1. EL CONCEPTO de libertad nació en el cielo. La esclavitud, la compulsión y la fuerza son incompatibles con el carácter de nuestro Padre celestial.. No es la voluntad divina ni el plan divino que una nación esclavice a otra. Cuando los egipcios trataron a la simiente de Jacob como esclavos, el Todopoderoso envió plagas a esa nación y a su orgulloso y tirano monarca. Pero a pesar de las poderosas manifestaciones del poder divino, el Faraón rehusaba dejar libre a Israel hasta el primogénito de cada hogar incrédulo en todo el vasto imperio egipcio fue derribado. Después de recobrarse de su temor a los juicios retributivos del Omnipotente, los egipcios persiguieron a los israelitas, sólo para perecer en las aguas del Yam Suf (Mar de los Juncos). Aun cuando eso sucedió hace 36 siglos, el pueblo hebreo en todas partes hoy día celebra anualmente la Pascua en conmemoración de aquel de aquella milagrosa liberación de la esclavitud egipcia.
2. La Pascua se conoce comúnmente como la Festividad de la Libertad. El presente modo de observancia por parte de los judíos, sin embargo, difiere ampliamente de la manera en que la celebraban los antiguos. Aquéllos seguían las instrucciones precisas dadas por el Todopoderoso a través de Moisés.
3. Para captar el pleno significado de la Pascua y su profundo y sublime simbolismo, es necesario estudiar las instrucciones divinas registradas en las Escrituras Sagradas. Una contemplación detenida de esas instrucciones originales revelará que el Poderoso que detesta la esclavitud física detesta de igual manera la más perniciosa y degradante de todas las esclavitudes: la esclavitud al pecado.
4. En la celebración de la Fiesta de Pascua, el elemento más esencial era el cordero de Pascua. Antes de llevarse a cabo el decreto divino contra los primogénitos de Egipto, Elohim le dijo a Moisés:
· “Habla a la congregación de Israel, diciendo: En el día diez de este mes tomarán para sí cada uno un cordero, conforme ala casa de sus padres, un cordero por casa; y si la familia fuere muy pequeña para un cordero, que él y su vecino próximo a su casa lo tomen conforme al número de almas; cada uno según su comer contará para tu cordero.
· “Su cordero será sin tacha, macho de un año; lo tomarás de las ovejas, o de las cabras; y lo guardarás hasta el día 14 del mismo mes; y toda la asamblea de la comunidad de Israel lo matará en la tarde” [esto es, como a las 3:00 pm.]
· “Y tomarán de la sangre, y la untarán en los dos postes laterales de las casas donde lo comerán, y comerán la carne esa noche, asada al fuego, y con pan inleudo; y con hierbas amargas lo comerán…
· “Y así lo comerán: con sus lomos ceñidos, su calzado en sus pies, y su cayado en sus manos; y lo comerán deprisa, es la pascua de Yhwh…
· “Y la sangre será para ustedes una señal sobre las casas donde estén ustedes; y cuando yo vea la sangre, pasaré sobre ustedes, y la plaga no estará sobre ti para destruirte, cuando yo golpee la tierra de Egipto…
· “En una casa será comida; no sacarás de la carne fuera de la casa; ni quebrarás un hueso suyo”, Éxodo 12:3-8; 11, 13, 46 (Heb.)
5. El fiel cumplimiento de esas instrucciones envolvía lo siguientes puntos principales:
(a) El cordero (o cabrito) pascual debía ser seleccionado en el día 10 de Aviv, el primer mes, y debía ser guardado aparte hasta el día 14 de ese mismo mes.
(b) El cordero debía ser sin tacha.
(c) Debía ser sacrificado en el día 14 por la tarde.
(d) La sangre vertida debía ser asperjada sobre las jambas de la casa.
(e) La carne del animal debía ser asada para comerla esa noche.
(f) Debía ser comida con pan sin levadura.
(g) Ningún hueso del animal debía ser quebrado.
6. Era imperativo cumplir con esas instrucciones divinas. De hecho, era una cuestión de vida o muerte. Si los israelitas hubieran descartado cualquiera de las instrucciones impartidas, ellos, junto con los egipcios, habrían perdido sus primogénitos a manos del destructor. No fue su ilustre abolengo ni su identidad étnica lo que los salvó de la décima plaga en aquella memorable noche de destino. Yhwh mismo le había señalado a Israel la única vía y medio de escape:
· “Y la sangre será para ustedes una señal sobre las casas donde estén ustedes; y cuando yo vea la sangre, pasaré sobre ustedes, y la plaga no estará sobre ti para destruirte, cuando yo golpee la tierra de Egipto”. Éxodo 12:13 (H)
7. Por su obediencia Israel dio evidencia de su fe en la gran liberación que esta por producirse para ellos. Reconocieron que ellos mismos tenían algo que hacer para garantizar la seguridad de sus primogénitos. La señal de sangre debía ser puesta en sus casas. Aquella señal de sangre era la señal de protección que hacía segura cada casa de Israel.
8. Luego la plaga irrumpió con fuerza arrolladora. El arrogante orgullo del faraón quedó humillado hasta el polvo.
El rey “se levantó en la noche, él y sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto; porque no había una casa en la que no hubiera un muerto. Y llamó a Moisés y a Aarón de noche, y dijo: Levántense y salgan de entre mi pueblo, ustedes y los hijos de Israel, y vayan y sírvanle a Yhwh como ustedes han dicho. También lleven sus rebaños y sus manadas, como han dicho, y váyanse; y bendíganme también. Y los egipcios apuraban al pueblo, para enviarlos fuera del país con prisa; porque decían: Seremos todos hombres muertos”. Éxodo 12:30-33 (H)
9. Así Israel llegó a ser un pueblo libre —libertado por la manifiesta mano del Todopoderoso. La gratitud y la fe en los corazones del pueblo encontraron más tarde expresión en el himno triunfante de acción de gracias registrado en Éxodo 15. Esa canción, que conmemora la gran liberación del pueblo hebreo, testifica que el Omnipotente es la esperanza de todos los que confían en él.
10. La pascua con todos sus elementos esenciales no debía ser celebrada por Israel en ningún otro lugar que no fuera el que Elohim mismo habría de designar. Citamos:
· No podrás sacrificar la pascua dentro ninguna de tus puertas, que Yhwh tu Elohim te ha dado, sino en el lugar que Yhwh tu Elohim escogerá para poner en él su nombre, allí sacrificarás la pascua en la tarde, a la bajada del sol, en la época en que saliste de Egipto”. Deuteronomio 16:5, 6 (H)
11. Por varios siglos la observancia de las fiestas anuales por parte de Israel se centraba en cualquier lugar donde estuviera localizado su santuario. Pero después que se edificó el Primer Templo en el reinado del rey Salomón (971-931 a.E.C.), Jerusalem fue le lugar designado, como se informa:
· A su hijo le daré una tribu para que mi siervo David tenga siempre una luz delante de mí en Jerusalem, la ciudad que me he elegido para poner mi nombre en ella”. 1Reyes 11:36 (H)
12. Naturalmente surge la pregunta de por qué nuestro Padre celestial recalcó el sacrificio de un cordero. Es obvio que él pudo haber librado a Israel sin requerirles asperjar la sangre de un cordero sobre los dinteles y jambas de sus puertas. Él no se deleita en el derramamiento de sangre en sí. Siendo que, sin embargo, el Todopoderoso requirió el derramamiento de esa sangre inocente, tiene que haberse hecho porque él designó enseñarle a Israel una lección de sobresaliente importancia, la cual no se les habría podido presentar por ningún otro método o medio mejor.
13. El ofrecimiento de sacrificios de animales constituyó una parte principal de los servicios rituales hebreos. Por ningún pecado se podía hacer expiación sin derramamiento de sangre. Todo sacrificio requerido por causa de transgresión revelaba el carácter sagrado de la Ley de Yhwh, resumida en los Diez Mandamientos, la cual habían quebrantado los pecadores. Pecar es quebrantas los mandamientos, porque está escrito:
· Si un alma pecare … contra cualquiera de los mandamientos de Yhwh…” Levítico 4:2 (H)
Y de nuevo se dijo claramente:
· “El pecado es transgresión de la Ley”. (1Yojanán 3:4)
La muerte de los animales también señalaba hacia el último resultado del pecado, que es la muerte eterna.
Por eso es que era necesario en el Día de la Expiación, al cual nos referimos como Yom Kipur, que el sumo sacerdote tomara la sangre expiatoria del chivo sacrificado como ofrenda por el pecado del pueblo, y “la rociara sobre el propiciatorio y delante el propiciatorio [es decir, la cubierta del Arca]”. Levítico 16:15 (H). Dentro del Arca de la Alianza se guardaban las tablas de piedra sobre las que el Todopoderoso había escrito con su propio dedo su ley moral de diez mandamientos. La violación de cualquier precepto de esa ley era pecado, y la penalidad por la transgresión era la muerte. La aspersión de la sangre del animal sacrificado como ofrenda por el pecado del pueblo significaba que el animal había muerto para pagar la penalidad por la transgresión de ellos de aquella sagrada ley que estaba dentro del Arca.
14. Cuando el hombre pecaba caía bajo el poder de la muerte, porque leemos:
· “El alma que pecare esa morirá”. Ezequiel 18:4 (J)
· “La paga del pecado es muerte”. Romanos 6:23
Por cuanto “no hay nadie que haga el bien, ni aun uno” [Salmo 53:4 (J), “todos han pecado y están destituidos de la gloria de Elohim” (Romanos 6:23); la entera raza humana está bajo sentencia de muerte. “No hay hombre que no peque”, 1Reyes 8:46 (J); 2Crónicas 6:36 (J). “Porque no hay un hombre justo sobre la tierra que haga el bien y no peque”, Eclesiastés 7:20 (J). Si no fuera por la bondad y misericordia de Yhwh, todos estarían sumidos en una desesperación sin esperanza –todos estarían condenados a la miseria y la destrucción eterna.
15. Por medio del sistema sacrificial como lección objetiva, el Todopoderoso le enseñó a Israel que se había provisto un camino mediante el cual podían satisfacerse las demandas de Su ley quebrantada y al mismo tiempo se le podía extender misericordia al pecador culpable. Moisés escribió concerniente a esta muerte substitutiva:
· “Porque la vida de la carne [del animal sacrificado] está en la sangre; y yo se la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas; porque es la sangre la que hace expiación por el alma”. Levítico 17:11 (H).
16. En este breve verso el Todopoderoso declaró que la sangre de la víctima animal inocente haría expiación por la culpa del alma. Fue su infinita compasión y piedad por la raza caída lo que lo había movido a concebir un plan mediante el cual el hombre pudiera ser redimido. Cada ofrenda sacrificada habría de ser una representación vívida del gran Sacrificio, el Mashíaj redentor, cuya muerte vicaria habría de expiar por la culpa del que hubiera quebrantado la ley de Yhwh. Su muerte habría de confirmar y sostener la autoridad de esa ley al mismo tiempo haría posible que Elohim extendiera misericordia y perdón al pecador arrepentido y creyente.
17. Siendo que la ley del Eterno es tan sagrada y perfecta como él mismo, solamente un ser santo y perfecto podía hacer expiación por su transgresión. Por lo tanto, nadie sino el Mashíaj podría redimir al hombre caído de la maldición o penalidad de la ley quebrantada y traerlo de nuevo en armonía con ella. El Mashíaj ofreció tomar sobre sí la culpa y vergüenza del hombre pecador con el fin de rescatarlo de la ruina eterna. Estuvo dispuesto a descender a las mismas profundidades de la miseria a fin de lograr esto. El cielo no ha hecho ninguna otra provisión por la cual el hombre penitente pudiera librarse de la condenación y peso del pecado.
18. El sufrimiento vicario de un Substituto se describe claramente en Isaías 53. Si nos familiarizáramos bien con las Escrituras, se abrirían ante nuestros ojos vistas de la verdad y avenidas de investigación hasta ahora no soñadas. Obtendríamos un nuevo concepto del carácter del Todopoderoso y entenderíamos mejor su paciencia y tolerancia divinas para el pecador. La siguiente es la descripción que hace Isaías el Substituto divino –el korbán– que el Cordero de Elohim:
* “Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por azotado, como herido por Dios, y afligido. 5 Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. Pero YHWH cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca”. Isaías 53:4-7 (Heb.)
19. ¿A quién se hace referencia con este “cordero” que es llevado al matadero? ¿Quién es este Sufriente que aparta la espada de justicia de sobre el pecador culpable y permitió que atravesara su propio corazón? ¿De quién se escribió que “Yhwh hizo que la iniquidad de todos nosotros cayera sobre él”? De nadie más que nuestro bendito Mashíaj. Vea la lección 21.
20. Siete siglos pasaron antes de que la profecía registrada por Isaías hallara su cumplimiento. Entonces apareció el tan esperado Mashíaj.
Yojanán “vio a Yeshúa que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Elohim, el que lleva los pecados del mundo”. Yojanán 1:29 (Gr.)
Más tarde “Yojanán se puso de pie, y dos de sus discípulos, y viendo a Yeshúa que caminaba, dijo: He aquí al Cordero de Elohim”. Versos 35 y 36 (Gr.)
21. Note que Yojanán el precursor del Mashíaj, y también uno de los más grandes profetas de Israel, presentó a Yeshúa como el Cordero de Elohim. El antiguo cordero sacrificial prefiguraba a aquel que es “el Cordero de Elohim”.
Pablo, el apóstol judío, dijo:
· “El Mashíaj nuestra Pascua ha sido sacrificado por nosotros”. 1Corintios 5:7 (Gr.)
Yeshúa fue el verdadero Cordero Pascual antitípico. Todo rasgo principal del antiguo cordero pascual tuvo su contraparte y halló su completo cumplimiento en Yeshúa, el “Cordero de Elohim”.
22. El cordero pascual era apartado por cuatro días antes d ser sacrificado. La muerte de Yeshúa fue planificada por los líderes del Sanhedrín varios días antes de su ejecución, y por eso él ya no caminaba abiertamente entre el pueblo.
El cordero pascual debía ser sin tacha. La Escritura declara que Yeshúa era sin pecado:
· “A aquel [Yeshúa] que no conoció pecado él [Elohim] lo hizo pecado a favor de nosotros, para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Elohim “. 2 Corintios 5:21 (Gr.).
El cordero pascual era sacrificado el 14 de Nisán “entre las dos tardes”, o de 3:0 a 4:00 de la Tarde. Yeshúa fue ejecutado el día 14 de Nisán y murió a la hora novena, entre las 3:00 y las 4:00 de la tarde. Mateo 27:46, 50; Lukas 23:44-46.
A fin de salvar a los primogénitos de una muerte segura, no era suficiente que se inmolara al cordero pascual. La sangre vertida tenía que ser asperjada en las jambas de las casas. De igual manera no es suficiente creer que el Mashíaj murió por el mundo. Tenemos que creer que su sangre fue derramada por nosotros individualmente. Solamente en la medida en que nos apropiemos de los méritos de esa sangre y apliquemos al alma los beneficios de su muerte expiatoria, –creyendo que Elohim por causa del Mashíaj perdona nuestros pecados y nos limpia de toda iniquidad– podemos ser escudados de la destrucción final del pecado y los pecadores.
· “Pero si caminamos en la luz como él [Elohim] está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Yeshúa el Mashíaj, su Hijo, nos limpia de todo pecado”. ¡Yojanán 1:7 (Gr.).
La carne del cordero pascual debía comerse en la noche que seguía inmediatamente a la puesta del sol que marcaba el final del día en el que se inmolaba. Yeshúa murió en el mismo día en que fue puesto en el madero de ejecución.
· “Y era como la hora sexta [medio día], y vinieron tinieblas sobre todo el país hasta la hora novena [como 3:00 pm], el sol dejó de alumbrar; y el velo del templo se rasgó por el medio. Y clamando a gran voz, Yeshúa dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y diciendo esto expiró”. Lucas 23:44-46 (Gr.).
El cordero pascual debía comerse con pan sin levadura. En la Biblia la levadura es símbolo de pecado. El pan inleudo, por lo tanto, es símbolo de sinceridad Y VERDAD. Citamos:
· “Límpiense de la vieja levadura, para que sean una masa nueva. Porque el Mashíaj nuestro [cordero de] Pésaj fue sacrificado por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con levadura de malicia o perversidad, sino con los [panes] inleudos de sinceridad y verdad”. 1Corintios 5:7, 8 (Gr.).
De igual manera, hay que arrepentirse de la levadura del pecado y dejarla atrás, y en sinceridad y verdad cada uno de nosotros debe creer en el Mashíaj y recibir vida y alimento de él a través de su palabra.
Ni un solo hueso del cordero pascual debía quebrarse. Vea Éxodo 12:46; Números 9:12. Las piernas de los dos ladrones ejecutados junto a Yeshúa fueron quebradas para apresurar su muerte; pero cuando los soldados llegaron a Yeshúa, hallaron que ya había muerto.
32 “Luego los soldados fueron y quebraron las piernas al primero, y después al otro que había sido ejecutado con él. 33 Pero cuando llegaron a Yeshúa, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas; … 36 Porque estas cosas sucedieron así para que se cumpliese la Escritura que dice: Ninguno de sus huesos será quebrado. 37 También otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron”.
· ”. Yojanán 19:32-33, 36-37 (RVA)
23. Por lo anterior queda claro que el cordero pascual era un símbolo, una figura, una lección objetiva que representaba a Yeshúa el Mashíaj como el verdadero Cordero de Elohim. Así hemos presentado evidencia indisputable de que Yeshúa es el Mashíaj, el Cordero de Elohim. Él murió el mismo día y a la misma hora en que se sacrificaba el cordero de Pascua. El sacrificio del cordero pascual libró a Israel de la esclavitud física; la muerte de Yeshúa, el Cordero Antitípico, nos libra de la esclavitud al pecado. Elohim dice:
· “Sus propias iniquidades tomarán al impío, y él será atado por los lazos de su pecado”. Proverbios 5:22 (H)
24. El pecado esclaviza a una persona. El pecador queda aprisionado en los lazos de su propio hábitos inicuos. El engañador, o adúltero, o mentiroso puede jactarse de su falsa libertad, pero en realidad tal persona está cautiva en su propia culpa y hábitos pecaminosos. Hay solamente un poder que puede romper el temible agarre que tiene el mal sobre los corazones de los hombres, y ese poder proviene de Elohim a través del Mesías. Él declara:
· “Muy verdaderamente les digo: todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Si el Hijo pues los hace libres, ustedes serán ciertamente libres”. Yojanán 8:34, 36
Solamente mediante la sangre de Yeshúa, el Cordero de Elohim, puede el hombre resistir y subyugar las propensiones al mal de su naturaleza caída. Sin esa ayuda sobrenatural, el hombre está destinado a caer más profundo en el pecado.
· “Y el pecado, cuando culmina, produce muerte”. Jacobo 1:15
Yeshúa nos dice a todos:
· “Si ustedes no creen en quien soy yo [el Mashíaj], morirán en sus pecados”. Yojanán 8:24
25. ¿Ha vagado el apreciado lector lejos del Todopoderoso, festejando en los frutos de la transgresión, sólo para encontrarse en esclavitud al pecado, tratando de aquietar una conciencia culpable, con la idea de que algún día, tal vez en una terrible extremidad, cambiará su terrible derrotero? Eso, sin embargo, no se logra tan fácilmente. Cada indulgencia pecaminosa fortalece la aversión del alma hacia el Todopoderoso. El hombre que manifiesta una dureza infiel, o una sólida indiferencia hacia la verdad divina, no está sino cosechando lo que él mismo ha sembrado. En toda la Biblia no hay una advertencia más temible contra coquetear con el mal que la que se halla en las palabras del Sabio, que el pecador quedará atrapado en las cuerdas de su pecado”. Proverbios 5:22 (H)
Las Sagradas Escrituras nos aseguran:
· “Y Elohim demostró su amor por nosotros, en que mientras éramos todavía pecadores, el Mashíaj murió en nuestro favor”. Romanos 5:8 (Gr.)
El Mashíaj nunca habría ten ido que morir por nosotros si el hombre nunca hubiera pecado; pero cuando el hombre pecó, la ley demandó la pena de muerte. Elohim preparó un plan para que el hombre no tuviera que morir ni perecer eternamente; por eso el Mashíaj murió en lugar del hombre. Él dio su vida por la humanidad. Y recuerde:
· “Elohim demostró su amor por nosotros, en que mientras éramos todavía pecadores, el Mashíaj murió en nuestro favor”. Romanos 5:8 (Gr.)
(Preparado en inglés por: The Israelite Heritage Institute. Versión española de: Publicaciones Menorah.)