo a los talmidím. 9 Y cuando iban, sucedió que Yeshúa les salió al encuentro, y les dijo: «¡Shalom alekhém!» Y ellas se acercaron, le abrazaron los pies y le rindieron homenaje. 10 Entonces Yeshúa les dijo: «No teman; vayan a darle la noticia a mis hermanos, para que vayan al Galil; allí me verán.»
11 Mientras ellas iban de camino, sucedió que algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los kohanim guedolim sobre todas las cosas que habían sucedido. 12 Ellos se reunieron en consejo con los ancianos, y tomando mucho dinero se lo dieron a los soldados, 13 diciendo: «Digan: ‘Sus talmidím vinieron de noche y se lo robaron mientras nosotros dormíamos.’» 14 Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo persuadiremos y los protegeremos a ustedes.» 15 De modo que ellos tomaron el dinero, e hicieron como se les había instruido. Y ese rumor se ha difundido entre los yahuditas hasta el día de hoy.
La última reunión con sus talmidím
16 Pero sus once talmidím se fueron al Galil, al monte que Yeshúa les había señalado. 17 Y cuando lo vieron, se postraron a sus pies; aunque algunos tenían duda. 18 Yeshúa se acercó a ellos y les dijo: «Toda autoridad se me ha dado en el cielo y en la tierra. 19 Así que vayan y enseñen a todos los goyim, y sumérjanlos en el nombre del Padre, del Hijo y del rúaj ha-qódesh; 20 y enséñenles a guardar todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.»