En todo país y ciudad del mundo hay necesidad de leyes para gobernar a su gente. Toda persona que es arrestada por la policía es juzgada según la ley del gobierno bajo el que vive. Aun en nuestros hogares es necesario tener leyes o reglas. Cuando se supone que hagamos algo de cierta manera, eso puede llamarse una regla, pero es también una ley. En nuestro hogar tenemos cierto lugar para los trastes. No los pondríamos donde van las toallas, ni pondríamos las toallas donde van los trastes, ¿verdad? No. Eso es una regla. Así que tenemos leyes en nuestro hogar en cuanto a dónde se deben guardar las cosas. No hace diferencia que sea en nuestro hogar, en nuestro negocio, en la ciudad, en el estado, o aun en el reino universal del Eterno. Hay reglas y reglamentos que se llaman leyes. Sin ley es imposible tener orden.
2. Entre los gentiles algunas personas dicen que las leyes del Eterno han sido abolidas. Esto es completamente absurdo. ¿Cómo puede el Creador administrar el universo sin leyes? El gentil que no quiere observar el sábado dice que el Creador ha eliminado Su ley. Pero ¿puede él gobernar su universo sin leyes? Yhwh le dio la Ley de los Diez Mandamientos al hombre para que sepamos lo que es correcto y lo que es incorrecto.
Los Diez Mandamientos
3. Los Diez Mandamientos se registran en Éxodo 20:3-17 (H):
I. Yo soy Yhwh tu Poderoso… no tendrás otros poderosos delante de mí.
II. No te harás ninguna imagen tallada, ni ninguna semejanza de cosa alguna que esté en cielo arriba, o que esté en la tierra abajo, o que esté en el agua debajo de la tierra; no te postrarás ante ellas, ni les servirás, porque yo Yhwh tu Poderoso soy un Poderoso celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y muestro misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos.
III. No tomarás el nombre de Yhwh tu Poderoso en vano; porque Yhwh no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.
IV. Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; pero el séptimo día es el sábado de Yhwh tu Poderoso; en él no hagas obra alguna, ni tú ni tu hijo ni tu hija, ni tu siervo ni tu sierva ni tu ganado, ni el extranjero que está dentro de tus puertas; porque en seis días hizo Yhwh el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por tanto Yhwh bendijo el séptimo día y lo santificó.
V. Honra a tu padre y a tu madre, para que sean largos tus días sobre la tierra que Yhwh tu Poderoso te da.
VI. No asesinarás.
VII. No cometerás adulterio
VIII. No hurtarás
IX. No levantarás falso testimonio contra tu prójimo.
X. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo ni su sierva, ni su buey ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
4. Esta ley de Diez Reglas cubre todo aquello en lo que el hombre es tentado. Cuando el hombre hace una ley, a menudo es complicada; pero el Poderoso ha hecho una ley que es concisa; y cualquier cosa mala que el hombre pueda estar tentado a hacer se ha cubierto en estos Diez Mandamientos.
5. Leamos lo que el Poderoso tiene que decir sobre su ley:
* «Y habló Yhwh a ustedes en medio del fuego…Y les declaró Su alianza, la cual les mandó que cumplieran, los diez mandamientos; y los escribió sobre dos tablas de piedra.» Deuteronomio 4:12, 13 (H).
El Eterno encomendó a sus profetas hebreos escribir las Sagradas Escrituras, pero llegado a la ley de los Diez Mandamientos, que es tan importante, no le encomendó Su obra al hombre. El Todopoderoso mismo bajó sobre el Monte Sinai, y con su propio dedo escribió la ley de los Diez Mandamientos. La ley del Eterno como la leemos hoy día en la Toráh no es otra cosa que la propia escritura del Omnipotente. Esta ley no se dio mediante los profetas inspirados, sino que cada palabra de ella fue escrita por el dedo del Eterno. Esto muestra cuán importante es la ley del Eterno. Los observadores del domingo dicen que el Creador eliminó su ley y que por eso ellos tienen derecho a observar el domingo. Pero el domingo se consideró sagrado primeramente porque se dedicaba al culto del sol por parte de los paganos antiguos.
6. Ahora leamos lo que dice el Eterno en el Salmo 19:12 (H) sobre su ley:
* «Además, por ellos es advertido tu siervo; en guardarlos hay grande recompensa.»
La ley de Yhwh es como un espejo. Usted no sabe si su rostro está sucio hasta que se mira en un espejo. Cuando se mira en el espejo y ve que su rostro está sucio, usted no rompe el espejo, simplemente lava su cara. Así es con la Ley de los Diez Mandamientos. Cuando la leemos, vemos si estamos o no pecando contra Él. Al contemplar Su ley quedamos convictos, y si nos arrepentimos de nuestros pecados, entonces tratamos, por su gracia divina, de no cometer esos pecados otra vez, tratando de santificar la ley de Yhwh. La última parte del pasaje anterior dice: «En guardarlos [los mandamientos del Eterno] hay grande recompensa.»
7. Leemos en Prov. 28:9 (J) que:
* «El que aparta su oído para no oír la ley, hasta su oración es una abominación.»
Triste, pero cierto, la mayoría de nuestro pueblo judío quebranta el sábado del Eterno. Sin embargo cuando se viene al Pésaj, Rosh ha-Shanáh, o Yom Kipúr, encontramos que la mayoría de ellos van a los servicios, pagando elevados precios por sus asientos en estos solemnes días festivos. Van allí a orar y a arrepentirse de sus pecados para ser perdonados; porque cada judío sabe que el día de Yom Kipúr es el día del juicio anual. Pero Yhwh dice:
* «El que aparta su oído para no oír la ley, hasta su oración es una abominación.»
El Eterno no oye las oraciones de personas que a sabiendas cometen pecado repetidamente. Acerca del hombre que deliberadamente quebranta la ley del Eterno semana tras semana y luego viene a Él por perdón, Él dice: «Hasta su oración es una abominación.» El Creador nos perdona sólo cuando nos arrepentimos con la determinación de abandonar el pecado; no simplemente cuando confesamos nuestros pecados uno o dos días al año.
8. En Eclesiastés 12:13 (H) leemos estas palabras:
* «Oigamos la conclusión de todo el asunto: Teme al Poderoso, y guarda sus mandamientos; porque este es todo el deber del hombre.»
Cuando el Poderoso nos dice que guardemos sus mandamientos, porque este es todo el deber del hombre, eso debería ser suficiente para cada uno de nosotros que anhela la vida eterna. Deberíamos darnos cuenta de que no habrá vida eterna para los violadores de la Ley, sino sólo para los observadores de la Ley.
El sábado –una señal entre el Creador y el hombre
En Isaiah 8:16 encontramos que el Eterno dice:
* «Sella la ley entre mis discípulos.»
La frase «mis discípulos» significa el pueblo del Eterno. En Ezequiel 20:12 encontramos que al profeta hebreo se le dijo que el sábado de Yhwh es la señal entre Él y su pueblo. En Eze.20:12, 20 (H), dice:
* «Además les di mis sábados, para que fuesen señal entre mí y ellos, para que sepan que yo soy Yhwh que los santifico… santifiquen mis sábados, y ellos serán una señal entre mí y ustedes, para que sepan que yo soy Yhwh su Poderoso.»
9. Entre todos los Diez Mandamientos, el Poderoso señala el cuarto precepto cuando dice que nos dio Su sábado para que fuera señal entre el hombre y el Creador para que sepamos si somos o no su pueblo. ¿Por qué? Porque el Creador sabía que si el hombre santifica el reposo del séptimo día lo más probable es que observe también el resto de los mandamientos. Por eso Yhwh dice que la observancia del sábado es la señal entre Él y el hombre.
Ahora notemos lo que dice Éxodo 20:8-11:
* «Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; pero el séptimo día es el sábado de Yhwh tu Poderoso; en él no hagas obra alguna, ni tú ni tu hijo ni tu hija, ni tu siervo ni tu sierva ni tu ganado, ni el extranjero que está dentro de tus puertas; porque en seis días hizo Yhwh el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por tanto Yhwh bendijo al séptimo día y lo santificó.»
10. Aquí tenemos el cuarto mandamiento, y note que Yhwh dice: «Acuérdate del día del sábado para santificarlo.»
¿Por qué? Porque el Creador sabía que el hombre estaría tentado a olvidarlo, y por eso dice «Acuérdate.» Ninguno de los Diez mandamientos dice «Acuérdate» excepto el cuarto. Esto significa que no es cualquier día, sino solamente el séptimo día. Aunque en el calendario mahometano, el calendario juliano, el calendario copto, el calendario gregoriano, y el calendario judío, los días y los meses pueden ser todos diferentes, sin embargo el ciclo semanal es el mismo. Los musulmanes consideran el viernes, muchos gentiles guardan el domingo, pero el verdadero Israel del Eterno guarda el reposo del séptimo día, el sábado. Todos ellos usan el mismo ciclo semanal. Por lo tanto, sabemos cuál día es el sábado, el séptimo día.
11. Algunos han alegado que durante los siglos que han pasado hemos perdido el rastro del tiempo y que, por lo tanto, no sabemos cuál día es el verdadero sábado. Esta alegación se contesta fácilmente. De los millones de judíos en el mundo es posible que uno de nosotros se levante un sábado por la mañana y piense que es otro día de la semana, pero no es posible que todo los millones de judíos hagan eso a la misma vez. Nosotros sabemos bien cuál día es el sábado. No hemos perdido ningún rastro del tiempo. El séptimo día de la semana en tiempos de Moisés es todavía el séptimo día en nuestro tiempo.
12. Otra parte del cuarto mandamiento dice:
* «En él no hagas obra alguna, tú ni tu hijo ni tu hija, ni tu siervo ni tu sierva ni tu ganado, ni el extranjero que está dentro de tus puertas.»
Algunas veces oímos de personas que tienen a otras personas trabajando para ellas en el sábado. Cuando llamamos a un extraño para que trabaje en nuestra propiedad en el sábado, eso es pecado, porque el Eterno dice:
* «Ni tu siervo ni tu sierva ni tu ganado, ni el extranjero que está dentro de tus puertas.»
Por lo tanto, nadie dentro de tus puertas, debe trabajar en sábado, ni siquiera un extraño. Tú no puedes contratar a alguien para que venga y trabaje por ti en sábado; eso sería una violación del mandamiento.
13. Ahora la última parte del cuarto mandamiento dice:
* «Porque en seis días hizo Yhwh el cielo y la tierra , el mar y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por tanto Yhwh bendijo el séptimo día y lo santificó.»
Por lo tanto, el sábado es el sagrado memorial de la creación. Tu cumpleaños es un memorial del día cuando naciste. El séptimo día de la semana es el memorial de la creación, el día en que el Creador reposó al completar su obra de crear nuestro mundo. El sábado es una parte muy importante de la ley de los Diez Mandamientos. Deshonrarlo a sabiendas es rechazar la vida eterna.
14. En Levítico 23:32 (H) leemos: «De tarde a tarde celebrarán ustedes su sábado.»
Si todo el mundo guardara el séptimo día sábado, no habría infieles, porque la observancia del sábado del Eterno es un reconocimiento de que él es el Creador del cielo y la tierra.
Ahora, ¿cuál es la actitud de la mayoría de nuestro pueblo judío hoy día? ¿Los encontramos santificando fielmente el sábado? No. Un gran número de ellos trabaja en sábado, y muchos de los que no trabajan en sábado están haciendo lo que les place en el día santo de Yhwh, lo cual también significa quebrantar Su sábado. Muchos de nuestro pueblo judío se han apartado del sábado y así se han apartado del Eterno. Necesitamos un gran reavivamiento que nos lleve a santificar fielmente el sábado de Yhwh.
15. Note lo que dice el Eterno en Números 15:30, 31 (H), sobre las personas que quebrantan Su sábado:
* «Pero la persona que actúa presuntuosamente, sea nacido en la tierra, o extranjero, ella afrenta a Yhwh; y esa persona será talada de entre su pueblo. Porque ha despreciado la palabra de Yhwh, y ha quebrantado Su mandamiento, esa persona será totalmente cortada; su iniquidad será sobre ella.»
Aquí el Eterno dice que el hombre o la mujer que quebrante los Diez Mandamientos ha despreciado la palabra de Yhwh, y esa persona será totalmente cortada, y su iniquidad será sobre ella. Esto significa que perderá la vida eterna.
16. ¿Por qué es el sábado una señal entre el hombre y el Creador? Leemos en Génesis 2:1-3 (H):
* «Así fueron terminados los cielos y la tierra, y todo su ejército. Y en el séptimo día Elohim terminó su obra que había realizado; y reposó en el séptimo día de toda su obra que había realizado. Y Elohim bendijo el séptimo día, y lo santificó; porque en él había reposado de toda Su obra que Elohim había creado y hecho.»
Hemos leído que el Poderoso creó el cielo y la tierra en seis días y que en el séptimo día reposó de toda su obra. Él bendijo el séptimo día y lo santificó. Algo que es santificado es apartado para uso sagrado. Por lo tanto, cuando el Poderoso reposó en el séptimo día, Él lo bendijo y lo santificó, lo consagró. Apartó ese día como memorial de su poder creador. En otras palabras, cuando santificamos el séptimo día estamos diciendo: «Creador, yo te amo; sé que tú creaste el cielo y la tierra. Por lo tanto, en este día santo reposaré de mis labores y de mis placeres. Santificaré este día de acuerdo con tu voluntad.»
17. Leemos en Isaiah 8:16 (H) que el Creador dice: «Sella la ley entre mis discípulos.» Y siendo que la observancia del sábado es una señal entre el hombre y el Creador, el mandamiento del sábado contiene el sello del Creador. ¿Pero es el sábado el sello del Creador?
Notamos en el cuarto mandamiento que dice: «Porque en seis días hizo Yhwh los cielos y la tierra.» Así que Él es el Creador.
Ahora consideremos esto: El sello de un gobernante debe tener tres cosas. Debe mostrar su nombre, su autoridad, y el territorio sobre el que gobierna. Para ilustrar: George Bush (su nombre); Presidente (su autoridad); Estados Unidos (el territorio). Así es con el Creador: Él es el Creador del universo.
18. «Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.»
¿Cómo puede la ley ser sellada entre el pueblo del Altísimo a menos que haya un sello en ella? Providencialmente hay un sello en Su ley, y se encuentra sólo en el cuarto mandamiento. Allí dice:
* «Porque en seis días hizo Yhwh los cielos y la tierra.»
Yhwh creó los cielos y la tierra. Ahí está el sello en el cuarto mandamiento. En ningún otro mandamiento lo hallamos. Para ilustrar: Yhwh (su nombre); Creador (su autoridad); del universo (su territorio).
A Israel se le prohíbe quebrantar el sábado
19. Veamos ahora cuán importante es observar el sábado. Durante los 40 años de peregrinación en el desierto después que salieron de Egipto hacia Canaan, Yhwh alimentó a Israel con maná durante más de 2,000 semanas de siete días.
20. Leamos de Éxodo 16:4, 5, 26-28 (J), estas palabras:
* «Entonces dijo Yhwh a Moisés: “Mira, yo haré llover pan del cielo para ustedes; y el pueblo saldrá y recogerá la porción de un día cada día, para probarlos, si caminarán en mi ley o no. Y sucederá en el sexto día que prepararán lo que traigan, y será el doble de lo que recogen diariamente.”…“Seis días lo recogerán; pero el séptimo día es el sábado, en él no habrá nada.” Y sucedió en el séptimo día, que algunos del pueblo salieron a recoger, y no hallaron nada. Y Yhwh le dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo rehusarán ustedes guardar mis mandamientos y mis leyes?”»
Entonces Yhwh por un milagro triple le enseñó a Israel la importancia de acordarse del sábado para santificarlo:
(1) Proveyó el maná para que ellos lo recogieran al ritmo de un ómer por persona en cada uno de los primeros seis días de la semana; y cualquier maná que guardaran de un día para otro se dañaba y no servía para alimento.
(2) Les proveyó para que recogieran en el sexto día de cada semana una doble porción de maná por persona, suficiente comida para ese día y el siguiente.
(3) Les proveyó para que ellos no recogieran maná en el sábado –el séptimo día de la semana– pero el alimento guardado del día anterior estaba fresco y apto para comer.
De esta manera Yhwh le enseñó a Israel que el séptimo día de la semana es su santo día de reposo, y que ellos deben recordarlo y prepararse para santificarlo.
La Biblia dice que algunas de las personas no le creyeron al Eterno, salieron en sábado a recoger maná, y no hallaron ninguno. Verso 17. Entonces el Eterno le preguntó a Moisés: «¿Hasta cuándo rehusarán ustedes guardar mis mandamientos y mis leyes?» Verso 28. Nos preguntamos sobre algunos de nuestro pueblo judío hoy día. ¿Cuán lejos del Eterno se han ido? Porque ellos no muestran ninguna consideración por el sábado.
Recompensa para los pecadores
21. Ezequiel 18:4,5,9 (H) dice:
* «El alma que peque, esa morirá…Pero si un hombre es justo, y hace lo que es lícito y correcto… camina en mis estatutos, y guarda mis juicios, para tratar fielmente; el tal es justo, ciertamente vivirá, dice Adonáy Yhwh.»
Recuerde, el pecado es desobediencia a la ley del Eterno. El hombre que peque morirá. Así vemos aquí la verdad de que la penalidad por el pecado es la muerte, «pero si un hombre es justo y hace lo que es lícito y correcto,…ciertamente vivirá.» Vivirá por la eternidad. Que el Poderoso nos ayude a guardar su sábado en el séptimo día y así ser obedientes a nuestro Creador para que vivamos por la eternidad.
22. Leamos Isaiah 3:10,11 (H):
* «Dile al justo que le irá bien; porque comerá del fruto de sus obras. Ay del impío, le irá mal; porque la recompensa de sus manos se le dará.»
El Eterno hace claro que le irá bien al justo, pero mal a los impíos porque perderán la vida eterna.
Ahora, leyendo de Isaiah 66:15,16 (H) note la recompensa de los impíos.
* «Porque he aquí, Yhwh vendrá con fuego, y con sus carros como torbellino, para aplicar su ira con furia, y su reprensión con llamas de fuego. Porque con fuego y con su espada tratará Yhwh con toda carne; y los derribados de Yhwh serán muchos.»
Sí, todos los que persistan en quebrantar los mandamientos del Eterno serán destruidos cuando venga el Mesías. Pero los que son santos y justos vivirán por la eternidad.
23. Note que Malakí 3:19,21 (H) dice:
* «Porque he aquí, viene el día que arderá como un horno; y todos los altivos, y todos los que practican la iniquidad, serán estopa; y el día que viene los consumirá, dice Yhwh de los Ejércitos, que no les dejará ni raíz ni rama…Y ustedes pisotearán a los impíos; porque serán ceniza bajo las plantas de sus pies en el día que yo preparo, dice Yhwh de los Ejércitos.»
Aquí el Eterno dice que los impíos serán ceniza bajo las plantas de los pies de los justos. No que veremos las cenizas, porque estarán mezcladas con la tierra, y la hierba las cubrirá. Sin embargo, cuando venga el Mesías los impíos impenitentes serán destruidos.
24. Hablando de la recompensa de los justos en Malakí 3:16,17 (H), el Eterno dice:
* «Entonces los que temen a Yhwh hablaron unos a otros; y Yhwh escuchó y oyó, y se escribió un libro de recordación delante de él para los que temen a Yhwh y piensan en su nombre. Y ellos serán, dice Yhwh de los Ejércitos, en ese día que yo preparo, mi tesoro peculiar; y yo los libraré, como un hombre libra a su hijo que le sirve.»
Aquí el Eterno dice que en el gran día cuando él hace su reino de ese peculiar tesoro, los santos y justos estarán entre ellos. El Creador ama a cada uno de nosotros, su especial tesoro, y él quiere hacer su reino de estos tesoros especiales. Pero en cuanto a si nosotros seremos un tesoro especial en el reino de Yhwh, esto depende de si estamos dispuestos a obedecer los mandamientos del Eterno.
25. En Isaiah 65:17-19, 25 (J), se describe así la herencia de los justos:
* «Porque he aquí, yo creo nuevos cielos y una nueva tierra; y las cosas pasadas no serán recordadas, ni vendrán al pensamiento. Pero alégrense y regocíjense para siempre en lo que he creado; porque he aquí, yo creo regocijo para Jerusalem, y gozo para su pueblo. Y yo me regocijaré en Jerusalem, y me gozaré en mi pueblo; y no se oirá más en ella la voz de llanto, ni voz de lamento…El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león comerá paja como el buey, y el polvo será el alimento de la serpiente. No harán mal ni destruirán en todo mi santo monte, dice Yhwh.»
Cuando el Eterno recree esta tierra será restaurada a su estado original como era antes de que Adam y Eva pecaran.
Concerniente a la Tierra Nueva, el Poderoso dice que no habrá más llanto, ni lamento, y no habrá más muerte. Porque todas estas cosas habrán pasado cuando él cree un cielo nuevo y una tierra nueva. Los únicos que la van a heredar son aquellos que guarden sus mandamientos. Nosotros no guardamos los mandamientos para ser salvados eternamente. Guardamos los mandamientos del Eterno porque amamos al Eterno y, por nuestro amor a él, obedecemos su ley. Es como los niños en el hogar. La mamá dice que los platos van aquí, la ropa va allá; y si ellos aman a su mamá, pondrán las cosas donde van. La obediencia es honrar a su mamá, a quien aman. Así es con la persona que ama al Creador. Ella hará las cosas que su Creador quiere que haga. Hace esto, no porque la ley la salve, porque la ley no nos puede salvar.
Leemos en Isaiah 66:22,23 (J), que nosotros guardaremos el sábado del séptimo día en la tierra renovada.
* «Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecerán delante de mí, dice Yhwh, así permanecerá la simiente de ustedes. Y sucederá que de luna en luna y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dice Yhwh.»
Que el Eterno ayude a cada uno de nosotros, para que ordenemos de tal modo nuestras vidas y vivamos de tal modo que cuando venga el Mesías nos encuentre observando el sábado. Entonces viviremos y pasaremos la eternidad con él y viviremos para siempre en la tierra renovada.
(Preparado en inglés por: The Israelite Heritage Institute. Versión española de: Publicaciones Menorah.)