Un análisis y explicación de todos los pasajes que se han utilizado alguna vez para defender la doctrina cristiana de la Trinidad. Las citas de las Escrituras se han traducido generalmente de sus ediciones en inglés. Puede que haya alguna variación de vocabulario con sus ediciones en español. Este documento es una traducción del Apéndice A del libro One God & One Lord: Reconsidering the Cornerstone de the Christian Faith (Un Dios y Un Señor: Reconsiderando la piedra angular de la fe cristiana).
Génesis 1:1
En el principio creó Elohim el cielo y la tierra. (NBE)
1. La palabra “Dios” es en hebreo Elohim, que es una forma plural y, como la mayoría de las demás palabras, tiene más de una definición. Se usa en sentido plural de los “dioses” o de “hombres con autoridad,” y en sentido singular para “Dios,” “dios,” o “un hombre con autoridad, como un juez.” El léxico hebreo por Brown, Driver y Briggs, considerado como uno de los mejores disponibles, tiene como su primer uso para Elohim: “gobernantes, jueces, ya como representantes divinos en lugares sagrados o como que reflejan majestad divina y poder, los divinos, seres sobrehumanos incluyendo al Todopoderoso y a los ángeles, dioses.”[1]
Elohim se ha traducido “dioses” en muchos versículos. Génesis 35:2 dice, “Desháganse de los dioses extranjeros que tienen con ustedes,” y Éxodo 18:11 dice, “Ahora sé que YHWH es más grande que todos los demás dioses.” Se ha traducido “jueces” en Éxodo 21:6; 22:8 y 9. Se traduce “ángeles” (RV) o “seres celestiales” (NVI) en Salmo 8:5. Ese es un uso plural, y no hay evidencia de que alguien haya pensado que cada uno de esos “dioses” tiene algún tipo de pluralidad de personas en sí mismo.
2. Elohim se ha traducido también como el singular “dios” o “juez,” y no hay ningún indicio de alguna “naturaleza compuesta” cuando se traduce de esa manera. Un ejemplo es Éxodo 22:20, que dice, “Todo el que sacrifique a algún elohim fuera de YHWH debe ser destruido.” Otro ejemplo es Jueces 6:31: “Si Baal realmente es un elohim, puede defenderse a sí mismo cuando alguien destruye su altar.” En Éxodo 7:1, El Todopoderoso dice que Él ha hecho a Moisés un “dios” (elohim) para el Faraón. De nuevo, en Jueces 11:24, al elohim pagano Kemosh se le llama Elohim, y en 1 Samuel 5:7, al elohim pagano Dagón se le llama Elohim, sin embargo los cristianos no concluyen que cada uno de esos “dioses” era algo así como compuesto o “uniplural,” o que los pueblos que los adoraban pensaran que lo eran.
Exactamente cómo se debe traducir elohim en 1 Samuel 2:25 ha sido debatido por los eruditos. El dilema es si elohim en ese versículo se refiere a un juez humano o al Todopoderoso. La versión RV dice “juez.” Las versiones están divididas entre ellas, algunas traducen elohim como un hombre, otras como el Todopoderoso Mismo. El hecho de que los eruditos y traductores debatan sobre si la palabra elohim aquí se refiere a un hombre o al Todopoderoso muestra vívidamente que la palabra misma no tiene ninguna idea inherente de una pluralidad de personas. Si la tuviera, no podría traducirse como “dios” cuando se refiere a una deidad pagana, ni como “juez” cuando se refiere a un hombre. La evidencia en la Escritura no garantiza la conclusión de que la palabra hebrea elohim contiene inherentemente la idea de una naturaleza compuesta.
3. Algunos enseñan que la palabra elohim implica una unidad compuesta cuando se refiere al Todopoderoso verdadero. Eso significaría que la palabra elohim de algún modo cambia de significado cuando se aplica al Todopoderoso verdadero de modo que el Todopoderoso pueda ser una persona compuesta. Simplemente no hay ninguna evidencia de esto. El primer lugar al que debemos ir para una confirmación de esto es al pueblo hebreo mismo. Cuando estudiamos la historia y el idioma de los hebreos, descubrimos que ellos nunca entendieron que elohim implicara una pluralidad en el Todopoderoso de ninguna manera. De hecho, los hebreos han estado tajantemente opuestos a las personas y naciones que han tratado de introducir cualquier vestigio de más de un elohim en su cultura. Los rabinos judíos han debatido sobre la Ley hasta el punto del tedio, y han escrito volumen tras volumen de notas sobre la Ley, sin embargo en todos sus debates no hay ni una sola mención de la pluralidad en Elohim. Este hecho en sí mismo debería cerrar el argumento.
No se puede encontrar una autoridad en el idioma hebreo que sea mayor que el gran erudito hebreo Gesenio. Él escribió que la naturaleza plural de la palabra elohim era para intensificación, y estaba relacionada con el plural de majestad y se usaba para amplificación. Gesenio afirma, “Que el idioma ha rechazado totalmente la idea de una pluralidad numérica en Elohim (siempre que denote un solo dios) se prueba especialmente por el hecho de que casi invariablemente va unida a un atributo singular.” [2]
El pronombre singular se usa siempre con la palabra Elohim. Un estudio de la palabra mostrará lo que afirmó Gesenio, que el atributo singular (tal como “Él,” no “Ellos,” o “Yo,” no “Nosotros”) siempre sigue a Elohim. Además, cuando la palabra Elohim se usa para denotar otro ser aparte del Todopoderoso verdadero, se entiende como singular o como plural, nunca como “uniplural.” Para nosotros, la evidencia es clara: El Todopoderoso no es un ser “compuesto” en ningún sentido de la palabra. Él es el “Elohim único” de Israel.
4. La Escritura no contiene una reprensión para quienes no crean en un “Dios Trino.” A quienes no creen en Elohim se les llama “necios” (Sal. 14:1). A quienes rechazan al Mesías se les declara condenados (Juan 3:18). La Escritura testifica que ella es para “enseñanza, reprensión, y corrección” (2 Tim. 3:16 – RV), y hay muchos versículos que reprenden a los creyentes por toda clase de creencias y prácticas erróneas. Pero brillan por su ausencia las reprensiones en modo alguno por no creer en la Trinidad.
Buzzard, pp. 13-15,125 and 126
Morgridge, pp. 88-96
Snedeker, pp. 359-367
Génesis 1:26
Y dijo Elohim: “Hagamos al hombre, conforme a nuestra semejanza.” (RV)
1. Elohim y Adonim, palabras hebreas que se han traducido como “Dios”, ocurren en la forma plural. Si esto significa literalmente una pluralidad de personas, debería traducirse “Dioses.” Pero los hebreos, siendo verdaderamente monoteístas y estando completamente familiarizados con las expresiones idiomáticas de su propia lengua, nunca han entendido que el empleo del plural indique una pluralidad de personas dentro de Elohim único. Este uso del plural es para amplificación, y se llama un “plural de majestad” o un “plural de énfasis,” y se emplea para intensificación (véase la nota sobre Génesis 1:1). Muchos eruditos hebreos identifican este uso de “nosotros” como el uso del plural de majestad o el plural de énfasis, y nosotros creemos eso también.
2. El plural de majestad queda claramente atestiguado en forma escrita por parte de la realeza a través de los siglos. Hyndman escribe:
La verdadera explicación de este versículo ha de hallarse en la práctica que ha prevalecido en todas las naciones con las que estamos relacionados, de personas que hablan de sí mismas en número plural. “En nuestro lugar,” “Es nuestro placer,” son expresiones comunes de los reyes en sus proclamas (p. 54).
Morgridge añade:
Es común en todos los idiomas con los que estamos relacionados, y parece que siempre ha sido así, que un individuo, especialmente si es una persona de gran dignidad y poder, al hablar de sí misma solamente, diga nosotros, nuestro, en lugar de Yo, mío. Así, el rey de Francia dice: “Nosotros, Charles el décimo.” El rey de España dice: “Nosotros, Fernando el séptimo.” El Emperador de Rusia dice: “Nosotros, Alexander,” o “Nosotros, Nicolás” (p. 93).
El plural de majestad puede verse en Ezra (Esdras) 4:18. En Ezra 4:11, los hombres del Trans-Éufrates escribieron: “Al Rey Artajerjes, de tus siervos.” El libro de Ezra continúa, “El rey envió esta respuesta: Saludos. La carta que ustedes nos enviaron a nosotros ha sido leída y traducida …” Así, aunque las personas le escribieron al rey mismo, el rey usó la palabra “nosotros.” Es común en tales correspondencias que se use el plural cuando alguien habla de sus intenciones, y el uso del más literal singular se emplea cuando la persona actúa. Morgridge añade un mayor discernimiento cuando dice:
Es bien conocido que Mohammed fue un determinado opositor de la doctrina de la Trinidad: sin embargo a menudo representa al Todopoderoso como diciendo nosotros, nuestro, cuando habla de sí mismo solo. Esto muestra que, en su opinión, el uso de tales términos no era indicativo de una pluralidad de personas. Si nadie infiere, por su uso frecuente en el Korán, que Mohamed fue un trinitario, ciertamente su ocurrencia en unos pocos lugares en la Biblia no debería constituir prueba de la doctrina de la Trinidad (p. 94).
3. Algunos eruditos creen que la razón para el “nosotros” en Génesis 1:26 es que Elohim puede haber estado hablándoles a los ángeles cuando creó al hombre en el principio. Aunque eso es posible, por cuanto hay muchos pasajes bíblicos que claramente le atribuyen la creación del hombre a Elohim solo, creemos que el plural de énfasis es la explicación preferida.
4. El nombre de Elohim no es la única palabra que se pluraliza para énfasis (aunque cuando el plural no parece ser buena gramática, los traductores generalmente ignoran el plural hebreo y lo traducen como un singular, así que puede ser difícil de detectar en la mayoría de las versiones españolas).
Después que Caín asesinó a Abel, Elohim le dijo a Caín, “la voz de las sangres de tu hermano clama a mí desde el suelo” (Gen. 4:10). El plural aquí enfatiza el horror del acto. En Génesis 19:11, los hombres de Sodoma que querían lastimar a Lot fueron azotados con “ceguera.” El hebreo está en plural, “cegueras,” y eso indica que la ceguera fue total para que Lot fuera protegido. Levítico le dice a la gente que no coma del fruto de un árbol por tres años, y en el cuarto año el fruto es “una ofrenda de alabanza a YHWH” (Lev. 19:24). La palabra hebrea para “alabanza” está en plural, enfatizando que habría de haber una gran alabanza. El Salmo 45:15 habla de personas que son traídas a la presencia del Mesías. Dice: “Son llevados con gozo y alegría.” El hebreo en realidad dice: “alegrías,” recalcando la gran alegría de la ocasión. En Ezekiel 25, Elohim está hablando de lo que le ha sucedido a Israel y de lo que él va a hacer acerca de ello. Concerniente a los filisteos, Él dice: “los filisteos actuaron en venganza… Yo acarrearé gran venganza sobre ellos” (Ezek 25:15 y 17). En el texto hebreo, la segunda venganza, la venganza de Elohim, está en plural, indicando la completa venganza que YHWH infligirá. Aunque existen muchos más ejemplos en el texto hebreo, éstos demuestran que no es poco común usar el plural para recalcar algo en las Escrituras.
Buzzard, p. 13
Farley, pp. 25-27
Hyndman, pp. 53 and 54
Morgridge, pp. 92-96
Snedeker, pp. 363-366
Génesis 11:7
Descendamos, y confundamos allá su lenguaje, para que no entiendan unos a otros su habla. (RV)
Para una explicación aplicable a este versículo, véase la nota sobre Génesis 1:26.
Génesis 16:7-13
(7) El ángel de YHWH la halló junto a un pozo de agua en el desierto, el pozo camino a Shur. (8) Y dijo: “Hagar, sierva de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?” Ella dijo: “Estoy huyendo de mi ama Saray.” (9) El ángel de YHWH le dijo: “vuelve a tu ama y sujétate a ella.” (10) El ángel de YHWH le dijo también: “Multiplicaré tan grandemente tu simiente no podrá ser contada por su multitud.” (11) Y el ángel de YHWH le dijo: “Ahora has concebido y tendrás un hijo; lo llamarás Ismael, porque YHWH se ha fijado en tu aflicción. (12) Él será un asno salvaje de hombre, con su mano contra todos, y la mano de todos contra él; y vivirá en rencilla con toda su parentela.” (13) Así que ella llamó a YHWH quien le hablaba, “Tú eres El-roi”; porque ella dijo: “He visto en realidad a Elohim y he quedado viva después de verlo?” (NRSV)
1. Algunos trinitarios creen que en las Escrituras Hebreas (el llamado “Antiguo Testamento”) “el ángel de YHWH” es el Mesías antes de que supuestamente “encarnara” como humano. Este punto es disputado por muchos, y con buena razón. No hay un solo versículo que diga realmente que el Mesías es el ángel de YHWH. La entera doctrina está edificada sobre una presunción. ¿Por qué entonces, si la doctrina no se afirma en la Escritura, tantas personas la creen? La razón es que es muy difícil para los trinitarios creer que Yahoshúa es co-igual y co-eterno con Elohim desde el principio del tiempo, y sin embargo nunca aparece en el llamado Antiguo Testamento. Siendo que uno no puede descartar el rol activo que desempeña Yahoshúa (Jesús) hoy día como Cabeza de la Congregación, ¿es posible que él estuviera presente en tiempos del Antiguo Testamento y que nunca se haya involucrado con la humanidad? La respuesta de un trinitario a esta pregunta es colocar a Yahoshúa en el Antiguo Testamento por medio de asumir que él debe ser “el ángel de YHWH.”
Sin embargo, nosotros contestamos la pregunta por medio de afirmar que aunque el Mesías existía en el cielo en tiempos del Antiguo Testamento, no se reveló a Israel ni es el ángel de YHWH, sino que permaneció como “el misterio escondido de los siglos” (Efe. 3:4, 5; Colo. 1:6; 4:3) para el plan de salvación del hombre. Creemos que físicamente, como hombre, comenzó a existir cuando Elohim hizo quedar embarazada a Miryam (María) (Mat. 1:18). ¿Exactamente cuáles son las razones por las que los trinitarios dicen que el ángel de YHWH es el Mesías? Los trinitarios difieren sobre los puntos de evidencia (lo cual puede esperarse cuando se manejan presunciones), pero las razones normales son: que él parece ser superior a los otros ángeles; que es un ser aparte de YHWH; que puede perdonar pecados (Ex. 23:21); que habla con autoridad como si fuera Elohim; que su rostro causaba temor en la gente; que nunca más se vio después del nacimiento de Yahoshúa [lo cual es falso, pues aparece en Mateo 2:19], y, lo más importante, que se refieren a él como Elohim mismo. Todos estos puntos serán considerados, y comenzaremos por el último, que es el punto más esencial del argumento.
2. Un estudio de las pariciones del ángel de YHWH revela que algunas veces se hace referencia a él como el ángel y algunas veces se hace referencia a él como “YHWH” o “Elohim” (vea Gen. 16:13 y Jueces 6:16). La ley judía de agencia explica por qué eso es así. Según el entendimiento hebreo de loq ue es la agencia, el agente era considerado como la persona misma. Esto se expresa muy bien en The Encyclopedia of the Jewish Religion:
Agente (Heb. Shalíaj): El punto principal de la ley judía de agencia está expresado en el dictum: “El agente de una persona es considerado como la persona misma” (Nedarim 72b; Kiddushim 41b). Por lo tanto cualquier acto cometido por un agente debidamente nombrado es considerado como cometido por el principal, quien por consiguiente lleva plena responsabilidad por el mismo con la consecuente ausencia completa de responsabilidad por parte del agente. [3]
En los textos en los que el ángel es llamado “Elohim” o “YHWH,” es imperativo notar que siempre es identificado como un ángel. Este punto es importante porque a Elohim nunca se llama un ángel. “Dios es Dios”, como dicen. Así que si a alguien se le llama “Dios,” pero se le identifica claramente como un ángel, debe haber una razón. En el registro del Génesis citado arriba, el ángel es claramente identificado como un ángel cuatro veces separadas. ¿Por qué entonces se dice que “YHWH” le habló a ella? Se dice así porque como el agente o mensajero de YHWH, el ángel estaba hablando en representación de Elohim y el mensaje que trajo fue el mensaje de Elohim. La misma idea básica se expresa cuando se dice que “Elohim visita” a su pueblo, cuando en realidad Él envía alguna forma de bendición (vea las notas sobre Lucas 7:16). Elohim mismo no se muestra, pero alguien que no esté familiarizado con esa cultura podría concluir eso por la manera en que se dice que Él se mostró. Además, algunas de las personas a las que se les apareció el ángel, claramente expresaron su creencia de que era un ángel de Elohim. Gedeón exclamó: “He visto al ángel de YHWH cara a cara!” (Jueces 6:22).
Hay evidencia bíblica conclusiva de que los mensajeros y representantes de Elohim son llamados “Elohim” (“Dios”) (vea las notas sobre Hebreos 1:8). Esto es importante porque, si los representantes de Elohim son llamados “Dios,” entonces la manera de distinguir a Elohim de sus representantes es por el contexto. Ya hemos mostrado que cuando el ángel de YHWH es llamado “Elohim,” el contexto es cuidadoso en dejarle saber al lector que el agente es en realidad un ángel.
3. Otra pieza de evidencia que revela que el ángel de YHWH es un ángel y no un miembro “co-igual” de la Trinidad es que él está bajo el mando de YHWH. En un registro, David desobedeció a Elohim y vino una plaga sobre la tierra. “Elohim envió un ángel a destruir a Jerusalem” (1 Crón. 21:15). Aprendemos del registro que era el ángel de YHWH el que estaba afligiendo al pueblo, y eventualmente “YHWH se entristeció a causa de la calamidad y le dijo al ángel que estaba afligiendo al pueblo: ‘¡Basta! Retira tu mano.’ El ángel de YHWH estaba en la era de Araunah el yebuseo” (2 Sam. 24:16). Estos versículos no están escritos como para indicar que este ángel era de algún modo Elohim mismo. No hay “co-igualdad” aquí. Esto era simplemente YHWH dándole un mandato a uno de sus ángeles.
4. Otro ejemplo claro que muestra que el ángel de YHWH no puede ser “Elohim” mismo de ninguna, manera está en Zacarías. Zacarías estaba hablando con un ángel acerca de una visión que tuvo. La Biblia registra: “Entonces el ángel de YHWH dijo: ‘YHWH Todopoderoso, ¿hasta cuándo privarás de misericordia a Jerusalem y a los pueblos de Judah, con los cuales has estado enojado estos setenta años?’ Así que YHWH habló palabras bondadosas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo” (Zac. 1:12 y 13). El hecho de que el ángel de YHWH le pidió a YHWH información y luego recibió palabras consoladoras indica que él no es co-igual con Elohim en poder ni en conocimiento. Es impensable que Elohim necesite información o que necesite palabras consoladoras. Así, cualquier reclamo de que el ángel de YHWH es el Mesías pre-encarnado y que es de todos modos Elohim simplemente no se puede hacer cuadrar con lo que la Biblia dice en realidad.
5. Es interesante que dos piezas de evidencia que los trinitarios usan para probar que el ángel de YHWH tiene que ser el Mesías pre-encarnado son 1) que la Biblia claramente afirma que él es separado de Elohim y 2) que habla con la autoridad de Elohim. Nosotros argumentaríamos que las razones por las que él es separado de Elohim son 1) que él es exactamente lo que el texto lo llama, es decir, un ángel, y 2) que él habla con autoridad porque está trayendo un mensaje de parte de Elohim. Los profetas y otros que hablaron de parte de Elohim hablaron con autoridad, como afirman muchos pasajes. Además, el ángel de YHWH habla acerca de Elohim en tercera persona. Por ejemplo, en Génesis 16:11 arriba, el ángel dice: “YHWH ha escuchado de tu miseria.” El ángel no dice: “Yo he escuchado de tu miseria,” como si él fuera YHWH. En Génesis 22:12, el ángel dijo: “Ahora sé que temes a Elohim,” no dijo: “Ahora sé que me temes.” En Jueces 13:5, el ángel dice que Samsón será “apartado para Elohim,” no dice: “apartado para mí.” De modo que aunque el texto puede llamar Elohim al ángel, lo cual es apropiado para un representante de Elohim, el ángel nunca dijo que él fuera Elohim y hasta se refirió a Elohim en tercera persona.
Además, si el Mesías fuera el ángel de YHWH que le habló a Moisés en la zarza ardiente, entonces él no dijo eso en su enseñanza. Marcos 12:26 registra a Yahoshúa hablando con los saduceos y diciendo: “¿No han leído ustedes en el libro de Moisés, el relato de la zarza, cómo Elohim le dijo:‘Yo soy el Elohim de Abraham, el Elohim de Isaac, y el Elohim de Jacob.’?” Si Yahoshúa hubiera sido el ángel en la zarza, y se hubiera estado proclamando a sí mismo como “El Elohim pre-existente,” habría aprovechado esta oportunidad para decir: “Yo le dije a Moisés.” El hecho de que Yahoshúa dijo que fue Elohim quien le habló a Moisés muestra claramente que se estaba diferenciando a sí mismo de Elohim.
6. Que el ángel de YHWH parece ser superior a los demás ángeles no es razón para asumir que de algún modo es parte de la Trinidad. Muchos eruditos concuerdan en que los ángeles difieren en poder y autoridad. La Biblia menciona arcángeles en 1 Tesalonicenses 4:16 y en Judas 9, por ejemplo. No sería insólito que este ángel fuera uno con mayor autoridad. Tampoco el hecho de que el ángel de YHWH puede perdonar pecados es razón alguna para creer que sea “Dios”. Los agentes de Elohim pueden perdonar pecados. Elohim le dio a Yahoshúa la autoridad de perdonar pecados, y luego él a su vez les dio a los apóstoles la autoridad de perdonar pecados (vea las notas sobre Mateo 9:2).
7. Aunque es cierto que el rostro del ángel de YHWH ocasionalmente causa pavor en las personas, no hay razón para sumir que él sea “Dios”. Una lectura cuidadosa de los pasajes donde él aparece muestra que algunas veces las personas ni siquiera se dieron cuenta de que estaban hablando con un ángel. Por ejemplo, cuando el ángel de YHWH se le apareció a la madre de Sansón, ella volvió donde su esposo Manoah con este informe: “Un hombre de Elohim vino a mí. Parecía como un ángel de Elohim, muy temible. No le pregunté de dónde venía, y él no me dijo su nombre” (Jueces 13:6). Note que los ángeles tienen la reputación de poseer un rostro inspirador de temor, y la mujer pensó que este “hombre de Elohim” también lo tenía, pero aún así ella no creía que fuera un ángel. Cuando Manoah se encontró con el ángel de YHWH y los dos hablaron sobre cómo criar a Samsón, Manoah no descubrió que era un ángel hasta que ascendió al cielo en el humo del sacrificio de Manoah. Por lo tanto, simplemente porque el rostro de alguien sea temible no significa necesariamente que sea “Dios”.
8. Se argumenta también que el Mesías era probablemente “el ángel de YHWH” porque estas palabras nunca aparecen después de su nacimiento, y sería razonable que este ángel apareciera a través de toda la Biblia. El hecho es, sin embargo, que el ángel de YHWH ciertamente aparece después de la concepción de Yahoshúa, lo cual parecería inconsistente con la premisa de que el ángel de YHWH es el “Mesías pre-encarnado.” El registro del nacimiento de Yahoshúa es bien conocido. Se descubrió que María estaba embarazada con Yahoshúa antes de que ella y José se casaran, y José, quien pudo haberla hecho apedrear hasta morir, decidió divorciarse de ella. Sin embargo, “el ángel de YHWH” se le pareció en un sueño y le dijo que el niño era de Elohim. Mateo 1:24 afirma: “Cuando José despertó, hizo lo que le había mandado el ángel de YHWH y tomó a María como su esposa.” Dos conclusiones pueden sacarse de este registro. Primero, que Yahoshúa ya estaba en el vientre de María cuando el ángel de YHWH se le apareció a José. De esto concluimos que “el ángel de YHWH” no puede ser el Mesías porque Yahoshúa estaba en ese momento “en la carne” dentro de María. Segundo, debe notarse que en el mismo registro este ángel es conocido como “un” ángel de YHWH en unas versiones y como “el” ángel de Yhwh en otras. Este mismo hecho puede verse en los registros del Antiguo Testamento (1 Reyes 19:5 y 7).
Hay muchas apariciones de “el” ángel de YHWH en el Nuevo Testamento (Hechos 5:19; 8:26; 12:7 y 23). De esto podemos concluir que es probable que el mismo ángel que es llamado tanto “el” ángel de YHWH como “un ángel” en el Antiguo Testamento todavía aparece como “un ángel de YHWH” después del nacimiento del Mesías. Cuando se pesa cuidadosamente toda la evidencia, hay Buena razón para creer que las palabras que describen al “ángel” de YHWH son literales, y que el ser al que se hace referencia es un ángel, tal como lo dice el texto.
Génesis 18:1 y 2
(1) YHWH se le apareció a Abraham junto a los grandes árboles de Mamré cuando estaba sentado a la entrada de su tienda al calor del día. (2) Abraham miró y vio tres hombres parados cerca de allí. Cuando los vio, se apresuró desde la entrada de su tienda a salir a su encuentro y se postró hasta el suelo. (NIV)
1. Estos versos presentan un problema para los cristianos a los que se les ha enseñado que nadie ha visto jamás a Elohim. El texto hebreo dice claramente que Yahweh se le apareció a Abraham en la forma de un hombre, y estaba con dos ángeles, quienes también asumieron apariencia humana. Esto no es problema. Elohim creó a la humanidad de modo que pudiera compartir íntimamente con nosotros. Es razonable que ocasionalmente se hiciera visible y asumiera forma humana para intimar con su creación. De hecho, la Escritura registra un número de personas a quienes Elohim se les apareció: Adam y Eva (oyeron Sus pasos, Gen. 3:8), Abraham (Gen. 12:7;15:1;17:1;18:1), Jacob (Gen. 28:13), Moisés y los ancianos de Israel (Ex. 24:9-11), Samuel (1 Sam. 3:10), Salomón dos veces (1 Reyes 3:5;9:2;11:9), Micayah (1 Reyes 22:19-22), Isaías (Isa. 6:1-5), Ezekiel (Ezek. 1:26-28), Daniel (Dan. 7:9-14), Amós (Amós 7:7), Esteban (Hechos 7:56) y el Apóstol Juan (Rev. 5:1-8).
2. Un estudio de Génesis 18:1 en los comentarios cristianos revela que la mayoría de los teólogos no creen que Yahweh puede aparecerse en la forma de un hombre. Antes de que examinemos por qué ellos dicen eso, debemos recordar que, difícil de creer o no, eso es exactamente lo que dice el texto. Muchos teólogos que no creen que el texto pueda ser literal han postulado otras explicaciones. Las explicaciones normales del verso son: 1) que fue realmente un sueño y no real; 2) que fue el Mesías pre-encarnado quien apareció; 3) que fue un ángel el que apareció llevando el nombre de Yahweh.
Algunos teólogos enseñan que el registro de Génesis 18:1 y sig. fue un sueño por causa de las circunstancias, es decir, era el calor del día y el tiempo para la siesta. Sin embargo, la Biblia nunca dice que fue un sueño, y ciertamente no hubo un momento en el que Abraham “despertó.” El registro de Sodoma y Gomorra no es ciertamente un sueño. Los ángeles se alejaron de Abraham y partieron hacia la ciudad de Sodoma donde rescataron a Lot y a sus hijas del juicio de Elohim. Simplemente no hay ninguna evidencia escritural sólida de que la aparición de la apariencia de Yahweh fuese un sueño. Tampoco esto daría cuenta de las muchas otras veces que Yahweh se aparece.
Muchos teólogos trinitarios dicen que Génesis 18:1 es una aparición del Mesías pre-encarnado. La evidencia que ellos presentan para esta conclusión es doble: Que Yahweh es invisible y que nadie puede verlo y oírlo, así que no puede ser él; y el registro dice claramente que es Yahweh, así que tiene que ser el Mesías pre-encarnado siendo que “el Mesías es un miembro de la Deidad.” Sin embargo, si puede demostrarse que Yahweh ciertamente se aparece en ocasiones en la forma de un hombre, entonces no habría razón para no tomar la Biblia literalmente. Además, el hecho de que la Escritura nunca dice que el que se aparece es el Mesías es fuerte evidencia de no es el Mesías. Y hay al menos dos ocasiones en las que Yahweh y el Mesías aparecen juntos (Dan. 7 y Rev. 5). Esto nos parece forzar la conclusión de que Yahweh no puede ser el Mesías.
La principal razón para creer que el “Yahweh” de este registro es un ángel es la misma razón para creer que el registro fue un sueño o para creer que Yahweh es el Mesías pre-encarnado. Proviene de la idea preconcebida de que Yahweh no puede aparecerse en forma humana. Por lo tanto, la tentación aquí es hacer necesariamente que Yahweh sea un sueño, un ángel o el Mesías. Aun cuando en otros registros a los ángeles se les llama Elohim (“Dios”), este registro es diferente. Hemos visto por otros versículos que a los ángeles ocasionalmente se les llama Elohim (“Dios”) (vea las notas sobre Gén. 16:7-13). Sin embargo, un estudio de los registros donde al ángel de YHWH se le llama “Elohim” muestra que claramente se identifica como un ángel, y es claro que está trayendo un mensaje de parte de Elohim. Este registro, y los otros mencionados anteriormente en los que aparece Yahweh, son decididamente diferentes. El “hombre” identificado como Yahweh está entre otros ángeles, y todo el registro lo identifica como Yahweh. Y aunque otros registros muestran al ángel de YHWH evadiendo cuidadosamente el uso de la primera persona, “Yo,” “a mí” y “mi,” con referencia a Elohim, el “Yahweh” de este registro usa la primera persona una y otra vez.
3. A la mayoría de los cristianos no se les ha enseñado que “Dios” puede manifestarse en una forma que parece una persona humana. Siempre han escuchado: “nadie ha visto jamás a Elohim” En el libro Don’t Blame Elohim!, (¡No culpen a Elohim!) se examina y se explica el lenguaje de esa frase. Juan 1:17 y 18 afirma: “Porque la ley fue dada a través de Moisés; la gracia y la verdad vinieron a través de Yahoshúa el Mesías. Nadie ha visto jamás a Elohim…” Nosotros escribimos:
Por favor note que la verdad, en su plenitud, no vino con Moisés, sino con [Yahoshúa el Mesías]. Fue él quien por primera vez en la historia hizo a Elohim comprensible. No es que los creyentes del Antiguo Testamento no conocían nada de Elohim, sino más bien que su conocimiento y entendimiento acerca de Él están muy limitados (“velados”). Siendo que la verdad vino por medio de Yahoshúa el Mesías (“Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad vinieron por medio de Yahoshúa,”), nosotros creemos que la primera parte de Juan 1:18—“nadie ha visto jamás a Elohim”—significa que nadie ha “conocido” a Elohim [como Él es verdaderamente] en ningún tiempo previo. Es Yahoshúa el Mesías quien revela, o da a conocer, a Elohim ante el hombre.
En muchos idiomas, “ver” es una expresión idiomática común para “conocer.” En el idioma hebreo, una de las definiciones de “ver” (hebreo = ra’ ah) es “ver, en cuanto a aprender, conocer.” Similarmente, la palabra griega traducida “ver” en el verso 18 (horao) puede ser “ver con los ojos” o “ver con la mente, percibir, conocer.” Aun en castellano, una de las definiciones para “ver” es “conocer o entender.” Por ejemplo, cuando dos personas están discutiendo algo, puede que uno le diga al otro, “Ya veo lo que quieres decir.”
El uso de “ver” en lo relativo al conocimiento se encuentra en muchos pasajes de los Escritos Apostólicos (Nuevo Testamento]. Yahoshúa le dijo a Felipe, “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9). Aquí de nuevo la palabra “ver” se usa para indicar conocimiento. Los que conocieron a Yahoshúa (no solo los que lo “vieron”) conocerán al Padre. De hecho, el Mesías había hecho eso claro dos versículos antes cuando le dijo a Felipe, “Si en verdad me conocieras, conocerías al Padre también” (Juan 14:7). [4]
Evidencia adicional de que “ver” significa “conocer” en Juan 1:18 es que la frase “nadie ha visto a Elohim” es contrastada con la frase “lo ha dado a conocer.” El verso no está hablando de “ver” a Elohim con los ojos de uno, está diciendo que la verdad acerca de Elohim vino por medio de Yahoshúa el Mesías. Antes de que viniera Yahoshúa el Mesías, nadie conocía en realidad a Elohim como es verdaderamente, un amante Padre celestial. Yahoshúa el Mesías dio a conocer eso en toda su plenitud. Nuestro estudio nos ha llevado a concluir que los versículos que parecen decir que nadie ha “visto” a Elohim o están usando la palabra “visto” como significando “conocido,” y así se está refiriendo a conocerlo plenamente, o se están refiriendo a verlo en toda su plenitud como Todopoderoso, lo cual sería imposible. Concordamos con la nota sobre Juan 1:18 en la Biblia de Estudio NVI, que dice: “Siendo que ningún ser humano puede ver a Elohim como realmente es, aquellos que vieron a Elohim lo vieron en una forma que Él asumió sobre sí temporalmente para la ocasión.”
Hay otro punto importante que debe hacerse sobre la palabra “visto” en Juan 1:18. Si los trinitarios están en lo correcto en que Yahoshúa es “Dios encarnado,” “Dios el Hijo” y “plenamente Dios,” entonces nos parece que ellos estarían ansiosos de reconocer que “visto” significa “conocido” porque no hace sentido decir que nadie ha visto a Elohim con sus ojos y luego decir que Yahoshúa es Elohim. Los teólogos de ambos lados del debate trinitario deberían reconocer que la expresión idiomática de “visto” significa “conocido” en Juan 1:18.
La Biblia también llama a Elohim “el Elohim invisible.” Esto es cierto, y el estado natural de Elohim es invisible para nosotros. Sin embargo, eso no le impide hacerse visible ocasionalmente. Los ángeles y los demonios son también naturalmente invisibles, pero ellos pueden, y de hecho se hacen visibles en ciertos momentos. Si los ángeles y los demonios pueden a veces hacerse visibles, entonces Elohim ciertamente puede hacerlo también. Le recordamos al lector que la Biblia dice claramente: “Yahweh se le apareció a Abraham,” y a otros también.
A menudo se afirma que la gente no puede haber visto realmente a Yahweh porque una persona moriría si viera a Elohim. Esta idea proviene principalmente de la conversación que tuvo Moisés con Elohim. Moisés pidió ver la Gloria de Elohim, y Elohim respondió: “No puedes ver mi rostro, porque nadie puede verme y vivir” (Exo. 33:20). Es claro por el contexto que el “rostro de Elohim era la “gloria” de Elohim, porque eso fue lo que Moisés pidió ver. Nosotros concordaríamos en que los seres humanos no están equipados para comprender a Elohim en toda su plenitud, y una exposición a todo lo que Elohim es sería letal. Sin embargo, sabemos que Elohim creó a la humanidad para que pudiera tener comunión con nosotros, y nosotros afirmamos que la forma humana que Él ha asumido algunas veces con el fin de estar cerca de nosotros no es Su plenitud de ninguna manera.
Hay dos registros muy importantes para este tema porque describen a Elohim y también muestran a Yahoshúa el Mesías junto a Él. El primero es una visión de revelación del futuro que tuvo el profeta Daniel.
Daniel 7:9,10,13 y 14
9 Seguí mirando Hasta que se establecieron tronos, Y el Anciano de Días se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve, Y el cabello de Su cabeza como lana pura, Su trono, llamas de fuego, Y sus ruedas, fuego abrasador. 10 Un río de fuego corría, Saliendo de delante de El. Miles de millares Le servían, Y miríadas de miríadas (innumerables) estaban en pie delante de Él. El tribunal se sentó, Y se abrieron los libros. 13 Seguí mirando en las visiones nocturnas, Y en las nubes del cielo Venía uno como un Hijo de Hombre, Que se dirigió al Anciano de Días Y fue presentado ante Él. 14 Y Le fue dado dominio, Gloria y reino (soberanía), Para que todos los pueblos, naciones y lenguas Le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno Que nunca pasará, Y Su reino uno Que no será destruido.
El Anciano de Días es Yahweh. Note su descripción como un hombre. A su presencia viene “un hijo de hombre” a quien se le concede autoridad y dominio. Casi universalmente los cristianos están de acuerdo en que el “Anciano de Días” es Elohim el Padre, y el “hijo de hombre” es Yahoshúa el Mesías, quien recibe su autoridad de parte de Elohim. Note que en este pasaje no hay siquiera un indicio de la Trinidad. No hay un “Espíritu Santo” y no hay ninguna indicación de que el “hijo de hombre” sea co-igual o co-eterno con el Padre. Por el contrario, mientras a Elohim se le llama el “Anciano de Días,” título que indica su naturaleza eterna, al Mesías se le llama “un hijo de hombre,” queriendo decir uno nacido de la humanidad. Esta profecía es una de las muchas que dieron forma a la creencia judía acerca del Mesías: no se predijo que él sería “Dios en la carne,” sino más bien un hombre como ellos mismos que recibiría especial honor y autoridad de parte de Elohim. Para nuestro propósito de entender Génesis 18:1, estos versos en Daniel demuestran muy claramente que Elohim puede aparecer, y lo hace, en forma humana. Y por cuanto en la visión de Daniel Él está junto al Mesías cuando se manifiesta en forma humana, no hay razón alguna para asumir que las otras veces que aparece sea en realidad el Mesías.
El otro registro muy claro es Revelación 4 y 5. La extensión del registro nos prohíbe copiarlo aquí, pero animamos al lector a leer esos dos capítulos. Ellos describen a Elohim sentado en un trono rodeado de ancianos y criaturas que repiten: “Santo, santo, santo es Yahweh Elohim Todopoderoso.” Elohim está sosteniendo en su mano un rollo escrito por ambos lados pero sellado con siete sellos. Un ángel clama y convoca a todos los que puedan abrir el rollo, pero ninguno era digno. Cuando Juan comienza a llorar, un ángel lo consoló con estas palabras: “No llores. Mira, el León de la tribu de Judah, la Raíz de David, ha triunfado. Él puede abrir el rollo.” Entonces “vino un Cordero” (el contexto hace claro que es Yahoshúa el Mesías) “y tomó el rollo de la mino derecha de Aquel que estaba sentado en el trono.” En ese punto las criaturas y los ancianos se postraron delante del Cordero y comenzaron a cantar un “cántico nuevo.”
El registro está claro. A Elohim se le describe como sentado en un trono y hasta sosteniendo en su mano un rollo que Yahoshúa viene y toma de Él. Este registro de nuevo muestra que Elohim puede asumir, y en ocasiones lo hace, una forma humana de modo que podamos identificarnos mejor con Él.
4. Este registro, y los otros como él, muestra una vislumbre de lo que los cristianos deben esperar. Elohim nos ama y nos creó para tener una profunda y permanente relación con Él. No siempre él permanecerá tan distante como algunas veces parece ahora. La Biblia habla de un tiempo cuando “la morada de Elohim estará con los hombres, y Él morará con ellos. Ellos serán su pueblo, y Elohim mismo estará con ellos y será su Poderoso” (Rev. 21:3).
Deuteronomio 6:4
Oye, Israel: Yahweh nuestro Elohim, Yahweh es uno. (NVI)
1.Algunos creen que la palabra hebrea para “uno” (ejad) que se usa en Deuteronomio 6:4 y otros versos indica una “unidad compuesta.” Esa no es la verdad. Anthony Buzzard escribe:
Es incorrecto decir que la palabra hebrea ejad (uno) en Deut. 6:4 señala a una unidad compuesta. Una reciente defensa de la Trinidad argumenta que cuando la palabra “uno” modifica a un sustantivo colectivo como “racimo” o “rebaño,” se implica una pluralidad en ejad. El argumento es falaz. El sentido de pluralidad se deriva del sustantivo colectivo, no de la palabra “uno.” Ejad en hebreo es el numeral “uno.” Isa. 51:2 describe a Abraham como “uno” (ejad), donde no hay ningún posible mal entendido en cuanto al significado de esta simple palabra (p. 15).
No hay ninguna referencia a la palabra “uno” como una pluralidad de ningún tipo. Se usa como el “uno” en número, “el primero” en una serie, “uno” en el sentido de “el mismo,” y “uno” en el sentido de “cada uno” o “cierta persona.” Un estudio de sus usos en el “Antiguo Testamento” revelará su significado simple y la verdad que conlleva. Se traduce “primero” en Génesis 1:5, cuando Elohim hizo la luz del día “primero”. Toda la tierra hablaba “un” solo idioma antes de la torre de Babel (Gen. 11:1). Hagar arrojó a su niño debajo de “uno” de los arbustos (Gen. 21:15). En el sueño del Faraón, había siete espigas de grano en “una” planta (Gen. 41:5). En la plaga sobre el Ganado de Egipto, ni “una” vaca murió en Israel (Ex. 9:6). Éxodo 12:49 dice que Israel tendrá “una” misma ley para el ciudadano y para el extranjero. Los ejemplos son demasiado numerosos para mencionarlos todos. Ejad se usa más de 250 veces en el “Antiguo Testamento”, y no hay ningún indicio en ningún comentario o léxico judío de que de algún modo implique una “unidad compuesta.”
La historia de los judíos es bien conocida. Tenían mala fama en el mundo antiguo por ser totalmente empecinados cuando se trataba de defender su “Dios Uno”, como encontraron las civilizaciones a través de los siglos. Snedeker cita a Eliot:
Una cosa, muy importante, es cierta, que si semejante cosa se pudiera inferior [de las Escrituras] [que Elohim sea una pluralidad de personas], los judíos nunca lo entendieron así. Se presume que ellos conocían su propio idioma, y es seguro que ellos entendieron que la Unidad de Elohim se enseña en las Escrituras de ellos en la manera más absoluta e incualificada. Tal fue su interpretación de Moisés y de los Profetas en el tiempo cuando vino el Mesías. En toda Palestina probablemente no se habría podido hallar un solo hombre o una sola mujer, que supusiera que había una distinción de personas, como se enseña ahora, en la Unidad de Elohim (p. 293).
2. Deuteronomio 6:4 es uno de los más fuertes textos contra la Trinidad. Elohim es “uno,” no “tres-en-uno” o alguna otra pluralidad. Este ha sido el grito de batalla de los judíos a través de los siglos, quienes se han mantenido agresivamente contra toda forma de politeísmo o panteísmo. Yahoshúa citó este verso como parte del primero y más grande mandamiento: “Oye Israel, Yahweh nuestro Elohim, Yahweh es uno. Amarás a Yahweh tu Elohim con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con toda tu fuerza” (Marcos 12:29 y 30). Es totalmente inconcebible que el Mesías estuviera promoviendo alguna forma de doctrina de la Trinidad mientras a la misma vez citara Deuteronomio que dice que Elohim es “uno” a una audiencia judía quienes de seguro lo malentenderían. Es mucho más razonable creer que Yahoshúa estaba simplemente afirmando que si hemos de amar a Elohim con todo nuestro corazón tenemos que estar seguros de Quién es Él —el único Elohim de Israel.
Buzzard, pp. 12-15, 126 and 127
Hyndman, pp. 51-53
Snedeker, pp. 283-90
Salmo 45:6
Tu trono, oh Elohim, durará para siempre jamás; un cetro de justicia será el cetro de tu reino. (NVI)
Este verso se cita en Hebreos 1:8 y nuestra explicación puede hallarse allá.
Salmo 110:1
Yahweh dijo a mi amo: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies” (NVI)
Los comentaristas trinitarios frecuentemente argumentan que “mi amo” en este verso es la palabra hebrea Adonai, otro nombre de Elohim, y que es por lo tanto prueba de la divinidad del Mesías. Pero no solamente ese es un argumento inválido, sino que este verso en realidad es una de las más grandes pruebas de la completa humanidad del prometido Mesías. La palabra hebrea traducida “mi amo” es adoní”[5] en los textos hebreos estándares. Esta palabra se usa siempre en las Escrituras para describir a amos y señores humanos, pero nunca a Elohim. Desdichadamente, la mayoría de las concordancias y léxicos hebreos dan sólo palabras raíces, no la palabra que ocurre en realidad en el texto hebreo. Esta es una razón por la que la investigación bíblica realizada por personas que usan sólo herramientas como la Concordancia de Strong a menudo será limitada.[6] Aunque esto usualmente no afecta la interpretación del texto, algunas veces hace una gran diferencia, como en el Salmo 110:1. La obra Focus on the Kingdom [Enfoque en el Reino] informa:
La Biblia en el Salmo 110:1 en realidad le da al Mesías el título que nunca describe a Elohim. La palabra adoní en sus 195 ocurrencias en el Antiguo Testamento significa un superior que es humano (u ocasionalmente angélico), creado y no Dios. Así que el Salmo 110:1 presenta la más clara evidencia de que el Mesías no es Dios, sino un hombre supremamente exaltado.[7]
La diferencia entre adón (la palabra raíz), adoní (“amo,” usada siempre para hombres o ángeles) y adonái (que se usa para Elohim y algunas veces escrita adonay) es crítica para el entendimiento del Salmo 110:1. El Léxico Hebreo de Brown, Driver y Briggs (BDB), considerado por muchos como el mejor disponible, hace la distinción entre estas palabras. Note cómo en ese léxico la palabra adoní se refiere a “amos” que no son Elohim, mientas que la otra palabra, adonai, se refiere a Elohim:[8]
(1) Con referencia a hombres: mi señor, mi amo: (adoni)
(a) amo: Ex. 21:5 (el Código de la Alianza) Gen. 24:12+, 44:5 (J, 20t.), 1 Sam. 30:13 y 15; 2 Reyes 5:3, 20 y 22; 6:15;
(b) esposo: Gen. 18:12 (J);
(c) profeta: 1 Reyes 18:7 y 13; 2 Reyes 2:19; 4:16 y 28; 6:5; 8:5;
(d) príncipe: Gen. 42:10 (E), Gen. 23:6,11 y 15 (P), Gen 43:20; 44:18+ ; 47:18, + (J, 12t.); Jueces. 4:18;
(e) rey: 1 Sam. 22:12+ (S&K 75t.);
(f) padre: Gen. 31:5 (E);
(g) Moisés: Ex. 32:22; Num. 11:28; 12:11; 32:26 y 27 (J); Num. 36:2 (2x) (P);
(h) sacerdote: 1 Sam. 1:15 y 26 (2x);
(i) ángel teofánico [un ángel que representa a Elohim]: Jos. 5:14; Jueces. 6:13;
(j) capitán: 2 Sam. 11:11;
(k) reconocimiento general de superioridad: Gen. 24:18; 32:5+; 33:8+; 44:7+ (J 13t.), Ruth 2:13; 1 Sam. 25:24+ (15t.).
(2) Con referencia a Elohim:[adonai]. Nótese que cuando la palabra se refiere a Elohim, es diferente a cuando se refiere a hombres. La vocal debajo de la “n” (la segunda letra desde la izquierda) ha cambiado.[9]
En la definición anterior, adoní y adonái tienen la misma raíz, adón, que la palabra listada en las concordancias y la mayoría de los léxicos. Sin embargo, las palabras exactas que se usan son diferentes. Adoní, la palabra que se usa en el Salmo 110:1, nunca se usa para Elohim. Siempre se la usa para un superior humano o angélico. El hecho de que el texto hebreo usa la palabra adoní para el Mesías en el Salmo 110 es una prueba muy fuerte de él no es Elohim. Si el Mesías fuera Elohim, entonces se habría usado la palabra adonái. Esta distinción entre adoní (un amo) y adonái (el Soberano, Elohim) se mantiene aun cuando Elohim se muestra en forma humana. En Génesis 18:3, Abraham se dirige a Elohim que estaba “disfrazado” como un humano, pero el texto usa adonái.
Los eruditos reconocen que hay una distinción entre las palabras adoní y adonái, y que estas distinciones son importantes. La International Standard Bible Encyclopedia [Enciclopedia Bíblica Estándar Internacional] anota:
La forma ADONÍ (“mi señor”), un título real (1 Sam. 29:8), debe distinguirse cuidadosamente del titulo divino ADONÁI (“mi Señor”) que se usa para Yahweh.[10]
Hay usos de adonái que se refieren a ángeles o a hombres, dándoles un estatus elevado, pero que no indica que el hablante creía que ellos fueran Elohim. Esto está en armonía con el idioma en general. Los estudios de palabras como Elohim muestran que también se usa ocasionalmente para humanos que tienen un estatus elevado. Ejemplos de adonai con referencia a humanos incluyen Génesis 19:18 y 24:9, 39:2. En contraste con adonai que se usa ocasionalmente para Elohim, no hay ningún momento en que adoni se use para Elohim. A los hombres se les eleva, pero a Elohim nunca se le rebaja.
Los siguientes 148 versículos contienen 166 usos de la palabra (adoní)[11] y cada uno de ellos se refiere o a un señor o a un ángel. Ninguno de ellos se refiere a Elohim: Gen. 23:6, 11,15; 24:12(2x), 14, 18, 27(3x), 35, 36, 37, 39, 42, 44, 48(2x), 49, 65; 31:35; 33:8, 13, 14(2x), 15; 39:8; 42:10; 43:20; 44:5, 7, 18(2x), 19, 20, 22, 24; 47:18(2x), 25; Exod. 21:5; 32:22; Num. 11:28; 12:11; 32:25, 27; 36:2; Jos. 5:14; 10:1, 3; Juec. 1:5, 6, 7; 4:18; 6:13; Rut 2:13; 1 Sam. 1:15, 26(2x); 22:12; 24:8; 25:24, 25(2x), 26(2x), 27, 28, 29, 31, 41; 26:17, 18,19; 29:8; 30:13, 15; 2 Sam. 1:10; 3:21; 9:11; 11:11; 13:32, 33; 14:9, 12, 15, 17(2x), 18,19(2x), 22; 15:15, 21(2x); 16:4, 9; 18:31, 32; 19:19(2x), 20, 26, 27, 30, 35, 37; 24:3, 21, 22; 1 Reyes 1:13, 17, 18, 20(2x), 21,24, 27(2x), 31, 36, 37(2x); 2:38; 3:17, 26; 18:7, 10; 20:4; 2 Reyes 2:19; 4:16, 28; 5:3, 18, 20, 22; 6:5, 12, 15, 26; 8:5, 12; 10:9; 18:23, 24, 27; 1 Cron. 21:3(2x), 23; 2 Cron. 2:14, 15; Isa. 36:8, 9, 12; Jer. 37:20; 38:9; Dan. 1:10; 10:16, 17(2x), 19; 12:8; Zac. 1:9; 4:4, 5, 13; 6:4.
Los siguientes 24 usos pueden hallarse bajo [l’adoní], “a mi amo.” Mientras nosotros en castellano separamos la preposición del sustantivo o del verbo que le sigue, en hebreo la preposición va adjunta directamente a la palabra. Gen. 24:3,54,56; 32:5,6,19; 44:9,16,33; 1 Sam. 24:7; 25:27,28,30,31; 2 Sam. 4:8; 19:29; 1 Reyes. 1:2; 18:13; 20:9; 1 Cron. 21:3; Sal. 110:1. Todos estos se refieren a señores humanos, no a Elohim.
Las siguientes 6 referencias pueden hallarse bajo [v’adoní]: Gen. 18:12; Num. 36:2; 2 Sam. 11:11; 14:20; 19:28; 24:3.
La siguiente referencia puede hallarse bajo [m’adoní]: Gen. 47:18.
Los estudiantes de hebreo saben que el texto original fue escrito sin vocales, es decir, sin los puntos, rayitas y marcas que son ahora las vocales escritas. Así algunos eruditos pueden señalar que como los puntos vocales del texto hebreo fueron añadidos más tarde, los rabinos pueden haberse equivocado. Debemos señalar que, sin embargo, las dos palabras hebrea, adonai y adoni, aun cuando se escriben iguales en textos sin vocales suenan diferentes cuando se pronuncian. Esto no es insólito en un idioma. El ingles “read” [en pasado] y “read” [en presente] se deletrean iguales, pero una puede pronunciarse “red,” como en “I read the book yesterday,” mientras que la otra se pronuncia “rid,” como en “Please read the book to me.” La manera correcta de colocar las vocales en el texto hebreo se ha preservado en la tradición oral por los judíos. Así cuando el texto fue finalmente puesto por escrito con vocales, fue escrito como siempre se había pronunciado.
Una evidencia adicional de que los judíos siempre pensaron que la palabra adoní en el Salmo 110:1 se refiere a un Mesías humano y no a Elohim venido a la tierra se da en el texto griego, tanto en la Septuaginta como en citas en el llamado “Nuevo Testamento”. Es importante recordar que la Septuaginta, la traducción griega del “Antiguo Testamento” hebreo, se hizo alrededor del año 250 A.E.C, mucho antes de que comenzaran los debates trinitarios. Sin embargo la traducción Septuaginta claramente apoya que el Salmo 110:1 se refiere a un amo humano, no a Elohim. Ésta traduce adoní como ho kurios mou.
Los traductores de los LXX [la Septuaginta] en el 3er siglo A.E.C. atestiguan una cuidadosa distinción entre las formas de adón usado para referencia divina y humana por medio de traducir adoní como ho kurios mou, “mi señor.”[12]
Cuando el Salmo 110:1 se cita en el “Nuevo Testamento” se preserva la misma verdad sobre el señorío humano del Mesías:
El Nuevo Testamento griego, cuando cita el Salmo 110:1, traduce l’adoní como “a mi señor” (to kurio mou). Pero traduce adonai ([Salmo 110] v. 5 y muy a menudo en otras partes) como “el Señor” (kurios). Esto prueba que la diferencia entre adonai y adoní fue reconocida y reportada en el griego mucho antes de que los puntos vocálicos masoréticos fijaran la tradición oral antigua por escrito.[13]
Es interesante que los eruditos a menudo no hayan prestado atención al texto del Salmo 110 o a lugares donde se cita en el “Nuevo Testamento”, y han afirmado que éste muestra que el Mesías tiene que haber sido Elohim. El bien conocido Diccionario Bíblico de Smith contiene un artículo sobre “Hijos de Elohim,” escrito por Ezra Abbot. Dice él:
Por consiguiente encontramos que, después de la ascensión, los Apóstoles laboraron para llevar a los judíos a reconocer que Yahoshúa era no sólo el Mesías, sino que era también una Persona Divina, y hasta el Señor Jehová. Así, por ejemplo, San. Pedro…[Abbot procede a decir cómo Pedro dijo que Elohim ha hecho a Yahoshúa “tanto Señor como Mesías.”][14]
Nosotros creemos que la conclusión de Abbot es defectuosa porque no prestó atención a las palabras exactas del texto hebreo. Aun eruditos que contribuyeron al Diccionario de Smith aparentemente no concuerdan, porque hay una nota marginal después de la cita anterior que la corrige. La nota marginal afirma:
Al adjudicarle a San Pedro la notable proposición de que de que “Dios ha hecho a Jesús JEHOVÁ,” el escritor del artículo parece haber pasado por alto el hecho de que kurion (“Señor”) en Hechos 2:36 se refiere a to kurio mou (“mi Señor”) en el verso 34, citado del Salmo 110:1, donde el hebreo correspondiente no es Jehová sino adón, la palabra común para “señor” o “amo.” El significado de lo que dijo San Pedro aquí puede ilustrarse por su lenguaje en otras partes; véase hechos 5:31 [donde Pedro llama a Jesús “príncipe,” etc.].[15]
La nota marginal es muy correcta, porque la palabra en el Salmo 110 es la palabra para un “señor” o “amo” y no para Elohim. Así el Salmo 110:1 nos proporciona clara evidencia de que el esperado Mesías de Elohim no iba a ser Elohim mismo, sino un ser creado. Los judíos que estaban escuchando a Pedro en aquel Día de Pentecostés podían ver claramente la correlación en la enseñanza de Pedro de que Yahoshúa era un “hombre aprobado por Elohim” (v. 22 – RV), y un ser creado, el “mi amo” del Salmo 110:1 el cual Pedro cita justamente poco después (v. 34). El uso de adoni en el primer versículo de Salmo 110:1 deja muy en claro que los judíos no estaban esperando que su Mesías fuera Elohim, sino que estaban esperando un “amo” humano.”
Proverbios 8:23
Yo [la sabiduría] fui nombrada desde la eternidad, desde el principio, antes de que comenzara el mundo. (NVI)
Ocasionalmente, un trinitario usará este verso para tratar de apoyar la trinidad y la pre-existencia eterna del Mesías [como Elohim] por medio de decir que la “sabiduría” fue nombrada desde la eternidad, que el Mesías es la “sabiduría de Elohim” (1 Cor. 1:24) y que, por lo tanto, el Mesías existió desde la eternidad. Esta posición no ha encontrado fuerte apoyo aun entre los trinitarios, y por Buena razón. Esta sabiduría en Proverbios fue “nombrada” (literalmente, “establecida”) por Elohim, y es por lo tanto subordinada a Elohim. Una lectura cuidadosa de este versos y de su contexto muestra que la sabiduría fue “producida como la primera de Sus obras” (v. 22). Si esta “sabiduría” es el Mesías, entonces el Mesías es la primera creación de Elohim, lo cual es una creencia arriana y supuestamente herética para los trinitarios ortodoxos. Por eso muchos de los Padres de la Iglesia rechazaron este verso como apoyo de la Trinidad, entre ellos algunos “pesos pesados” como Atanasio, Basilio, Gregorio, Epifanio y Cirilo. Tomar un concepto y hablar de él como si fuera una persona es la figura de lenguaje que se llama Personificación. La Personificación a menudo facilita el relacionarse con un concepto o idea porque, como humanos, estamos familiarizados con otros humanos. La Personificación era común entre los judíos, y la sabiduría de Elohim está personificada en Proverbios. Al Mesías se le considera la sabiduría de Elohim en Corintios por lo que Elohim logra a través de él.
Racovian Catechism, pp. 73-75
Isaías 7:14
Por tanto Yahweh mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Immanuel. (NVI)
Algunas personas creen que porque Yahoshúa habría de ser llamado “Immanuel” (“Elohim está con nosotros”), tiene que ser Elohim encarnado. Ese no es el caso, y para una explicación completa de esto, vea la nota sobre Mateo 1:23 más abajo.
Isaías 9:6
“Y será llamado Maravilloso Consejero, ‘Ël Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz ….” (NVI)
1. Los trinitarios deben admitir que este verso está traducido inapropiadamente sólo por el hecho de que Yahoshúa nunca fue llamado el “Padre eterno” en ninguna parte de las Escrituras. Ciertamente, los trinitarios correctamente niegan que Yahoshúa sea el “Padre Eterno.” Es una posición básica de la doctrina trinitaria que los cristianos no deben “ni confundir las Personas ni dividir la Sustancia” (Credo de Atanasio). Así, si este verso se traduce apropiadamente, entonces los cristianos trinitarios tienen un verdadero problema. Sin embargo, la frase está mal traducida. La palabra traducida “eterno” es en realidad “era,” y la traducción correcta es que Yahoshúa será llamado “padre de la era [venidera].”
En la cultura de la Biblia, cualquiera que comienza algo o que ha sido muy importante para algo se le ha llamado “padre.” Por ejemplo, como Jabal fue el primero que vivió en una carpa y que crió ganado, la Biblia dice: “él fue el padre de los que viven en carpas y crían ganado” (Gen. 4:20). Además, como Jubal fue el primer inventor de instrumentos musicales, es llamado, “el padre de todos los que tocan arpa y flauta” (Gen. 4:21). La Escritura no está usando la palabra “padre” en el sentido de un padre o antepasado literal en estos versos, porque ambos de estos hombres fueron descendientes de Caín, y todos sus descendientes murieron en el Diluvio. “Padre” se usaba con el entendimiento cultural de que se refería o al primero que hizo algo o a alguien que fue importante de alguna manera especial. Como el Mesías será el que establecerá la era venidera, levantará los muertos en ella, y gobernará sobre ella, se le llama “el padre de la era venidera.”
2. La frase “Dios Fuerte” [‘Ël guibór] también puede traducirse mejor. Aunque la palabra “Dios” en la cultura hebrea tiene un margen de aplicabilidad mucho más amplio que en la nuestra, el lector promedio no sabe o no entiende eso. Los lectores familiarizados con los idiomas semíticos saben que un hombre que actúa con autoridad dada por Elohim puede ser llamado “elohim.” Aunque el castellano hace una distinción clara entre “Dios” y “dios,” el idioma hebreo, que sólo tiene letras mayúsculas, no puede hacerla. Una mejor traducción para el lector castellano sería “héroe poderoso,” o “héroe divino.” Tanto Martín Lutero como James Moffatt tradujeron la frase como “héroe divino” en sus Biblias. (Para más sobre el uso flexible de “elohim,” véase las notas sobre Heb. 1:8.)
3. Un ejemplo claro de que la palabra traducida “Dios” en Isaías 9:6 puede usarse para gobernantes terrenales es Ezekiel 31:11, que se refiere al rey babilónico. El prejuicio trinitario de la mayoría de las traducciones puede verse claramente al comparar Isaías 9:6 (ël = “Dios”) con Ezekiel 31:11 (ël = “gobernante”). Si llamar al Mesías ël lo hace “Dios”, entonces el rey babilónico sería “Dios” también. Isaías está hablando del Mesías de Elohim y lo llama un gobernante poderoso, lo cual por supuesto será.
La frase traducida “Dios Fuerte” en Isaías 9:6 en la NVI es en hebreo, ël gibbor. Esa misma frase, en su forma plural, se usa en Ezekiel 32:21 donde de los “héroes” y hombres fuertes muertos se dice, por la figura de lenguaje de personificación, que hablan a otros. La frase en Ezekiel se traduce “líderes poderosos” en la NVI, y “los fuertes entre los poderosos” en la KJV y la NASB. La frase hebrea, cuando se usa en singular, puede referirse a un “líder poderoso” así como cuando se usa en plural puede referirse a muchos “líderes poderosos.”
4. El contexto ilumina una gran verdad acerca del pasaje, y también muestra que no hay justificación para creer que se refiere a la Trinidad, sino más bien al gobernante nombrado por Elohim. El verso de apertura del capítulo predice un tiempo cuando “no habrá más tristeza para los que están en angustia. Toda guerra y muerte cesará, y la cabaña de todo guerrero …será destinada al fuego” (v. 5). ¿Cómo sucederá eso? El capítulo prosigue: “porque nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado” (v. 6). No hay ningún indicio de que este niño sería “Dios,” y los eruditos trinitarios reputados afirman que los judíos del “Antiguo Testamento” no conocían nada de una “encarnación” de Elohim. Para ellos, el Mesías iba a ser un hombre ungido por Elohim. Comenzaría como un niño, lo cual, por supuesto Yahweh, su Elohim eterno, nunca haría. Y este niño crecería para ser un gran gobernante: “el gobierno estará sobre sus hombros. Y será llamado Maravilloso Consejero, Héroe Poderoso, Padre de la Era venidera, Príncipe de Paz.” Además, “reinará sobre el trono de David (v. 7), Lo cual nunca se diría acerca de Elohim. Elohim nunca se sentaría en el trono de David. Pero sí el Mesías de Elohim, “el Hijo de David,” (Mat. 9:27, y sig.). Así, un estudio del verso en su contexto revela que no se refiere a Elohim en absoluto, sino al Mesías, el hijo de David y el Hijo de Elohim.
Buzzard, pp. 45 and 51
Farley, pp. 47-49
Morgridge, pp. 105 and 106
Snedeker, pp. 397-403
Isaías 43:11
Yo, yo, soy Yahweh, y aparte de mí no hay salvador.
Para el uso de Salvador en la Biblia, véanse las notas sobre Lucas 1:47 y el capítulo 17, bajo el subtítulo “¿Sólo Elohim puede Salvar?”
Isaías 44:6
Esto es lo que dice [Yahweh]— el Rey de Israel y el Redentor, [Yahweh] el todopoderoso: Yo soy el primero y soy el último; aparte de mí no hay Elohim. (NVI)
Vea las notas sobre Revelación 1:17.
Jeremías 17:5
Esto es lo que dice [Yahweh]: “Maldito es el que confíe en el hombre, que depende de la carne para su fortaleza y cuyo corazón se aparta de [Yahweh].” (NIV)
Ocasionalmente, un trinitario argumentará que Yahoshúa no puede ser un hombre porque se espera de nosotros que confiemos en Yahoshúa, pero que no confiemos en los hombres. Creemos que ese análisis no capta el punto de este verso, y le recordamos al lector que debe leerse todo el verso y su contexto para captar su verdadero significado. El contexto inmediato revela que una persona es maldita si confía en el hombre y además aparta su corazón de Yahweh. Pero nosotros no estamos apartando nuestros corazones de Elohim al confiar el Su Hijo Yahoshúa. Por el contrario, “el que no honra al Hijo no honra al Padre” (Juan 5:23). Elohim fue quien hizo a Yahoshúa nuestro Amo y Cabeza de la Congregación. Ciertamente, nuestros corazones estarían apartándose de Yahweh si no confiáramos en Yahoshúa. La misma lógica aplica a otros siervos de Elohim. El pueblo no fue maldito cuando siguió a Moisés, o a Josué, o a David, y confió en lo que ellos dijeron, porque estos hombres estaban actuando en lugar de Elohim. Éxodo 14:31 dice que el pueblo confió en Elohim y en Moisés. El esposo de la mujer virtuosa es bendecido cuando confió en su esposa, como dice Proverbios 31:11 (KJV): “El corazón de su esposo confía con seguridad en ella.” Nunca se va a llegar a la verdad por medio de tomar un pedazo o una parte de un versículo a la vez que se ignora su contexto. Toda la Biblia es la palabra de Elohim, y debe ser manejada de una manera santa y piadosa, con diligencia y dignidad y atención al contexto entero. Tomar un pedazo de un versículo y forzarlo a asumir un significado que no concuerda con el contexto, simplemente para apoyar una teología, nunca es apropiado.
Racovian Catechism, pp. 155 and 156
Jeremías 23:6
Este es el nombre por el que será llamado … [Yahweh] nuestra Justicia. (NVI)
1. Cuando a algo se le “llama” por cierto nombre, eso no significa que eso sea literalmente lo que se le llama. Jerusalem es también llamada “Yahweh nuestra Justicia,” y Jerusalem obviamente no es Elohim (Jer. 33:16). Así que, llamar a algo “Yahweh nuestra Justicia” no lo hace ser Elohim. Abraham llamó a la montaña en la que iba a sacrificar a Isaac “Yahweh proveerá,” y nadie puede creer que esa montaña era Yahweh. De manera similar, nadie creería que un altar era Yahweh, aun si Moisés la llamó por ese nombre: “Moisés edificó un altar y lo llamó ‘Yahweh mi Bandera” (Ex. 17:15). Más tarde, Gedeón edificó un altar y lo llamó Yahweh: “Así que Gedeón edificó allí un altar a Yahweh y lo llamó ‘Yahweh Paz.’ Hasta el día de hoy permanece en Derah de los Abiezritas” (Jueces 6:24). Estos versos prueban de manera conclusiva que simplemente porque a algo se le llama Yahweh, eso no lo hace ser Yahweh.
2. El Mesías será llamado (no que será) “Yahweh [es] nuestra Justicia” porque Elohim Todopoderoso obrará Su justicia a través de Su ungido, Yahoshúa el Mesías. La ciudad de Jerusalem también será llamada “Yahweh [es] nuestra Justicia” porque Elohim obrará allí su justicia, y esa justicia llegará al mundo entero (Para más sobre “nombres” y “llamar”, véanse las notas sobre Mateo 1:23).
Farley, pp. 49 and 50
Racovian Catechism, pp. 76-78
Snedeker, pp. 403-406
Mikah (Miqueas) 5:2
Pero tú, Betlehem Efratah, aunque eres pequeña entre los clanes de Judah, de ti me saldrá uno que será gobernante sobre Israel, cuyos orígenes son desde antaño, desde tiempos antiguos. (NVI)
1. “Orígenes” literalmente significa una “salida,” por lo tanto, un comienzo o nacimiento, y así el verso está diciendo que el nacimiento del Mesías como espíritu tuvo un comienzo en la antigüedad. En contraste con el Mesías que tuvo un origen, el Elohim verdadero es sin origen.
2. Los judíos antiguos leían este verso y reconocían que hablaba del nacimiento y el lugar de nacimiento del Mesías. Una de las pocas cosas que los judíos en el tiempo de Yahoshúa entendían acerca del Mesías era que nacería en Betlehem (Mat. 2:3-6). Sin embargo los judíos que leían, estudiaban, y entendían este verso, no hay registro de que ninguno de ellos concluyera por esas palabras que Yahoshúa tenía que ser “Dios encarnado.”
3. El contexto de Mikah hace claro que el “gobernante” procedente de Betlehem no sería Elohim. Este gobernante nacería, y tendría “hermanos” Ningún judío jamás pensó que Elohim podría nacer, y el pensamiento de que el Creador de cielo y tierra tenga hermanos sería absurdo para ellos. Estos versos están hablando del rey ungido de Elohim, y la palabra declara, no que ese gobernante sería Elohim, sino más bien que Yahweh sería el “Dios de él”. (v. 4). Así, este texto de Mikah es claro: un niño nacería en Betlehem y los israelitas serían sus hermanos, pero él crecería para liberar y gobernar la nación y permanecer en la fortaleza de Yahweh su Elohim.
Morgridge, p. 120
Racovian Catechism, pp. 69-71
“Nuevo Testamento”Mateo 1:23
“He aquí, una virgen concebirá y tendrá un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, que interpretado es, Elohim con nosotros.” (RV)
1. El nombre puede traducirse como, “Elohim con nosotros” o “Elohim está con nosotros.” Sabemos que Elohim estaba con el pueblo en Yahoshúa el Mesías, y Yahoshúa mismo dijo que si alguien lo ha visto a él, ha visto al Padre.
2. El significado de ese nombre es simbólico. Elohim estuvo con nosotros, no literalmente, sino por medio de Su Hijo, como indica 2 Cor. 5:19 (NASB): “Que Elohim esta en el Mesías, reconciliando consigo al mundo.” Es importante leer con exactitud lo que fue escrito: Elohim estaba en el Mesías, no que Elohim era el Mesías. El simbolismo en los nombres puede verse a través de toda la Biblia. No es algo único de Yahoshúa el Mesías. A muchas personas se les dieron nombres que causarían grandes problemas si se creyeran literalmente. ¿Debemos crees que Eliyahu era “Dios Yahweh,” o que Bitiah, una hija del Faraón, era la hermana de Yahoshúa porque su nombre es “Hija de Yahweh?” ¿Debemos creer que Dibri, y no Yahoshúa, fue la “Promesa de Yahweh,” o que Eliab fue el verdadero Mesías siendo que su nombre significa “Mi Elohim [es mi] padre?” Por supuesto que no. Sería un grave error reclamar que el significado de un nombre prueba una verdad literal. Sabemos que el nombre de Yahoshúa es muy significativo —comunica la verdad de que, como el Hijo de Elohim y como la imagen de Elohim que es, Elohim está con nosotros en Yahoshúa, pero el nombre no hace a Yahoshúa Elohim. Para algo más sobre el hecho de que llamar de alguna manera a alguien no lo convierte en eso, véanse las notas sobre Jeremías 23:6.
Buzzard, p. 135
Farley, pp. 46 and 47
Morgridge, p. 119
Snedeker, pp. 355-359
Mateo 4:10
Yahoshúa le dijo: “¡Apártate de mí, Satán! Pues está escrito: ‘Adora a Yahweh tu Elohim, y sírvele a él solamente.’ “ (NVI)
1. A veces se afirma que como debemos adorar solamente a Elohim, y, como se supone que adoremos a Yahoshúa, por lo tanto él debe ser Elohim. Ese argumento no es válido porque, aunque hay una adoración especial que se reserve sólo para Elohim, podemos “adorar” a ciertas personas también. Esto es un asunto del corazón. No hay en hebreo una palabra especial para “adorar” reservada sólo para Elohim. La adoración especial que se le debe a Él viene del corazón. De hecho, la entera tentación del Mesías por parte del Satán prueba que Yahoshúa no era Elohim. Elohim no puede ser tentado (Santiago 1:13). Además, si Yahoshúa fuera Elohim, el Satán nunca le habría pedido a Yahoshúa que lo adorara. Fue por desear ser como Elohim (y así ser adorado como Elohim) que el Satán fue arrojado del cielo en primer lugar (Isa. 14:12-15, [si es que se ha de interpretar así este pasaje]), y es irrazonable pensar que el Satán hubiera creído que Elohim podía ahora ser persuadido a adorarlo.
2. En la cultura bíblica, el acto de adorar no se dirigía solamente a Elohim. Era muy común adorar (es decir, rendir homenaje) a hombres de un estatus superior. Esto es difícil de ver en traducciones castellanas de la Biblia. Los traductores usualmente traducen la misma palabra hebrea o griega como “adorar” cuando involucra a Elohim, pero como alguna otra palabra, como “postrarse ante,” o “rendir homenaje a”, cuando involucra a los hombres. Sin embargo, la adoración está claramente en los textos hebreos y griegos. Por ejemplo:
- · Lot “adoró” a los dos extraños que llegaron a Sodoma (Gen. 19:1).
- · Abraham “adoró” a los líderes paganos de la tierra en que vivía (Gen. 23:7).
- · Jacob “adoró” a su hermano mayor cuando se encontraron después de estar separados por años (Gen. 33:3).
- · José tuvo un suelo en el que sus padres y sus hermanos “lo adoraban” (Gen. 37:10).
- · Los hermanos de José lo “adoraron” (Gen. 43:26).
- · Josué se postró y adoró a un ángel (Josué 5:14).
- · Rut “adoró” a Bóaz (Rut 2:10).
- · David “adoró” a Jonatán (1 Sam. 20:41).
- · Abigail “adoró” a David (1 Sam. 25:41).
La lista anterior es solo una pequeña muestra de todos los ejemplos que pueden sacarse de la Escritura. Si se cotejan las referencias en la mayoría de las Biblias se confirmará lo que ya hemos afirmado —que los traductores evadieron la palabra “adorar” cuando unos hombres están adorando a otros hombres, pero la usaron en referencia a adorar a Elohim. Estos pasajes son prueba más que suficientes de que “adorar” era parte de la cultura, y una manera de mostrar respeto o reverencia. A causa de la posición teológica de que solo Elohim debe ser adorado, los traductores han evadido la palabra española “adorar,” a pesar del hecho de que está claramente en el texto original. Nosotros afirmamos que no traducir lo que está claramente en el texto crea una falsa impresión en la comunidad cristiana está muy claro en el texto bíblico que los hombres “adoraban” a otros hombres.
Hay un sentido, por supuesto, en que se trata de una adoración muy especial (rendir homenaje, prestar fidelidad, amor reverente y devoción) que se le ha de dar solamente a Elohim, pero no hay una palabra única que represente esa adoración especial. Más bien, es una postura del corazón. Escrituralmente, esto ha de determinarse a partir del contexto. Aun palabras como proskuneo, que casi siempre se usan para Elohim, se emplean ocasionalmente para mostrar respeto a otros hombres (Hechos 10:25). Y la palabra “servir” en Mateo 4:10 es latreuo, que algunas veces se traduce adorar, con el sentido de adorar otras cosas al igual que al verdadero Elohim (Hechos 7:42 – KJV), “adoraban a la hueste del cielo” y Romanos 1:25, “servían a cosas creadas”). Así que, cuando el Mesías dijo: “A Yahweh tu Elohim adorarás y a él solo servirás,” estaba hablando de una adoración especial a Elohim que proviene del corazón, no de usar una palabra especial que esté reservada para la adoración de Elohim solamente.
Entender que en la Biblia tanto Elohim como los hombres son adorados nos fuerza a como lectores a mirar, no a la palabra específica para “adorar,” sino más bien al corazón del que realiza la adoración. Esto explica por qué Elohim rechaza la adoración de aquellos cuyo corazón no está realmente con Él. También explica por qué hay ocasiones en la Biblia cuando unos hombres rechazaron la adoración de otros hombres. En Hechos 10:26, Pedro le pide a Cornelio que se ponga de pie. En Revelación 19:10, un ángel le impide a Juan que no lo adore. En estos casos no es la adoración, per se, la que era incorrecta, o sería incorrecta en todas las demás ocasiones a través de la Biblia. En los susodichos relatos, el que estaba a punto de ser adorado vio que era inapropiado o se sintió incómodo en la situación. En realidad, el ejemplo de Juan en Revelación es otra prueba fuerte de que los hombres adoraban a otros aparte de Elohim. Si hubiera estado prohibido adorar a alguien aparte de Elohim, el gran apóstol Juan nunca habría tan siquiera intentado adorar a un ángel. El hecho de que lo hizo en realidad prueba el punto de que a otros aparte de Elohim se les adoraba en la cultura bíblica.
Está claro por qué unas personas se postraron y adoraron a Yahoshúa cuando caminaba por la tierra y realizaba milagros: la gente lo amaba y lo respetaba grandemente. Está también claro por qué debemos adorarlo como enviado ahora —él se ha ganado nuestro amor y nuestra más elevada reverencia. Él murió para liberarnos, y Elohim lo ha honrado por medio de sentarlo a su propia diestra por sobre todos los demás poderes y autoridades.
Broughton and Southgate, pp. 194 and 195
Dana, p. 21
Morgridge, pp. 46-52
Norton, pp. 447 and 448
Snedeker, pp. 389 and 390
Mateo 9:2 y 3
(2) Unos hombresle trajeron un paralítico, que yacía en una alfombra. Cuando Yahoshúa vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: “Anímate, hijo; tus pecados son perdonados.” (3) Ante esto algunos de los maestros de la Torah se dijeron: “Éste está blasfemando!” (NIV)
Este es un registro similar a Marcos 2:7 y la explicación se puede encontrar allá.
Mateo 9:8b
Alabaron a Elohim, que les había dado tal autoridad a los hombres. (NIV)
Aunque este verso se usa a veces para “probar” que el Mesías es Elohim, el verso en realidad milita en contra de esa idea. La Escritura afirma muy claramente que Yahoshúa era un hombre. El único “hombre” con autoridad en todo el contexto es Yahoshúa. Cuando la multitud vio que Yahoshúa realizaba milagros, ellos alabaron a Elohim por haberle dado tal poder al hombre, a Yahoshúa. Nosotros hacemos exactamente lo mismo hoy día. Por ejemplo, los cristianos alababan a Elohim por haberle dado semejante ministerio poderoso a Billy Graham. Esperamos que nadie piense que los cristianos están diciendo que el Dr. Graham era Elohim simplemente porque creen que Elohim le dio poder.
Snedeker, p. 306
Mateo 28:18
Entonces Yahoshúa vino a ellos y dijo: “toda autoridad en cielo y tierra se me hado a mí.” (NIV)
Leer cuidadosamente un verso es la única manera de comenzar a interpretarlo apropiadamente. En este caso, está claro que la autoridad del Mesías le fue dada. Muchos otros pasajes dicen lo mismo: “Elohim ha hecho a Yahoshúa Amo y Mesías” (Hechos 2:36). Elohim “puso” todo bajo sus pies y lo “nombró” para ser Cabeza de la Congregación (Efe. 1:22). Si el Mesías fuera en realidad Elohim, y co-igual co-eterno con el Padre como enseñan los trinitarios, entonces sería ilógico decir que al Mesías se le dio autoridad. Elohim por definición, tiene autoridad. La autoridad de Yahoshúa tiene ahora es delegada y derivada, y no es una función de “naturaleza divina.” El vocabulario de estos pasajes es, en realidad, una refutación de la trinidad. Yahoshúa es el hombre a quien Elohim le dio “toda autoridad.”
Dana, p. 215
Mateo 28:19
Vayan pues y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (NIV)
1. Eusebio (c. 260—c. 340) fue el Obispo de Cesarea y es conocido como “el Padre de la Historia de la Iglesia.” Aunque él escribió prolíficamente, su más célebre obra es su Historia Eclesiástica, una historia de la Iglesia desde el periodo apostólico hasta su propio tiempo. Hoy día es todavía la obra principal sobre la historia de la Iglesia en ese tiempo. Eusebio cita muchos versículos en sus escritos, y Mateo 28:19 es uno de ellos. El nunca lo cita como aparece hoy día en la Biblias modernas, sino que siempre termina el versículo con las palabras “en mi nombre.” Por ejemplo, en el Libro III de su Historia, Capitulo 5, Sección 2, que trata de la persecución judía de los primeros mesiánicos, leemos:
Pero el resto de los apóstoles, contra quienes se había conspirado incesantemente con miras a su destrucción, y había sido expulsados de la tierra de Judea, fueron a todas las naciones a predicar el Evangelio, confiando en el poder del Mesías, quien les había dicho: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones en mi nombre.”
De nuevo, en su Oratoria en Alabanza del Emperador Constantino, Capítulo 16, Sección 8, leemos:
¿Cuál rey o príncipe en época alguna del mundo, cuál filósofo, legislador o profeta, en tierras civilizadas o bárbaras, ha logrado un grado tan elevado de excelencia, no digo yo después de la muerte, sino mientras vivía, y lleno de un gran poder, como para llenar los oídos y lenguas de toda la humanidad con la alabanza de su nombre? Ciertamente nadie aparte de nuestro Salvador ha hecho esto, cuando, tras su Victoria sobre la muerte, habló la palabra a sus seguidores, y la cumplió por el evento, diciéndoles: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones en mi nombre.”
Eusebio estuvo presente en el concilio de Nicea y estuvo involucrado en los debates acerca de la enseñanza ariana y de si el Mesías era Elohim o una creación de Elohim. Nos sentimos confiados de que si los manuscritos que él tenía frente a él hubieran dicho “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,” él nunca los habría citado como “en mi nombre.” Así que, creemos que los más antiguos manuscritos decían “en mi nombre,” y que la frase fue ampliada para que reflejara la posición ortodoxa cuando la influencia trinitaria se propagó.
2. Si Mateo 28:19 es exacto como está en las versiones modernas, entonces no hay explicación para la aparente desobediencia de los apóstoles, ya que no hay un solo caso en el que ellos bautizaran a alguien según esa fórmula. Todos los registros en el Nuevo Testamento muestran que las personas eran bautizadas en el nombre del Maestro Yahoshúa, tal como decía que se hiciera el texto que citó Eusebio. En otras palabras, el “nombre de Yahoshúa el Mesías”, es decir, todo lo que él representa, es el elemento, o la sustancia, en la cual las personas son figurativamente “bautizadas.” “Pedro respondió: ‘Arrepiéntanse y bautícense, cada uno de ustedes, en el nombre de Yahoshúa el Mesías para el perdón de sus pecados“ (Hechos 2:38). “Ellos solamente habían sido bautizados en el nombre del Maestro Yahoshúa” (hechos 8:16). “Así que él ordenó que se bautizaran en el nombre de Yahoshúa el Mesías” (Hechos 10:48). “Al escuchar esto, ellos se bautizaron en el nombre del Maestro Yahoshúa” (hechos 19:5). No podemos imaginar ninguna razón por la que los Apóstoles y otros en el libro de los Hechos desobedecieran un mandato del Mesías resucitado. Para nosotros, se ve claro que el Mesías dijo que bautizaran en su nombre, y eso fue lo que hizo la Congregación.
3. Aun si el padre y el Hijo y el Espíritu Santo se hubieran mencionado en el texto original de este versículo, eso no probaría la Trinidad. La doctrina de la Trinidad afirma que el Padre, el Hijo y el “Espíritu Santo” juntos componen “un solo Elohim.” Este verso se refiere a tres, pero nunca dice que eran “uno solo.” Las tres cosas a las que se refiere este verso son: Elohim el Padre, el maestro Yahoshúa y el poder del espíritu santo (Nosotros decimos “espíritu santo” en lugar de “Espíritu Santo” porque creemos que este verso se refiere al don de Elohim del espíritu santo que nace dentro de cada creyente. Se escribe con letras minúsculas porque se refiere al don de Elohim y no a Elohim. Los textos griegos originales fueron todos escritos en lo que los eruditos llaman “escritura uncial,” que utiliza todas las letras en mayúsculas. Así que, aunque nosotros hoy día hacemos una distinción entre “Espíritu” y “espíritu,” en los originales en cada caso era solamente “ESPÍRITU.” Si se debe iniciar con mayúscula o no es una decisión del traductor, basada en el contexto del verso. Para algo más sobre la forma de los textos antiguos, véasela nota sobre Hebreos. 1:8).
Debería estar claro que tres cosas separadas no componen “un solo Elohim.” Morgridge escribe:
Ningún pasaje de la Escritura afirma que Elohim es tres. Si se preguntara qué intento yo significar por el numeral tres, respondería, cualquier cosa que el lector quiera. No hay ningún pasaje que afirme que Elohim sea tres personas, tres agentes, tres seres, tres Dioses, tres espíritus, tres substancias, tres modos, tres dioses, tres atributos, tres divinidades, tres mentes infinitas, tres cualesquiera cosas, tres opuestos, o tres en cualquier sentido. La verdad de esto ha sido admitida por todo trinitario que jamás escribió o predicó sobre el tema.”
4. A veces se afirma que para ser bautizado en algo, ese algo tiene que ser Elohim, pero ese razonamiento es falso, porque la Escritura dice que los israelitas fueron bautizados en Moisés” (1 Cor. 10:2).
5. A veces se afirma que el Padre, el Hijo y el espíritu tienen un solo “nombre,” así que tienen que ser uno. Un postulado básico de la doctrina trinitaria es que no se debe “confundir las personas” (Credo de Atanasio), y ciertamente se confunden las personas cuando se dice que los tres tienen un mismo “nombre”, especialmente cuando el tal “nombre” nunca se da en las Escrituras (“Dios” [o Elohim] no es un nombre). Si el verso estuviera enseñando doctrina trinitaria y mencionara a tres “personas,” entonces debería usar la palabra “nombres.” Hay una explicación mucho mejor para la razón por la que se usa “nombre” en singular.
Un estudio de la cultura y el idioma muestra que la palabra “nombre” representa la “autoridad.” Los ejemplos son muy numerosos, pero el espacio nos permite sólo una pequeña selección. Deuteronomio 18:5 y 7 habla de servir en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. Deuteronomio 18:22 habla de profetizar en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. En 1 Samuel 17:45, David atacó a Goliat en el “nombre” (autoridad) de Yahweh, y él bendijo al pueblo en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. En 2 Reyes 2:24, Elishá (Eliseo) maldijo a los burladores en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. Estos pasajes son solo una pequeña muestra, pero son muy claros. Si las versiones modernas de Mateo 28:19 son correctas (lo cual dudamos, por lo que ya dijimos), entonces aún así no veríamos que estos versículos prueben la Trinidad. Más bien, estarían mostrando la importancia de los tres: el Padre que es Elohim, el Hijo (a quien Elohim le dio autoridad [Mat. 28:18]) y el espíritu santo, que es el don de Elohim.
6. Al leer el libro de Mateo, notamos que no hay una presentación de la doctrina de la Trinidad. Algunos trinitarios prominentes dudan que los apóstoles tuvieran siquiera conocimiento de esa doctrina hasta después que recibieron el espíritu santo. Sería extraño ciertamente que el Mesías introdujera la doctrina de la Trinidad aquí en el penúltimo versículo del libro sin haberla mencionado antes.
Morgridge, pp. 13-15, 28, 98-101
Norton, pp. 215-218
Racovian Catechism, pp. 36-39
Snedeker, pp. 109-115
Mateo 28:20b
Y verdaderamente estoy con ustedes siempre, hasta el mismo fin de la era. (NIV)
Ocasionalmente se usa este verso para probar la Trinidad porque se dice que la única manera en que Yahoshúa podría estar siempre con su Congregación es si él es Elohim. Sin embargo, esa es una presunción no probada, y el hecho de que no se afirma en las Escrituras nos muestra que hay un uso de la frase “con nosotros” que es de naturaleza espiritual, no física. Tenemos que ser cuidadosos en no subestimar el poder y la autoridad que Elohim le dio al Mesías cuando lo estableció a Su diestra y le dio un nombre que está sobre todo otro nombre. Sólo dos versos antes de éste, el Mesías dijo que a él se le había dado “toda autoridad.” Elohim le dio al Mesías toda autoridad, e hizo al Mesías cabeza de la Congregación, así que es simplemente lógico concluir que Elohim también le dio al Mesías el poder de estar en comunión con su Congregación.
Snedeker, pp. 408 and 409
Marcos 2:7
¿Por qué este habla así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Elohim? (NIV)
En varias ocasiones el Maestro Yahoshúa dijo a los fariseos que la doctrina de ellos era errónea. Marcos 2:7 registra una ocasión en la que este fue el caso. No hay un solo versículo en las Escrituras que diga: “Sólo Elohim puede perdonar pecados.” Esa idea proviene de la tradición de ellos. La verdad es que Elohim concede la autoridad de perdonar pecados como a él le place. Él le concedió esa autoridad al Hijo y, además, a los apóstoles. Juan 20:23 registra que Yahoshúa les dijo: “Si ustedes perdonan al alguien sus pecados, son perdonados.” Si los fariseos estaban en lo correcto, y sólo Elohim puede perdonar pecados, entonces Yahoshúa y los apóstoles eran todos Elohim, porque ellos tuvieron la autoridad de perdonar pecados.
Buzzard, págs. 21 and 22
Morgridge, pp. 127 and 128
Lucas 1:35
El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que el santo que nacerá será llamado el Hijo de Elohim.” (NIV)
1. Hay algunos trinitariosque insisten en que el término “Hijo de Elohim” implica una pre-existencia eterna y que Yahoshúa es Elohim. Una vez se propuso la doctrina de la pre-existencia eterna, tuvo que inventarse un vocabulario para apoyarla, y así se inventaron frases no-bíblicas tales como “eternamente engendrado” e “Hijo eterno”. No solamente esas frases no están en la Biblia ni en la literatura secular, sino que no hacen sentido. Por definición, un “Hijo” tiene un comienzo, y por definición, “eterno” significa “sin comienzo.” Poner las dos palabras juntas cuando nunca aparecen juntas en la Biblia ni en el uso común es nada menos que crear un término sin sentido. El significado de “Hijo de Elohim” es literal: Elohim el Padre hizo que María quedara embarazada, y nueve meses después María tuvo un hijo, Yahoshúa. Así, Yahoshúa es “el Hijo de Elohim.” “Así fue como sucedió el nacimiento [griego = “comienzo”] de Yahoshúa el Mesías,” dice Mateo 1:18, y eso ocurrió alrededor de 2000 años atrás, no en “la eternidad pasada.” [Por otro lado, si se quiere ver su origen celestial, entonces también el que llegó a ser el Mesías humano tuvo su origen en el cielo, cuando Yahweh lo “produjo”, según proverbios 8:22. En ese momento vino a ser su Hijo celestial, por medio de quien, según el Proverbista y según Pablo, el Padre creó el universo.]
2. Cuando la frase “Hijo de Elohim” se estudia y se compara con frases acerca del Padre, se revela una ponderosa verdad. La frase “Hijo de Elohim” es común en el “Nuevo Testamento”, pero la frase “Dios el Hijo” nunca aparece. En contraste, frases como “Dios el Padre,” “Dios nuestro Padre,” y “el Elohim y Padre” ocurren muchas veces. ¿Hemos de creer que el Hijo es en realidad Elohim al igual que lo es el Padre, pero el Padre es claramente llamado “Elohim, el Padre” una y otra vez sin embargo el Hijo no es ni siquiera una sola vez llamado “Elohim el Hijo”? Esta es ciertamente evidencia fuerte de que Yahoshúa no es en realidad, como dicen, “Dios el Hijo”, en absoluto.
3. Cualquiera que insista en que alguien es de algún modo Elohim simplemente porque es llamado “Hijo de Elohim” va a tener problemas en explicar todos los versículos en la Biblia que llaman a otros seres “hijos de Elohim.” La frase, “hijo de Elohim” se usó comúnmente para los ángeles en el “Antiguo Testamento” (vea Gen. 6:2; Job 1:6; 2:1 (la frase en estos versículos se ha traducido a menudo como “ángeles”), y se ha usado también para Israel (Ex. 4:22; etc.). En el “Nuevo Testamento”, se usa para designar a los creyentes, los que han nacido de Elohim (vea 1 Juan 3:1 y 2 —el idioma original es claro). Un estudio de la Escritura revela muy claramente que la frase “hijo de Elohim” no significa de ningún modo “Dios” [o Elohim].
4. Tratando de probar la Trinidad a partir de la frase “Hijo de Elohim” hace surgir un punto que a menudo se pasa por alto en debates sobre si existe o no existe la Trinidad, y ese punto tiene que ver con palabras y la manera en las que se definen. La Biblia no fue escrita en un vacío, y su vocabulario estaba en uso común en la cultura de su tiempo. Las palabras que se hablan “en la calle” cada día tienen un significado. Si alguien escribe una carta, es natural que el lector asuma que las definiciones de las palabras en la carta son las definiciones comunes de la cultura contemporánea. Si la persona que escribe usa las palabras de una manera nueva e insólita, necesita decirlo en la carta, o el lector podría malentender lo que está diciendo.
La palabra “hijo” es un buen ejemplo. Sabemos lo que significa la palabra, y sabemos que si hay un padre y un hijo, el hijo vino después que el padre. Elohim es claramente llamado el Padre del Mesías, y el Mesías es claramente llamado el Hijo. Así que, el significado debería ser simple y claro. Pero según la doctrina trinitaria, el Padre y el Hijo son ambos “eternos”. Esa enseñanza anula las claras definiciones de las palabras y hace que el vocabulario sea “misterioso.” No hay un lugar en las Escrituras donde el significado de las palabras que describen al Hijos se dice que haya cambiado de su significado ordinario a algún significado “nuevo y especial”.
Para explicar el problema que ha creado su doctrina, los trinitarios dicen que el Hijo fue “eternalmente engendrado,” pero esa frase crea en sí misma dos problemas. Primero, que no está en las Escrituras, y lleva a la errónea enseñanza de que la Biblia no contiene un vocabulario suficiente para explicar sus propias doctrinas. Segundo, que la frase misma es un sin sentido, y simplemente lleva a la creencia de que la Biblia es básicamente “misteriosa” y que no puede ser entendida por el creyente promedio. Después de todo, “eterno” significa “sin comienzo,” y “engendrado” equivale a “nacido,” lo cual claramente indica un comienzo. El hecho de que las dos palabras son inherentemente contradictorias es la razón por la que nosotros decimos que combinarlas hace una frase sin sentido.
La doctrina de la Trinidad ha causado un número de problemas con el vocabulario del “Nuevo Testamento”. Por ejemplo, Hebreos 1:2 menciona que Yahoshúa el Mesías fue hecho “heredero” por Elohim. Por definición, nadie es su propio heredero. Decir que el Mesías es Elohim y luego decir que el Mesías es el heredero de Elohim es un sin sentido, y abusa del vocabulario que Elohim empleó para hacer Su Palabra accesible al creyente común y creíble para los que aún no son creyentes. Eso convierte la sencilla verdad de la Biblia en un “misterio” que nadie puede entender.
Hay muchas palabras que indican que Yahoshúa no era igual al Padre. El Mesías fue “hecho Amo”; fue “nombrado” por Elohim; él “obedeció” a Elohim; hizo la voluntad de Elohim y no su propia voluntad; oró a Elohim; llamó a Elohim “mi Elohim,” etc., etc. La enseñanza trinitaria contradice la conclusión a la que llegaría cualquier lector no indoctrinado cuando lee esos pasajes, e insiste en que el Padre y el Hijo son co-iguales. Los trinitarios enseñan que la naturaleza humana (pero no la naturaleza de Elohim) del Mesías estaba sujeta al Padre y por eso es que la Biblia está fraseada de esa manera. Nosotros creemos que esa enseñanza tuerce las claras y sencillas palabras de las Escrituras, y señalamos que no hay un solo versículo que diga que el Mesías tuvo dos naturalezas. Los historiadores admiten que la doctrina de las dos naturalezas fue “clarificada” tarde en los debates sobre la naturaleza del Mesías (en realidad seis de siete de los Concilios Ecuménicos trataron de alguna manera sobre la naturaleza del Mesías), y creemos que la única razón por la que se inventó la doctrina de las dos naturalezas fue para apoyar la Trinidad.
El concepto trinitario de las dos naturalezas también fuerza una interpretación “misteriosa” de los versículos sobre la humanidad de Yahoshúa que de otro modo serían muy sencillos. Interpretar los versículos que hablan de Yahoshúa es muy sencillo. Él provino del linaje de David y “fue hecho semejante a sus hermanos en todo” (Heb. 2:17). Él fue “el último Adam” (1 Cor. 15:45) porque, al igual que Adam, él fue una creación directa de Elohim. Una y otra vez la Biblia lo llama un “hombre.” Sin embargo, estas palabras serían menos que genuinas si el Mesías hubiera nacido 100 por ciento Elohim y 100 por ciento hombre. ¿Cómo puede alguien decir honestamente que Yahoshúa es plenamente Dios y a la vez plenamente hombre, y luego decir que es semejante a sus hermanos en todo? La “explicación” tradicional que se da es que, “Es un misterio y nadie puede entenderlo.” Le pedimos al lector que considere cuidadosamente la elección que tiene delante. Estamos argumentando en favor de leer las palabras en la Biblia y luego simplemente creer lo que dicen. Afirmamos que uno no puede hacer eso si cree en la Trinidad. La doctrina trinitaria fuerza los significados de palabras claras y sencillas como “Padre,” “Hijo,” “heredero” y “hombre” para hacer que asuman significados nuevos y “misteriosos”.
Buzzard, pp. 155-157
Morgridge, pp. 139-142
Lucas 1:47
Mi espíritu se regocija en Elohim mi Salvador. (NIV)
1. Algunos trinitarios creen que el Mesías tiene que ser Elohim porque a ambos se les llama “Salvador.” Hay muchas referencias a Elohim el Padre donde se le llama “Salvador.” Eso tiene perfecto sentido porque É les el autor del plan de salvación y está también muy activo en nuestra salvación. Por ejemplo, Elohim, el Padre, es llamado “Salvador” en Isaías 43:11, 1 Timoteo 1:1; 2:3; 4:10; Tito 1:3; 2:10; 3:4; Judas 25. Yahoshúa el Mesías es llamado “Salvador” porque él es el agente que llevó a cabo el plan de Elohim, y sin quien no pudo haber ocurrido.
2. El término “Salvador” se usa para muchas personas en la Biblia. Esto es difícil de ver en las versiones españolas porque, cuando se usa para hombres, los traductores casi siempre la traducen con “libertador”. Esto en sí mismo muestra que los traductores modernos tienen un prejuicio trinitario que no estaba en los idiomas originales. La única razón para traducir la misma palabra como “Salvador” cuando aplica a Elohim o al Mesías, pero como “libertador” cuando aplica a hombres, es hacer que el término parezca como que es único de Elohim y de Yahoshúa cuando de hecho no lo es. Este es un buen ejemplo de cómo puede oscurecerse el verdadero sentido de la Escritura si los traductores no son cuidadosos cuando traducen el texto. La generosa provisión que hace Elohim de “Salvadores” no se reconoce cuando la misma palabra se traduce “Salvador” para Elohim y el Mesías pero “libertador” para otros. Además se pierde el testimonio en las Escrituras de que Elohim obra a través de personas para poner en acción su poder. Por supuesto, el hecho de que hay otros “Salvadores” no le resta nada a Yahoshúa el Mesías, quien es el único que podía salvarnos, y que nos salvó, de nuestros pecados y de la muerte eterna.
Si todos los grandes hombres y mujeres que fueron “Salvadores” fueran presentados como tales en las versiones españolas, se desplegaría abiertamente la gracia y la misericordia que demuestra Elohim al salvar a Su pueblo por medio de “Salvadores” que Él ha levantado. Además, creemos que ningún lector confundiría al verdadero Elohim con las personas a través de las cuales Él ha obrado. Un buen ejemplo que muestra a Elohim levantado “Salvadores” para rescatar a Israel a través de la historia ocurre en Nehemías en una oración de confesión y acción de gracias a Elohim. Los israelitas oraron: “Pero en el tiempo de su tribulación clamaron [Israel] a ti, y tú desde los cielos los oíste, y según tu gran misericordia les enviaste libertadores [Salvadores RV1909], para que los salvasen de la mano de sus enemigos” (Neh. 9:27 RV1960). Algunos otros ejemplos de hombres designados como “Salvadores” están en 2 Reyes 13:5; Isaías 19:20 Abdías 21. Es incorrecto decir que porque el Mesías y Elohim son ambos llamados “Salvador,” son una y la misma persona, así como sería incorrecto decir que los “Salvadores” que Elohim levantó a través de la historia fueron el mismo individuo que Yahoshúa el Mesías.
Norton, pp. 304 and 305
Snedeker, pp. 378-380
Lucas 5:20 y 21
(20) Cuando Yahoshúa vio la fe de ellos, dijo: “Amigo, tus pecados son perdonados.” (21) Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar para ellos mismos: “¿Quién este hombre que habla blasfemia? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Elohim?” (NVI)
Hay quienes creen que solamente Elohim puede perdonar pecados, pero no es cierto. Para una explicación aplicable a este verso, vea bajo Marcos 2:7.
Lucas 7:16
Y vino un temor sobre todos: y glorificaban a Elohim, diciendo que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y, que Elohim ha visitado a su pueblo. (KJV)
1. Ocasionalmente, los trinitarios citan este versículo como prueba de que Yahoshúa es Elohim, porque afirma que Elohim visitó a Su pueblo. Sin embargo, esa frase de ninguna manera prueba la Trinidad. Cualquier palabra o frase en las Escrituras debe ser interpretada a la luz de su contexto inmediato así como de su contexto remoto. En este caso, el contexto inmediato nos alerta sobre la verdad que se está presentando. La gente llamó a Yahoshúa “un gran profeta,” lo cual nos dice enseguida que ellos no pensaban que él era Elohim.
2. Elohim “visita” a Su pueblo por medio de enviarle alguna bendición. Esto está claro por versículos como Rut 1:6, “Entonces ella [Naomí] se levantó con sus nueras, para regresar del país de Moab: porque había oído en el país de Moab cómo YHWH había visitado a su pueblo al darles pan.” En el libro de Rut, Yahweh visitó a Su pueblo por medio de enviarles pan, mientras que, en los Evangelios, Elohim visitó a Su pueblo por medio de enviarles a un “un gran profeta” que levantó de los muertos al hijo de una viuda.
3. Una lección que debemos aprender de este verso y de otros como éste es que Elohim obra a través de su gente. Cuando Él hace algo, a menudo recibe el crédito aun cuando la gente hace la obra en realidad. Cuando Elohim obra a través de personas, la palabra registra cosas como, “Elohim visitó a Su pueblo” (Lucas 7:16) y “Elohim ha hecho grandes cosas” (Lucas 8:39). Los americanos hoy día usan el mismo lenguaje. Si un amigo le da a usted algún dinero cuando usted lo necesita y le dice: “El Padre Celestial puso en mi corazón darte esto,” usted muy bien podría decirle a alguien más: “El Padre Celestial realmente me bendijo hoy.” Ni usted ni ninguna otra persona creería que usted está diciendo que la persona que le dio el dinero es “el Padre Celestial.” Todo el mundo entiende que el Creador obra a través de las personas, y así nuestro lenguaje, al igual que el lenguaje bíblico, refleja ese conocimiento.
Morgridge, p. 118
Lucas 8:39
“Vuelve a casa y cuenta cuánto ha hecho Elohim por ti.” Así que el hombre se fue y contaba por el pueblo cuánto había hecho Yahoshúa por él. (NIV)
1. Elohim obra Sus milagros a través de las personas. Así que, siempre que se realice un milagro, hay una gratitud hacia la persona que actuó en fe y realizó el milagro, y también gratitud y gloria para el Elohim que suplió el poder e hizo en realidad la obra. Toda la lección de Hebreos 11, que habla de los héroes de la fe, es que casi siempre alguien tiene que caminar en fe por el poder de Elohim para obrar, y las personas mencionadas en Hebreos 11 “alcanzaron buen testimonio mediante la fe” (verso 39). Así cuando Yahoshúa realizaba milagros, no era solamente él, sino Elohim el que estaba actuando, tal como sucede cuando algunos de nosotros, como creyentes, realizan milagros, sanidades, etc. De hecho, Yahoshúa le dio el crédito al Padre por lo que él estaba realizando. “Las palabras que les digo a ustedes no son mías. Más bien, es el Padre, que vive en mí, quien está haciendo su obra” (Juan 14:10b).
2. La nota sobre Mateo 9:8 es aplicable a este versículo.
Juan 1:1
E el principio era el Verbo, y el verbo estaba con Elohim, y el Verbo era Elohim. (NIV)
1. [Es claro en este pasaje que se está hablando de dos personajes, el Verbo y el Elohim (el “Dios”), y no hay que confundir a las dos personas. También hay que notar que en el griego, al Padre se le aplica el término Ho Theós (con artículo) mientras que al Hijo se le aplica el término “theós” sin artículo, lo cual hace una diferencia notable.
Algunos, aunque no son trinitarios, entienden que la palabra “logos” aquí no se refiere al Mesías sino al plan divino que tuvo el Padre en el pasado para enviar al Mesías en el futuro. Sin embargo, nosotros pensamos diferente y estamos de acuerdo con los trinitarios en que esta palabra en este versículo se refiere al Mesías. Sin embargo creemos que el pasaje ha sido muy mal entendido porque no se ha respetado en las traducciones una diferencia importante que hay en el texto griego entre las dos veces que aparece aquí la palabra “theós”.
Es importante entender que cuando los traductores vertieron la frase kai theós en ho logos como “y el Verbo era Dios” no respetaron la diferencia que hace el artículo definido en la primera ocurrencia de theós y la falta de éste en la segunda ocurrencia. Y a raíz de esta traducción defectuosa el sentido del texto fue alterado sustancialmente.
Es perfectamente entendible por qué a Yahoshúa se le llama la “Palabra.” Yahoshúa es una expresión externa de lo que es su Padre Elohim. Por eso se le llama en Revelación 19:13 “la Palabra de Elohim”. Este título en Revelación lo identifica como la misma “Palabra” de Juan 1:1.
La Escritura dice que la “Sabiduría” de Elohim (otra personificación del Mesías) fue producida “desde el principio” como la primera criatura de Elohim (Prov. 8:22,23). Es muy común en los escritos hebreos personificar un concepto como la sabiduría. Esta personificación se hace más evidente como una persona separada de Elohim cuando se la describe como una persona en pasajes como Proverbios 8:29 y 30: “…cuando Él establecía los cimientos de la tierra, con él estaba yo [la sabiduría] como un artífice maestro,” Reina-Valera Actualizada; “yo estaba allí como arquitecto”, Biblia de Jerusalén; “llegué a estar a su lado como un obrero maestro”, Traducción del Nuevo Mundo; “yo estaba entonces junto a él como arquitecto”, Nueva Biblia de los Hispanos; “allí estaba yo afirmando su obra”, La Biblia al Día.
2. Aquel que era el logos, esto es, la Palabra, la Sabiduría personificada de Elohim, “se hizo carne” (vino a la existencia física como humano) en Yahoshúa el Mesías. Yahoshúa es la “imagen del Elohim invisible” (Col. 1:15) y Su principal emisario, representante y agente. Por cuanto Yahoshúa obedeció perfectamente al Padre, él representa todo lo que Elohim podría comunicar acerca de sí mismo en una persona humana. Como tal, Yahoshúa podía decir: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). El hecho de que el logos “se hizo carne” muestra que él no existió antes de esa manera, como humano. Su existencia anterior fue como espíritu en el cielo y no se llamaba Yahoshúa. Tampoco era “el Mesías” antes de nacer como hombre, excepto en el plan salvífico de Elohim. Su posición de Mesías le fue dad por el Padre después de nacer como hombre y ser ungido con espíritu santo para la salvación de la humanidad.]
3. La última frase en el verso, que la mayoría de las versiones traducen como “y la Palabra era Dios,” no debe traducirse de esa manera. El idioma griego (al igual que el hebreo) usa la palabra “Dios” (griego = theós) para referirse al Padre así como también para referirse a otras autoridades. Estas incluyen al Diablo (2 Cor. 4:4), a deidades menores (1 Cor. 8:5) y a hombres con gran autoridad (Juan 10:34 y 35; Hechos 12:22). En el tiempo cuando fue escrito el “Nuevo Testamento”, los manuscritos griegos se escribieron con todas las letras mayúsculas. No se mezclaban letras mayúsculas y minúsculas como se hace hoy día. Así que no se podía hacer la distinción entre el primer “Theós” del texto, que es un sustantivo, y el Segundo “theós”, que es un adjetivo, y el contexto y la gramática griega eran los jueces en determinar a cuál “THEÓS” se refería.
Aunque el contexto es el árbitro final, casi siempre es el caso que en el “Nuevo Testamento” cuando la palabra “Dios” se refiere al Padre, aparece el artículo definido en el texto griego (este artículo puede verse solamente en el texto griego, nunca se traduce al español). Los traductores son normalmente muy sensitivos a esto (vea Juan 10:33 más adelante bajo el punto #4). La diferencia entre theós con y sin el artículo ocurre en Juan 1:1: “En el principio era la Palabra, y la palabra estaba con “el theós,” y la Palabra era “theós.” Siendo que el artículo definido está ausente de la segunda ocurrencia de “theós” (“Dios,”) el significado usual sería “poderosa” o “divina.” La New English Bible capta el sentido de esta frase al traducirla, “Lo que era Dios, la palabra lo era.” James Moffatt, que fue un profesor de griego y Exégesis del “Nuevo Testamento” en el Colegio Mansfield de Oxford, Inglaterra, y autor de la bien conocida Biblia de Moffatt, tradujo la frase como “el logos era divino.”
Una muy clara explicación de cómo se debe traducir theós sin artículo definido se puede encontrar en la obra Jesús As They Knew Him, (Jesús como lo conocían), por William Barclay, un profesor en el Trinity College en Glasgow:
En un caso como éste no podemos hacer otra cosa que ir al griego, que es theós en ho lógos. Ho es el artículo definido, el, y se puede ver que hay un artículo definido con logos, pero no con theós. Cuando en griego dos sustantivos son unidos por el verbo “ser”, y cuando ambos tienen el artículo definido, entonces se sobreentiende que uno está plenamente identificado con el otro; pero cuando uno de ellos está sin el artículo, viene a ser más un adjetivo que un sustantivo, y describe más bien la clase o la esfera a la cual pertenece el otro.
Una ilustración del castellano aclarará esto. Si yo digo: “El predicador es el hombre,” uso el artículo definido tanto antes de “predicador” como ante “hombre”, y así identifico al predicador con un individuo bien definido que tengo en mente. Pero si digo: “El predicador es un hombre,” he omitido el artículo definido antes de “hombre”, y lo que quiero decir es que el predicador debe ser clasificado como un hombre, que está en la esfera de la humanidad, que es un ser humano.
[En la última frase de Juan 1:1] no hay artículo definido antes de theós, dios. El logos, por lo tanto, no está identificado como Dios ni con Dios; la palabra theós ha venido a ser adjetival y describe la esfera a la cual pertenece el logos. Tendríamos por lo tanto que decir que eso significa que el logos pertenece a la misma esfera de Elohim; sin que se le identifique con Elohim, el logos tiene la misma clase de vida y de ser que Elohim. Aquí la NEB [New English Bible] encuentra la traducción perfecta: “Lo que Dios era, la Palabra lo era.”[16]4. Es importante entender que la Biblia no fue escrita en un vacío, sino que fue registrada en el contexto de una cultura y fue entendida por aquellos que vivieron en esa cultura. Algunos versos que nos parecen superfluos o confusos fueron significativos para los lectores de aquel tiempo porque todos ellos estaban conscientes de la cultura y las creencias que proponían los que los rodeaban. En el siglo primero, había muchas creencias competidoras en el mundo (y desafortunadamente, creencias erróneas en la cristiandad) que estaban confundiendo a los creyentes en cuanto a las identidades de Elohim y del Mesías. Por siglos antes del Mesías, y en el tiempo cuando fue escrito el “Nuevo Testamento”, se habían transmitido las creencias irracionales acerca de los dioses de Grecia. Ese cuerpo de información religiosa era conocido con la palabra “muthos,” lo cual llamamos hoy día “mitos” o “mitología.” Esos muthos, esos mitos, eran a menudo irracionales, místicos y más allá de todo entendimiento o explicación. Mientras más se familiariza uno con los mitos griegos, mejor entiende nuestro énfasis en su irracionalidad. Si alguien no está familiarizado con ellos, le sería útil leer un poco sobre el tema. La mitología griega es una parte importante del trasfondo cultural del “Nuevo Testamento”.
Los mitos eran a menudo incomprensibles, sin embargo, habían sido ampliamente aceptados como la “revelación de los dioses.” Lo diseminados que estaban los muthos en el mundo greco-romano del “Nuevo Testamento” puede verse en muchas partes del “Nuevo Testamento” como la punta de un témpano sobre el agua. Cuando Pablo y Bernabé sanaron a un lisiado en Listra, la gente asumió que los dioses habían bajado en forma humana, y el sacerdote de Zeus vino a ofrecerles sacrificios. Cuando Pablo estaba en Atenas, quedó asombrado a causa del inmenso número de ídolos allí que eran estatuas en honor de los diversos dioses. En Éfeso, la enseñanza de Pablo en realidad causó el levantamiento de una turba. Cuando algunos de los locales concluyeron que si su doctrina se diseminaba, “el templo de la Diosa Artemisa quedaría desacreditado, y a la Diosa, la cual es adorada en toda la provincia de Asia y en el mundo, se le robará su divina majestad” (Hechos 19:27). Hay muchos otros ejemplos que muestran que había muthos, es decir, un cuerpo de creencias religiosas que era en gran parte incomprensible para la mente humana, firmemente establecido en las mentes de algunos del pueblo común en los tiempos del “Nuevo Testamento”.
Comenzando varios siglos antes del Mesías, ciertos filósofos griegos laboraron para reemplazar los muthos con lo que ellos llamaban el logos, una explicación razonable y racional de la realidad. Es apropiado que, en los escritos del “Nuevo Testamento”, Elohim usó la palabra logos, y no muthos, para describir a Su enviado. Elohim no ha venido a nosotros en experiencias místicas ni en ideas irracionales que no pueden entenderse; más bien, Él se revela en maneras que pueden ser entendidas racionalmente y argumentadas persuasivamente.
5. En adición al contexto cultural que aceptó los mitos, en el tiempo cuando se escribió el Evangelio de Juan, estaba echando raíces en el cristianismo un sistema de creencia llamado gnosticismo. El gnosticismo tenía muchas ideas y palabras que son extrañas y confusas para nosotros hoy día, así que, a riesgo de sobre-simplificar, describiremos unos pocos fundamentos del gnosticismo tan sencillamente como podamos.
El gnosticismo asumió muchas formas, pero generalmente los gnósticos enseñaban que había un Ser supremo y no-conocible, que ellos designaban como el “Mónada.” El Mónada produjo varios dioses, quienes a su vez produjeron otros dioses (estos dioses eran llamados por diferentes nombres, en parte debido a sus poderes o posiciones). Uno de esos dioses, llamado “Demiurgo,” creó la tierra y luego gobernó sobre ella como un dios iracundo, malo y celoso. Ese dios malo, creían los gnósticos, era el Dios del “Antiguo Testamento”, llamado Elohim. El Mónada envió a otro dios, “Cristo,” para traer un conocimiento especial gnosis (conocimiento) a la humanidad y librarla de la influencia del dios malo Elohim. Así que un cristianismo gnóstico estaría de acuerdo en que Elohim creó los cielos y la tierra, pero no estaría de acuerdo en que él era el Elohim supremo. La mayoría de los gnósticos afirmarían también que Elohim y el Mesías tenían propósitos mutuamente contrarios. Por eso fue tan importante que Juan 1:1 dijera que el logos estaba con Elohim, que a primera vista parecería una afirmación totalmente innecesaria.
La apertura del Evangelio de Juan es una maravillosa expresión del amor de Elohim. Elohim “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:4). Él escribió la apertura de su Evangelio de tal modo que revele la verdad acerca de Elohim y Su plan para toda la humanidad y, a la misma vez, refute la enseñanza gnóstica. Dice que desde el principio estaba el logos (compañero de Elohim), que estaba con Elohim. No había otro “Dios” existiendo con Elohim, especialmente no un Elohim opuesto a Elohim. Además, el compañero de Elohim era semejante a Elohim; era divino. Y ese compañero de Elohim se hizo carne cuando Elohim hizo que María quedara embarazada.
6. Estros son elementos en Juan 1:1 y otras partes en la introducción de Juan que no sólo se refieren a un tiempo pasado en la obra creativa original de Elohim, sino que también prefigura la obra del Mesías en la nueva administración y la nueva creación. El notable comentarista bíblico F.F. Bruce argumenta en favor de esta interpretación:
No es por accidente que el Evangelio comienza con la misma frase que el libro de Génesis. En Génesis 1:1, ‘En el principio’ introduce la historia de la Antigua creación; aquí introduce la historia de la nueva creación. En ambas obras creación el agente es la palabra de Elohim.[17]
En el pasaje citado (Juan 1:1) donde se dice que la palabra estaba en el principio, no hay referencia a una eternidad precedente sin comienzo, porque se hace mención aquí de un comienzo, que es lo opuesto a la eternidad. Pero la palabra principio, usada absolutamente, ha de entenderse en cuanto al tema que está bajo consideración. Así, Daniel 8:1, En el año tercero del reinado del rey Belshazar me apareció una visión, a mí Daniel, después de la que me apareció AL PRINCIPIO.” Juan 15:27, “Y ustedes también darán testimonio porque ustedes han estado conmigo DESDE el principio.” Juan 16:4, “Les dije a ustedes estas cosas AL PRINCIPIO porque estuve con ustedes.” Y Hechos 11:15, “Y cuando comencé a hablar el Espíritu santo cayó sobre ellos, como sobre nosotros AL principio.” Y así es con el asunto tratado en Juan 1:1; no debe entenderse como algo más allá del origen de la creación de este universo.
Estamos de acuerdo con el Catecismo Racoviano en que el único significado del principio en Juan 1:1 es el comienzo de la creación. Además, en el contexto de la nueva creación, entonces, “la Palabra” actúa en el plan o propósito según el cual Elohim está restaurando Su creación.
7. Para entender plenamente cualquier pasaje de la Escritura, es imperativo estudiar el contexto. Para entender plenamente Juan 1:1, se necesita entender también el resto el capítulo, y el resto del capítulo añade mayor entendimiento a Juan 1:1. Creemos que estas notas sobre Juan 1:1, leídas con el resto de Juan y nuestras notas sobre Juan 1:3, 10, 14, 15, y 18 ayudará a hacer más comprensible el entero capítulo uno de Juan.
Broughton and Southgate, pp. 238-248
Buzzard, pp. 111-119
Morgridge, pp. 107-109
Norton, pp. 307-374
Robinson, Honest to Elohim, p. 71
Snedeker, pp. 313-326
Juan 1:3
Todas las cosas fueron hechas por él; y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho. (KJV)
1. Los trinitarios usan este verso para mostrar que el Mesías fue quien hizo el mundo y su contenido. Sin embargo, ese no es el caso. Lo que hemos aprendido del estudio de Juan 1:1 anteriormente será útil para interpretar apropiadamente este verso.
Juan 1:1-3
(1) En el principio estaba la palabra [la primera y única creación directa de Elohim], y la palabra estaba con Elohim, y el verbo era divino. (2) la misma estaba en el principio con Elohim.
(3) Todas las cosas fueron hechas por medio de ella [de la palabra]; y sin ella no se hizo nada de lo que fue hecho.
2. El pronombre en el verso 3 puede legítimamente traducirse “él.” No tiene que traducirse “ella”, pues en griego el término logos es de género masculino, al igual que el término hebreo davar. Pero no es necesario poner el término “la Palabra” en masculino para notar que se trata de una persona del género masculino, como lo muestra el original. El griego ciertamente tiene el pronombre masculino porque, al igual que muchos otros idiomas, incluyendo el español, el francés, el alemán, el latín, el hebreo, etc., el idioma griego asigna un género a todos los sustantivos, y el género del pronombre tiene que concordar con el género del sustantivo. En francés, por ejemplo, una mesa es femenina, la table, mientras que un escritorio es masculino, le bureau, y de los pronombres femeninos y masculinos se requiere que concuerden en género con los sustantivos.
En discusiones doctrinales acerca del espíritu santo algunas personas afirman que es una persona porque en la Biblia española se le trata de “él” en versos que se refieren a éste. Así, por ejemplo, Juan 14:16,17 dice:
Juan 14:16 y 17
(16) Y yo pediré al Padre, y él les dará otro Consolador que esté con ustedes para siempre—
(17) el espíritu de la verdad. El mundo no lo puede aceptar, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque él vive con ustedes y estará en ustedes.
En el idioma griego, “espíritu” es neutro y así se asocia con el pronombre neutro, “ello.” Así, por ejemplo, el verso 17 anteriormente debe traducirse literalmente como: “El mundo no puede aceptarlo porque no lo conoce (el espíritu), porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque eso vive con ustedes y estará en ustedes.” Cualquier Léxico Analítico confirmará que los pronombres en este verso que se refiere al espíritu son neutros, no masculinos.
Si los pronombres en el texto griego son neutros, ¿por qué los traductores los han traducido como “é” y “a él?” La respuesta a esa pregunta es que los traductores reconocen que cuando uno está tratando con un idioma que asigna género a los sustantivos, es el contexto y el entendimiento general del asunto en cuestión lo que determina cómo deben traducirse los pronombres al español como hemos visto en los ejemplos anteriores (el escritorio, la bicicleta, el carro, el viento, etc.).
Los cristianos trinitarios creen que “el Espíritu Santo” es un ser masculino y traducen los pronombres que se refieren a un “ello” como un “él” a pesar del hecho de que el sustantivo es neutro y requiere un “ello” no un “él” en griego. Similarmente, aun cuando el sustantivo masculino requiere el pronombre masculino en el idioma griego, no hay que traducirlo al español con el pronombre masculino “él,” a menos que se pueda demostrar por el contexto que el sujeto es en realidad varón; e.d., un hombre, un animal macho, o Elohim (quien se representa a sí mismo como masculino en la Biblia). Así que la pregunta a responderse cuando se trata de “el Consolador” y “el espíritu santo” no es: “¿A cuál género pertenecen el sustantivo y el pronombre asociado a éste en el idioma griego?” Más bien, necesitamos preguntar: “¿Se refieren estas palabras a una persona masculina que requiere un “él” en español, o se refieren a una “cosa” que requiere el pronombre “ello” o “eso”? Cuando la frase “espíritu santo” se refiere al poder de Elohim en acción o al don de Elohim, es propiamente un “ello”. Lo mismo es cierto del “Consolador”. Para un tratamiento más exhaustivo del tema del espíritu santo véase, The Gift of the Holy Spirit, Every Christian’s Divine Deposit, disponible de CES.
En hebreo, “espíritu” es femenino y debe tener pronombres femeninos, mientras que en griego, “espíritu” es neutro y asume pronombres neutros. Así que una persona que desee edificar una teología sobre la base del género de un sustantivo y un pronombre se encontrará en una situación interesante tratando de explicar cómo puede ser que “el espíritu” de Elohim de alguna manera cambió de género cuando se escribió el “Nuevo Testamento”.
3. Visto a la luz de la anterior traducción, la apertura del evangelio de Juan revela una maravillosa verdad, y es también un poderoso punto polémico contra las herejías de su tiempo. Ya hemos visto (bajo Juan 1:1) que los gnósticos estaban enseñando que, en la jerarquía de los dioses, el dios Elohim y el dios Mesías estaban en realidad opuestos uno al otro. También activos en el tiempo en se escribió Juan estaban los docetistas, quienes enseñaban que el Mesías era un ser espíritu y solamente parecía ser de carne. La apertura del evangelio de Juan muestra que en el principio había un solo Elohim, no muchos Elohim. Muestra también que este Elohim tenía un hijo, personificado como la palabra, que estaba junto a él y que compartía su naturaleza celestial, y que vino a hacerse hombre en Yahoshúa el Mesías. Así que Elohim y el Mesías no son adversarios como decían algunos entonces, y tampoco son la misma persona como dicen algunos hoy.
La apertura de Juan revela esta sencilla verdad de una manera Hermosa: “En principio había un solo Elohim, que produjo un hijo que estaba a su lado y que por su origen y naturaleza era divino (poderoso, o celestial). Fue a través de, y por causa de, ese Hijo celestial que Elohim hizo todas las cosas. Nada hizo el Padre aparte de ese ser. Luego, ese hijo celestial vino a ser carne en la persona de Yahoshúa el Mesías y montó su carpa entre nosotros.” Entender la apertura de Juan de esta manera concuerda con todo el cuadro general de las Escrituras y es enteramente aceptable desde el punto de vista de una traducción.
Racovian Catechism, pp. 86-88
Snedeker, pp. 411 and 412
Juan 1:10
En el mundo estuvo, y el mundo fue hecho por medio de él, y el mundo no lo conoció. (KJV)
1. Este verso se puede referir también al Padre, igual que al Mesías. Un estudio del contexto revela que esta sección abre en el verso 6 diciendo: “Vino un hombre enviado por Elohim.” Se nos dice: “Elohim es luz,” y que esa luz de Elohim iluminó a través de Yahoshúa el Mesías y que lo hizo “la luz del mundo”. Aun cuando Elohim estuvo en el mundo de muchas maneras, incluyendo a través de Su Hijo, el mundo no lo reconoció. El Padre vino a lo suyo por medio de enviarles su imagen exacta, Yahoshúa el Mesías, pero ni aun así recibieron a Elohim, en el sentido de que rechazaron a Su Emisario. El hecho de que el mundo no lo recibió se hace más profundo en el contexto cuando la Escritura revela con cuanto empeño Elohim los buscó —Él hizo carne a su Hijo celestial a hizo brillar Su luz a través del Mesías para alcanzar al mundo —pero ellos no lo recibieron, aun cuando él les estaba ofreciendo el “derecho a ser hechos hijos de Elohim” (v. 12).
2. Algunos eruditos toman la frase, “el mundo fue hecho por él,” como si el Verbo fuera el origen de la creación. Pero tanto el contexto como la misma frase griega, bien traducida, “el mundo fue hecho por medio de él,” muestran que el Padre es la Fuente, el Originador de la creación mientras que el Hijo es el medio o el agente de la creación.
Racovian Catechism, pp. 89-91
Juan 1:14a
La palabra se hizo carne y montó su carpa entre nosotros. (NIV)
1. La Palabra, al igual que la “Sabiduría” en Proverbios 8:22-, es una personificación del Hijo celestial de Elohim, y ese Hijo “se hizo carne” como Yahoshúa el Mesías. Así, Yahoshúa el Mesías fue “la palabra en la carne,” que se abrevia como “la Palabra” para facilitar la expresión. La Escritura Sagrada es también la Palabra de Elohim, pero es la palabra en forma escrita. Todo el mundo está de acuerdo en que “la Palabra” en forma escrita tuvo un comienzo. Así también lo tuvo “la Palabra” en la carne. De hecho, el texto griego de Mateo 1:18 lo dice claramente: “Y el principio de Yahoshúa el Mesías fue de esta manera.” Algunos escribas antiguos estaban tan incómodos con la idea de que Yahoshúa tuviera un “principio” que trataron de alterar el texto griego para que dijera “el nacimiento” y no “el principio,” pero no tuvieron éxito. Los textos griegos modernos dicen todos: “El principio” (génesis) en Mateo 1:18. “El nacimiento” se considera una traducción aceptable de “génesis,” por cuanto el comienzo de algo es su nacimiento, y así la mayoría de las traducciones dicen “el nacimiento” en Mateo 1:18. Sin embargo, el entendimiento apropiado de Mateo 1:18 es “el principio” (génesis) de Yahoshúa el Mesías.
El Mesías existió como un Hijo espiritual de Elohim en el cielo antes de “hacerse carne” en Yahoshúa. Pero eso no significa que él fuera el mismo Elohim. Y hay prueba de esa existencia previa en las propias palabras del Mesías. Hay un gran cúmulo de evidencia de que Yahoshúa tenía conciencia de haber estado con el Padre antes de la creación de este mundo, y tenía conciencia de que subiría al cielo a estar con el Padre donde había estado antes.
2. Es razonable preguntarse por qué Juan diría que “la palabra se hizo carne,” afirmación que nos parecería obvia. Por supuesto que Yahoshúa el Mesías fue de carne. Él nació, creció, comió, durmió, y la Escritura lo llama un hombre. Sin embargo, lo que es claro para nosotros hoy día no era tan claro en los primeros siglos de la era mesiánica. En nuestras notas sobre Juan 1:1, explicamos que la Biblia debe entenderse en el contexto de la cultura en la que fue escrita. En el tiempo cuando se escribió el libro de Juan, el movimiento “docetista” estaba ganando discípulos dentro del movimiento nazareno (“Doceta” viene de la palabra griega para “parecer” o “apariencia”). Los cristianos docetistas creían que Yahoshúa era en realidad un ser espíritu, o Elohim, quien solamente “parecía” ser humano. Algunos docetistas no creían que Yahoshúa en realidad comió y bebió, sino solamente que pretendía hacerlo. Además, algunos judíos pensaban que Yahoshúa era un ángel. En la literatura teológica, los teólogos hoy día llaman a eso “cristología angélica.” Juan 1:14 fue escrito para mostrar que, aunque Yahoshúa pre-existió como espíritu en el cielo, luego se hizo un hombre como los demás humanos. Fue para mostrar que aquel Verbo celestial verdaderamente “se hizo carne,” e.d., Yahoshúa no era un espíritu cuando estuvo en la tierra, ni un Elohim ni un ser angélico, sino más bien un hombre de carne y hueso. Algo muy similar se dice en 1 Juan 4:2, que si uno no cree que Yahoshúa ha venido en carne, (es decir, como un ser humano) no es de Elohim.
Hyndman, p. 113
Racovian Catechism, pp. 117-119
Juan 1:15
Juan testifica concerniente a él. Él clama, diciendo: “Éste es de quien yo había dicho: ‘El que viene después de mí es más grande que yo porque era antes de mí.’ “ (NIV)
Este verso se usa ocasionalmente para apoyar la Trinidad porque se asume que si el Mesías existió antes de nacer como hombre tiene que ser “Dios”. Es cierto que la palabra griega “antes” (protos) significa “antes en tiempo.” Juan el Inmersor reconoció que Yahoshúa existió antes que él, pero eso no lo llevó a proclamarlo “Dios” en ningún momento. Los ángeles también existieron antes que Juan.
Buzzard, pp. 86 and 87
Juan 1:18
Nadie ha visto jamás a Elohim; el hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha declarado. (KJV)
1. Como está escrito en la RV, no hay ninguna inferencia trinitaria en el verso.
2. Hay, sin embargo, varias versiones como la New International Version y la New American Standard Bible, que han traducido de una familia textual diferente a la de la Reina Valera, y dicen “Dios” en lugar de “Hijo.”
NIV: “Nadie ha visto jamás a Elohim, pero Elohim el Solo y Único, que está al lado del Padre, lo ha dado a conocer.”
NASB: “Nadie ha conocido nunca a Elohim; el Elohim unigénito, que está en el seno del Padre, Él lo ha explicado.”
La NIV y la NASB representan a teólogos que creen que el texto original decía “ho monogenés theós” = “el único, o unigénito Elohim,” mientras que la RV es representativa de teólogos que creen que el texto original decía “ho monogenés huiós” = “el unigénito Hijo.” Los textos griegos varían, pero hay buenas rezones para creer que la lectura original está representada por versiones como la Reina Valera. Aunque es verdad que los manuscritos griegos más antiguos contienen la palabra “theos” aquí, todos y cada uno de esos textos son del tipo de texto alejandrino. Prácticamente toda otra lectura de las otras tradiciones textuales, incluyendo la occidental, la bizantina, la cesariana y los textos alejandrinos secundarios, dicen huiós, “Hijo.” Los dos famosos eruditos textuales, Westcott y Hort, conocidos por su defensa del tipo textual alejandrino, consideran que Juan 1:18 es uno de los pocos lugares en el “Nuevo Testamento” donde no es correcto.
Un gran número de los Padres de la Iglesia, tales como Ireneo, Clemente y Tertuliano, citaron este verso con la palabra “Hijo,” y no “Dios.” Esto tiene mucho peso especialmente cuando uno considera que Tertuliano argumentó agresivamente en favor de la encarnación y se le acredita ser el que desarrolló el concepto de “un Dios en tres personas.” Si Tertuliano hubiera tenido ante sí un texto que dijera “Dios” en Juan 1:18, ciertamente lo habría citado así, pero en lugar de eso él siempre citó textos que decían “Hijo.”
Es difícil concebir qué habría significado eso de “el unigénito Dios” en la cultura hebrea. No hay un solo de uso de una frase así en toda la Biblia. En contraste, la frase “Hijo unigénito” se usa otras tres veces en Juan (3:16 y 18; 1 Juan 4:9 – RV). Para un judío, cualquier referencia a un “Elohim único” se referiría usualmente al Padre. Aunque los judíos del tiempo de Juan habrían tenido un problema con la frase “el unigénito Elohim,” los cristianos del siglo Segundo y más tarde, con su cada vez más paradójico entendimiento de la mesianología y de la naturaleza de Elohim, habrían estado mucho más proclives a aceptar semejante doctrina.
La razón por la que el texto fue cambiado de “Hijo” a “Dios” fue para proveer una “evidencia adicional” para la existencia de la Trinidad. Por el siglo segundo, había en Alejandría, Egipto, un encendido debate en cuanto a si Yahoshúa era o no era Dios, y allí se originaron todos los textos que dicen “Dios”. Las estacas de tortura eran altas en esos debates, y la excomunión, el destierro o castigos peores podían ser la suerte del “perdedor.” Cambiar un texto o dos con el fin de “ayudar” en un debate era una táctica que se ha probado que existió. Un examen de toda la evidencia muestra que es probable que “el unigénito hijo” sea la lectura original de Juan 1:18. Para un relato mucho más detallado de por qué la palabra “Hijo” debe favorecerse por sobre la palabra “Dios,” vea The Orthodox Corruption of the Scripture, por Bart Ehrman (Oxford University Press, New York, 1993, pp. 78-82).
3. Aun si el texto original hubiera dicho “Dios” y no “Hijo,” eso todavía no probaría la Trinidad. La palabra “Dios” tiene una aplicación mucho más amplia en hebreo, en arameo y en griego que la que tiene en español. Puede usarse con referencia a hombres que tienen autoridad divina (Vea Juan 10:33 y Heb. 1:8 más adelante). No hay ninguna “Fórmula Trinitaria” en este verso que haga forzosa una interpretación trinitaria.
Juan 2:19
Destruyan este templo y en tres días yo lo reedificaré. (NASB)
1. Muchos versos dicen claramente que fue el Padre quien levantó a Yahoshúa de los muertos, y la Biblia no puede contradecirse.
2. Yahoshúa estaba hablando a los judíos después de haber volcado las mesas de ellos y haber expulsado sus animales del Templo. Esta fue la primera de las dos veces cuando él hizo eso, y esta ocurrencia fue al principio de su ministerio. Lo hizo una vez más al final de su ministerio, y ese evento está registrado en otros Evangelios. Los judíos estaban airados y no podían creerlo, y Yahoshúa estaba hablando en términos velados, tanto es así que el Evangelio de Juan tuvo que añadir: “pero él estaba hablando del templo de su cuerpo,” (Juan 2:21 – NASB) para que el lector no se confundiera. Sendo que Yahoshúa estaba en el Templo mismo cuando dijo: “Destruyan este templo,” la presunción natural habría sido la que hizo su audiencia, que él estaba hablando del Templo donde se encontraba él en ese momento.
3. El hecho de que Yahoshúa estaba hablando en términos velados a una audiencia incrédula debería hacernos dudar en cuanto a edificar una doctrina sobre este verso, especialmente cuando muchos otros versos claros dicen que el Padre resucitó a Yahoshúa. Por ejemplo, 1 Corintios 6:14 afirma: “Por su poder, Elohim levantó al Maestro de entre los muertos.” Yahoshúa no estaba en una situación de enseñanza cuando habló eso. Los temperamentos estaban caldeados y los judíos estaban contra Yahoshúa de todos modos. Era común que Yahoshúa hablara de tal manera que los oyentes no entendieran. Aun una lectura superficial de los Evangelios mostraría un número de veces cuando Yahoshúa habló los incrédulos que lo escuchaban (y algunas veces hasta a los discípulos) quedaron confundidos con lo que dijo.
4. Sabemos que Yahoshúa estaba hablando en términos velados, pero ¿quiso decir? Casi ciertamente se estaba refiriendo al hecho de que él en verdad era responsable en última instancia por su resurrección. ¿Cómo así? Yahoshúa fue responsable de mantenerse “sin mancha ni culpa” y de obedecer plenamente la voluntad del Padre. En ese sentido él fue como cualquier otro sacrificio. Un sacrificio que tuviera defecto era inaceptable para Yahweh (Lev. 22:17-20; Mal. 1:6-8). Sendo que este evento en Juan fue al comienzo de su ministerio, él sabía que tenía un camino largo y difícil que recorrer y que la obediencia no sería fácil. Si se apartaba de Elohim porque no le gustaba lo que Elohim le decía que hiciera, o si era tentado al punto de que pecara, su pecado habría sido una “mancha” que lo habría descalificado como un sacrificio perfecto. Entonces no habría podido pagar por los pecados de la humanidad, y no habría habido resurrección. El lector debe recordar que Yahoshúa no entró en el Templo y volcó las mesas de dinero simplemente porque “le pareció”. Juan 2:17 indica que él estaba cumpliendo una profecía del Antiguo Testamento y la voluntad de Elohim, lo cual él siempre hizo. Si él no hubiera cumplido la profecía registrada en el Salmo 69:9, no habría cumplido toda la ley y habría quedado descalificado para poder morir por los pecados de la humanidad. Así que, su destino estaba en sus propias manos, y él pudo decir: “Yo lo levantaré.”
5. Es común en el habla hebrea que si una persona tiene una parte vital en algo, se habla de ella como que lo hizo. Sabemos que los soldados romanos crucificaron a Yahoshúa. Los evangelios lo dicen, y sabemos que los judíos no lo habrían hecho, porque ponerse en contacto con Yahoshúa los habría hecho impuros. Sin embargo Pedro dijo a los gobernantes de los judíos: “Ustedes” ejecutaron al Maestro” (Hechos 5:30). Todos entienden que los judíos desempeñaron una parte vital en la ejecución de Yahoshúa, así en cierto sentido ellos lo ejecutaron, aun cuando ellos mismos no hicieron el trabajo sucio. Un ejemplo similar del “Antiguo Testamento” está tanto en 2 Samuel 5 como en 1 Crónicas 11. David y sus hombres estaban atacando a la ciudad jebusea, Jerusalem. El registro es muy claro de que David había enviado a sus hombres a la ciudad a pelear, y hasta ofreció una posición de general al primero que entrara a la ciudad. Sin embargo el registro dice: “David capturó la fortaleza de Sión.” Sabemos por qué, por supuesto. David desempeñó un rol vital en la captura de Jerusalem, y así la Escritura dice que él la capturó. Esta manera de hablar que es tan común en la Biblia y, ciertamente, en todos los idiomas, es la manera de hablar que empleó Yahoshúa. Él levantaría su cuerpo, e.d., él desempeñaría una parte vital en el proyecto que resultaría en su resurrección.
6. El Mesías sabía que por sus pensamientos y sus acciones él podía garantizar su propia resurrección por medio de ser impecablemente obediente hasta la muerte. Eso hacía legalmente posible para Elohim el cumplir Su promesa de resucitar al Mesías, quien era sin pecado y por lo tanto no merecía la muerte, que es “la paga del pecado.”
Racovian Catechism, pp. 362 and 363
Snedeker, pp. 413 and 414
Juan 2:24
Pero Yahoshúa no se fiaba de ellos, porque conocía a todo hombre. (NIV)
1. Es obvio por las Escrituras que Yahoshúa no conocía todas las cosas, porque él crecía en sabiduría (Lucas 2:52), y no sabía ciertas cosas (Mat. 24:36). Siempre que se usa la palabra “todo”, el estudiante de la Escritura debe ser cuidadoso en asegurarse por el contexto si significa “todo” en un sentido totalmente inclusivo, o si significa “todo” en un sentido más limitado (vea la nota # 5 sobre Col. 1:15-20). Por ejemplo, 1 Juan 2:20 (RV) dice de los creyentes: “Ustedes saben todas las cosas.” Ciertamente no hay un creyente que en realidad crea que sabe todas las cosas. La frase se toma en un sentido limitado de “todo” según el contexto.
2. Los trinitarios explican el hecho de que Yahoshúa no sabía ciertas cosas por medio de apear a su “humanidad” en contraste con su “deidad,” o su “naturaleza divina.” Sin embargo, cuando hay un verso que puede acomodarse para que signifique que Yahoshúa sabía todas las cosas, abandonan ese argumento y dicen que su omnisciencia prueba que él es Elohim. Nosotros pensamos que es razonable afirmar que uno no puede tener el argumento de las dos maneras. O el Mesías no sabía todas las cosas, o las sabía. Hay muy claros versículos que dicen que él no sabía todas las cosas, y ningún verso que diga en realidad que Yahoshúa sabía todas las cosas de la misma manera que Elohim sabe todas las cosas. Cuando un pasaje parece a primera vista decir que Yahoshúa “sabía conocía a todo hombre,” debe sobreentenderse en un sentido limitado de acuerdo al contexto, así como cuando la Escritura dice que los creyentes “saben todas las cosas.”
Los trinitarios están conscientes de que algunos versículos dicen que Yahoshúa no sabía todas las cosas y otros dicen que las sabía. En lugar de aceptar el uso común de la palabra “todo” en un sentido limitado, ellos siguen empujando su doctrina por medio de afirmar que el Mesías tenía dentro de sí tanto una naturaleza divina como una naturaleza humana. Reclaman que la “naturaleza divina” sabía todas las cosas, pero la “naturaleza humana” era limitada. Este argumento se queda corto en muchos respectos. Primero, Yahoshúa el Mesías fue “hecho como sus hermanos en todo” (Heb. 2:17, y sig.), y nosotros no somos “parte Elohim, parte humanos,” ni “plenamente divinos y plenamente humanos.” Para que se preserve la integridad de la Escritura, Yahoshúa tiene que haber sido en realidad como somos nosotros, e.d., plenamente humano.
En Segundo lugar, no hay ninguna parte de la Escritura donde se afirme realmente esa doctrina de la “naturaleza dual” del Mesías. Los trinitarios nos piden que creamos algo que ellos mismos no pueden probar por la palabra de Elohim. Nosotros, por otro lado, les pedimos que crean algo que podemos leer línea por línea en la Biblia: que Yahoshúa era carne y hueso, no un espíritu; que era un hombre, y que participó de nuestra humanidad. En tercer lugar, el mismo concepto envuelve una contradicción interna. Elohim es infinito y el hombre es finito, y así el Mesías sería un ser finito-infinito, lo cual creemos que es inherentemente imposible. Ese no el Yahoshúa que se nos describe en la Biblia. No en balde Tertuliano, un antiguo trinitario, dijo, “Credo quia impossibile est” (Creo porque es imposible). Nosotros reconocemos que no solamente es “imposible,” sino que también es antibíblico, así que elegimos no creerlo.
3. Yahoshúa necesitaba oír de parte de Elohim para saber cómo juzgar (Juan 5:30), y él conocía a todo hombre de la misma manera—por medio de oír de parte de Elohim.
4. Al decir que Yahoshúa conocía a todo hombre, la Biblia estaba confirmando que Yahoshúa estaba en contacto con Elohim tal como lo estuvieron los profetas de la antigüedad (pero, por supuesto, mucho más íntimamente). Era una creencia común que los profetas conocían los pensamientos de la gente (Lucas 7:39, etc.), y está substanciado en la Escritura que Elohim les mostraba a los profetas lo que pensaba la gente. Natán conocía el pecado secreto de David (2 Sam. 12:7). Ahiyah conocía lo que quería la esposa de Jeroboam, y quién era ella, aun cuando él estaba ciego y ella llevaba un disfraz (1 Reyes 14:4 y 6). Eliyah sabía que Ajab había cometido asesinato con Nabot (21:17-20), y sabía la información que el rey de Israel quería saber (2 Reyes 1:1-4). Elishá (Eliseo) sabía que Guehazi estaba mintiendo y conocía la codicia de su corazón (2 Reyes 5:19-27). Daniel sabía el sueño de Nabucodonosor, aun cuando Nabucodonosor no se lo había revelado a nadie (Dan. 2:5 y 28 ss). Al decir que Yahoshúa conocía a todo hombre, la Escritura confirmas que él estaba, como los profetas de la antigüedad, en comunicación con Elohim.
Morgridge, pp. 124-126
Juan 3:13
Nadie ha subido al cielo excepto el que bajó del cielo —el hijo del hombre que está en el cielo. (NIV)
Algunos trinitarios argumentan que si ahí dice que el Mesías “está en el cielo” en el mismo momento en que está diciendo esas palabras, eso indica que podía estar en dos lugares a la vez. Pero esto se dilucida fácilmente cuando sabemos que esa parte que dice “que está en el cielo” no aparece en los manuscritos más antiguos, en los que la oración termina con “el hijo del hombre.” La frase “que está en el cielo” fue añadida posteriormente por el escritor o el traductor del evangelio. Así que no es razonable edificar una doctrina sobre un pasaje espurio o añadido.
Buzzard, pp. 154-157
Norton, pp. 246-248
Juan 5:18b
Él llamaba a Elohim su Padre, haciéndose igual a Elohim. (NIV)
1. Los pueblos en el tiempo y la cultura de la Biblia sabían que los hijos a menudo llevaban la autoridad de la familia. Por ejemplo, el hijo de un rey tenía autoridad. Cuando el Mesías dijo que Elohim era su Padre, los fariseos correctamente interpretaron que eso significaba que él tenía la autoridad de Elohim sobre la tierra, algo que Yahoshúa estaba diciendo en realidad ( Juan 5:17 ss).
2. Ese pasaje en realidad no apoya la Trinidad. Sólo registra con exactitud que Yahoshúa estaba diciendo que Elohim es su Padre, no que él era Elohim mismo, o que él era “Dios Hijo.” Es claro que la autoridad de Yahoshúa provenía del hecho de que era el Hijo de Elohim, no Elohim mismo.
3. El concepto de que las personas sean “iguales” se encuentra en varios lugares en la Biblia. Por ejemplo, cuando José estaba gobernando Egipto bajo el Faraón, Judah le dijo: “Tú eres igual al Faraón mismo” (Gen. 44:18). Pablo escribió sobre hombres que querían ser considerados “iguales que nosotros” (2 Cor. 11:12). Ningún cristiano del que sepamos creería que José y el Faraón o Pablo y sus oponentes eran “de la misma sustancia,” y que componían “un solo ser” simplemente porque son considerados “iguales.” Nosotros creemos que Juan 5:18 debe ser manejado igual que los otros pasajes que mencionan igualdad. Yahoshúa estaba usando el poder y la autoridad de Elohim sobre la tierra, y así era “igual” a Elohim en el mismo sentido en que José, quien estaba usando la autoridad y el poder del Faraón, era igual al Faraón.
Morgridge, p. 43
Racovian Catechism, p. 133
Juan 6:64
Yahoshúa había sabido desde el principio cuál de ellos no creería y quién lo traicionaría. (NIV)
1. Algunos trinitarios actúan como si este versículo probara que Yahoshúa era Elohim simplemente por la palabra “principio” en el verso. Nada pudiera estar más lejos de la verdad. Hasta un curso elemental sobre las palabras mostrará que la palabra “principio” tiene que definirse por su contexto. Cualquier buen léxico mostrará que la palabra “principio” se usa a menudo para describir tiempos que no tienen que ver con el comienzo de la creación. Los ejemplos abundan: Elohim los hizo varón y hembra al “principio”, pero no de la creación, sino de la raza humana (Mat. 19:4). Hubo “testigos oculares” en “el principio,” no de la creación sino de la vida y ministerio del Mesías (Lucas 1:2 y 3). Los discípulos estuvieron con el Mesías desde el “principio,” no de la creación sino de su ministerio público (Juan 15:27). El don del espíritu de santidad vino sobre Pedro y los apóstoles “en el principio,” no de la creación sino del movimiento nazareno que comenzó en aquel día de Pentecostés mencionado en Hechos 2 (Hechos 11:15). Juan 6:64 está diciendo simplemente que el Mesías sabía desde el momento en que comenzó a elegir a los Apóstoles cuál de ellos lo traicionaría.
2. Cuando este verso se entiende en su contexto, es un poderoso testimonio de cuán estrechamente caminaba Yahoshúa con su Padre. En primer lugar, no hay nada en el contexto que de algún modo indique que la palabra “principio” se refiere al comienzo del tiempo. Yahoshúa acababa de alimentar a los cinco mil, y ellos dijeron: “Ciertamente éste es el Profeta que habría de venir al mundo” (6:14). Enseguida eso mismo nos dice que la gente no pensaba que Yahoshúa era Elohim, sino un profeta. La gente quería hacer rey a Yahoshúa, pero sólo porque él llenó sus estómagos (6:15 y 26). Cuando él los desafió a creer en él (6:29), ellos protestaron (6:41). A medida que Yahoshúa continuó enseñando, los líderes judíos comenzaron a argumentar entre ellos mismos (6:52), y hasta algunos de los discípulos de Yahoshúa comenzaron a protestar por el compromiso que Yahoshúa les estaba pidiendo (6:60 y 61). Yahoshúa, sabiendo que sus discípulos estaban disgustados por su enseñanza, no echó para atrás, sino más bien prosiguió adelante, aun diciendo que él sabía que algunos de ellos no creerían (6:64). El resultado de esta discusión fue que algunos de sus discípulos lo abandonaron (6:66). Siendo que algunos de sus discípulos lo abandonaron después de oír su enseñanza, sería fácil decir que tal vez Yahoshúa no actuó sabiamente al presionarlos en cuanto a esta difícil enseñanza. Pero no es así. La Escritura nos recuerda que el Mesías sabía desde el principio quién no creería, y hasta quién lo traicionaría. Así que, él también sabía que sus duras palabras no ahuyentarían a ninguna de sus verdaderas ovejas. El “principio” al que se refiere aquí es el principio de su ministerio Cuando él comenzó a reunir a sus discípulos y apóstoles y a enseñarles, Elohim le mostró por revelación quienes creerían y quién lo traicionaría.
Snedeker, p. 215
Juan 8:24b
Porque si ustedes no creen que yo soy, morirán en sus pecados. (KJV)
Algunos trinitarios ocasionalmente citan este verso para tratar de mostrar la necesidad de creer en su doctrina, y desafortunadamente algunas veces hasta para intimidar a quienes la ponen en duda. Ellos suplen la palabra “Dios” después de la frase “yo soy,” no a partir del texto, sino partiendo de los dictados de su doctrina, y hacen que el verso diga: “Porque si ustedes no creen que yo soy [Dios], morirán en sus pecados.” Eso es una distorsión del texto bíblico en total, y del evangelio de Juan en particular. El propósito del Evangelio se ve claramente en 20:31: “Pero estas cosas se han escrito para que ustedes crean que Yahoshúa es [¿“Dios”? ¡No!] el Mesías, el Hijo de Elohim, y para que creyendo tengan vida en su nombre.” A la luz del explícitamente declarado propósito del evangelio de Juan, el enseñar que si uno no cree en la llamada “deidad” del Mesías, morirá en sus pecados, es algo particularmente fuera de lugar. El verdadero significado del texto es que si uno no cree que Yahoshúa es el Mesías, morirá en sus pecados, y esta enseñanza puede hallarse en un número de pasajes del llamado “Nuevo Testamento”. Obviamente, si uno elige no creer en el sacrificio expiatorio de Yahoshúa el Mesías, morirá en sus pecados. Nosotros creemos que la Nueva Versión Internacional hace un buen trabajo con este texto en particular, especialmente a la luz de la manera en que el Mesías estaba velando su rol como Mesías. La NVI dice: “Si ustedes no creen que yo soy quien reclamo ser, morirán en sus pecados.” Eso entonces cuadra con las otras veces que él dijo algo similar, tales como en Juan 13:19 cuando dijo a sus discípulos en su última cena con ellos: “Les digo esto antes de que suceda [su traición] para que cuando suceda ustedes crean que yo soy”.
Juan 8:58b
Antes de que Abraham fuera, yo soy. (RV)
1. Los trinitarios argumentan que este verso afirma que Yahoshúa dijo que él era el “Yo Soy” (e.d., el Yahweh del Antiguo Testamento), así que tiene que ser Elohim. Pero ese no es el caso. Decir “Yo soy” no hace a una persona Elohim. El hombre que nació ciego y Yahoshúa sanó no estaba reclamando ser Elohim cuando dijo: “Yo soy el hombre”, y el griego lee exactamente como la afirmación de Yahoshúa, e.d., “Yo soy.” El hecho de que exactamente la misma frase se traduce de dos maneras diferentes, una como “Yo soy” y la otra como “Yo soy el hombre,” es una razón por la que es difícil para el cristiano promedio captar la verdad por medio simplemente leer la Biblia como se ha traducido al español. La mayoría de los traductores bíblicos son trinitarios, y su prejuicio aparece en varios lugares de sus traducciones, y este es uno de ellos. Pablo también usó la misma frase acerca de sí mismo cuando dijo que él deseaba que todos los hombres sean como “Yo soy” (Hechos 26:29). Y dijo más: “Por la gracia de Elohim soy lo que soy” (1Cor. 15:10) sin embargo concluimos que el hecho de que Pablo haya dicho “Yo soy lo que soy” (frase idéntica a la de Éxodo 3:14) no significa que él sea Elohim. C. K. Barrett escribió:
Egó eimí [“Yo soy”] no identifica a Yahoshúa con Elohim, sino que llama la atención hacia él en los términos más fuertes posibles. “Yo soy aquel a quien ustedes deben mirar y escuchar, si quieren conocer a Elohim.”[18]
2. La frase “yo soy” ocurre muchas veces en el “Nuevo Testamento”, y a menudo se ha traducido como “Yo soy él” o algún equivalente (“Yo soy él”—Marcos 13:6; Lucas 21:8; Juan 13:19; 18:5, 6 y 8. “Soy yo”—Mat. 14:27; Marcos 6:50; Juan 6:20. “Yo soy el que reclamo ser”—Juan 8:24 y 28.). Es obvio que estas traducciones son muy correctas, y es interesante que la frase se ha traducido como “yo soy” solamente en Juan 8:58. Si la frase en Juan 8:58 se hubiera traducido “yo soy él” o “yo soy el que reclamo ser,” como las otras, sería más fácil ver que el Mesías estaba hablando de sí mismo como el Ungido de Elohim (como ciertamente era), del que se habla en el Antiguo Testamento.
En su última cena con sus discípulos, los discípulos estaban tratando de averiguar quién traicionaría al Mesías. Ellos decían literalmente: “No soy yo, Maestro” (Mat. 26:22 y 25). Nadie diría que los discípulos estaban tratando de negar que eran Elohim porque estaban usando la frase “No soy yo.” El punto es este: “Yo soy” era una manera común de designarse a uno mismo, y no significa que uno esté reclamando ser Elohim.
3. Se hace también el argumento de que por cuanto Yahoshúa era “antes” de Abraham, Yahoshúa tiene que haber sido Elohim. No hay duda de que el Mesías “existía” en el tiempo de Abraham. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con ser Elohim. Así que el Mesías ciertamente existía “antes” de Abraham, mucho antes de existir Abraham, pero no tiene nada que ver son ser Elohim. Nosotros no somos los únicos en creer que Yahoshúa no era Elohim en su preexistencia; muchos cristianos creen igual.
4. Para que el argumento trinitario de que el “yo soy” de Yahoshúa en Juan 8:58 lo hace Elohim, su afirmación debe ser equivalente al “Yo soy” de Elohim en Éxodo 3:14. Sin embargo, las dos afirmaciones son muy diferentes. Mientras la frase griega en Juan significa “yo soy”, la frase hebrea en Éxodo en realidad significa “ser” o “llegar a ser”. En otras palabras Elohim esta diciendo: “Yo seré lo que seré”. (Vea la Biblia del Oso, la Reina-Valera original). [Además, la traducción que hace la Septuaginta griega de esa frase no es “egó eimí ho egó eimí” sino “Egó eimi ho On” (Yo soy el Ser). Así que el “yo soy” en Éxodo es en realidad una mala traducción del texto hebreo, de modo que el hecho de que Yahoshúa dijo “yo soy” no lo hace Elohim.
Buzzard, pp. 93-97
Dana, Letter 21, pp. 169-171
Morgridge, pp. 120-21
Norton, pp. 242-246
Snedeker, pp. 416-418
Juan 10:18
Nadie me la quita [mi vida], sino que yo la pongo por mi propia cuenta. Tengo el derecho de ponerla y el derecho de volverla a recibir. Este mandamiento lo recibí de mi Padre. (Griego, y Versión Popular)
Vea las notas sobre Juan 2:19.
Juan 10:30
Yo y mi Padre somos uno. (KJV)
1. No hay ninguna razón para tomar este verso como que significa que el Mesías estaba diciendo que él y el Padre componen “un Elohim.” La frase era de uso común, y aun hoy día si alguien la utiliza, la gente sabe exactamente lo que se quiere decir —que él y su Padre son muy parecidos. Cuando Pablo escribió a los corintios sobre su ministerio allá, dijo que él había plantado la semilla y Apolo la había regado. Luego dijo: “el que siembra y el que riega son uno mismo” (1 Cor. 3:8 – KJV). En los textos griegos, la fraseología de Pablo es la misma que la de Juan 10:30, sin embargo, nadie reclama que Pablo y Apolo componen “un solo ser”. Además, la NVI traduce 1 Corintios 3:8 como “el que siembra y el que riega tienen un mismo propósito.” ¿Por qué traducir la frase como “son uno” en un lugar, pero como “tiene un mismo propósito” en otro lugar? En este caso, traducir la misma frase de dos maneras diferentes obscurece el claro significado de la afirmación del Mesías en Juan 10:30: El Mesías siempre hizo la voluntad del Padre; él y Elohim tienen “un mismo propósito.”
2. El Mesías usa el concepto de “ser uno” en otros lugares, y de ellos uno puede ver que lo que significa es “un mismo propósito”. Juan 11:52 dice que Yahoshúa iba a morir para hacer “uno” a todos los hijos de Elohim.” En Juan 17:11,21 y 22, Yahoshúa le rogó a Elohim que sus seguidores fueran “uno” como él y Elohim eran “uno.” Nosotros pensamos que es obvio que Yahoshúa no estaba rogando que todos sus seguidores llegaran a ser un mismo ser o “substancia” así como él y su Padre eran un mismo ser o “substancia.” Creemos que el significado es claro: Yahoshúa estaba rogando que todos sus seguidores fueran uno en propósito así como él y Elohim eran uno en propósito, una oración que todavía no ha sido contestada.
3. El contexto de Juan 10:30 muestra concluyentemente que Yahoshúa se estaba refiriendo al hecho de que él tenía el mismo propósito que tenía Elohim. Yahoshúa estaba hablando de su habilidad para de guardar las “ovejas,” los creyentes, que vinieran a él. Él dijo que nadie podía quitárselas de su mano y que nadie podía quitarlas de las manos de su Padre. Entonces fue cuando dijo que él y el Padre eran “uno,” e.d., tenían un mismo propósito, que era el de guardar y proteger a las ovejas.
Buzzard, pp. 135 and 136
Farley, pp. 60 and 61
Morgridge, pp. 39-42
Juan 10:33
“No te estamos apedreando por ninguna de esas cosas,” respondieron los judíos, “sino por blasfemia, porque tú, un mero hombre, reclamas ser Elohim.” (NIV)
1. Cualquier dificultad en entender este verso es causada por los traductores. Si hubieran traducido fielmente el texto griego en el verso 33 como lo hicieron en los versos 34 y 35, entonces diría: “…tú, un hombre, reclamas ser un elohim.” En los siguientes dos versos, Juan 10:34 y 35, exactamente la misma palabra (theós, sin artículo) se traduce como “dioses,” no como “Dios.” Se hizo el punto bajo Juan 1:1 de que usualmente cuando se refiere al Padre es, el sustantivo theós lleva el artículo definido. Cuando no hay artículo, los traductores saben que “dios” es la traducción más probable, y normalmente son muy sensitivos con esto. Por ejemplo, en Hechos 12:22, Herodes es llamado theós sin artículo, así que el traductor de la RV lo vertió como “un dios”. Lo mismo es cierto en Hechos 28:6, cuando Pablo había sido mordido por una víbora y la gente esperaba que muriera. Cuando no murió, “cambiaron de parecer y dijeron que era “un dios”. Siendo que theós no tiene artículo, y siendo que está claro por el contexto que la referencia no es acerca del verdadero Elohim, theós se tradujo como “un dios.” Es un principio general que theós sin artículo debe traducirse “un dios,” o “un ser divino.” Siendo que no hay evidencia de que Yahoshúa estaba enseñando que él era Elohim en ninguna parte del contexto, y siendo que los fariseos nunca habrían creído que este hombre era de algún modo Yahweh, no hace sentido que ellos estuvieran diciendo que él era “Elohim.” Por otro lado, Yahoshúa estaba enseñando claramente que él fue enviado por Elohim y estaba haciendo la obra de Elohim. Así que hace perfecto sentido que los fariseos dijeran que él estaba reclamando ser “un elohim” o “un ser divino.”
2. No estamos de acuerdo con la traducción que hace la NVI en inglés de “mero hombre” para la palabra griega ánthropos. La palabra española “antropología,” significa “el estudio del hombre,” y se deriva de ánthropos. Spiros Zodhiates escribe, “hombre, nombre genérico en distinción de los dioses y los animales.”[19] En la gran mayoría de las versiones, ánthropos se traduce como “hombre.” La palabra ánthropos ocurre 550 veces en el texto griego del que se tradujo la NIV, sin embargo la NIV la tradujo como “mero hombre” solamente en este versículo. Esta variación raya en la deshonestidad y demuestra una intencionalidad de prejuiciar el texto más allá de los límites aceptables. Desdichadamente, la NIV no es la única traducción que pone un prejuicio trinitario en este versículo. Los judíos nunca habrían llamado a Yahoshúa un “mero” hombre. Ellos lo llamaron lo que creían que era: un “hombre”. Ellos se ofendieron porque creían que él, “siendo un hombre, se hacía un elohim (e.d., alguien con estatus divino).
3. Para más sobre theós sin artículo, véanse las notas sobre Juan 1:1 y Hebreos 1:8.
Morgridge, pp. 39-42
Racovian Catechism, pp. 34-36
Snedeker, p. 422
Juan 14:11
Créanme cuando digo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean en la evidencia de los mismos milagros. (NIV)
Este verso se usa a veces para probar la Trinidad, pero no prueba nada por el estilo. Exactamente el mismo lenguaje sobre estar “en” se usa muchas veces acerca de los creyentes. Nosotros afirmamos que cuando el mismo lenguaje exacto se usa tanto para el Mesías como para los creyentes, debe entenderse de la misma manera. Nosotros estamos “en” el Mesías, y el Mesías está “en” nosotros (compare con. Juan 14:4-7; 17:21,23 y 26). Cuando se usa en el sentido de estar “en Elohim,” o “en el Mesías,” la palabra “en” se refiere a una estrecha comunión, un estrecho compañerismo. Era parte del lenguaje de los pactos de aquel tiempo, cuando la gente hablaba de estar “en” o “cortados del” pacto.
Morgridge, pp. 116 and 117
Racovian Catechism, pp. 142 and 143
Juan 14:16 y 17
(16) Y yo pediré al Padre, y él les dará otro Consolador que esté con ustedes siempre—
(17) el espíritu de la verdad. El mundo no lo puede aceptar, porque ni lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque vive en ustedes y estará en ustedes. (NIV)
Algunas personas afirman que “el Espíritu Santo” es una persona porque la Biblia tiene las palabras “él” y “lo” en estos versos en Juan y en algunos otros lugares. Esta afirmación es inválida porque el género de un sustantivo y un pronombre no tiene nada que ver con si es una persona o si una cosa es en realidad una persona. Véanse las notas sobre Juan 1:3.
Juan 17:5
Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes que el mundo comenzara. (NIV)
1. No hay duda de que Yahoshúa existió antes de que comenzara el mundo. Pero ¿quiere decir eso que es el Todopoderoso? Nada más lejos de la verdad. Es un prejuicio trinitario el que hace que la gente vea en este pasaje lo que no dice ahí. Este pasaje muestra claramente que el Mesías tenía conciencia de haber existido antes de nacer como hombre. Pero eso no tiene nada que ver con ser “Dios”, como alegan los trinitarios. Cada uno de los ángeles existe también desde antes de que comenzara el mundo, pero eso no lo hace que sea “Dios”.
2. La oración de Yahoshúa en Juan 17 pone un ejemplo para todos los creyentes. Él derramó su corazón a su Padre y lo llamó “el único Elohim verdadero” (Juan 17:3), y rogó que se le concediera recobrar la gloria que tuvo junto a su Padre antes de la creación.
3. Sobre la relación del Mesías con el Plan de Elohim, véanse las notas sobre Juan 1:1.
Racovian Catechism, pp. 144-146
Snedeker, pp. 424 and 425
Juan 20:17
Yahoshúa le dijo: No me toques; porque aun no subido a mi Padre: pero ve a mis hermanos, y diles que subo a mi Padre, y Padre de ustedes; y a mi Elohim, y Elohim de ustedes. (KJV)
1. Este versículo es una de las más fuertes pruebas en la Biblia de que no hay una Trinidad. Este evento ocurrió después de su resurrección, y Yahoshúa le dijo a María que él iba a subir a “mi Elohim, y Elohim de ustedes.” La afirmación de Yahoshúa hace claro que “Elohim” es tanto el Elohim de él como el Elohim de María. Si Yahoshúa es Elohim, no puede tener un Elohim, porque por definición si alguien tiene un “Dios,” no puede ser “Dios.” Si Yahoshúa tiene un “Dios” como él mismo dijo, entonces no puede ser parte de ese “Dios”. Esto está especialmente claro en este verso, porque él y María tenían el mismo “Dios”. Si él hubiera sido “Dios”, entonces él habría sido el «Dios» de María también. Él no habría dicho que iba a subir al “Dios” de ella, porque el “Dios” de ella,” e.d., Yahoshúa mismo, estaba allí delante de ella. Uno de los más reconocidos principios de interpretación bíblica, y uno que es aceptado por eruditos conservadores de todas las denominaciones, es que para ser entendida apropiadamente, la Biblia debe leerse de una manera literal, “normal,” o “estándar”, e.d., las palabras deben entenderse de la manera en que las entendemos en el habla cotidiana, a menos que el contexto requiera un lenguaje figurado. Todo el mundo entiende la frase “mi Dios.” El Mesías la usó tanto antes como después de su resurrección. Él llamó al Padre “mi Dios” cuando estuvo en el madero. Le dijo a María que iba a subir a “mi Dios.” Él habló de “mi Dios” a las iglesias de Sardis y Filadelfia (Rev. 3:2 y 12). Es difícil ver cómo se puede asumir que Yahoshúa era co-igual y co-eterno con Elohim cuando él mismo lo llama, “mi Elohim.” La Biblia simplemente quiere decir lo que dice en este verso: Elohim es ciertamente nuestro Elohim y el Elohim de Yahoshúa.
Juan 20:28
Y Tomás respondió y le dijo: Mi Señor y mi Dios. (KJV)
1. [Esto puede verse de dos maneras, como lo presento en este párrafo 1 y como lo presento en el párrafo 2. Una vez tuve una caída, y cuando mi madre me vio exclamó: “Dios mío, mi hijo, ¿te hiciste daño?” Nadie pensaría que mi madre quiso decir que yo era su “Dios”, obviamente. Para cualquiera sería fácil darse cuenta de que la frase “Dios mío” ella la refirió al Creador, y la segunda frase, “mi hijo” la refirió a mí. Del mismo modo, la frase de Tomás, “Dios mío y Señor mío” pueden verse como una exclamación de asombro dirigida al Creador, no al Maestro que estaba frente a él.
2. Yahoshúa nunca se refirió a sí mismo como “Dios” en el sentido absoluto, así que ¿qué precedente podría tener Tomás para llamar a Yahoshúa “mi Elohim, si es que la frase se dirigió al Maestro?” El idioma griego usa la palabra theós, (“Dios” o “dios”) con un significado más amplio que el acostumbrado hoy día. En el idioma griego (y en el hebreo) y en la cultura hebrea de aquellos días, el término “DIOS” (y todos los manuscritos antiguos de la Biblia estaban escritos con todas las letras en mayúsculas) era un título descriptivo que se aplicaba a una gama de autoridades, incluyendo al gobernador romano (Hechos 12:22), y hasta al Diablo (2 Cor. 4:4). Se usaba para alguien con autoridad divina. No estaba limitado a su sentido absoluto como un nombre personal de la Deidad suprema como se usa hoy día.
2. Dado el idioma del tiempo, y dado que Yahoshúa ciertamente era un representante del Padre y tenía autoridad divina, la expresión usada por Tomás es ciertamente comprensible. Por otro lado, hacer que Tomás diga que Yahoshúa era “Dios,” y por lo tanto una tercera parte de un Dios trino, es inconcebible. En Concessions of Trinitarians, Michaelis, un trinitario, escribe:
Yo no afirmo que Tomás pasó totalmente del extremo de duda al más elevado grado de fe, y que reconoció que el Mesías fuera el verdadero Dios. Esto me parece demasiado para el entonces existente conocimiento de los discípulos; y no tenemos ningún indicio de que ellos reconocieran la naturaleza divina del Mesías antes del derramamiento del Espíritu Santo. Estoy por lo tanto inclinado a entender esa expresión, que irrumpió en el colmo de su asombro, en un sentido figurado, que denota solamente “a quien yo siempre reverenciaré en el más alto grado”… O una persona levantada de los muertos puede ser considerada como una divinidad; porque la palabra Dios no siempre se usa en el sentido doctrinal estricto” [Michaelis es citado por by Dana, vea referencia más abajo].
Recuérdese que era común en aquel tiempo llamar Elohim a los representantes de “Elohim,” y el “Antiguo Testamento” contiene bastantes ejemplos. Cuando Jacob luchó con “Elohim,” es claro que estaba en realidad luchando con un ángel (Hoseas 12:4—Para más sobre eso véase la nota sobre Génesis 16:7-13).
3. Hay muchas autoridades trinitarias que admiten que no había ningún conocimiento de la doctrina trinitaria en el tiempo cuando Tomás habló. Por ejemplo, si los discípulos creían que Yahoshúa era “Dios” en el sentido en que muchos cristianos lo creen, no habrían huido todos ellos sólo unos pocos días antes cuando fue arrestado. La confesión de los dos discípulos que caminaba por el camino a Emmaús demostró los pensamientos de los seguidores de Yahoshúa en aquel tiempo. Hablándole al Mesías resucitado, a quien ellos confundieron con un viajero, hablaron acerca de Yahoshúa. Dijeron que Yahoshúa “era un profeta, poderoso en palabra y obra delante de Elohim… y ellos lo crucificaron; pero nosotros esperábamos que él era el que iba a redimir a Israel” (Lucas 24:19-21). La Biblia es clara en que estos discípulos creían que Yahoshúa era un “profeta.” Aun cuando algunos de los apóstoles reconocían que Yahoshúa era el Mesías, ellos sabían que según las profecías del Antiguo Testamento, el Mesías, el Ungido de Elohim, habría de ser un hombre. No hay ninguna evidencia en los relatos del evangelio de que los discípulos de Yahoshúa creyeran que él fuera Elohim, y Tomás, al ver al Mesías resucitado, no estaba dando nacimiento a una nueva teología en un momento de sorpresa.
4. El contexto del verso muestra que el tema es el hecho de que Yahoshúa estaba vivo. Sólo tres versículos anteriores, Tomás había ignorado el testimonio ocular de los otros apóstoles cuando le dijeron que había visto al Maestro. La resurrección del Mesías era una doctrina tan disputada que Tomás no la creía (los otros apóstoles no la habían creído tampoco), y así la muerte de Yahoshúa habría causado que Tomás dudara que Yahoshúa era quien dijo que era—el Mesías. Tomás creía que Yahoshúa estaba muerto. Así que, quedó asombrado y atónito cuando vio a —y fue confrontado por—Yahoshúa mismo. Tomás, al ser confrontado por el Mesías vivo, instantáneamente creyó en su resurrección, e.d., que Elohim había resucitado al hombre Yahoshúa de entre los muertos, y dado el uso estándar de la palabra “Dios” en la cultura como uno que tenía la autoridad de Elohim, ciertamente hace sentido que Tomás haya proclamado: “Mi Señor y mi Elohim.” No hay ninguna mención de la Trinidad en el contexto, y no hay ninguna razón para creer que los discípulos jamás estuvieran concientes de semejante doctrina. Tomás habló lo que había conocido: que el hombre Yahoshúa que él pensó que estaba muerto estaba vivo y tenía autoridad divina.
5. Para los otros usos de theós aplicables a este versículo, véase Hebreos 1:8 más adelante.
Buzzard, pp. 39-41,61 and 62,136 and 137
Dana, pp. 23-25
Farley, pp. 62-64
Morgridge, pp. 109 and 110
Norton, pp. 299-304
Snedeker, pp. 271 and 272, 426-430
Hechos 5:3 y 4
(3) Entonces Pedro dijo: “Ananías, ¿cómo es que Satán ha llenado así tu corazón para que hayas mentido al Espíritu Santo y hayas retenido para ti una parte del dinero que recibiste por el terreno? (4) ¿No te pertenecía antes de que se vendiera? Y después de venderse, ¿no estaba el dinero a tu disposición? ¿Qué te hizo pensar en hacer semejante cosa? No le has mentido a los hombres sino a Elohim.” (NIV)
1. Debemos entender que tanto “Dios” y “pnéuma haguíon” (“espíritu santo”) pueden referirse a algo aparte de una “persona” separada en la Trinidad. Siendo que no hay un versículo que realmente afirme la doctrina de la Trinidad, su existencia está edificada sobre una presunción y en cortar y pegar juntos algunos versículos. Versículos como Hechos 5:3 y 4 se usan como “prueba,” de la doctrina, pero eso es en realidad un razonamiento circular. La doctrina se presume, y luego, por cuanto ese verso cuadra con la presunción, se afirma que es una prueba de la doctrina. Sin embargo, cuando mucho estos versículos pudieran ofrecer un apoyo mínimo para la Trinidad porque hay otras maneras completamente aceptables de manejarlos, específicamente que “el Espíritu santo” es algunas veces otra designación de Elohim.
2. Es claro en estos versos que Elohim y “el Espíritu santo” están equiparados, y eso ha causado que los trinitarios reclamen que eso prueba su caso de que Elohim y “el Espíritu Santo” son el mismo. Pero estos versos son un claro ejemplo de un paralelismo semítico, que es uno de los recursos literarios más ampliamente usados en las Escrituras. “Elohim” es equiparado con “el Espíritu Santo.” Es obvio que Ananías no le mintió a dos personas diferentes, sino a una sola persona, Elohim, y el paralelismo sirve para recalcar ese hecho.
3. Los trinitarios creen que “el Espíritu Santo” es la tercera “persona” en la Trinidad de tres personas. Los no-trinitarios dicen que no existe una “tercera persona”. Los textos originales tenían todas las letras mayúsculas, así que no hay distinción entre Espíritu con mayúscula y espíritu con minúscula. Hay veces en las versiones españolas cuando “espíritu” se deletrea con una S inicial mayúscula y veces cuando tiene una s inicial minúscula. Todo eso es obra de los traductores, porque todos los manuscritos griegos antiguos tenían todas las letras mayúsculas. Así que, cuándo “ESPÍRITU SANTO” debe traducirse “Espíritu Santo” o “espíritu santo” debe ser determinado por el contexto. (Para más sobre iniciales mayúsculas y puntuación, véanse las notas sobre Hebreos 1:8).
Para los no-trinitarios, el Espíritu Santo es: 1) otro nombre para Elohim el Padre (en cuyo caso se escribe con inicial mayúscula), 2) el poder de Elohim en operación, o 3) el don de la naturaleza espiritual de Elohim que le es dada a cada creyente. Pedro habló de ese don en el Día de Pentecostés cuando dijo: “Ustedes recibirán el don del espíritu santo” (Hechos 2:38 Gr.). Siendo que la palabra pnéuma tiene varios significados el contexto de un pasaje de la Escritura debe ser siempre estudiado cuidadosamente para determinar el significado correcto.
4. Elohim es conocido por muchos títulos y designaciones en la Biblia. Elohim, El Shaddai, Yahweh, Adon, “El Santo de Israel,” “El Altísimo” y “el Padre” son sólo unos pocos. Siendo que Elohim es “santo” y Elohim es “espíritu,” no debe sorprendernos que uno de los títulos de Elohim, el Padre, sea “el Espíritu Santo.” El distinguido erudito y autor de la Concordancia de Young, Robert Young, escribió: “La palabra Espíritu—se usa de Dios mismo, o de la Mente Divina, Su energía, influencia, y dones.”[20] Cuando la frase pnéuma haguíon, “Espíritu Santo,” se ha usado como otro título del Padre, debe escribirse con iniciales mayúsculas.
Cuando la frase “Espíritu Santo” se refiere al espíritu que da Elohim como un don, no debe escribirse con iniciales mayúsculas. Bíblicamente, “el espíritu santo” es muy diferente de “el Espíritu Santo.” El registro del nacimiento del Mesías en Lucas provee un buen ejemplo de por qué es importante reconocer si la frase “Espíritu Santo” se refiere al poder de Elohim o es otro título de Elohim. “El ángel respondió: ‘El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te hará sombra. Así que el santo que nacerá será llamdo el Hijo de Elohim’ “ (Lucas 1:35). Este verso y Mateo 1:18-20 hacen a Yahoshúa el Mesías el Hijo del Espíritu Santo, sin embargo todas las demás referencias a Yahoshúa lo hacen el Hijo del Padre. ¿Tuvo Yahoshúa dos Padres? Por supuesto que no. En los registros del nacimiento del Mesías, “el Espíritu Santo” es otra manera de referirse a Elohim mismo, y no a una tercera persona en la Trinidad. Esto elimina el “problema” de cuál de las personas en la Trinidad fue en realidad el Padre de Yahoshúa. Además en Hechos 5:3, la frase “Espíritu Santo” es otro título para Elohim. Para una explicación mucho más completa de los usos de la frase “Espíritu Santo,” véase The Gift de the Holy Spirit, Every Christians’s Divine Deposit, disponible de CES. Vea también el Apéndice I.
Buzzard, pp. 101-107
Farley, pp. 96-108
Morgridge, pp. 129-138
Hechos 7:45
El cual recibido, metieron también nuestros padres con Jesús en la posesión de los Gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. (RV 1865)
1. Aunque la edición del 1865 de la Reina-Valera, al igual que la King James en inglés, hace este verso difícil de entender, está diciendo que Yahoshúa el Mesías fue quien introdujo a los israelitas en la Tierra Prometida. Este es un caso de traducción errónea. El nombre “Jesús” en esa versión, y el nombre del general Josué, en hebreo “Yahoshúa” son el mismo nombre, y en dos ocasiones los traductores de esas versiones los confundieron. Este punto quedó bien establecido por William Barclay, un profesor y autor en el Trinity College en Glasgow. Él escribe:
El nombre “Yahoshúa” subraya la verdadera humanidad de nuestro Señor. Para nosotros el nombre Yahoshúa es un nombre santo y sagrado, y contarías casi como blasfemia el que se le pusiera ese nombre a cualquier niño o que se llamara a cualquier persona con ese nombre. Pero en los tiempos del Nuevo Testamento era uno de los nombres más comunes. Jesús es la forma griega por la cual se representan regularmente tres de los nombres del Antiguo Testamento hebreo—Josué (p.e., Exo. 17:10); Jehosúa (p.e., Zech. 3:1); Jeshua (Neh. 7:7). Hay ciertamente dos ocasiones en la Versión King James en las que Josué es confusamente llamado “Jesús.” En Hechos 7:45, leemos que los Padres introdujeron el Santuario en la tierra de Palestina con “Jesús”. En Hebreos 4:8, se dice que si “Jesús” hubiera podido darle reposo al pueblo, no habría necesidad de hablar de otro día. En ambos casos, ese “Jesús” es Josué, hecho que queda claro en todas las traducciones más modernas. Por el siglo segundo, el nombre “Yahoshúa” estaba desapareciendo como nombre ordinario. Entre los judíos desapareció porque llegó a ser un nombre detestado por el cual ningún judío llamaría a su hijo; y entre los cristianos ingleses ha desaparecido porque se ha considerado demasiado sagrado para uso común.[21]
2. Una de las maneras más fáciles y más accesibles de corregir la interpretación bíblica es el contexto. Examine el contexto de Hechos 7:45, y se hace meridianamente claro que el versículo no está hablando del Mesías Yahoshúa.
Hechos 7:44-46
44 En el desierto, nuestros padres tenían el tabernáculo del testimonio, como lo había ordenado Elohim, quien ordenaba a Moisés que lo hiciese según el modelo que había visto. 45 Habiendo recibido el tabernáculo, nuestros padres, junto con Josué, lo introdujeron en la posesión de las naciones que Elohim expulsó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. 46 Este halló gracia delante de Elohim y pidió proveer un tabernáculo para el Elohim de Jacob. (Reina Valera Actualizada)
No hay ningún registro en ninguna parte del Antiguo Testamento que muestre al Mesías Yahoshúa con el Tabernáculo, y, como señaló Barclay, todas las traducciones modernas dicen “Josué.”
Hechos 7:59
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba diciendo: —¡Maestro Yahoshúa, recibe mi espíritu!” (RVA)
Este verso apoya la idea de la Trinidad solo como aparece en algunas traducciones. La versión King James tiene la frase: “invocando a Dios,” pero pone “Dios” en letras itálicas para mostrar que los traductores añadieron la palabra y que no estaba en el texto original. La verdad es que la palabra “Dios” no aparece en ningún texto griego de este verso. Así que este verso no apoya la Trinidad.
Hechos 20:28b
… el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios,* que él adquirió con su propia sangre.* (NVI) … para pastorear la iglesia del Señor, la cual adquirió para sí mediante su propia sangre. (RVA)
1. Hay algunos manuscritos griegos que dicen “la congregación del Señor” en lugar de “la congregación de Dios.” Muchos eruditos trinitarios creen que “Señor” es la lectura original, porque no hay mención en ninguna parte de la Biblia se habla de que Elohim tenga sangre. Si los manuscritos griegos que dicen “Señor” son los originales, entonces el “problema” está resuelto. Sin embargo, es la creencia de los autores que la buena investigación textual muestra que “la congregación de Elohim” es la lectura correcta.
2. Tanto la Sociedad Bíblica Americana como el Instituto para Investigación del Nuevo Testamento en Alemania (que produjo el texto griego Nestle-Aland) están de acuerdo en que la evidencia de los manuscritos apoya la lectura tou haimatios tou idíou, literalmente, la sangre de su propio (Hijo), y que no es idíou haimatios, “su propia sangre.” Elohim pagó por nuestra salvación con la sangre de su propio Hijo, Yahoshúa el Mesías .
3. La nota textual al margen de la propia Biblia de Estudio NVI trinitaria obtuvo el significado correcto del texto y dice: “su propia sangre. Lit. ‘la sangre de su propio,’ un término cariñoso (como decir ‘su propio amado’) con referencia a su propio Hijo.”
Norton, pp. 184,199-203
Ehrman, pp. 87 and 88
Racovian Catechism, pp. 83 and 84
Wilson, p. 429
Romanos 9:5
El Mesías, quien es Elohim sobre todo, sea alabado. (NIV)
1. El estudiante de la Biblia debe estar al tanto de que el texto original no tiene puntuación, y en algunos casos hay más de una manera en que se puede traducir un verso sin violar la gramática del texto (vea las notas sobre Hebreos 1:8). Entonces, ¿cómo llegamos a la traducción y significado correctos, los que Elohim, el Autor, quiso que creyéramos? En la mayoría de los casos, el contexto, tanto el inmediato como el remoto, nos revelará lo que él está tratando de decir. La entera Biblia es tan armoniosa que una parte nos puede dar claves para interpretar otra parte. El estudiante serio de la Biblia obtendrá información de la gama de pasajes que ayudan en la interpretación de cualquier verso. Romanos 9:5 es uno de los versos que pueden traducirse de diferentes maneras, y así el contexto y la gama de pasajes de la Escritura nos ayudarán a determinar la interpretación correcta. Note por los ejemplos de abajo que los traductores y los comités traductores varían grandemente en su manera de tratar con Romanos 9:5:
- · RSV: “a ellos pertenecen los patriarcas, y de su raza, según la carne, es el Mesías. Elohim que está sobre todos sea bendito por siempre. Amen.”
- · Moffatt: “los patriarcas son de ellos, y de ellos también (en lo que toca a la descendencia natural) es el Mesías. (Bendito para siempre sea Elohim que está sobre todos! Amen.)”
- · KJV: “De quienes son los Padres, y de quienes en lo concerniente a la carne vino el Mesías, quien es sobre todos, Elohim bendito por siempre. Amen.”
- · NAS: “… cuyos son los Padres, y de quienes es el Mesías según la carne, que es sobre todos, Elohim bendito por siempre. Amen.”
- · NIV: “De ellos son los patriarcas, y de ellos se traza la ascendencia human del Mesías, quien es Elohim sobre todos, por siempre alabado! Amen.”
Aunque la exacta fraseología de las anteriores versiones difiere, caen en dos categorías básicas: las que están fraseadas para hacer que el Mesías sea Elohim, y las que hacen de la última frase un tipo de eulogía o doxología que se refiere a Elohim el Padre. La RSV y Moffatt son ejemplos notables de lo último.
2. En The Doctrine of the Trinity, R. S. Franks, un trinitario y el Principal Emeritus del Western College en Bristol, escribe:
Debe añadirse que Rom. 9:5 no puede aducirse para probar que Pablo alguna pensó que el Mesías fuera Elohim. El estado del caso se encuentra en el margen de la R.V. … Él [Pablo] nunca abandona el terreno del monoteísmo judío. Se ha señalado que Rom. 9:5 no puede presentarse para cuestionar esta afirmación. Por el contrario, el Apóstol habla de Dios no sólo como el Padre, sino también como el Dios de nuestro Maestro Yeshúa el Mesías ”[22]
3. Hay Buena evidencia tanto del contexto inmediato como del remoto de que la última frase de este verso es una eulogía o doxología para Elohim el Padre. “Elohim sobre todos” y “Elohim sea bendito por siempre” son ambas frases empleadas acerca de Elohim el Padre en todos los demás lugares del Nuevo Testamento (Rom. 1:25; 2 Cor. 11:31; Efe. 1:3; 4:6; 1 Tim. 6:15). En contraste, ninguna de esas frases se emplea jamás con referencia al Mesías. Sería altamente inusual tomar eulogías que se usaban comúnmente para Elohim y, abruptamente y sin comentario o explicación, aplicarlas al Mesías.
4. Preguntar por qué las palabras están en el texto nos da una clave para entenderlas. Pablo está escribiendo acerca de la manera en que Elohim ha bendecido especialmente a los judíos. Los versos inmediatamente anteriores a Romanos 9:5 señalan que Elohim les ha dado la adopción, la gloria, los pactos, la ley, el culto, las promesas, los patriarcas y hasta la ascendencia humana de Yahoshúa el Mesías. ¡Cuán benditos son! No en balde se inserta una eulogía para Elohim: “Elohim, quien es sobre todos, sea alabado por siempre! Amen.”
5. El entero contexto de Romanos 9:5 está describiendo las bendiciones de Elohim para los israelitas, quienes tienen la herencia de ser agresivamente monoteístas. Un inserto acerca de que el Mesías sea Elohim parecería muy inapropiado. Esto es especialmente cierto cuando entendemos que Pablo está escribiendo de una manera diseñada para ganar a los judíos. Por ejemplo, él los llama “mis parientes en la carne” (v. 3 – NRSV), y dice que tiene tristeza y angustia en su corazón por ellos (v. 2 – NRSV). ¿Podría él entonces poner en esta sección una frase que él sabía que habría de ser ofensiva para los mismos judíos por los que siente tristeza y a quienes está tratando de ganar? Ciertamente que no. Por el contrario, después de acabar de decir que el Mesías vino de la línea de los Patriarcas, algo de lo cual los judíos estaban suspicaces, una eulogía para el Padre les aseguraría a los judíos que no había la intención de introducir idolatría ni una falsa elevación del Mesías, sino que él era parte de la gran bendición de Elohim.
Buzzard, pp. 131 and 132
Farley, pp. 67-69
Morgridge, pp. 111-114
Norton, pp. 203-214
Snedeker, pp. 434-440
Romanos 10:9
Que si confiesas con tu boca: “Yahoshúa es Señor,” y crees en tu corazón que Elohim lo levantó de los muertos, serás salvo. (NIV)
1. El Mesías es el Amo, pero “Amo” no es “Dios.” “Amo” (la palabra griega es kúrios) es un título masculino de respeto y nobleza, y se usa muchas veces en el Nuevo Testamento. Decir que Yahoshúa es Elohim porque la Biblia lo llama “Amo” es una muy pobre erudición. “Amo” se usa de muchas maneras en la Biblia, y hay otros aparte de Elohim y de Yahoshúa a quienes se les llama “Amo”.
- · El dueño de una propiedad es llamado “Señor” (Mat. 20:8, “dueño” = kúrios).
- · El jefe de una familia es llamado “Señor” (Mar. 13:35, “dueño” = kúrios).
- · El amo de un esclavo es llamado “Señor” (Mat. 10:24, “amo” = kúrios).
- · El esposo es llamado “Señor” (1 Pet. 3:6, “amo” = kúrios).
- · Un hijo llama a su padre “Señor” (Mat. 21:30, “señor” = kúrios).
- · El Emperador romano es llamado “Señor” (Hechos 25:26, “Su Majestad” = kurios).
- · Una autoridad romana es llamada “Señor” (Mat. 27:63, “Amo” = kurios).
El problema que estos versos le causan a cualquiera que diga que el Mesías es Elohim porque se le llama “Señor” o “Amo” es muy evidente—muchos otros además del Mesías serían también Elohim (Para un estudio conciso de los usos de “Amo” o “señor” en el “Nuevo Testamento”, vea el apéndice B).
2. Tenemos que reconocer que fue Elohim quien hizo a Yahoshúa “Amo.” Hechos 2:36 dice: “Elohim ha hecho a este Yahoshúa … tanto Amo como Mesías.” Si “Amo” equivale a “Dios,” entonces de alguna manera Elohim hizo a Yahoshúa “Elohim,” que es algo que los mismos trinitarios no enseñan, porque es vital para la doctrina trinitaria que Yahoshúa sea co-igual y co-eterno con el Padre. El hecho de que la Biblia diga que Elohim hizo a Yahoshúa “Amo” es un argumento contra la Trinidad.
Romanos 10:13
Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. (NIV)
El contexto de este verso en Romanos hace claro que el “Soberano” al que se refiere este versículo es el Maestro Yahoshúa el Mesías . Sin embargo, este verso es una cita de Yoel 2:32 en el Antiguo Testamento, y en Yoel el “Sobarano” es Yahweh. Eso ha hecho que algunos trinitarios digan que Yahoshúa es Elohim. El argumento no es válido, sin embargo. No hay nada en el contexto ni en el total de la Escritura que muestre que Yahweh y Yahoshúa el Mesías son el mismo ser. Lo que muestra es simple y directo: En el “Antiguo Testamento”, uno invocaba a Yahweh para salvación, y ahora invocamos a Yahoshúa el Mesías para salvación. Esto no muestra una identidad de personas, más bien muestra un cambio de responsabilidad. Esta responsabilidad que Yahoshúa tiene ahora fue prefigurada en el “Antiguo Testamento” en el registro de José: el pueblo acudía al Faraón para satisfacer sus necesidades, pero el Faraón elevó a José a segundo en mando, y les dijo: “Vayan a José” (Gen. 41:55). Nadie concluiría que el Faraón y José eran el mismo ser, y no hay razón para concluir que Yahoshúa y Elohim sean ambos “Dios” simplemente porque Yahoshúa tiene ahora algunas responsabilidades que tuvo Elohim hasta que exaltó a Yahoshúa.
Parte de la confusión que rodea este asunto es que en el “Antiguo Testamento”, muchas versiones no imprimen en nombre Yahweh, sino que lo sustituyen por “Señor.” Aunque Elohim nunca ordenó eso, era costumbre de los judíos, por reverencia hacia Elohim, no pronunciar el nombre de Elohim, así que escribían “Señor” cuando el texto Hebreo decía Yahweh. Mucha Biblias cristianas no tienen el nombre del Creador claramente transliterado, sino que tienen “Señor” donde el hebreo tiene Yahweh. Esto confunde a muchos cristianos que ven “Señor” tanto en el “Antiguo” como en el “Nuevo Testamento”, y asumen que son la misma persona. Además, a muchos cristianos que tienen algún entrenamiento en las Escrituras se les ha enseñado que el Yahweh del “Antiguo Testamento” era Yahoshúa el Mesías . Así que, en lugar de ver a Yahweh en Yoel y “Señor” en Romanos, y darse cuenta de que el maestro Yahoshúa está ahora haciendo lo que hacía Yahweh, erróneamente creen que es la misma persona que actúa en ambos lugares.
Dios hizo a Yahoshúa Amo y le dio toda autoridad. Este verso y otros muestran que Yahoshúa ha asumido muchos de las tareas que Elohim solía realizar. Nosotros entendemos eso perfectamente en nuestra cultura, porque sabemos lo que significa conseguir un ascenso y asumir el trabajo que otro solía hacer. Con el ascenso y el nuevo trabajo a menudo viene un nuevo título. Así que, “este mismo Yahoshúa” fue hecho “Amo” y “Mesías” y se le dio toda autoridad, incluyendo la de levantar a los muertos y de juzgar al pueblo (Juan 5:21-27). Los versos en el “Antiguo Testamento” que hablan de la autoridad de Elohim se citan a menudo en el “Nuevo Testamento” y se le aplican al Mesías porque Elohim le dio autoridad al Mesías.
Snedeker, pp. 403-406
1 Corintios 8:6
Pero para nosotros no hay más que un solo Elohim, el Padre, de quien vinieron todas las cosas y por quien vivimos; y hay un solo Señor, Yahoshúa el Mesías, mediante el cual vinieron todas las cosas y mediante quien vivimos. (NIV)
1. Los trinitarios dicen que este verso apoya su posición a causa de la frase final en el verso, e.d., que todas las cosas vinieron mediante Yahoshúa el Mesías. Pero lo que en realidad dice el verso es que todas las cosas vinieron “de” Elohim, “por medio de” Yahoshúa. Este testimonio está en contradicción con la doctrina trinitaria porque coloca a Yahoshúa en un rol subordinado a Elohim. Según este verso, él no es “co-igual con el Padre.
2. El contexto es la clave para entender lo que significa la frase “todas las cosas vinieron por medio de él”. No hay ninguna mención ni en el contexto inmediato ni en el contexto remoto acerca de la creación de todas las cosas en el principio. Por lo tanto sería insólito que este verso mencionara la creación original de Elohim en Génesis 1:1, a lo cual no alude. Más bien, está hablando de la Congregación, la llamada “Iglesia”. Elohim proveyó todas las cosas para la Congregación por medio de Yahoshúa el Mesías . Todo 1 Corintios trata de asuntos de la Congregación, y Pablo comienza 8:6 con “para nosotros,” e.d., para los creyentes mesiánicos. Los próximos dos versos hablan del hecho de que, para la Congregación no hay leyes contra comer alimentos sacrificados a los ídolos. El verso 8 dice: “Pero el alimento no nos acerca a Elohim; no somos peores si no comemos, ni somos mejores si comemos.” Esta revelación era nueva para la Congregación. El verso es ciertamente poderoso, y afirma claramente que los creyentes Nazarenos tienen un solo Elohim que es la fuente primaria de todas las cosas, y un solo Amo, Yahoshúa el Mesías, que es el medio por el cual Elohim proveyó todas las cosas a la Congregación.
3. Este verso, cuando se lo entiende apropiadamente, es en realidad una fuerte evidencia de que Yahoshúa el Mesías no es Elohim. El politeísmo era rampante en Corinto, y la Escritura es clara en que “no hay más que un solo Elohim” (1 Cor. 8:4). Entonces el texto continúa con las afirmaciones de que aunque puede haber muchos Elohim y señores, para los creyentes mesiánicos no hay más que un solo Elohim, el Padre, y un solo Amo, Yahoshúa el Mesías. Si la doctrina de la Trinidad fuera correcta, entonces este texto sólo podría clasificarse como una confusión. Aquí estaba la perfecta oportunidad para decir: “para nosotros no hay más que un solo Elohim compuesto del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,” o algo similar, pero, en lugar de eso, la Escritura nos dice que solamente el Padre es Elohim. Eso debería constituir una evidencia conclusiva de que Yahoshúa no es Elohim.
Hyndman, pp. 58-63
Morgridge, pp. 35-36
1 Corintios 10:4b
Ellos bebían de la roca espiritual que los seguía, y esa roca era el Mesías. (KJV)
1. Este verso es un problema solamente si se lo malentiende o se lo traduce mal. Algunos trinitarios lo utilizan para enseñar que el Mesías estuvo realmente con los israelitas, siguiéndolos alrededor. Sin embargo, el Antiguo Testamento no hace ninguna mención de que el Mesías estuviera con los israelitas en el desierto. Y si hubiera estado, ciertamente no habría estado “siguiéndolos”.
2. La palabra “seguir” significa “ir detrás de,” y eso puede significar lo mismo en tiempo que en espacio. Los israelitas “bebían,” e.d., se nutrían, del conocimiento del Mesías que vendría después de ellos. La misma NIV trinitaria traduce la palabra “los seguía” como “los acompañaba,” como si Yahoshúa hubiera estado acompañando a los israelitas en su viaje. El griego que se traduce usualmente “seguir” es akoloutheo. Aparece en el Nestle-Aland Greek New Testament 90 veces. Aun en la NIV se traduce como una forma de “seguir” (como “sigue,” “siguiendo,” etc.) 83 veces. La NIV traduce akoloutheo como “acompañaba” solo dos veces, aquí y en Marcos 6:1, y nosotros proponemos que la NIV lo hace así aquí por causa del prejuicio trinitario del traductor y no porque el contexto lo requiera. La inmensa mayoría de las traducciones lo vierte como “los seguía”. Como hemos dicho, no hay ningún verso en el Antiguo Testamento que registre que Yahoshúa el Mesías viajaba con los israelitas, así que la traducción “los acompañaba” no cuadra con el resto de la Escritura. [La palabra “era” en este texto (“aquella roca era el Mesías”) se puede traducir también como “simbolizaba”, “representaba” al Mesías. De hecho, el traductor católico, Juan Mateos, traductor del Nuevo Testamento de la Nueva Biblia Española, vierte así el verso en cuestión: “… y todos bebieron de la misma bebida profética porque bebían de la roca profética que los acompañaba, roca que representaba al Mesías.” Después de todo, hay que preguntarse: ¿Hubo literalmente una roca que caminaba y seguía tras el pueblo de Israel por el desierto? ¿O hubo una roca que los israelitas cargaban con ellos? ¿No se refiere mas bien al incidente en el que Moshé hizo salir agua de una roca en Horeb? (Éxodo 17:6) Pero aquella roca estaba fija en Horeb, era una gran roca que no podía ser cargada, no es razonable tampoco pensar que aquella inmensa roca fuera siguiendo literalmente al pueblo por el desierto. Así que lo más razonable es entender que aquella roca simbolizaba, representaba al Mesías que habría de venir a Israel algún día.] El Mesías era la esperanza de Israel, y el pueblo que lo esperaba fue fortalecido por su anticipación de la venida del Libertador esperado.
3. Siendo que este verso menciona a los israelitas en el desierto, la travesía por el desierto viene a ser el “contexto remoto” contra el cual uno debe cotejar cualquier interpretación. Como ya hemos dicho, no hay ninguna referencia que se pueda presentar para mostrar que el Mesías estaba literalmente con los israelitas o que de alguna manera los siguiera en su travesía. ¿Hay pasajes que muestren que los israelitas estaban esperando un Mesías libertador? Sí, muchos. El Cordero de Pascua prefiguraba al Mesías. El maná anticipaba al Mesías como “el verdadero pan del cielo.” El Tabernáculo, con todas sus ofrendas, prefiguraba al Mesías de muchas maneras, incluyendo que era el lugar en el que el pueblo se encontraba con Elohim. El Sumo Sacerdote era un tipo del Gran Sumo Sacerdote, Yahoshúa el Mesías. Fue en el desierto donde se dio la gran profecía de la venida del Mesías: “Saldrá una estrella de Jacob; un cetro surgirá de Israel,” y “el reino de ellos será exaltado” (Núm. 24:7,17). No hay duda de que la lección a sacar de esos versos es que le pueblo estaba en espera de la venida del Mesías y “bebían,” e.d., obtenían fuerzas y nutrimentos, de saber que vendría alguna vez.
Buzzard, pp. 52 and 53
Snedeker, pp. 440 and 441
1 Corintios 10:9
No debemos tentar a YHWH, como hicieron algunos de—y fueros matados por serpientes. (NIV)
1. La razón por la que este verso es un problema es que los manuscritos griegos difieren. Algunos textos dicen “el Mesías,” mientras que otros dicen “el Sobarano” = YHWH.” Como está traducido en versiones como la NIV, la Amplified, la NASB y otras que toman la palabra “Sobarano” como la original, no hay ningún problema. Este verso es solamente un problema en algunas versiones que tienen “el Mesías” en lugar de “el Sobarano” = YHWH.
2. Aquí está muy envuelto el asunto de la crítica textual, y es común que los eruditos difieran en sus opiniones en cuanto a cuáles textos son más originales y cuáles textos han sido alterados. En este caso, hay textos antiguos que dicen “el Sobarano,” y algunos que dicen “el Mesías,” así que la tarea de determinar la lectura original a partir de la evidencia textual se hace más difícil. Nosotros estamos de acuerdo con la conclusión de Bart Ehrman (The Orthodox Corruption of Scripture) en que “el Sobarano” es el significado original, y referimos a su obra a quien desee examinar el argumento textual.
3. Cada traductor testificará de la importancia del contexto en determinar la correcta traducción de la Escritura. Nosotros creemos que el contexto hace claro que “el Sobarano” = YHWH, es la lectura correcta. Aunque hay docenas de veces en que se dice que los israelitas tentaron a “Elohim” o “a YHWH” en el Antiguo Testamento, no hay una sola referencia a tentar al Mesías. Al leer el verso cuidadosamente, obtenemos una clave vital para su significado y la apropiada traducción. El verso dice que cuando los israelitas tentaron a YHWH, fueron “destruidos por serpientes.” Esta frase nos permite encontrar el registro exacto en el Antiguo Testamento al que se hace referencia. En Números 21:5, los israelitas “hablaron contra Elohim” y entonces “YHWH envió serpientes venenosas entre ellos.” En el registro de este evento en el Antiguo Testamento, se menciona tanto a “Elohim” como a Yahweh, pero nunca se menciona al “Mesías”. Además, no hay un solo pasaje en todo el Antiguo Testamento que diga que el “Mesías” derramó su “ira,” y ciertamente no por medio de enviar serpientes. [De hecho, el Mesías futuro es el que fue representado simbólicamente por la serpiente de bronce que YHWH mandó a Moshé que levantara para la sanación de los mordidos por serpientes.] Así que, si algunos textos griegos dicen “el Sobarano” y otros dicen “el Mesías,” el contexto señala a “el Sobarano” como la interpretación correcta.
Ehrman, pp. 89 and 90
Norton, pp. 473 and 474
Snedeker, pp. 441 and 442
1 Corintios 12:4-6
(4) Hay diferentes clases de dones, pero el mismo Espíritu. (5) Hay diferentes clases de servicios, pero el mismo Soberano. (6) Hay diferentes clases de obras, pero el mismo Elohim obra todas ellas en todos los hombres. (NIV)
1. No hay mención aquí de la “Trinidad.” El verso habla de tres: Elohim, el Mesías y el espíritu, pero no habla de una fórmula trinitaria. Nosotros ponemos aquí “espíritu” con “s” minúscula porque se refiere al don de Elohim del espíritu santo que nace en cada uno. Para más sobre este uso de la palabra “espíritu,” vea las notas sobre Hechos 5:3, el Apéndice I, y The Gift de Holy Spirit, Every Christian’s Divine Deposit, disponible de la CES.
2. Nosotros encontramos significativo, especialmente a la luz de la doctrina trinitaria, que los tres mencionados en este verso son “el espíritu,” “el Soberano” y “Elohim” en lugar de “el espíritu,” “el Soberano” y el “Padre.” Morgridge escribe:
Tres objetos se mencionan distintamente—Dios, el Mesías y el Espíritu. Si el Mesías y el Espíritu fueran personas en la Trinidad, la mención distinta de ellos sería superflua, pues estarían incluidos en la palabra “Dios.” Pero siendo que uno de los objetos mencionados es llamado “Dios,” se sigue entonces que ninguno de los otros dos puede ser Dios; porque sabemos que “no hay sino un solo Dios.” Si los tres objetos fueran las tres personas en la Trinidad, ¿por qué se le da el nombre “Dios” a uno solo de ellos?
Estamos de acuerdo con Morgridge en que la mención de “Elohim” como uno de los tres, excluye a cada uno de los otros dos de ser “Elohim.” El lenguaje del texto es claro y sencillo. Hay tres cosas distintas mencionadas en el texto, y cualquier intento de forzadamente hacerlos “uno” distorsiona la sencilla verdad que se comunica por la palabra de Elohim.
Morgridge, pp. 101 and 102
2 Corintios 5:19
Que Elohim estaba reconciliando al mundo consigo en el Mesías, no contando los pecados de los hombres contra ellos. Y él nos ha encomendado el mensaje de la de reconciliación. (NIV)
1. Como se traduce este texto en la NIV, no tiene un significado trinitario. Algunos trinitarios usan el concepto de algunas otras traducciones como que “Dios estaba en el Mesías” para probar la Trinidad. Si la Trinidad fuera cierta, entonces Elohim no podría estar “en” el Mesías como si el Mesías fuera una vasija o recipiente. Si la Trinidad fuera de hecho una doctrina verdadera, entonces éste sería un lugar maravilloso para expresarla y decir: “Elohim era el Mesías.”
2. El hecho de que en algunas versiones el verso dice que “Elohim estaba en el Mesías” es una evidencia contra la Trinidad. Si la frase “Elohim estaba en el Mesías” significa que el Mesías es Elohim, entonces cuando la Biblia dice que el Mesías está “en” los creyentes (Col. 1:27), eso significaría que los creyentes son el Mesías. Como nosotros sabemos que el hecho de que el Mesías esté “en” los creyentes no nos hace el Mesías, entonces también sabemos que el hecho de que Elohim estaba “en” el Mesías no hace que el Mesías sea Elohim. El correcto entendimiento del verso es que Elohim estaba en el Mesías en el sentido de que Elohim puso Su espíritu en el Mesías, y el Mesías está en nosotros en el mismo sentido —mediante el don del espíritu santo.
Snedeker, pp. 442 and 443
2 Corintios 12:19b
Hemos estado hablando a la vista de Elohim como los que están en el Mesías; y todo lo que hacemos, queridos amigos, es para el fortalecimiento de ustedes. (NIV)
1. El texto griego contiene una construcción difícil, y dice, “Elohim en el Mesías,” lo cual ha provocado que algunos crean que es una referencia a la Trinidad. Absolutamente no. En todo caso, más bien tiende a refutar la Trinidad (vea las notas sobre 2 Cor. 5:19).
2. Este verso es traducido de diversas maneras por los traductores trinitarios. Es digno de notarse que algunos trinitarios no creen que este verso se esté refiriendo a la Trinidad, y la manera en que lo traducen lo refleja. Un buen ejemplo es la NIV, citada arriba, lo cual es especialmente significativo porque la traducción NIV favorece la posición trinitaria en la mayoría de los casos.
2 Corintios 13:14
Que la gracia del Maestro Yahoshúa el Mesías, y el amor Elohim, y la comunión del espíritu santo sean con ustedes. (NIV)
1. Este verso de cierre de la epístola de 2 Corintios es una doxología, y es típica de cómo Pablo concluye sus epístolas. Gálatas, Filipenses y las dos epístolas a los Tesalonicenses cierran con “la gracia de nuestro Maestro Yahoshúa el Mesías.” El cierre de Efesios incluye “el amor y la fe de parte de Elohim.” No hay ninguna razón para concluir que una doxología de cierre no hubiera de incluir tres maravillosos atributos: el amor de Elohim, la gracia del Mesías y la comunión del espíritu.
2. No hay ninguna presentación de la Trinidad en este verso. Se mencionan tres cosas diferentes, pero nunca se dice que son “una misma cosa”, ni que son “de una misma sustancia,” ni que “componen un mismo Elohim,” ni nada como lo que se requeriría para hacer una fórmula trinitaria. Hay muchas veces en que tres cosas se mencionan juntas en la Biblia, sin embargo los trinitarios no las hacen “una sola” simplemente porque se las mencione jutas. Por ejemplo, “Pedro, Jacobo y Juan” a menudo son mencionados juntos, pero ese hecho no los hace ser “uno mismo.” Abraham, Isaac y Jacob se mencionan a menudo juntos también, y ese hecho no los hace “uno.” Si tres cosas fueran en realidad “una”, debería haber un verso claro que lo diga así, y aun los trinitarios admitirán que no hay tal texto en que se articule que Elohim, Yahoshúa y el espíritu compongan “un solo Elohim.”
3. Aunque algunos usan este verso para poyar la Trinidad, una lectura cuidadosa muestra que en realidad la contradice. Los tres mencionados en el verso son: “Elohim,” “Yahoshúa el Mesías” y el “Espíritu Santo” (lo cual creemos que debe traducirse correctamente como “el espíritu santo” o “el espíritu de santidad”). Sin embargo la posición trinitaria es que “Elohim” está compuesto por el Padre, el Mesías y el Espíritu. Así que el hecho de que el verso mencione a “Elohim” separado del Mesías y del Espíritu Santo es una fuerte evidencia de que son ciertamente separados de “Elohim” y de que no hay Trinidad (vea también la nota sobre 1 Cor. 12:46.
4. Este verso no significa que nosotros tenemos comunión con la “persona”, el Espíritu Santo, que es parte de la Trinidad. Se refiere a la comunión que los creyentes tienen unos con otros por causa de la presencia del don de Elohim, el espíritu santo, en cada uno de nosotros. La “comunión del espíritu” es una frase que se usa también en Filipenses 2:1, y la nota a este verso en la NIV Study Bible es bastante exacta. Dice: “La comunión entre los creyentes producida por el Espíritu, quien habita en cada uno de ellos.” Nosotros reemplazaríamos “Espíritu” por “espíritu,” (porque creemos que se refiere al don de Elohim) y traduciríamos “quien” como “que” (“espíritu” es neutro en el texto griego), pero el punto está presentado hermosamente. La comunión del espíritu es la comunión que disfrutan los creyentes con otros creyentes a causa de la presencia del espíritu en cada uno de nosotros (Para más sobre el don de Elohim del espíritu santo, vea las notas sobre Hechos 5:3, y 4).
Dana, pp. 213 and 214
Morgridge, pp. 101 and 102
Snedeker, pp. 115-118
Efesios 1:22 and 23
(22) Y Elohim puso todas las cosas debajo de sus pies y lo nombró cabeza sobre todo para la Congregación, (23) la cual es su cuerpo, la plenitud de aquél que lo llena de todas maneras. (NIV)
Hay algunos trinitarios que afirman que la última frase del verso 23 prueba la Trinidad. Pero no es así, porque no hay ninguna mención de algún concepto trinitario como lo de “tres-en-uno.” Este verso claramente enseña que Elohim fue el que “nombró” al Mesías para que estuviera sobre la Congregación. Ciertamente si el Mesías fuera una parte co-igual de Elohim, no necesitaría semejante nombramiento, porque por naturaleza él estaría ya sobre la Congregación. La manera de entender este verso apropiadamente es leerlo con un sentido normal de la palabra “nombrar.” Si el Mesías fue “nombrado” a la posición de “Cabeza” sobre la Congregación, entonces es obvio que él no habría sido la “Cabeza” sin ese nombramiento, lo cual no podría ser cierto si el Mesías fuera Elohim.
De nuevo el contexto es la gran clave para descubrir lo que está diciendo un versículo. El contexto de la última frase se da claramente en las palabras que le preceden inmediatamente: “la Congregación, la cual es su cuerpo.” El Mesías ciertamente lo llena todo en toda forma para su Congregación, como lo verifican otros versos en el Nuevo Testamento. Sabemos, sin embargo, que la autoridad del Mesías se extiende aun más allá de su Congregación, porque Elohim le dio “toda autoridad” (Mat. 28:18). Así que, es posible, aunque el contexto de este verso no lo requeriría, que se refiera a la amplia autoridad que Elohim le dio al Mesías. Este verso no prueba la Trinidad, simplemente confirma lo que enseñan otros pasajes, i.d., que el Mesías es la Cabeza de su Cuerpo, la Congregación, que Elohim ha puesto todo bajo sus pies, que él es Soberano y que a él se le ha dado toda autoridad.
Efesios 3:9
Y de aclarar para todos la administración de este misterio, el cual por edades pasadas se mantuvo oculto en Elohim, quien creó todas las cosas. (NIV)
Este verso no es un problema en la mayoría de las traducciones, porque la mayoría no tiene la frase “por Yahoshúa el Mesías” al final del verso. Aparentemente esta frase fue añadida a algunos manuscritos griegos a medida que los debates sobre la Trinidad hacían que algunos escribas “aumentaran” su posición por medio de añadir a la palabra de Elohim, o puede que haya sido una nota marginal que fue accidentalmente copiada en algunos manuscritos. No está bien respaldada en la tradición textual. A Textual Commentary on the Greek New Testament anota que la omisión de la frase es “decisivamente respaldada” por los textos, así como por “citas patrísticas antiguas (e.d., los lugares donde los Padre de la Iglesia citaron el verso). Para más información sobre cómo fue añadida la información trinitaria, vea las notas sobre 1 Juan 5:7 y 8.
Efesios 4:7 y 8
Pero a cada uno de nosotros se le ha dado gracia según la repartió el Mesías. Por eso dice: “Cuando ascendió a lo alto, llevó cautivos en su fila y dio dones a los hombres.” (NIV)
1. El verso 8 es una cita del Antiguo Testamento, donde el contexto se refiere a lo que hizo Elohim, por eso algunos dicen que si el verso se aplica al Mesías, entonces el Mesías debe ser Elohim. Sin embargo, es común que un verso se interprete de una manera en el Antiguo Testamento y que se aplique o interprete de manera diferente en el Nuevo Testamento. Los ejemplos de esto son bastante abundantes, y los teólogos no disputan esto. Así que, no es inusual que una cita del Antiguo Testamento se haya acomodado al Mesías.
Se ha escrito mucho sobre el tema de acomodar versos del Antiguo Testamento a circunstancias en el Nuevo Testamento, y referimos a los lectores interesados a cualquier buena biblioteca teológica. Una ilustración de esto es el libro “el Primero y el Último,” (vea las notas sobre Rev. 1:17). Otro es la profecía en Hoseas 11:1. Hoseas está hablando de Israel cuando sale de Egipto, pero en Mateo 2:15 Elohim acomoda el significado al Mesías que sale de Egipto cuando niño. Otro buen ejemplo es Jeremías 31:15. En esa profecía, “Rajel,” la madre de Benjamín, estaba llorando porque sus hijos, los israelitas, fueron tomados cautivos a Babilonia. A ella se le dijo que no llorara porque “ellos regresarán de la tierra del enemigo” (31:16). Sin embargo, el verso acerca de Rajel llorando fue levantado de su contexto del Antiguo Testamento y acomodado a la matanza de los niños en Betlehem alrededor del nacimiento del Mesías (Mat. 2:18).
Otro ejemplo ocurre en la acomodación del Salmo 69:25 a Judas. En el Salmo 69, David está apelando a Elohim para que lo libre de sus enemigos. Él clamó a Elohim: “Los que me odiaron sin razón son más que los cabellos de mi cabeza” (v.4). Él oró: “Acércate y rescátame, redímeme a causa de mis adversarios” (v.18), y continuo: “Que su lugar quede desierto, que no haya nadie que habite en sus tiendas” (v.25). Pedro vio por revelación que el Salmo 69:25 podía ser acomodado a Judas, y les dijo a los discípulos que lo rodeaban: “Está escrito en el Libro de los Salmos: ‘Que su lugar que desierto, que no haya nadie que habite en él” (Hechos 1:20).
Siendo que está claro que las profecías en el Antiguo Testamento son traídas al Nuevo Testamento y acomodadas a circunstancias del Nuevo Testamento, es fácil entender que algunas profecías de Elohim obrando en el Antiguo Testamento sean empujadas en el Nuevo Testamento y aplicadas al Mesías. Eso es completamente entendible porque ahora el Mesías tiene “toda autoridad” y ha sido hecho Cabeza sobre la Congregación. Él ha sido puesto por sobre todo principado y poder, y se le ha dado un nombre sobre todo otro nombre. Así que, cuando Elohim toma una profecía o una Escritura acerca de sí mismo y la acomoda al Mesías, eso no significa que el Mesías sea Elohim de la misma manera que Hoseas 11:1 cuando se acomoda al Mesías no significa que el Mesías sea en realidad la nación de Israel.
2. Para más información tocante a Elohim obrando a través del Mesías que asume las responsabilidades que eran de Elohim, vea Lucas 7:16 (Elohim “visitó” a su pueblo a través de Yahoshúa), Lucas 8:39 (Elohim obra a través de personas) y Romanos 10:17 (A Yahoshúa se le dan responsabilidades que tenía Elohim en el Antiguo Testamento).
Racovian Catechism, pp. 158-160
Efesios 5:5
Porque de esto ustedes pueden estar seguros: Ninguna persona inmoral, impura o avarienta—tal hombre es un idólatra—tiene herencia alguna en el reino del Mesías y de Elohim. (NIV)
1. Usando este verso, algunos trinitarios tratan de hacer que el Mesías sea Elohim por medio de lo que se conoce como la “Regla Granville Sharp.” La siguiente explicación es extensa, pero es necesaria para mostrar que esta “regla” ha sido apropiadamente analizada y se ha mostrado que es inválida para probar la Trinidad. Granville Sharp fue un filántropo Inglés, que comenzó a estudiar gramática del Nuevo Testamento con el fin de demostrar que sus creencias trinitarias eran correctas y que el Mesías era Elohim. Por su estudio del Nuevo Testamento, él declaró que cuando la palabra griega kai (usualmente traducida “y”) une dos sustantivos del mismo caso, y el primer sustantivo tiene al artículo definido y el segundo no lo tiene, los sustantivos se refieren al mismo sujeto. Este es el principio detrás de la “regla,” pero hay un gran número de excepciones a ella que deben notarse.
Hay problemas con la “Regla” de Granville Sharp.” Primero, es imposible probar que eso era una regla gramatical en el tiempo del apóstol Pablo. Nigel Turner, un trinitario, escribe:
Desdichadamente, en este periodo del griego no podemos estar seguros de que tal regla sea realmente decisiva. Algunas veces el artículo definido no se repite aun cuando hay una clara separación en la idea.[23]
Buzzard escribe acerca de Tito 2:13, también un supuesto ejemplo de la regla de Granville Sharp:
Una amplia gama de gramáticos y eruditos bíblicos han reconocido que la ausencia del artículo definido antes de “nuestro Salvador Yahoshúa el Mesías ” es muy inadecuada para establecer el reclamo trinitario de que a Yahoshúa se le llama aquí ‘el gran Elohim’ (p. 130).
El punto es, que cuando la Escritura se refiere a “nuestro Gran Elohim y Salvador, Yahoshúa el Mesías,” puede estar refiriéndose a dos seres separados —1) el Gran Elohim y 2) el Salvador, Yahoshúa el Mesías . Andrews Norton escribió una clara evaluación de la regla de Granville Sharp según se aplica a la Trinidad en Statement of Reasons for Not Believing the Doctrines of Trinitarians. [Para facilidad de los lectores, nos hemos tomado la libertad de traducir al castellano algunas de las palabras griegas que él emplea.] Norton escribe:
El argumento en favor de la deidad de Mesías que se fundamenta sobre la omisión del artículo griego fue recibido y traído a la atención en el siglo pasado por Granville Sharp. Él lo aplicó a ocho textos, los cuales mencionaremos luego. Las últimas palabras de Efesios 5:5 pueden suministrar un ejemplo de la construcción sobre la que se fundamenta el argumento: “en el Reino del Mesías y Elohim.” Del hecho de que el artículo se ha insertado antes de “Mesías” y se ha omitido antes de “Elohim,” el Sr. Sharp infiere que ambos nombres se relacionan con la misma persona, y lo traduce, “en el reino del Mesías nuestro Dios.” La traducción apropiada supongo que es la Versión común [la King James], “en el reino del Mesías y de Elohim,” o, “en el reino del Mesías y de Dios.”
El argumento de Sharp es defendido por Bishop Middleton en su libro Doctrine of the Greek Article. Por medio de prestar atención a la regla puesta por él, con sus limitaciones y excepciones, podremos juzgar su aplicabilidad a los pasajes en cuestión. Su regla es esta:
Cuando dos o más atributivos, unidos por un copulativo o copulativos, se asume que [se relacionan con] la misma persona o cosa, antes del primer atributivo se inserta el artículo, antes de los restantes se omite” (págs. 79 y 80).
Por atributivos, él entiende adjetivos, participios y sustantivos, que son significativos de carácter, relación, y dignidad.
Las limitaciones y excepciones a la regla afirmadas por él son como sigue:
I. No hay una regla similar respecto a “nombres de substancias considerados como substancias.” Así que, podemos decir “la piedra y oro,” sin repetir «el» antes de “oro,” aunque hablamos de dos diferentes substancias. La razón de esta limitación de la regla se dice que es que las “esencias reales distintas no pueden concebirse como que pertenecen a la misma cosa»; o, en otras palabras, que la misma cosa no puede suponerse que sea dos substancias diferentes.
En este caso, entonces, parece que el artículo no se repite, porque su repetición no es necesaria para evitar la ambigüedad. Este es el verdadero principio que da cuenta de todas las limitaciones y excepciones a la regla que son mencionadas por Bishop Middleton y otros. Se menciona así al comienzo, que el principio pude mantenerse en mente; y su verdad puede ser subrayada en los otros casos de limitaciones o de excepciones que se citen.
II. Ninguna regla similar aplica a los nombres propios. “La razón,” dice Middleton, “es evidente enseguida; porque es imposible que Juan y Tomás, los nombres de dos personas distintas, sean predicados de un solo individuo” (p. 68).
Esta nota no es a propósito [e.d., “no es correcta”], porque para el mismo individuo puede tener dos nombres. La verdadera razón para esta limitación es, que los nombre propios, cuando son del mismo individuo, no van conectados por un copulativo o copulativos, y por lo tanto que, cuando son así conectados, ninguna ambigüedad surge de la omisión del artículo.
III. Los “sustantivos,” dice Middleton, “que son los nombres de ideas abstractas, están también incluidos; porque, como bien ha observado Locke, ‘toda idea abstracta distinta es una esencia distinta, y los nombres que representan dichas ideas distintas son los nombres de cosas esencialmente diferentes’” (ibid.).
Sería pues contradictorio, razona él, suponer que cualquier cualidad era enseguida apeira [sin experiencia] y apaideusia [sin instrucción, estúpida, ruda]. Pero los nombres de ideas abstractas se usan para denotar cualidades personales, y las mismas cualidades personales, como son vistas bajo diferentes aspectos, pueden ser denotadas por diferentes nombres. La razón asignada por Middleton es por lo tanto sin fuerza. La verdadera razón para la limitación es que usualmente ninguna ambigüedad surge de la omisión del artículo delante de palabras de la clase mencionada.
IV. La regla, se concede además, no es de aplicación universal en cuanto respecta a plurales; porque, dice Middleton, “Aunque un solo individuo puede actuar, y frecuentemente actúa, en varias capacidades, no es probable que una multitud de individuos actúen todos en las mismas varias capacidades: y, por la extrema improbabilidad de que sean representados como actuando así, podemos ser perdonados por entender que el segundo atributo plural se dice de las personas designadas en el artículo prefijado al primero, a pesar de que el uso en el singular pueda parecer contradecir la construcción” (p. 90).
V. Por último, “nosotros encontramos,” dice él, “en muchísimos casos, no solamente en el plural, sino hasta en el número singular, que donde los atributivos son en su naturaleza absolutamente incompatibles, e.d., donde la aplicación de la regla envolvería una contradicción en términos, allí el primer atributivo solamente tiene el artículo, la perspicuidad del pasaje que no requiere que la regla se observe exactamente” (p. 92).
Parece, al comparar la regla con sus excepciones y limitaciones, que de hecho no se trata más que de esto: que cuando los substantivos, los adjetivos, o las partículas están conectadas juntas por un copulativo, si el primero tiene el artículo, ha de ser omitido antes de los siguientes, cuando se relacionan con la misma persona o cosa; y debe ser insertado, cuando se relacionan con diferentes personas o cosas, EXCEPTO cuando este hecho esté suficientemente determinado por alguna otra circunstancia. La misma regla existe respecto al uso del artículo definido en inglés.
El principio de excepción que acabamos de enunciar es evidentemente el que aplica a todas las limitaciones y excepciones que Middleton ha establecido y ejemplificado, y en sí mismo perfectamente razonable. Cuando, por cualquiera otra circunstancia, puede quedar claramente sobreentendido que se está hablando de diferentes personas o cosas, entonces la inserción de omisiones del artículo es un asunto de indiferencia.
Pero si esto es cierto, ningún argumento para la deidad del Mesías puede sacarse de los textos aducidos. Con relación a esta doctrina, la pregunta principal es si fue enseñada por el Mesías y sus Apóstoles, y si fue recibida por sus discípulos inmediatos. Los antitrinitarios sostienen que no lo fue; y por consiguiente sostienen que ni siquiera tuvieron jamás una idea de eso los Apóstoles y los primeros creyentes. Pero si esta posición es correcta, la inserción del artículo en estos textos era totalmente innecesaria. Ninguna ambigüedad podía resultar de su omisión. En las mentes de aquellos hombres no había entrado siquiera la imaginación de que Elohim y el Mesías fueran la misma persona. Los Apóstoles al escribir, y sus lectores al leer, los pasajes en cuestión no podían tener el concepto de se trataba de una misma persona simplemente como consecuencia de la omisión del artículo, así como no podían supone que se trataba de una misma substancia cuando se empleaban los términos “la piedra y oro” a causa de la omisión del artículo antes de la palabra “oro.” Estos textos, por lo tanto, no se pueden presentar para desaprobar la suposición antitrinitaria, porque esta suposición tiene que probarse falsa antes de que estos textos puedan sacarse de la excepción y ponerse bajo la operación de la regla. La verdad de la suposición da cuenta de la omisión del artículo.[24]
Norton hace ahí algunos grandes puntos y muestra la irrelevancia de la Regla de Granville Sharp para “probar” la Trinidad. Siendo que no podía surgir ninguna ambigüedad entre el Mesías y Elohim en las mentes de ellos debida a la omisión del artículo, puede omitirse sin problema. De igual modo, no había necesidad de un segundo artículo en Mateo 21:12 en la frase, “todos los que vendían y compraban,” o en Efesios 2:20 en la frase, “los apóstoles y profetas,” porque nadie pensaría jamás que “vendían” y “compraban” significaba la misma cosa, o que “apóstoles” y “profetas” eran de algún modo el mismo oficio. Esto mismo es cierto en toda la Biblia. No hay necesidad de un segundo artículo si no puede surgir una confusión sin éste. La “regla” por lo tanto requiere la pregunta. Puede hacerse aplicar solamente si puede mostrarse que podría surgir una ambigüedad en las mentes de los lectores del primer siglo entre el Mesías y Elohim. Siendo que toda la Escritura claramente muestra la diferencia entre el Mesías y Elohim, y que esa diferencia debió haber estado en las mentes de los creyentes, la “Regla” de Granville Sharp no es una razón válida para hacer que el Mesías sea Elohim.
2. Efesios 5:5 menciona el reino del Mesías y de Elohim. Vendrá un tiempo en el futuro cuando la tierra como la conocemos ahora, con todas sus iniquidades, enfermedad y muerte, será transformada y convertida en un lugar de justicia, paz y felicidad. El Mesías enseñó sobre esta tierra futura cuando dijo: “Los mansos heredarán la tierra” (Mat. 5:5). El Reino futuro que será establecido sobre la tierra tiene muchos nombres en la Escritura. Se le llama “el Reino del cielo” (Mat. 4:17, etc.) y “el Reino de Elohim” (Mar. 1:15, etc.). En lo que se conoce como “el Padrenuestro,” Yahoshúa lo llamó “tu [e.d., del Padre] reino” (Mat. 6:10). Yahoshúa de nuevo lo llamó el reino del Padre en Mateo 13:43. Además de llamarlo el reino del Padre, Yahoshúa lo llamó su reino en Lucas 22:30, y se le llama “el reino de su amado Hijo” en Col. 1:13 (KJV). La razón por la que tanto Elohim como el Mesías son mencionados como teniendo el reino es evidente. En el Reino Milenario, el Mesías gobernará con la autoridad de Elohim, y en el reino final habrá dos gobernantes (Rev. 21:22—22:1). Por la anterior evidencia, es muy correcto y apropiado llamar al futuro reino “el reino del Mesías y de Elohim.” Siendo que está tan bien atestiguado que el reino será el reino de Elohim, una frase bien conocida en la Escritura, no hay razón para eliminar la palabra “Elohim” de Efe. 5:5 por medio de gimnasia gramatical (la Regla Granville Sharp pretende hacer de la palabra “Elohim” una doble referencia al Mesías y eliminar al Padre del versículo), y hay toda la razón para ver que él debe estar en el verso junto con Yahoshúa el Mesías .
Buzzard, pp. 130 and 131
Norton, pp. 199-203
Filipenses 2:6-8
(6) Quien, aunque existía en forma de Elohim, no consideró la igualdad con Elohim algo de lo que debía apropiarse, (7) … sino que se despojó a sí mismo, tomando la forma de un siervo, y siendo hecho en semejanza de los hombres. (8) Siendo hallado en apariencia de un hombre, se humilló a sí mismo por medio de hacerse obediente al punto de muerte, hasta muerte en una cruz. (NASB)
1. Estos versos en Filipenses son muy importantes para la doctrina trinitaria (aunque también han causado división entre los trinitarios) y debemos tratarlos a cabalidad. Hay varios argumentos envueltos en estos dos versos, y los trataremos punto por punto. Primero, muchos trinitarios afirman que la palabra “forma”, que en el griego es la palabra morfé, se refiere a la naturaleza interna del Mesías como Elohim. Esto se afirma con tanta intensidad que en el verso 6 la NIV tiene, “siendo en su propia naturaleza Dios.” Nosotros no creemos que la palabra morfé se refiera a una “naturaleza interior esencial,” y daremos evidencia de que se refiere a una forma exterior. Diferente léxicos tienen puntos de vista opuestos en cuanto a la definición de morfé, a tal grado que no podemos pensar en otra palabra definida por los léxicos de maneras tan contradictorias. Daremos definiciones de léxicos que asumen ambas posiciones, para mostrar las diferencias entre ellos.
El Léxico de Vine tiene bajo la palabra “forma” lo siguiente: “propiamente la naturaleza o esencia, no en los abstracto, sino como en realidad subsistiendo en el individuo… no incluye en sí misma algo ‘accidental’ o separable, como los modos particulares de manifestación.” Utilizando léxicos como el de Vine, los trinitarios argumentan enfáticamente que la “naturaleza” que subyacía al cuerpo humano de Yahoshúa era Elohim. Los eruditos trinitarios como Vine contrastan la palabra morfé, la cual afirman ellos que se refiere a una “naturaleza interior esencial,” con la palabra skhema, (en el verso 8, y traducida “apariencia” arriba) la cual afirman ellos que se refiere a la apariencia exterior. Admitimos que hay muchos eruditos trinitarios que han escrito entradas lexicales o artículos sobre la palabra griega morfé y han concluido que el Mesías tiene que ser Elohim. Un trinitario que quiera probar su punto puede citar de unos cuantos de ellos. Sin embargo, nosotros afirmamos que esas definiciones están prejuiciadas y son erróneas. En adición, no podemos hallar ningún erudito no-trinitario que haya estado de acuerdo con la conclusión de los eruditos trinitarios; sin embargo muchas fuentes trinitarias están de acuerdo en que la palabra morfé se refiere a la apariencia exterior y no a una naturaleza interior.
Un estudio de otros léxicos (muchos de ellos trinitarios) ofrece un cuadro totalmente diferente al del Léxico de Vine. En el Léxico Crítico de Bullinger, a la palabra morfé se le da una definición de una sola palabra: “forma.” El erudito léxico por Walter Bauer, traducido y revisado por Arndt y Gingrich, tiene bajo la palabra morfé, “forma, apariencia exterior, semejanza.” El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, editado por Gerhard Kittel, tiene “forma, apariencia externa.” Kittel anota además que morfé y skhema son a menudo intercambiables. Robert Thayer, en su muy respetado léxico, tiene bajo morfé, “la forma por la cual una persona o cosa impacta la visión; la apariencia externa.” Thayer dice que los griegos decían que los niños reflejaban la apariencia (morfé) de sus padres, algo fácil de notar en toda cultura. Thayer también anota que algunos eruditos tratan de hacer que morfé se refiera a lo que es intrínseco y esencial, en contraste con lo que es externo y accidental, pero dice: “la distinción es rechazada por muchos.”
La evidencia anterior muestra que los eruditos difieren en cuanto al uso de la palabra morfé en Filipenses. Cuando los eruditos difieren, y especialmente cuando se cree que la razón para diferir se debe a un prejuicio en cuanto a una cuestión doctrinal, es absolutamente esencial hacer tanta investigación original como sea posible. La verdadera definición de la palabra morfé debe hacerse evidente cuando cotejamos las fuentes disponibles en el tiempo del Nuevo Testamento. Después de todo, la palabra era de uso común en el mundo griego. Nosotros afirmamos que un estudio de la evidencia actual revela claramente que la palabra morfé no se refiere al ser interno esencial del Mesías, sino más bien a una apariencia externa.
Por los escritos seculares aprendemos que los griegos usaban la palabra morfé para describir cuando los dioses cambiaban su apariencia. Kittel señala que en la mitología pagana, los dioses cambiaban sus formas (morfé), y especialmente anota que Afrodita, Demetrio y Dionisio eran tres que lo hacían. Esto es claramente un cambio de apariencia, no de naturaleza. Josefo, un contemporáneo de los Apóstoles, utilizó la palabra morfé para describir la forma de las estatuas (Léxico de Bauer).
Otros usos de la palabra morfé en la Biblia apoyan la posición de que morfé se refiere a la apariencia externa. El Evangelio de Marcos tiene una breve referencia a la bien conocida historia en Lucas 24:13-33 acerca de que Yahoshúa se les apareció a los dos hombres en el camino a Emmaús. Marcos nos dice que Yahoshúa se apareció “en una forma (morfé) diferente” a esos dos hombres para que no pudieran reconocerlo (16:12). Esto está muy claro. Yahoshúa no tenía una “naturaleza esencial” diferente cuando se les apareció a los dos discípulos. Simplemente tenía una apariencia externa diferente.
Más evidencia de que la palabra morfé se refiere a la apariencia externa puede obtenerse en la Septuaginta, una traducción griega del Antiguo Testamento que data de alrededor del año 250 A.E.C. Fue producida a causa del alto número de judíos de habla griega en Israel y los países vecinos (como resultado de las conquistas de Alejandro el Grande de Egipto en el 332 A.E.C. y de su control sobre el territorio de Israel). Por los alrededores del 250 A.E.C., eran tantos los judíos que hablaban griego que se hizo una traducción griega del Antiguo Testamento, la cual hoy día se llama la Septuaginta. La Septuaginta influenció grandemente a los judíos durante los tiempos de Nuevo Testamento. Algunas de las citas del Antiguo Testamento que aparecen en el Nuevo Testamento parecen haber sido tomadas de la Septuaginta, [o del texto hebreo que sirvió de base a la Septuaginta] no del Texto Hebreo Masorético. Además, había muchos judíos de habla griega en la Congregación de primer siglo. De hecho, el primer conflicto congregacional que se registra ocurrió cuando los judíos de habla hebrea mostraron prejuicio contra los judíos de habla griega (Hechos 6:1).
Los judíos que tradujeron la Septuaginta usaron la palabra morfé varia veces, y siempre se refiere a la apariencia externa. Job dice: “Un espíritu pasó frente a mi cara, y el cabello de mi cuerpo se erizó. Se detuvo, pero no pude saber lo que era. Una forma (morfé) se paró frente a mis ojos, y escuché una voz susurrante (Job 4:15 y 16). No hay duda de que aquí morfé se refiere a la apariencia externa. Isaías tiene la palabra morfé en referencia a ídolos de hechura humana: “El carpintero mide con un cordel y hace un bosquejo con un marcador; lo labra con cinceles y lo marca con compases. Lo moldea en la (morfé) de un hombre, un hombre en toda su gloria, para que habite en un altar” (Isa. 44:13). Sería absurdo afirmar que morfé se refiere a “la naturaleza esencial” en este verso, como si una talladura de madera pudiera tener la “naturaleza esencial” de un hombre. El verso es claro: el ídolo tiene la “apariencia externa” de un hombre. Según Daniel 3:19, después que Shadrakh, Meshakh y Abednego rehusaron postrarse ante la imagen de Nebucodonosor, éste se enfureció y “la forma (morfé) de su rostro” cambió. La NASB dice: “su expresión facial” cambió. Nada cambió en su naturaleza, pero las personas que observaban podían ver su apariencia externa había cambiado.
Para aun más documentación de que los judíos usaban morfé para referirse a la apariencia externa, nos tornamos a los que se conocen como los “apócrifos,” libros escritos entre el tiempo de Malakhi y Mateo. “Apócrifo” significa literalmente “oscuro” u “oculto,” y estos libros correctamente no son aceptados por la mayoría de los protestantes como parte del verdadero canon, pero son aceptados por los católicos romanos y se encuentran en sus Biblias católicas. Nuestro interés en ello se debe al hecho de que fueron escritos cerca del tiempo en que se escribió el Nuevo Testamento, que fueron conocidos por los judíos de aquel tiempo y que contienen la palabra morfé. En los apócrifos, la palabra morfé se usa en la misma manera en que la usaron los traductores de la Septuaginta, e.d., como apariencia externa. Por ejemplo, en “La Sabiduría de Salomón” está lo siguiente: “Los enemigos de ellos oyeron sus voces, pero no vieron sus formas” (18:1). Un estudio de la palabra morfé en los apócrifos mostrará que siempre se refiere a la forma externa.
Hay todavía más evidencia. Morfé es la palabra raíz de algunas otras palabras del Nuevo Testamento griego y también se usa en palabras compuestas. Esto añade apoyo adicional a la idea de que morfé se refiere a una apariencia o manifestación externa. La Biblia habla de hombres malos que tienen una “forma” (morfosis) de piedad (2 Tim. 3:5). Su naturaleza interna era mala, pero tienen una apariencia externa de ser piadosos. En el Monte de la Transfiguración, el Mesías fue “transformado” (metamorfoomai) delante de los apóstoles (Mat. 17:2; Marcos 9:2). Ellos no vieron que el Mesías adquiriera una nueva naturaleza, más bien vieron su forma externa profundamente cambiada. De manera similar, los creyentes somos “transformados” (metamorfoomai) por medio de renovar nuestras mentes por la Escritura. No obtenemos una nueva naturaleza cuando renovamos nuestra mente, porque ya somos “participantes de la naturaleza divina” (2 Ped. 1:4), pero habrá un cambio en nosotros que nosotros, y otros, podemos tangiblemente experimentar. Los creyentes que son transformados de ser creyentes carnales, con todas las actividades visibles de la carne propias de un estilo de vida, a ser creyentes semejantes al Mesías, cambiamos de tal manera que otras personas pueden “ver” la diferencia. 2 Corintios 3:18 indica lo mismo cuando dice que los creyentes serán “cambiados” (metamorfoomai) en la imagen del Mesías. El hecho de que seremos cambiados en una “imagen” muestra que el cambio es algo visible en el exterior.
Nos gustaría hacer un punto más antes de llegar a una conclusión sobre la palabra “morfé.” Si el punto del verso es decir que Yahoshúa es Elohim, entonces ¿por qué no decirlo directamente? Por supuesto que Elohim tiene “naturaleza esencial” de Elohim, así que ¿para qué alguien habría de hacer ese punto? Ese verso no dice: “Yahoshúa, siendo Elohim,” sino que más bien dice: “siendo en forma de Elohim.” Pablo les está recordando a los filipenses que Yahoshúa representó al Padre en todas las maneras posibles.
Así que ¿qué podemos concluir sobre la palabra morfé? La Congregación filipense consistía de judíos y griegos convertidos. Por la Septuaginta y sus otros escritos, los judíos estaban familiarizados con la palabra morfé en referencia a la apariencia externa, incluyendo la forma de hombres e ídolos. Para los griegos, se refería también a la apariencia externa, incluyendo la cambiante apariencia externa de sus dioses y la forma de las estatuas. El único otro uso de morfé en el Nuevo Testamento fuera de Filipenses es en Marcos, y allí se refiere a la apariencia externa. Además, las palabras relacionadas con el término morfé claramente se refieren a una manifestación o apariencia externa. Nosotros afirmamos que la evidencia actual es clara: que la palabra morfé se refiere a una apariencia o manifestación externa. Yahoshúa el Mesías era en su apariencia externa como Elohim, de tal modo que pudo decir: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre.” El Mesías siempre hizo la voluntad del Padre, y representó perfectamente a su Padre en todo.
La palabra skhema, como señala Kittel, puede ser sinónima de morfé, pero tiene un mayor énfasis en atuendos externos más que en apariencia externa, y a menudo señala a lo que es más transitorio en naturaleza, como la ropa que llevamos o a una apariencia que tenemos por poco tiempo. Como seres humanos, siempre tenemos una forma externa (morfé) de seres humanos. Si embargo hay un sentido en el que nuestra skhema, nuestra apariencia, es siempre cambiante. Comenzamos como bebés, y crecemos y nos desarrollamos, luego maduramos y envejecemos. Esto es tanto así que la apariencia externa de una persona es uno de los temas más comunes de conversación entre las personas cuando se reúnen.
Como el resto de nosotros, el Mesías fue plenamente humano y tuvo la forma externa (morfé), de un humano. Sin embargo, antes de nacer como humano, cuando existía en el cielo como un espíritu, por cuanto fue engendrado por Elohim, tenía la “apariencia” (morfé) externa de Elohim. Y de esa apariencia externa de Elohim fue de lo que se despojó. Así que, en Filipenses, 2:8 skhema puede ser sinónimo de morfé, o puede poner un énfasis en el hecho de que la apariencia que el Mesías tuvo como ser humano era de naturaleza transitoria. El fraseo de Filipenses 2:6-8 no nos presenta a un dios-hombre, con el cual ninguno de nosotros se puede identificar. Más bien, nos presenta a un hombre tal como somos nosotros, que creció y envejeció, y que sin embargo estaba tan enfocado en Elohim en cada pensamiento y obra que representó perfectamente al Padre.
2. Después de decir que el Mesías existió antes en forma de Elohim, Filipenses 2:6 procede a decir que el Mesías “no consideró la igualdad con Elohim como algo a lo que aferrarse” (NIV). Esta frase es un poderoso argumento contra la Trinidad. Si Yahoshúa hubiera sido Elohim, entonces no tendría absolutamente ningún sentido decir que él no se “aferró” a esa igualdad con Elohim porque nadie se aferra a una igualdad consigo mismo. Solamente hace sentido elogiar a alguien por no buscar la igualdad cuando no es un igual. Algunos trinitarios dicen: “Bueno, él no estaba aferrándose a la igualdad con el Padre.” Eso no es lo que dice el verso. Dice que el Mesías no se aferró a la igualdad con Elohim, lo cual haría del verso un sin sentido si él fuera Elohim.
3. La apertura del verso 7 contiene una frase que ha causado seria división entre los trinitarios. Dice: “Pero se hizo a sí mismo de ninguna reputación” (KJV), “pero se hizo nada” (NIV), “pero se despojó” (NASB, RSV, NRSV, New American Bible). La palabra griega que está en cuestión es kenos, que literalmente significa, “vaciarse.” Por más de mil años, de los concilios de la Iglesia en el siglo cuatro hasta el siglo diecinueve, la posición ortodoxa de la Iglesia fue que el Mesías era plenamente Dios y plenamente Hombre al mismo tiempo en un cuerpo. Esa doctrina se conoce como la “naturaleza dual del Mesías,” y tiene que ser apoyada con palabras no-bíblicas como communicatio idiomatum, literalmente, “la comunicación del idioma.” Esto se refiere a la manera en que la naturaleza de “Dios” del Mesías está unida a la naturaleza de “hombre” del Mesías de tal manera que las acciones y condiciones del hombre pueden ser Elohim y las acciones y condiciones del Elohim pueden ser hombre. El Dr. Justo González, una autoridad en la historia de la Iglesia Cristiana, anota: “Las naturalezas divina y humana existen en un solo ser, aunque cómo es posible eso es el más grande misterio de la fe.”[25] Pero la verdad bíblica no es un “misterio incomprensible.” De hecho, Elohim anhela que nosotros lo conozcamos a él y su Verdad (vea las notas sobre Lucas 1:35).
La doctrina de la naturaleza dual del Mesías ha sido la explicación estándar para los milagros del Mesías, tales como multiplicar los alimentos, conocer los pensamientos de otros, levantar muertos, etc. Esta explicación se mantiene aún a pesar del hecho de que los profetas en el Antiguo Testamento eran capaces también de esas mismas cosas. La doctrina de la naturaleza dual del Mesías ha causado un serio problema que ha sido bien expresado por John Wren-Lewis:
Ciertamente hasta la Segunda Guerra Mundial, la más común visión de Jesús no era la de un hombre en absoluto. Él era un Dios en forma humana, lleno de conocimiento sobrenatural y poder milagroso, muy semejante a lo que se supone que fueron los Dioses Olímpicos cuando visitaban la tierra disfrazados.”[26]
Nuestra experiencia al hablar con los cristianos en todo el mundo confirma lo que afirmó Wren-Lewis: el cristiano promedio no cree que el Mesías “fue hecho semejante a sus hermanos en todo” (Heb. 2:17), sino que más bien cree que el Mesías pudo hacer lo que hizo porque era fundamentalmente diferente. Nosotros creemos que la enseñanza de la naturaleza dual no es bíblica y le roba poder a la gente que de otro modo trataría de pensar y actuar como el Mesías. Eso separa artificialmente a la gente del Maestro Yahoshúa.
En Alemania a mediados de los años 1800, un teólogo luterano llamado Gottfried Thomasius comenzó lo que ahora se ha desarrollado como la “Teología Kenótica.” Esa manera de pensar surgió de una preocupación muy real que tenían algunos trinitarios sobre la teología de la naturaleza dual. Primero, la teología de la naturaleza dual no permite que se exprese la plena humanidad del Mesías. Segundo, que parece convertir al Mesías en una aberración: totalmente “Dios” y totalmente hombre al mismo tiempo. Tercero, “si Yahoshúa hubiera sido un “Dios” omnisciente y un hombre limitado al mismo tiempo, entonces habría tenido dos centros, y así fundamentalmente no era uno de nosotros”. La Teología Kenótica (la cual se ha dividido en un número de variantes) proveyó una “solución” a este problema. Siendo que Filipenses 2:7 dice que el Mesías “se despojó,” de lo que se “despojó” fue de su naturaleza de “Dios”, e.d., en algún momento antes de su encarnación, el Mesías estuvo de acuerdo en “auto-limitarse” y venir a la tierra como hombre solamente.
Los teólogos trinitarios han diferido vehementemente entre ellos acerca de la Teología Kenótica, y algunos teólogos ortodoxos incluso han llamado “herejes” a sus adherentes”. Las críticas centrales de la Teología Kenótica son: Primero, que teniendo apenas unos cien años de edad, simplemente no es la posición histórica de la Iglesia. Segundo, los teólogos ortodoxos dicen que no es bíblica, y que Filipenses 2:7 no significa lo que los teólogos kenóticos dicen que significa. Y tercero, la Teología Kenótica fuerza a Elohim a cambiar— Elohim se convierte en un hombre—lo cual causa dos problemas para los trinitarios ortodoxos: que Elohim no puede cambiar, y que Elohim no es un hombre.
Nosotros concordamos con los teólogos kenóticos que dicen que la teología de la naturaleza dual no permite que se exprese la humanidad del Mesías, y que crea un “ser” que es en realidad una aberración que “fundamentalmente no es uno de nosotros.”[27] Sin embargo, también diferimos de los trinitarios ortodoxos que sostienen la posición bíblica de que Elohim no es un hombre, y que Elohim no puede cambiar. Nosotros afirmamos que es la doctrina trinitaria la que ha causado estos problemas, y que simplemente no hay solución para ellos mientras uno se aferre a la posición trinitaria. Afirmamos que la verdadera solución es reconocer que hay solamente un Elohim Verdadero, el Padre, y que Yahoshúa el Mesías es (en lenguaje bíblico) el “hombre acreditado por Elohim” que ahora ha sido hecho “Amo y Mesías” (Hechos 2:22 y 36). Entonces el Mesías es plenamente hombre y es “uno de nosotros,” y Elohim es Elohim y nunca ha cambiado ni ha sido un hombre.
4. Mientras los trinitarios han argumentado entre ellos mismos acerca del significado de Filipenses 2:6-8, ha ocurrido algo desafortunado—la pérdida del verdadero significado del verso. El verso no está hablando ni de despojarse el Mesías de su supuesta “Deidad” en su encarnación ni de la disposición de su naturaleza de Elohim de “ocultarse” de modo que su naturaleza de hombre pudiera verse claramente. Más bien, está diciendo algo diferente. La Escritura dice que el Mesías era la “imagen de Elohim” (2 Cor. 4:4), y Yahoshúa mismo testificó que si alguien lo ha visto a él, ha visto al Padre. Decir que el Mesías existió una vez en la “forma” (la apariencia externa) de Elohim es simplemente afirmar la verdad de otra manera. A diferencia de Adam, quien quiso aferrarse a ser como Elohim (Gen. 3:5), el Mesías, el Segundo Adam, “se despojó” de toda su reputación y de las cosas que le pertenecían como el Hijo del Rey. Él vivió de la misma manera que otros hombres. Se humilló ante la palabra y la voluntad de Elohim. Vivió por un “Escrito está” y por los mandamientos de su Padre. No “tocó su propia trompeta”, sino que más bien se llamó a sí mismo “el hijo del hombre,” lo cual en el idioma arameo que él hablaba, significa “un hombre.” Él confió en Elohim y se hizo obediente, aun hasta la horrible y vergonzosa muerte en una cruz o madero.
La congregación filipense estaba haciendo bien y apoyaba a Pablo, pero tenían problemas también. Había “ambición egoísta” (1:15; 2:3) y “vanagloria” (2:3), argumentación y falta de consideración por otros (2:4 y 14) y había necesidad de humildad, pureza e intachabilidad (2:3 y 15). Así que, Pablo escribió una exhortación a los creyentes en el sentido de, “Su actitud debe ser la misma del Mesías Yahoshúa” (2:5). Luego procedió a mostrar cómo fue que el Mesías no se aferró a la igualdad con Elohim, sino que fue completamente humilde, y como resultado Elohim “lo exaltó.” El ejemplo de Yahoshúa el Mesías es un ejemplo poderoso. Nosotros no necesitamos asegurarnos de que la gente nos note o que sepan quiénes somos. Simplemente debemos servir en obediencia y humildad, seguros de que Elohim algún día nos recompensará por nuestras obras.
Buzzard, pp. 48-50
Dana, Letter #2, pp. 16 and 17
Farley, pp. 76-78
New American Bible, nota marginal sobre Filipenses 2:7.
Norton, pp. 191-193
Racovian Catechism, pp. 119-121
Snedeker, pp. 443-446
Colosenses 1:15-20
(15) Él es la imagen del Elohim invisible, el primogénito de toda la creación.
(16) Porque por él fueron creadas todas las cosas: en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos o poderes o gobernantes o autoridades; todas las cosas fueron creadas por él y para él. (17) él es antes de todas las cosas, y en él todas las cosas se mantienen unidas. (18) Y él es la cabeza del cuerpo, que es la Congregación; él es el principio y el primogénito de entre los muertos, de modo que en todo tenga la supremacía. (19) Porque a Elohim le plació hacer que toda su plenitud habitara en él, (20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, sean cosas en la tierra o cosas en el cielo, por medio de hacer paz mediante su sangre, derramada en la Cruz. (NIV)
1. Como con toda buena exégesis bíblica, es importante notar el contexto de los versos y por qué debían ser escritos y colocados donde están. Una lectura del libro de Colosenses revela que la Congregación colosense había perdido su enfoque en el Mesías. Algunos de los creyentes en Colosas, en la práctica, habían abandonado su conexión con la Cabeza, Yahoshúa el Mesías, y algunos incluso se habían dejado llevar a adorar ángeles (2:18 y 19). La situación en Colosas requería un fuerte recordatorio de la jefatura del Mesías sobre su Congregación, y la epístola a los colosenses proveyó precisamente eso.
2. Estos versos no pueden estar afirmando la Trinidad porque abren con el Mesías siendo “la imagen [eikón] del Elohim invisible.” Si el Mesías fuera “Elohim,” entonces el verso simplemente lo diría así, en lugar de decir que él era la “imagen” de Elohim. El Padre es llanamente llamdo “Elohim” en docenas de lugares, y este habría sido un buen lugar para decir que Yahoshúa era Elohim. Pero en lugar de eso, se nos dice que el Mesías es la imagen de Elohim. Si una cosa es la “imagen” de otra cosa, entonces la “imagen” y el “original” no son la misma cosa. El Padre es Elohim, y por eso es que no hay un solo pasaje que llame al Padre la imagen de Elohim. Llamar a Yahoshúa la imagen de Elohim cuadra hermosamente con esta afirmación: “Todo el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9 y 10).
Hay teólogos trinitarios que afirman que la palabra eikon (de la cual obtuvimos la palabra española “ícono,” que significa “imagen,” o “representación”) significa “manifestación” aquí en Colosenses, y que el Mesías es la manifestación de Elohim. Nosotros creemos que esa conclusión no tiene base. La palabra eikon ocurre 23 veces en el Nuevo Testamento, y claramente se usa como “imagen” en el sentido común de la palabra. Se usa para la imagen del César en una moneda, para ídolos que son imagines de Elohim de hechura humana, para cosas en el Antiguo Testamento que fueron sólo una imagen de la realidad que tenemos hoy día y para la “imagen” de la bestia que ocurre en Revelación. 2 Corintios 3:18 dice que los creyentes son transformados en la “imagen” del Maestro a medida que reflejamos su gloria. Todos esos versos usan la palabra “imagen” en el sentido común de la palabra, e.d., una representación separada del original. 1 Corintios 11:7 dice: “el hombre no debe cubrir su cabeza, pues es la imagen y gloria de Elohim.” Tal como el Mesías es llamado la imagen de Elohim, así los hombres son llamados la imagen del Elohim. Nosotros no somos una imagen exacta como lo es el Mesías porque estamos manchados por el pecado, sin embargo la Biblia ciertamente nos llama la “imagen” de Elohim. Así que, la fraseología en cuanto a ser la imagen de Elohim es la misma para nosotros como lo es para el Mesías. Nosotros sostenemos que las palabras en la Biblia deben leerse y entenderse en su significado común y ordinario a menos que se pueda dar una buena razón para alterar su significado. En este caso, el significado común de la palabra “imagen” es “semejanza” o “parecido,” y se usa de esa manera siempre en el Nuevo Testamento. Ciertamente si la palabra “imagen” hubiera asumido un Nuevo significado para las veces que se refiere al Mesías, la Biblia nos lo habría hecho saber. Siendo que no lo hace, nosotros afirmamos que el uso de la palabra “imagen” es el mismo sea que se refiera a una imagen sobre una moneda, una imagen de un dios, o para tanto el Mesías como los creyentes como la imagen de Elohim.
3. Elohim le delegó al Mesías Su autoridad para crear. Efesios 2:15 se refiere al Mesías como creando “un Nuevo hombre” (su Congregación) del judío y el gentil. Al derramar el don del espíritu santo en cada creyente (Hechos 2:33 y 38), el Maestro Yahoshúa ha creado algo nuevo en cada uno de ellos, esto es, el “nuevo hombre,” su nueva naturaleza (2 Cor. 5:17; Gal. 6:15; Efe. 4:24).
4. La Congregación del Cuerpo del Mesías fue una entidad totalmente nueva, creada por el Mesías a partir de judíos y gentiles. Él tuvo también que crear las estructuras y las posiciones que le permitirían funcionar, tanto en el mundo espiritual (posiciones para los ángeles que ministrarían a la Congregación—vea Rev. 1:1, “su ángel”) y en el mundo físico (posiciones y ministerios aquí en la tierra—vea Rom. 12:4-8; Efe. 4:7-11). La Biblia describe estas realidades físicas y espirituales por medio de la frase, “las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles” (1:16).
5. Muchas personas piensan que porque Colosenses 1:16 dice, “Porque por él fueron creadas todas las cosas” que el Mesías tiene que ser Elohim, pero el verso entero debe ser leído cuidadosamente con un entendimiento del uso de las palabras y las figuras de lenguaje. El estudio de las legítimas figuras de lenguaje es bien abarcador, y el mejor que conocemos fue hecho en el año 1898 por E. W. Bullinger. Se titula Figures of Speech Used in the Bible [Figuras del lenguaje usadas en la Biblia] y está disponible en librerías cristianas, habiéndose reimpreso muchas veces.
Primero, el estudiante de la Biblia (y ciertamente del idioma y de la vida) debe estar conciente de que cuando se usa la palabra “todo” (o “todas las cosas”), a menudo se usa en un sentido limitado. La gente la usa de esta manera en el habla cotidiana en casi todos los países e idiomas del mundo. Yo (Juan S.) tuve una experiencia de esto justo el otro día. Era tarde en la noche y yo quería una galletita antes de irme a dormir. Cuando le dije a mi esposa que quería una galletita, ella dijo: “Los nenes se comieron todas las galletitas.” Ahora bien, por supuesto que nuestros niños no se comieron todas las galletitas del mundo. El contexto implicaba que se trataba de las galletitas en la casa, y nuestros niños se las habían comido todas. Este es un buen ejemplo de cómo se usa la palabra “todo” en un sentido limitado, y la Biblia la usa en ese sentido también.
Por ejemplo, cuando Absalom estaba teniendo una reunión contra su padre, David, 2 Samuel 17:14 dice que “todos los hombres de Israel” estuvieron de acuerdo con el consejo. “Todos” los hombres de Israel no estaban allí, pero lo que el verso quiere decir es “todos” los que estaban allí. Otro ejemplo es Jeremías 26:8, que dice que “todo el pueblo” agarró a Jeremías para darle muerte, pero el contexto hace muy claro que “todo el pueblo” ni siquiera estaba presente, y las personas que vinieron a la escena más tarde querían liberar a Jeremías. 1 Juan 2:20 (KJV) dice de los creyentes: “Ustedes saben todas las cosas.” Ciertamente no hay un creyente que en realidad crea que sabe todas las cosas. La frase está usando un sentido limitado de la palabra “todo,” lo cual está determinado por el contexto.
El punto es que siempre que uno lea la palabra “todo,” debe hacerse una determinación en cuanto a si se está usando en el sentido amplio de “todo en el universo,” o en el sentido estrecho de “todo en cierto contexto.” Nosotros creemos que el sentido estrecho es el que se requiere en Colosenses 1:16, y damos más evidencia para eso en el punto 6 más adelante (Para más sobre el sentido limitado de la palabra “todo,” vea la nota sobre Juan 2:24).
6. Una importante figura de lenguaje en Colosenses 1:16 se llama “enciclaje.” Bullinger anota que los griegos llamaban esta figura del lenguaje epanadiplosis, mientras que los romanos la etiquetaron inclusio (p. 245), y él da varias páginas de ejemplos de la Biblia para documentar la figura. Dice él: “Cuando se usa esta figure, marca lo que se dice como siendo completado en un círculo completo … dando la completez de la afirmación que se ha hecho.” Con eso en mente, note que la frase “todas las cosas fueron creadas” ocurre al comienzo y al final del verso, “enciclando” la lista de cosas creadas: “Porque por él fueron creadas todas las cosas: en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos o poderes o gobernantes o autoridades; todas las cosas fueron creadas por él y para él.” Las cosas que fueron “creadas” no son las rocas, los árboles, las aves y los animales, porque esas cosas fueron creadas por Elohim. Estas cosas, “tronos, poderes, gobernantes y autoridades,” son los poderes y las posiciones que se necesitaban para que el Mesías dirigiera su Congregación, y fueron creadas por él para ese propósito. La figura de lenguaje conocida como “enciclaje” nos ayuda a identificar el contexto apropiado de la frase “todas las cosas”—esto es el sentido estrecho de la palabra “todo,” y se refiere a las cosas necesarias para administrar la Congregación.
7. La frase en el verso 17 que “él es antes de todas las cosas” se ha usado para tratar de que Yahoshúa existió antes de todas las demás cosas. Sin embargo, la palabra “antes” (que aquí es pro) puede referirse a tiempo, lugar o posición (e.d., superioridad). Esto nos lleva a concluir que todo el punto de la sección es mostrar que el Mesías es “antes que,” e.d., “superior a” todas las cosas, tal como dice el verso. Si alguien fuera a insistir que lo que está envuelto es el tiempo, le señalaríamos que en el mismo verso siguiente el Mesías es el “primogénito” de entre los muertos, y así “antes que” su Congregación tanto en tiempo como en posición.
Buzzard, pp. 51 and 52
Dana, Letter #25, pp. 221-227
Racovian Catechism, pp. 91-94
Snedeker, pp. 446-450
Colosenses 2:2
Mi propósito es que ellos sean animados de corazón y estén unidos en amor, de modo que tengan las plenas riquezas del entendimiento cabal, a fin de que conozcan el misterio de Elohim, es decir, el Mesías. (NIV)
1. Este verso, aunque no se considera generalmente como un verso trinitario, se le usa ocasionalmente para mostrar que el misterio de Elohim es el Mesías (e.d., que el Mesías es tanto Dios como hombre, y por lo tanto un “misterio”). El verso fue tema de ardiente debate al comienzo de la era cristiana, y hay amplia evidencia de los manuscritos griegos de que los escribas cambiaron el texto para que cuadrara con su teología. Bruce Metzger escribe, “El final de Colosenses 2:2 presenta lo que es, al principio, una confusa variedad de lecturas; los manuscritos presentan quince diferentes conclusiones de la frase.”[28] En casi todas las 15, la posibilidad de que el Mesías sea Elohim queda eliminada. La KJV representa un buen ejemplo: “Para que sus corazones sean consolados, estando bien unidos en amor, y a todas las riquezas de la plena seguridad de entendimiento, para el reconocimiento del misterio de Elohim, y del Padre, y del Mesías.”
2. Hay ahora una amplia concurrencia de creencia entre los eruditos de que el texto griego original leía: “tou musteriou tou theou christou,” pero la exacta traducción de esa frase es muy debatida. Puede traducirse de la manera en que la tiene la NIV: “…el misterio de Elohim, es decir, el Mesías.” Sin embargo, igual de fácilmente puede traducirse “el misterio del Mesías de Elohim.” Nosotros creemos que la ultima es la traducción más probable por razones que daremos en los puntos 3 y 4 más abajo.
3. Es difícil hacer que el “Mesías” sea un “misterio” en el sentido bíblico de la palabra. En el griego, la palabra “musterion” no significa “misterio” en el sentido de algo que no puede ser entendido o comprendido por la mente del hombre. Simplemente significa un “secreto,” algo que estuvo oculto pero que ya se ha dado a conocer. Nunca es excesivo el énfasis sobre este punto para la correcta interpretación del verso. Vine’s Expository Dictionary of the New Testament Words bajo la palabra “misterio,” tiene esto que decir acerca de la palabra musterion: “… no lo misterioso, sino aquello que … se da a conocer de una manera y en un tiempo señalado por Elohim.” Esto está realmente muy claro en Colosenses 1:26 y 27, que habla del “misterio” que ahora “se ha dado a conocer a los creyentes.
Así que, un “misterio” bíblico puede entenderse, en contraste con el “misterio” trinitario, el cual está más allá de la comprensión humana. Un estudio rápido de los otros usos de la palabra “musterion” en la Biblia mostrará que una vez que un “secreto” se revela, puede ser entendido. Pero la “trinidad” y las “dos naturalezas” no pueden ser entendidas en absoluto. La teología trinitaria habla del “misterio” del Mesías en el sentido de que su encarnación y su naturaleza dual son imposibles de entender para nosotros. El texto griego, sin embargo, no está implicando semejante cosa. 1 Timoteo 3:16 se refiere al “secreto de la piedad,” y este texto es sencillamente discernible. Aún hoy día, aunque la palabra abiertamente proclama la piedad personal a través del Salvador, Yahoshúa el Mesías, este hecho sigue siendo un secreto para el mundo y, desafortunadamente, hasta para algunas congregaciones.
4. La dificultad en traducir el verso, “el secreto de Elohim, es decir, el Mesías,” puede verse claramente. Aunque algo de lo que realizó el Mesías por nosotros puede llamarse un secreto, y algunas de las cosas por las que pasó estuvieron ciertamente ocultas de los judíos, el Hombre Yahoshúa el Mesías es el gran tema de la Biblia desde Génesis hasta Revelación. Nosotros creemos que es mucho más exacto traducir Colosenses 2:2 como, “el secreto del Mesías de Elohim.” Creemos esto porque hay un “secreto” en el Nuevo Testamento que se presenta claramente en las epístolas a las congregaciones. La palabra “musterion,” e.d., “secreto”, se usa para referirse a la “administración de la gracia de Elohim” en la que vivimos ahora. Efesios 3:2y 3 dice: “Ciertamente ustedes han oído acerca de la administración de la gracia de Elohim que me fue dada para ustedes, esto es, el secreto [musterion] dado a conocer a mí por revelación, como he escrito brevemente.” Así que, cuando Colosenses se refiere a “el secreto del Mesías de Elohim,” se está refiriendo a la administración de la gracia, la cual fue un secreto oculto antes de la fundación del mundo, pero revelado a los creyentes hoy día (vea Efe. 3:2-9; Col. 1:27 y Gal. 1:11 y 12, y tenga en mente que la palabra traducida en muchas versiones como “misterio” debería ser “secreto”).
5. Los trinitarios son muy abiertos en cuanto al hecho de que la doctrina de la Trinidad es un “misterio” que está más allá de la comprensión humana. Pero con la definición bíblica correcta de “misterio” como “secreto,” e.d., “algo que cualquiera puede entender una vez que ha sido revelado o develado,” uno puede preguntar: “¿De dónde salió la idea de que la Trinidad es misteriosa y más allá de la comprensión?” Ese concepto no se encuentra en ninguna parte de la Escritura. No hay un solo verso desde el Génesis hasta la Revelación que un trinitario pueda presentar para mostrar que un Elohim existe en tres personas y que esto es un misterio más allá de la comprensión humana. Sin embargo ellos continúan diciendo cosas como, “Uno no puede entenderlo porque es un misterio.” Nosotros sostenemos que la razón por la que la Trinidad es un “misterio más allá de la comprensión humana” es que es una invención del hombre y no está realmente en la Biblia en absoluto.
Dana, pp. 167 and 168
Farley, pp. 12-18
Norton, p. 476
Colosenses 2:9
Porque en el Mesías habita toda la plenitud de la Deidad en forma corporal. (NIV)
1. La palabra “Deidad” es una traducción de la palabra griega theotés. En A Greek English Lexicon, por Liddell y Scott, el léxico clásico del idioma griego antiguo, se traduce como “divinidad, naturaleza divina.” Al hacer su caso, Liddell y Scott citan los autores griegos Plutarco y Luciano, y también hacen referencia a que Heliodoro y Atanasio usan la frase dia theoteta = “por razones religiosas.” La palabra griega, que ocurre solo una vez en la Biblia, usada para tratar de construir un caso de modo que signifique “Dios” o “Deidad” (lo cual es un término oscuro en sí mismo) es muy sospechosa ciertamente. Las normas regulares de interpretación de la Escritura dictarían que la manera en que Pablo usó theotes en Colosenses sería la misma manera en la que los Colosenses estaban acostumbrados a oírla en su cultura. No hay ninguna razón para creer que Pablo escribió a los colosenses esperando que ellos “redefinieran” el vocabulario que estaban usando. El Mesías fue lleno de espíritu santo “sin medida,” y Elohim le dio autoridad sobre la tierra para curar, expulsar demonios, perdonar pecados, etc. Así que, hace perfecto sentido que la Escritura diga que el Mesías tuvo la plenitud de la “naturaleza divina” habitando en él. De hecho, lo mismo se dice acerca de cada creyente (2 Ped. 1:4).
2. La palabra “plenitud” demuestra que el verso está hablando de algo de lo cual uno puede tener solamente una parte. No tiene sentido hablar de la “plenitud” de algo que es indivisible. Elohim es indivisible. Nunca leemos acerca de “la plenitud de Elohim el Padre” porque, por definición, Elohim es siempre pleno de su propia naturaleza. Por lo tanto, el verso no está hablando de que el Mesías sea Elohim, sino de que Elohim de alguna manera le proveyó al Mesías una “plenitud.” Los que este verso está diciendo se hizo claro anteriormente en Colosenses: “A Elohim le plació hacer que toda su plenitud habitara en él” (Col. 1:19). Eso es cierto. Juan 3:34 añade una clarificación: “Porque aquel a quien Elohim ha enviado habla las palabras de Elohim, porque Elohim da el espíritu sin límite.”
3. El hecho de que el Mesías tiene “toda la plenitud” de Elohim no lo hace ser Elohim. Efesios 3:19 dice que los creyentes deben ser llenados de “toda la plenitud de Elohim”, y nadie creería que eso hace que cada creyente sea “Dios”.
4. Si él fuera Elohim, no tendría sentido decir que la plenitud de Elohim habitaba en él, porque, siendo Elohim, él siempre tendría la plenitud de Elohim. El hecho de que el Mesías podía tener la plenitud de Elohim habitando en él en realidad muestra que no era Elohim. 2 Pedro 1:4 dice que por medio de las grandes y preciosas promesas nosotros “podemos participar de la naturaleza divina.” Tener una “naturaleza divina” no hace que seamos “Dios”, y no hizo que el Mesías fuera Elohim. La nota sobre 2 Pedro 1:4 en la NIV Study Bible es casi correcta cuando, con referencia a la naturaleza divina, afirma: “Elohim habita en nosotros a través de Su Espíritu Santo” (nosotros diríamos “espíritu santo, con referencia al don de Elohim). De igual modo el Mesías, quien fue lleno de espíritu santo sin límites, tuvo la plenitud de la “divinidad” habitando en él.
5. El contexto es una clave para la apropiada interpretación del verso. Los colosenses habían perdido su enfoque en el Mesías (vea Col. 1:15-20 arriba). Colosenses 2:8 muestra que la gente estaba en peligro de volverse a una “vana y engañosa filosofía” en lugar de estar enfocados en el Mesías. ¿Qué podían ofrecer la filosofía y las tradiciones que no pudiera ofrecer el Mesías? El siguiente verso es un recordatorio de que no hay un lugar mejor para ir por respuestas y por verdad que el Mesías, en quien habita toda la plenitud de Elohim. No hay nada en el contexto aquí que garantice el creer que Pablo está escribiendo acerca de la Trinidad. Él simplemente está diciendo que si uno quiere encontrar a Elohim, mire al Mesías. El Mesías mismo había dicho que él era “el Camino” y “la Verdad,” y que “nadie puede ir al Padre sino a través de mí.”
Dana, Letter #23, pp. 137 and 138
Racovian Catechism, pp. 142-144
Snedeker, p. 450
2 Tesalonisenses 1:12
Rogamos que el nombre de nuestro Maestro Yahoshúa sea glorificado en ustedes, y ustedes en él, según la gracia de nuestro Elohim y el Maestro Yahoshúa el Mesías . (NIV)
1. Algunos trinitarios tratan de forzar este verso para “probar” la Trinidad por medio de lo que se conoce como la Regla de Granville Sharp de la gramática griega. Nosotros hemos mostrado que esa no es una prueba válida de la Trinidad (vea Efesios 5:5, “La Regla de Granville Sharp”).
2. Es fácil establecer en la Escritura que tanto Elohim como Yahoshúa el Mesías otorgan gracia. La frase “la gracia de Elohim” está bien atestiguada, y hay abundancia de versos en el Antiguo y el Nuevo Testamentos que revelan la gracia de Elohim. Que Yahoshúa el Mesías también otorga gracia es obvio en pasajes como 2 Corintios 8:9; Gálatas 1:6; 6:18; Efesios 4:7; Filipenses 4:23, etc. Además, es bien conocido por los saludos al comienzo de las Epístolas que tanto Elohim como Yahoshúa el Mesías envían su gracia y paz a los creyentes. Un ejemplo será suficiente, aunque podríamos ofrecer muchos: “A todos los que están en Roma que son amados por Elohim y llamados a ser santos: Gracia y paz a ustedes de parte de Elohim nuestro Padre y del Maestro Yahoshúa el Mesías ” (Rom. 1:7). Siendo que está tan claro en la Biblia que tanto Elohim como el Mesías nos otorgan gracia, no hay razón para tratar de hacer que ellos dos sean uno mismo, y así eliminar al Padre del verso.
1 Timoteo 3:16
Sin duda, grande es el misterio de la piedad: Él apareció en un cuerpo, fue vindicado por el Espíritu, fue visto por ángeles, fue predicado entre las naciones, fue creído en el mundo, fue recibido en gloria. (NIV)
1. Aunque el verso anterior en la NIV no apoya la Trinidad, hay algunos manuscritos griegos que dicen: “Dios apareció en la carne.” Esa lectura de algunos manuscritos griegos ha pasado a algunas versiones españolas, y la Reina-Valera es una de ellas. Los eruditos trinitarios admiten, sin embargo, que estos textos griegos fueron alterados por escribas en favor de la posición trinitaria. La lectura de los más antiguos y mejores manuscritos no es “Dios” sino más bien “el cual.” Casi todas las versiones modernas tienen el verso como “grande es el misterio de la piedad, el cual fue manifestado en la carne,” o algún equivalente cercano.
2. Con relación al verso anterior, Bruce Metzger escribe:
[“Aquel que”] está apoyado por los más antiguo y mejores unciales… ningún uncial (de primera mano) anterior al siglo ocho o nueve apoya theós; todas las versiones antiguas presuponen hos o ho [“el cual” o “él”]; y ningún escritor patrístico anterior al último tercio del siglo cuatro atestigua la lectura theós. La lectura theós surgió ya sea (a) accidentalmente, o (b) deliberadamente, o para suplir un sustantivo para los siguientes seis verbos [los seis verbos que siguen en el verso], o, con menos probabilidad, para proveer mayor precisión dogmática [e.d., para producir un verso que apoyara más claramente la posición trinitaria].”[29]3. Cuando se traduce apropiadamente, 1 Timoteo 3:16 en realidad argumenta en contra de la Trinidad. “Por confesión común grande es el misterio de la piedad: Él se reveló en la carne, fue vindicado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (NASB). Esta sección de la Escritura presenta hermosamente una descripción de la vida del Mesías, sus logros. Todo armoniza con lo que conocemos del hombre, Yahoshúa el Mesías. Si Yahoshúa fuera Elohim, esta sección de la Escritura habría sido el lugar perfecto para decirlo así. Nosotros esperaríamos ver algunas frases como, “Dios encarnado,” “Dios y Hombre unidos,” “plenamente Dios y plenamente hombre,” etc. Pero nada como eso ocurre. Por el contrario, la sección atestigua lo que creen los no-trinitarios —que el Mesías fue un hombre, engendrado por el Padre Celestial, y que fue recibido arriba en gloria.
Buzzard, pp. 144 and 152
Dana, p. 137
Farley, pp. 69 and 70
Morgridge, pp. 82 and 115
Snedeker, p. 451
1 Timoteo 5:21
Te encomiendo, a la vista de Elohim y el Mesías Yahoshúa y los ángeles electos, que guardes estas instrucciones sin parcialidad, y que no hagas nada por favoritismo. (NIV)
1. Algunos trinitarios tratan de forzar este verso para “probar” la Trinidad por medio de lo que se conoce como la Regla de Granville Sharp de la gramática griega. Nosotros hemos mostrado que esa no es una prueba válida de la Trinidad (vea Efesios 5:5, “La Regla de Granville Sharp”).
2. Es importante leer la Biblia completamente para hallar las claves que ayuden en la interpretación de un verso en cuestión. En este caso, encontramos que era común en la cultura bíblica encomendar a alguien “a la vista de Elohim” (vea la nota # 2 sobre 2 Tim 4:1). Dado ese hecho, y dado que Pablo definitivamente le encomienda algo a Timoteo por Elohim y por Yahoshúa el Mesías en 1 Timoteo 6:13, no hay razón para eliminar a Elohim de este verso por medio de considerar la palabra “Elohim” como una segunda referencia a Yahoshúa el Mesías .
3. Este verso tiene un elemento que es muy difícil de explicar si la Trinidad es verdadera, y hace perfecto sentido si no lo es. Pablo le encomienda algo a Timoteo por Elohim, por el Mesías y por “los ángeles elegidos.” Esto armoniza hermosamente con lo que nosotros enseñamos; e.d., que hay un solo Elohim, y está también el hombre Yahoshúa quien ha sido hecho “Amo y Mesías,” pero no hay ahí ninguna “persona” llamada “el Espíritu Santo.” Si hubiera una Trinidad compuesta de tres “personas” co-iguales, co-eternas, ¿por qué Pablo habría de encargarle algo a Timoteo por los “ángeles elegidos” y dejar al “Espíritu Santo” fuera del cuadro?
1 Timoteo 6:14-16
(14) … que guardes este mandato sin mancha ni arruga hasta la aparición de nuestro Maestro Yahoshúa el Mesías, (15) la cual Elohim producirá en su debido tiempo—Elohim, el bendito y único Gobernante, el Rey de reyes y Señor de señores, (16) el único que es inmortal y que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver. A él sea honor y poder por siempre. Amén. (NIV)
1. Los Trinitarios afirman que como a Elohim se le llama “Rey de reyes y Señor de señores,” igual que como se le llama al Mesías, que el Mesías debe ser Elohim. Sin embargo, simplemente porque el mismo título se usa para dos individuos no significa que son en realidad de algún modo un mismo ser. Antes de que se llegue a alguna conclusión acerca del título, debemos escudriñar toda la Escritura para ver si podemos determinar cómo se usa el título. Una búsqueda cabal revela que la frase “rey de reyes” simplemente significa “el rey mayor”. En Ezrá (Esdras) 7:12, Artajerjes el llamado “el rey de reyes” porque fue el más poderoso rey de ese tiempo. Considere también Ezekiel 26:7: “Porque esto es lo que dice el Soberano YHWH: ‘Del norte voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros, con jinetes y un gran ejército.’” Elohim de nuevo llama a Nabucodonosor “rey de reyes” en Daniel 2:37. Nabucodonosor fue el más poderoso rey de su tiempo, y la Biblia lo llama “rey de reyes.” Así que, la Escritura nos muestra que tener el título “rey de reyes” no hace que una persona sea Elohim. En la Biblia, otros reyes poderosos tuvieron ese título, y nadie negaría que Yahoshúa el Mesías es un poderoso rey y por lo tanto digno de ese título.
2. En las lenguas semíticas, el caso genitivo se usaba a menudo para expresar el hecho de que algo era lo “mejor.” Así, “el rey mayor” era designado como “el rey de reyes”,” etc. Cuando a Daniel se le revela el sueño del rey Nabucodonosor, Nabucodonosor llamó al Elohim de Daniel un “Dios de dioses,” y eso fue mucho antes de que Nabucodonosor supiera mucho acerca del Elohim verdadero. Él simplemente estaba afirmando que por cuanto el Elohim de Daniel podía interpretar sueños tan bien, él era “el mejor Elohim.” Cuando Nóaj habló del futuro de Canaán, predijo que Canaán sería “un siervo de siervos” (Gen. 9:25 – KJV). Nosotros usamos la misma terminología en nuestro español vernáculo para expresar la grandeza de algo: “La venta de las ventas” es la venta más grande, y “el trato de los tratos” es el mejor trato.
3. Cuando se interpreta apropiadamente, 1 Timoteo 6:14-16 es una fuerte refutación de la Trinidad. Desdichadamente, el texto griego ha sido traducido con dos diferentes sentidos. Unas pocas versiones, incluyendo la KJV, hacen que el verso lea como que el Mesías le muestra el Padre al mundo: “Él [Yahoshúa el Mesías ] mostrará quién es el bendito y único Potentado [e.d., Elohim].” La inmensa mayoría de las versiones y la mayoría de los comentaristas, sin embargo, afirman que el verso lee diferente. Ellos testifican que el verso puede ser traducido muy naturalmente para que lea como que Elohim producirá la aparición de nuestro Maestro Yahoshúa el Mesías. Y este es exactamente el testimonio del resto de la Escritura—que vendrá un día cuando Elohim enviará otra vez a Yahoshúa a la tierra (Hechos 3:20). La NASB hace un buen trabajo en traducir el texto griego y mantenerse fiel al significado: “… hasta el aparecimiento de nuestro Maestro Yahoshúa el Mesías, el cual Él producirá en el debido tiempo—Aquel que es el bendito y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; quien único posee inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él sea el honor y el dominio eterno! Amén.”
La NIV presenta el mismo significado pero, al sustituir “Dios” por “Él,” hace el verso un poco más fácil para el lector: “…hasta el aparecimiento de nuestro Maestro Yahoshúa el Mesías, el cual Elohim producirá en su debido tiempo—Elohim, el bendito y único Gobernante, el Rey de reyes y Señor de señores, el único que es inmortal y que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver. A él sea honor y poder por siempre. Amén.”
En ambas versiones, la eulogía final se refiere a Elohim. Elohim solamente es el que es inmortal y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. Esas palabras no pueden referirse al Mesías, quien, aunque ocasionalmente asume algunos de los títulos o atributos de Elohim, no se le puede referir exactamente como morando en luz inaccesible ni como alguien a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
La razón por la que estos versos testifican tan fuertemente contra la Trinidad está clara ahora. Hay claramente dos seres envueltos aquí —“Elohim” y el Mesías. Y de los dos, “Elohim” es el “bendito y único gobernante,” y Él producirá el regreso del Mesías. Si el Mesías fuera Elohim, o una parte igual de un Dios “Triuno”, estos versos no diferenciarían entre “Dios” y el Mesías por medio de llamar a “Dios” el “único gobernante.”
4. A Yahoshúa el Mesías se le ha dado “toda autoridad” por parte de Elohim. Yahoshúa el Mesías es la Cabeza del Cuerpo del Mesías, el que levantará y juzgará a los muertos, y el gobernante de la era venidera. Él es llamado “Rey de reyes y Señor de señores,” y como el vice-regente de Elohim él es ciertamente eso, pero debe notarse el hecho de que de que al Mesías nunca se le da el título, “Dios de dioses.” Ese título está reservado para Elohim solamente, especialmente siendo que el Mesías no está por sobre Elohim. Aun después de su resurrección y en su cuerpo glorificado, él todavía llamó a Elohim, “mi Elohim” (Juan 20:17).
Buzzard, p. 48.
Dana, pp. 15 and 212.
Snedeker, pp. 383 and 452
2 Timoteo 4:1
En la presencia de Elohim y del Mesías Yahoshúa, quien juzgará a vivos y muertos, y en vista de su aparecimiento y su reino, te doy esta encomienda. (NIV)
1. Algunos trinitarios tratan de forzar este verso para “probar” la Trinidad por medio de lo que se conoce como la Regla Granville Sharp de la gramática griega. Ya hemos mostrado que esa no es una prueba válida de la Trinidad (vea Efesios 5:5, “La Regla Granville Sharp”).
2. No hay ninguna razón lógica para que este verso tenga una doble referencia al Mesías por medio de hacer que la palabra “Elohim” se refiera a Yahoshúa el Mesías, eliminado así a “Elohim” (que normalmente se entiende que es el Padre) del verso completamente. Un estudio de la Escritura revela que encomendarle algo a alguien por Elohim era común en tiempos bíblicos. Por ejemplo, el Sumo Sacerdote le encomendó a Yahoshúa “delante de Elohim” que dijera si él era o no el Mesías (Mat. 26:63), y pudieran citarse otros ejemplos. En otro lugar, Pablo le encomendó a Timoteo por ambos, por Elohim y el Mesías: “En la vista de Elohim, quien da vida a todo, y del Mesías Yahoshúa, quien mientras testificaba ante Poncio Pilato hizo la buena confesión, te encomiendo que guardes este mandato sin mancha ni arruga” (1 Tim. 6:13 y 14).
Un estudio de las cartas a Timoteo mostrará que Pablo le encomienda algo a Timoteo tres veces. Las otras dos veces él menciona tanto al Mesías como a Elohim en su encomienda (1Tim. 5:21; 6:13). Por cuanto era una costumbre encomendar algo a las personas delante de Elohim, y por cuanto Pablo le encomienda algo a Timoteo tanto por Elohim como por el Mesías en los otros lugares, es irrazonable que los trinitarios afirmen que la palabra “Elohim” se está refiriendo al Mesías, y que por lo tanto dejen a Elohim fuera del verso totalmente. Es mucho más razonable creer que Pablo es consistente en toda la carta a Timoteo y que él ciertamente le encomienda algo a Timoteo tanto por Elohim como por Yahoshúa el Mesías, el Dúo Dinámico.
Tito 2:13
Mientras aguardamos la bendita esperanza—la gloriosa aparición de nuestro gran Elohim y Salvador, Yahoshúa el Mesías . (NIV)
1. Los eruditos debaten la traducción exacta de este verso, y los dos lados de ese debate se ven las diversas traducciones. Algunos eruditos creen que la palabra “gloria” está usada en un sentido adjetival, y que el verso debe traducirse como lo hemos citado de la NIV. Las versiones que siguen eso son la KJV y la Amplified Version. Muchas otras traducen el verso de manera diferente, tales como Revised Version, American Standard Version, NAS, Moffatt, RSV, NRSV, Douay, New American Bible, NEB, etc.. La NASB es un ejemplo típico. Ésta dice, “…aguardando la bendita esperanza y la aparición de la gloria de nuestro gran Elohim y Salvador, el Mesías Yahoshúa.” La diferencia entre las traducciones se ve inmediatamente. En la NIV, etc., esperamos la “gloriosa aparición” de Elohim, mientras que en la NAS y otras versiones esperamos la “aparición de la gloria” de Elohim nuestro Salvador (este es un uso de “Salvador” donde la palabra se aplica en el contexto a Elohim, no al Mesías. Vea la nota sobre Lucas 1:47), e.d., estamos esperando la “gloria” de Elohim, la cual se dice claramente que es “Yahoshúa el Mesías”. Por supuesto, la gloria vendrá en la aparición, pero la Escritura dice claramente que tanto la gloria del Hijo como la gloria del Padre aparecerán (Lucas 9:26). La palabra de Elohim también enseña que cuando venga el Mesías, vendrá con la gloria del Padre: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre” (Mat. 16:27). Teniendo en mente que lo que se revela en otros lugares en la Biblia sobre cierto evento clarifica lo que se describe en cualquier verso dado, se hace evidente por otros pasajes que se refieren a la venida del Mesías que la Biblia no está tratando de presentar a Elohim y al Mesías como un solo Elohim. En este caso, la gloria de Elohim que estamos esperando es Yahoshúa el Mesías .
2. Se ha dicho que la gramática de Tito 2:13 fuerza la interpretación de que Yahoshúa es Elohim por causa de la Regla gramática de Granville Sharp. Ese no es el caso, sin embargo. La regla de Granville Sharp ha sido exitosamente desafiada, y una extensa crítica de la misma ocurre en este escrito en las notas sobre Efesios 5:5. El punto es que cuando la Escritura se refiere a “nuestro gran Elohim y Salvador Yahoshúa el Mesías ,” puede significar dos seres—tanto el “Gran Elohim,” como el “Salvador,” Yahoshúa el Mesías . El trinitario de gran renombre Henry Alford ofrece un número de razones por las que la gramática del griego no fuerza la interpretación del pasaje de modo que haga que el Mesías sea Elohim.[30]
3. El contexto del verso nos ayuda a entender su significado. El verso está hablando de decirle “no” a la impiedad mientras aguardamos la aparición de Yahoshúa el Mesías, quien es la gloria de Elohim. Su propósito no es exponer la doctrina de la Trinidad de ninguna manera, ni hay razón alguna para suponer que Pablo estaría haciendo aquí una referencia trinitaria. Hace perfecto sentido que la Escritura llame al Mesías “la gloria de Elohim” y que la Biblia nos exhorte a decir “no” a la impiedad a la luz de la venida del Maestro, la cual será seguida inmediatamente por el Juicio (Mat. 25:31-33; Lucas 21:36).
Buzzard, p. 129
Norton, pp. 199-203,305 and 306
Snedeker, pp. 452-457
Hebreos 1:2
Pero en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas, y por medio de quien hizo el universo. (NIV)
1. La palabra griega traducida “universo” (o “mundo” en muchas traducciones) es el plural de la palabra griega aión, y en realidad significa “eras,” “edades”. Hay otras palabras griegas que significan “mundo,” tales como kósmos y oikouméne, y cuando el Diablo tentó a Yahoshúa por medio de mostrarle todos los reinos del “mundo,” se usan esas palabras. Este verso se refiere a las “edades,” no al “mundo.” Vine’s Lexicon tiene, “una edad, un periodo de tiempo, marcado en el uso del N.T. por características espirituales o morales, a veces se traduce ‘mundo;’ la R.V. tiene en el margen ‘edad.’” Bullinger’s Critical Lexicon tiene:
“Aión [edad], de ao, aemi, soplar, respirar. Aión denotaba originalmente la vida que se apresura en el aliento de nuestra respiración, la vida como transitoria; entonces el curso de la vida, el tiempo de la vida, la vida en su forma temporal. Entonces, el espacio de una vida humana, una edad, o generación con respecto a la duración. El tiempo vivido o a ser vivido por los hombres, el tiempo como algo que se mueve, el tiempo histórico así como la eternidad. Aión siempre incluye una referencia a llenar el tiempo”[31]
Siendo que la mayoría de los traductores son trinitarios y piensan que Yahoshúa fue el que hizo los cielos originales y la tierra, ellos traducen “las edades” como “el mundo” en este verso. Pero la real palabra en el texto griego significa “edades,” y debe traducirse de esa manera.
1. Siendo que los versos 1 y 2 dicen que fue “Dios” quien habló a través de los profetas y a través de Su Hijo, queda claro que Elohim es el actor principal y por lo tanto es diferente del Hijo. Estos versos muestran que el Hijo está subordinado a Elohim y, como el “vocero” de Elohim, es comparado con los profetas.
2. El hecho de que Elohim nombró al Hijo para ser “heredero” muestra que Elohim y el Hijo no son iguales. Que el Hijo sea “heredero” significa que hubo un tiempo en el que él no era el dueño. La Biblia fue escrita usando palabras comunes que tienen un significado común y aceptado en el idioma de la época. La doctrina de la Trinidad fuerza estas palabras para que asuman significados “místicos”. Sin embargo no hay evidencia en la Escritura de que el escritor cambió el significado de esas palabras comunes. Nosotros afirmamos que si la Biblia es leída usando los significados comunes de las palabras en el texto, simplemente no hay manera en que se pueda llegar a la doctrina de la Trinidad. La palabra “heredero” es una palabra común y, siendo que la muerte y la herencia son parte de toda cultura, ocurre en todos los idiomas. Cualquier diccionario mostrará que un heredero es uno que hereda, sucede o recibe una propiedad, rango, título o escritura de otro. Por definición, uno no puede ser un heredero si ya es el dueño. Nadie en la historia escribió jamás un testamento que diga: “Mi heredero y el heredero de mi propiedad es … YO!” Si el Mesías es Elohim, entonces no puede ser “heredero.” La única manera en que él puede ser un heredero es no siendo el dueño.
Que el Mesías sea un “heredero” es inconsistente con la doctrina trinitaria, la cual afirma que el Mesías es co-igual y co-eterno con el Padre. Si el Mesías fuera Elohim, entonces fue el dueño todo el tiempo, y entonces no sería el “heredero” en absoluto. Estos versos enseñan que Elohim es el dueño original, y le dará todas las cosas a Su heredero, Yahoshúa el Mesías. Es obvio por la fraseología de estos primeros dos versos que el autor de Hebreos no considera que el Mesías sea Elohim.
3. La entera sección de apertura de Hebreos, usualmente utilizada para mostrar que el Mesías es Elohim, en realidad muestra todo lo contrario. Mayor prueba de esto hay en los versos 3 y 4. Después de que el Mesías se sentó a la diestra de Elohim, “vino a ser muy superior a los ángeles” en cuanto su nombre es superior al de ellos. “Elohim” siempre ha sido superior a los ángeles. Si el Mesías solo sino a ser superior después de su resurrección, entonces no puede ser el Elohim eterno. Es obvio por esta sección de la Escritura que “al Hombre” Mesías Yahoshúa le fue dada toda autoridad y fue hecho Amo y Mesías.
4. Siendo que aionas significa “edades” y no “mundos,” es razonable preguntar en qué sentido Elohim ha hecho las edades a través de Yahoshúa. Primero, debe entenderse que la palabra “hizo” es extremadamente flexible. Es la palabra griega poieo, la cual, tanto sola como en combinación con otras palabras, es traducida en más de 100 diferentes maneras en la NIV, y así tiene una amplia gama de significados. Algunos de las maneras en que se ha traducido poieo son: realizar, actuar, nombrar, son, ser, llevar, comenzar, ser, traer, llevar, causar, comprometido, considerar, hacer, ganar, ejercer, formar, ganar, dar, juzgar, mantener, hacer, obedecer, realizado, preparar, producir, proveer, poner en práctica, alcanzar, pasar, quedarse, tratar, era, ganar, trabajar, escribir, y producir. Aunque la mayoría de las personas leen poieo en Hebreos 1:2 como una referencia a la creación original, no tiene que significar eso en absoluto. El contexto dicta que las “edades” a las que se hace referencia son las edades después de la resurrección del Mesías. En el verso 2, el Mesías vino a ser heredero después de su resurrección. En el verso 3, se sentó luego a la diestra de Elohim después de su resurrección. Los versos 5 y 6 también se refieren a su resurrección. El contexto hace claro que Elohim no estuvo hablando a través de su Hijo en el pasado, sino que ha hablado “en estos últimos días” a través de su Hijo, y “le ha dado forma” a las edades a través de él (La nota #1 sobre Hebreos 1:10 más adelante provee más evidencia de esto.
Broughton and Southgate, pp. 286-298
Hyndman, pp. 123-127
Norton, pp. 194-196
Racovian Catechism, pp. 93 and 94
Snedeker, pp. 457-459
Hebreos 1:8
Pero acerca del Hijo él dice: “Tu trono, oh Elohim, durará por siempre jamás, y la justicia será el cetro de tu reino. (NIV)
1. El idioma español hace una clara distinción entre “Dios” y “dios.” Así, en las Biblias españolas, al Padre celestial se le llama “Dios,” mientras que a las divinidades menores, a las personas con la autoridad de Elohim sobre la tierra y a las personas importantes tales como reyes, se les llama también “dios” (2 Cor. 4:4; Juan 10:34 y 35; Hechos 12:22). Los idiomas hebreo y arameo no pueden hacer la distinción entre “Dios” y “dios.” Siendo que el hebreo y el arameo solo tienen letras mayúsculas, siempre usan “DIOS.” Además, aunque el idioma griego tiene tanto letras mayúsculas como minúsculas como las tiene el español, los antiguos manuscritos griegos no las mezclaban. El estilo de escribir en el tiempo del Nuevo Testamento era hacer manuscritos con todas las letras mayúsculas, así que los manuscritos griegos eran, al igual que el texto hebreo, todos en letras mayúsculas. Los eruditos llaman a esos manuscritos “unciales,” y ese estilo fue popular hasta comienzos del siglo nueve más o menos cuando se desarrolló una escritura más pequeña para los libros.[32]
Siendo que todos los textos estaban con letras mayúsculas, si tradujéramos Génesis 1:1 y 2 como aparece en los manuscritos hebreos, se vería así:
EN EL PRINCIPIO CREÓ Elohim EL CIELO Y LA TIERRA Y LA TIERRA ESTABA SIN FORMA Y VACÍA Y HABÍA OSCURIDAD SOBRE LA SUPERFICIE DE LA PROFUNDIDAD Y EL ESPÍRITU DE Elohim SE MOVÍA SOBRE LAS AGUAS.
Actualmente, los estudiantes de la Biblia deben estar enterados de que tanto en el hebreo antiguo como en los manuscritos griegos no había espacio entre las palabras, no había marcas de puntuación, no había capítulos ni versículos. Los textos originales tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento estaban escritos todos en letras mayúsculas y todas las palabras juntas, y se verían algo así:
ENELPRINCIPIOCREÓELOHIMELCIELOYLATIERRAYLATIERRAESTABASINFORMAYVACIAYHABIAOSCURIDAD
SOBRELASUPERFICIEDELABISMOYELESPÍRITUDEELOHIMSEMOVIASOBRELASUPERFICIEDELASAGUAS.
Por supuesto, toda la Biblia fue escrita a mano exactamente de la misma manera, con cada letra en mayúscula y sin ningún espacio entre ninguna de las palabras. Como puede usted imaginarse, eso hacía muy difícil la lectura, y era costumbre común leer en voz alta, aun cuando se leía para uno mismo, para hacerlo más fácil. Por eso es que Felipe el evangelista pudo oír que el eunuco etiope leía el rollo de Isaías (Hechos 8:30). Tal texto era difícil de leer y prácticamente imposible enseñar de él. Imagínese no poder decir: “Vayan al capítulo 5, verso 15.” Por eso, las divisiones en el texto comenzaron a aparecer bastante temprano. Sin embargo, como los escribas vivían lejos unos de otros, y los manuscritos eran copiados a mano, las divisiones en los diversos manuscritos no eran uniformes. Las primeras divisiones estandarizadas entre los versículos se produjeron alrededor del año 900 E.C., y la moderna división en capítulos se hizo en los años 1200.
Debería ser ya muy claro que simplemente no había manera de distinguir entre “Dios” y “dios” en los textos antiguos, así que eso había que determinarlo a partir del contexto si la palabra “DIOS” se refería al Padre o a algún ser menor. Aunque era usual que la presencia del artículo definido en el texto griego alertaba al lector de que “DIOS” al que se hacía referencia era el Padre, este no era siempre el caso (vea la nota sobre Juan 10:33). Por ejemplo, en 2 Corintios 4:4, la palabra “theós” tiene el artículo definido, pero el verso se refiere al Diablo. El contexto es siempre el juez final de si theós debe traducirse “Dios” o “dios.”
2. Los idiomas semíticos, y tanto el latín como el griego que hablaban los creyentes antiguos, usaban la palabra “Elohim” con un significado más amplio que el que le damos hoy día. “Elohim” era un título descriptivo aplicado a una gama de autoridades, incluyendo grandes personajes, gobernantes y personas que actuaban con la autoridad de Elohim. En Juan 10:33, cuando los judíos desafiaron a Yahoshúa y dijeron que él reclamaba ser “un dios” (mal traducido en la mayoría de las versiones como “Dios”; vea nuestra nota sobre ese verso), él respondió preguntándoles si ellos habían leído en el “Antiguo Testamento” que las personas a quienes les llegó la palabra de Elohim fueron llamadas “ELOHIM” (y usamos aquí todas las letras en mayúsculas porque los más antiguos textos así lo hicieron. Es difícil escapar de la noción moderna de que “Dios” se refiere al Elohim Verdadero y “dios” se refiere a deidades menores).
Cualquier estudio de las palabras para “Elohim” tanto en hebreo como en griego mostrará que se aplicaban a personas tanto como al Creador. Esto es extraño para las personas de habla española porque nosotros usamos “Dios” con referencia solamente al Elohim verdadero, pero tanto el hebreo como el griego usan “Dios” para el creador, para grandes hombres, para otras deidades, para los ángeles y para seres divinos. Es el contexto lo que determina si se refiere al Creador o a una gran persona. Hay actualmente una causa de ocasional desacuerdo entre los traductores, y algunas veces ellos argumentan sobre si “DIOS” se refiere a Elohim, el Padre, o a una persona poderosa o a un representante de Elohim. Un ejemplo de esto ocurre en Éxodo 21:6, que instruye a un amo cuyo siervo quiera servirle de por vida a traer al siervo “ante Elohim.” La KJV, la NIV y muchas otras creen que el dueño del siervo está supuesto a traer el siervo ante las autoridades locales, así que traducen Elohim como “los jueces” (vea también Exo. 22:8 y 9 para más ejemplos). Otros traductores sintieron que al amo se le requería traer el siervo ante Elohim, así que tradujeron Elohim como “Dios.” (por ej., la NRSV) Así que, el verso leerá, “Dios” o “los jueces,” dependiendo de la traducción.
Hebreos 1:8 es como otros versículos en los que simplemente porque se usa la palabra “theós” (“DIOS”) eso no significa que se refiere al Padre. Podría fácilmente referirse a “dios” en el sentido bíblico en que los grandes hombres son llamados “dios.” La Septuaginta usa la palabra theós para Elohim, pero también para hombres en lugares como el Salmo 82 donde se habla de unos hombres representan a Elohim. El contexto debe ser el factor determinante en decidir a quien se refiere la palabra “ELOHIM”. En este caso, en Hebreos que estamos estudiando, el contexto es claro. A través de todo el contexto desde Hebreos 1:1, se ve que el Mesías es menor que Elohim el Padre. Por lo tanto, el uso de “theós” debe traducirse aquí “dios.”
3. El contexto debe determinar si se hace referencia al Mesías como el Ser Supremo o simplemente como un hombre con una gran autoridad, así que debe leerse con mucho cuidado. En este caso, sin embargo, uno no necesita leer mucho para encontrar que el Mesías, llamado “elohim”, él mismo tiene un “Elohim.” El verso siguiente, Hebreos 1:9, dice, “por tanto Elohim, tu Elohim, te ha puesto sobre tus compañeros.” Así que el Mesías no puede ser el supremo Elohim porque el supremo Elohim no tiene un Elohim. Además, el Elohim del Mesías “lo puso” sobre otros y “lo ungió”. Esto hace meridianamente claro que el uso de theós aquí en Hebreos no se está refiriendo a que el Mesías sea el supremo Elohim, sino más bien un hombre con gran autoridad que está bajo la autoridad de otro Elohim. Andrews Norton escribe:
Aquí el contexto prueba que la palabra “Dios” no denota el Ser Supremo, sino que se usa en un sentido inferior. Esto es admitido por algunos de los más respetables críticos trinitarios. Así, el Rev. Dr. Mayer comenta: “Aquí al Hijo se le dirige el título Dios: pero el contexto muestra que es un título oficial que lo designa como rey: él tiene un reino, un trono y un cetro; y en el verso 9 es comparado con otros reyes, a quienes se les llama sus compañeros; pero Dios no puede tener compañeros. Como el Hijo, por lo tanto, él es clasificado con los reyes de la tierra, y su superioridad sobre ellos consiste en esto, en que él es ungido con el aceite de la alegría por sobre ellos; por cuanto los tronos de ellos son temporeros, pero el suyo será eterno.”[33]
4. El verso es una cita del Salmo 45:6,7. Los judíos han leído este verso por siglos y, conociendo la flexibilidad de la palabra “Elohim,” nunca han concluido que el Mesías de alguna manera seria parte de un Elohim Triuno.
5. Debemos notar que el verso en el texto griego puede traducirse como, “Tu trono es Elohim.” Sin embargo, siendo que el verso es una referencia del Antiguo Testamento, y siendo que nosotros creemos que Elohim, el Padre, está llamando ahí a Su Mesías un “dios” (e.d., uno con autoridad divina), no hay necesidad de traducir el verso de otra manera que “Tu trono, oh elohim, es para siempre.”
Broughton and Southgate, pp. 196 and 197
Buzzard, pp. 35
Dana, pp. 205 and 206
Farley, pp. 71 and 72
Morgridge, pp. 110 and 111
Norton, pp. 301 and 302
Snedeker, pp. 459-463
Hebreos 1:10
En el principio, oh Señor, tú estableciste los fundamentos de la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. (NIV)
1. Este verso es una cita del Antiguo Testamento (Sal.102:25), donde se aplica Yahweh, y el autor de Hebreos está levantándolo de los Salmos y aplicándolo a Yahoshúa el Mesías . El sujeto del verso cambia de Yahweh (Antiguo Testamento) a Yahoshúa el Mesías (Nuevo Testamento). Tiene sentido, por lo tanto, que la acción atribuida cambia también. Muchos versos del Antiguo Testamento testifican que Elohim creó los cielos y la tierra originales (Gen. 1:1, etc.) Sin embargo, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos dicen que habrá un cielo Nuevo y una tierra nueva después de esta que estamos actualmente habitando. De hecho, habrá dos más. Primero, el cielo y la tierra del Milenio, los 1000 años que el Mesías gobierna en la, la cual perecerá (Isa. 65:17; Rev. 20:1-10), y después el cielo y la tierra de Revelación 21:1 ss, los cuales existirán para siempre. El contexto revela claramente que Hebreos 1:10 está hablando de estos futuros cielo y tierra. Si simplemente continuamos leyendo en Hebreos, recordando que los textos originales no tienen divisiones de capítulos, la Escritura nos dice, “No es a los ángeles que Él ha sujetado el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando” (Heb. 2:5). Este verso es muy claro. El tema de esta sección de la Escritura no es el actual cielo y tierra, sino el futuro cielo y tierra. El lector debe recordar que la palabra “principio” no tiene que aplicar al principio absoluto del tiempo, sino que más bien al comienzo de algo a lo que se está refiriendo el autor (vea la nota sobre esto en Juan 6:64). Cuando este verso se refiere a la obra del Padre, como es en el Antiguo Testamento, se refiere al principio del entero cielo y tierra. Cuando se aplica al Hijo, se refiere al comienzo de su obra, no al comienzo de toda la creación, como lo hace claro Hebreos 2:5.
2. Aunque nosotros suscribimos la explicación anterior, un número de teólogos leen este verso y lo ven como una referencia al Padre, lo cual es una posibilidad distinta. El verso 10 comienza con la palabra “y” en el texto griego, así que los versos 9 y 10 van unidos. Siendo que el verso 9 termina con, “tu Elohim te ha puesto [al Mesías] sobre tus compañeros al ungirte con el aceite de la alegría,” estos teólogos ven la referencia a “el Señor” en el principio del verso 10 como una referencia retrospectiva al Elohim mencionado último, e.d., el Padre. Norton explica así este punto de vista:
Ahora bien, el Elohim mencionado último era el Elohim del Mesías, quien lo había ungido; y el autor [del libro de Hebreos], dirigiéndose a este Elohim, irrumpe en la celebración de su poder, y especialmente su inalterable duración; en la que se explaya para probar la estabilidad del reino del Hijo … e.d., tú [Dios] que le ha prometido tal trono, eres el que estableció el fundamento de la tierra. Así que parece que lo que se hace aquí es una declaración de la inmutabilidad de Elohim, para afirmar la durabilidad del reino del Mesías, antes mencionado; y debe ser así porque este pasaje se había utilizado originalmente para ese mismo propósito en el Salmo 102, viz. [El autor usa la KJV] Para inferir de ahí esta conclusión, “Los hijos de tus siervos continuarán, y la simiente de ellos será establecida delante de ti. De manera semejante, se prueba aquí que el trono del Hijo debe ser establecido Por siempre jamás, por el mismo argumento, viz., por la inmutabilidad de Elohim.”[34]
Los teólogos como Norton dicen que como se usa en el Antiguo Testamento, el verso muestra que el Elohim inmutable puede ciertamente cumplir sus promesas, y lo ven usado en exactamente la misma manera en Hebreos: siendo que Elohim creó el cielo y la tierra, y siendo que él no pasará, él es capaz de prometer un reino eterno a Su Hijo.
Autores que creen que este verso se refiere al Hijo son:
Broughton and Southgate, pp. 289-295
Buzzard, pp. 161 and 162
Racovian Catechism, pp. 95-105
Autores que creen que este verso aplica al Padre son:
Hyndman, p. 137
Morgridge, p. 122
Norton, p. 214
Hebreos 2:16
Porque verdaderamente él no tomó sobre sí la naturaleza de ángeles; sino que tomó sobre sí la simiente de Abraham. (KJV)
1. Este verso es usado ocasionalmente para probar la Trinidad, pero si se usa así, es sólo porque no se ha reconocido una traducción errónea. Cualquier estudiante de la Biblia debería saber que las palabras en la KJV que están en itálicas fueron añadidas por los traductores. Los traductores querían que los lectores supieran qué está en el texto griego y qué no está, así que bondadosamente pusieron las palabras que añadieron en escritura itálica. Eso es mucho más honesto que algunas versiones que añaden toda clase de cosas sin darle al lector una idea de ello. Sin las itálicas, el verso en español viene a ser una especie de enigma, porque no está claro cómo fue que el Mesías no “tomó sobre sí” una naturaleza de ángeles, sino que “tomó sobre sí” la simiente de Abraham. La solución está en la traducción del texto griego, y las versiones modernas (incluyendo la Nueva King James) logran el sentido muy bellamente: “Porque ciertamente no es a los ángeles que él ayuda, sino a los descendientes de Abraham” (NIV). “Porque ciertamente no es de los ángeles que él se ocupa, sino de los descendientes de Abraham” (RSV).
2. Correctamente traducido y leído en su contexto, este verso presenta hermosamente cómo el hombre, Yahoshúa el Mesías, nos “ayuda”. Él fue humano como lo somos nosotros, un cordero del rebaño, y sin mancha ni defecto, así que él pudo cumplir el propósito de Elohim por medio de ser el perfecto sacrificio y así expiar por nuestros pecados. Esto nos permite estar totalmente libres de temor a la muerte porque el Mesías nos mostró que la muerte no es permanente para los que creen en él. Elohim puede levantarnos de los muertos, y así lo hará. Y, por cuanto él fue como nosotros en todo, “él es capaz de ayudar a los que son tentados.” Siendo que en el contexto está muy claro que Yahoshúa era “como sus hermanos en todo” (v. 17), no puede haber una referencia a la Trinidad en este verso. Si la Trinidad es correcta y Yahoshúa tuvo tanto una naturaleza eterna como una naturaleza humana, difícilmente es como nosotros “en todo.”
Hebreos 4:8
Porque si Josué les hubiera dado reposo, Elohim no habría hablado más tarde de otro día. (NIV)
Como está traducido ahí, este verso no apoya la posición trinitaria en absoluto. En algunas versiones, el nombre “Josué” fue erróneamente traducido como “Jesús,” que lo hace sonar como si Yahoshúa estuvo actuando en el Antiguo Testamento. Los nombres “Jesús” o “Yahoshúa” y “Josué” son el mismo nombre en hebreo y en griego, y los traductores de la KJV, por ejemplo, confundieron los nombres. Esto es fácilmente discernible al leer el contexto, y todas las versiones modernas que conocemos, incluyendo la New King James Version (NKJV), tiene el nombre “Josué” en el verso, corrigiendo el concepto erróneo de que de algún modo “Yahoshúa” [el Mesías] dirigió a los israelitas a cruzar el Jordán hacia Canaán (vea las notas sobre Hechos 7:45).
Hebreos 7:3
Sin Padre o madre, son genealogía, sin principio de días ni final de vida, como el Hijo de Elohim, él [Melkizedek] permanece sacerdote para siempre. (NIV)
1. Hay algunos trinitarios que enseñan que Melkizedek era en realidad Yahoshúa el Mesías porque este verso dice que él era sin Padre ni madre, sin principio de días ni final de vida, etc. Pero este no puede ser el caso, y fallan en captar el punto de toda esta sección de la Escritura. Conociendo el Antiguo Testamento, específicamente la Toráh de Moisés, y luego conociendo sobre la genealogía de Yahoshúa, los judíos no podían creer que Yahoshúa podía ser un sumo sacerdote. La Ley de Yahweh demanda que los sacerdotes sean descendientes de Aharón y de la tribu de Leví. Por supuesto, Yahoshúa el Mesías vino de la tribu de Judah. Este “problema” en realidad se presenta en el mismo libro de Hebreos: “Porque está claro que nuestro Maestro descendió de Judah, y en relación con esa tribu Moisés no dijo nada acerca de sacerdotes” (vs. 14).
¿Cuál es la solución a este problema? Esta sección de Hebreos muestra que si Melkizedek puede ser un sacerdote reconocido por el gran patriarca Abraham, y no tenía genealogía sacerdotal, entonces el Mesías puede ser un sacerdote aun cuando no tenga genealogía sacerdotal. Los judíos estaban muy al tanto de las “calificaciones” para el sacerdocio, y si alguien reclamaba ser un sacerdote pero no podía presentar la requerida genealogía, era descalificado (vea Ezra 2:62). Así que, cuando este verso dice que Melkizedek no tenía genealogía ni principio ni fin de días, los judíos entendieron que quería decir que no venía de una línea de sacerdotes. Ellos nunca pensaron, ni habrían creído, que él no tuvo padre ni madre ni nacimiento ni muerte. Ellos entendieron que si Melkizedek pudo ser un sacerdote para Abraham sin ser descendiente de Aharón, el primer sacerdote, entonces Yahoshúa el Mesías podía serlo también.
2. Yahoshúa el Mesías no puede ser Melkizedek. Hebreos 7:3 dice que Melkizedek era sin Padre ni madre y sin genealogía (e.d., sin una que se registre en la Escritura). Sin embargo, Yahoshúa tiene un Padre, Elohim, y una madre, María. Él también tuvo una genealogía, de hecho, dos —una en Mateo y una en Lucas. Además, este verso dice que Melkizedek era “como el Hijo de Elohim.” Si él fue “como el Hijo, entonces no podía “ser” el Hijo de Elohim.
Buzzard, p. 35
Snedeker, p. 464
Hebreos 13:8
Yahoshúa el Mesías es el mismo ayer, hoy y para siempre. (NIV)
1. No hay nada en el contexto que garantice creer que este verso tiene algo que ver con una “pluralidad de personas,” “una sustancia en la Deidad” o con cualquier concepto trinitario. Los versos alrededor del verso 8 les dicen a los creyentes que no se dejen engañar por nuevas doctrinas extrañas. El verso precedente dice que “recuerden” a los líderes y lo “imiten”. El verso justamente después de este dice: “No sean llevados por toda clase de enseñanzas extrañas.” El contexto hace obvia la intención del verso. Los creyentes estaban siendo extraviados por nuevas enseñanzas, y el autor de Hebreos les estaba recordando que Yahoshúa el Mesías no cambia. La verdad acerca de él ayer es la misma ahora y lo será en el futuro.
2. Aunque algunas personas tratan de usar este verso como si dijera que Yahoshúa el Mesías ha existido desde la eternidad pasada, la misma fraseología muestra que ese no es el caso. Un estudio de la palabra “ayer” en la Escritura muestra que se refiere a algo que sucedió sólo poco antes. Tratar de hacer que este verso diga que el Mesías ha existido siempre es estirar la gramática más allá de sus límites.
3. Se ha reconocido ampliamente por los teólogos que muchos trasfondos de este verso se refieren al hecho de que la verdad del Mesías no cambia. Morgridge escribe: “Este pasaje se refiere no a la naturaleza, sino a la doctrina del Mesías. Con esta exposición concuerdan Adam y Samuel Clark, Calvino, Newcome, Whitby, Le Clerk, y la mayoría de los expositores.”
Morgridge, p. 123
Norton, p. 269
1 Pedro 1:11
Escudriñando cuál, o qué manera de tiempo significaba el espíritu del Mesías que estaba en ellos, cuando testificó de antemano los sufrimientos del Mesías, y la gloria que seguiría. (KJV)
El hecho de que este verso dice que el “espíritu del Mesías” estaba sobre las personas en el Antiguo Testamento ha causado que algunas personas crean que el Mesías mismo estaba presente en el Antiguo Testamento. Pero, como veremos, ese no es el caso. En primer lugar, la frase el “espíritu del Mesías” nunca aparece en el Antiguo Testamento. El “espíritu de Yahweh” o “el espíritu de Elohim” aparece una y otra vez, pero nunca el “espíritu del Mesías.”
El espíritu que Elohim puso sobre la gente asume diferentes nombres según se refiere a diferentes funciones. Esto puede probarse abundantemente. Sin embargo, el espíritu es el mismo. Elohim siempre da Su espíritu, y luego es nombrado a medida que éste funciona. Cuando va asociado con sabiduría, se le llama “espíritu de sabiduría” (Ex. 28:3; Deut. 34:9; Efe. 1:17). Cuando va asociado con gracia, se le llama el “espíritu de gracia” (Zac.12:10; Heb. 10:29). Cuando va relacionado con gloria, se le llama el “espíritu de gloria” (1 Ped. 4:14). Se le llama el “espíritu de adopción” cuando va asociado con nuestra vida eterna (Rom. 8:15, donde se traduce como “espíritu de adopción” en algunas versiones). Se le llama “el espíritu de la verdad” cuando se asocia con la verdad que aprendemos por revelación (Juan 14:17; 16:13). Cuando viene con el mismo poder que movió a Eliyah, se le llama “el espíritu de Eliyah” (2 Reyes 2:15). No hay diferentes espíritus. Todos los nombres se refieren al único don del espíritu santo que da Elohim. Efesios 4:4 afirma claramente que hay “un solo espíritu,” y ese espíritu es el don de Elohim del espíritu santo dado a algunas personas en el Antiguo Testamento y a todos los creyentes hoy día.
Cuando Pedro menciona que “el espíritu del Mesías” estaba sobre los profetas cuando “predecían los sufrimientos del Mesías y la gloria que seguiría,” es fácil ver que al espíritu se le llama “el espíritu del Mesías” porque está asociado con el Mesías y predijo del Mesías, no porque el Mesías estuvo literalmente manifestado dentro de los profetas en el Antiguo Testamento.
Racovian Catechism, pp. 146-148
2 Pedro 1:1b
A quienes mediante la justicia de nuestro Elohim y Salvador Yahoshúa el Mesías han recibido una fe tan preciosa como la nuestra: (NIV)
1. Algunos trinitarios tratan de forzar este verso para “probar” la Trinidad por medio de lo que se conoce como la Regla Granville Sharp de la gramática griega. Hemos mostrado que ese no es un método válido para demostrar la Trinidad (vea Efesios 5:5, “La Regla de Granville Sharp”).
2. Este verso generalmente se traduce de dos maneras: “Nuestro Elohim y Salvador Yahoshúa el Mesías ” (Revised Version, RSV, NIV, etc.) y “Elohim y nuestro Salvador Yahoshúa el Mesías (KJV). Aunque es posible que la palabra “Dios” (griego = theós) se utilice aquí en un sentido menor, e.d., de un hombre con autoridad divina (vea Hebreos 1:8 arriba), es más probable que se esté refiriendo al Elohim verdadero como distinto a Yahoshúa el Mesías. Esta es ciertamente la manera en que nos dirige el contexto, porque el verso siguiente habla de ellos separadamente.
Alford reconoce que se hace referencia a dos seres en el verso y escribe, “Indudablemente, como en Tito 2:13, en propiedad gramática estricta, tanto “Elohim” como “Salvador” serían predicados de Yahoshúa el Mesías. Pero aquí como allá, se interponen unas consideraciones, que parece eliminar la traducción estrictamente gramática del rango de significados probables”[35]
3. No hay absolutamente ninguna razón para forzar este verso para hacer que Yahoshúa el Mesías sea Elohim. Es el verso de apertura de la epístola, y una lectura de todas las epístolas mostrará que es costumbre en el Nuevo Testamento introducir tanto a Elohim como al Mesías al comienzo de cada una. Además, es mediante la justicia tanto de Elohim como del Mesías que hemos recibido nuestra preciosa fe. Fue mediante Elohim en el sentido de que fue él quien diseñó el plan de salvación y fue justo en su manera de hacerlo disponible para nosotros. Fue mediante el Mesías en el sentido de que mediante su vida justa él llevó a cabo el plan de modo que nosotros podamos tener lo que ahora tenemos. Tanto Elohim como Mesías tenían que ser justos para que nosotros pudiéramos disfrutar nuestro actual estatus en la fe, y nosotros pensamos que la evidencia es conclusiva de que ambos están presentes en el verso.
Broughton and Southgate, p. 202
Buzzard, p. 129
1 Juan 3:16
En esto sabemos lo que es el amor: en que Yahoshúa el Mesías puso su vida por nosotros. Y nosotros debemos poner nuestras vidas por nuestros hermanos (NIV).
No hay ninguna inferencia trinitaria en el verso anterior ni en 1 Juan 3:16 como se ha traducido en la mayoría de las versiones. Sin embargo, la King James Version lee como si “Elohim” hubiera puesto su vida por nosotros. Dice: “en esto percibimos el amor de Elohim, porque él puso su vida por nosotros: y nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” El problema se ha causado por una mala traducción. Sin embargo, el lector informado verá la solución, aun en el mismo texto de la KJV. En la KJV, las palabras en itálicas fueron añadidas por los traductores. En este caso, los traductores añadieron la frase “de Dios,” y así causaron la dificultad.
1 Juan 5:7 y 8
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno (KJV).
1. Algunas versiones españolas tienen una traducción más corta de 1 Juan 5:7 y 8 que la de la KJV citada arriba. La King James Version tiene palabras que apoyan a la Trinidad que la mayoría de las versiones modernas no tienen. ¿Cómo puede ser esto? La razón de que haya diferentes traducciones de este verso es que algunos textos griegos contienen una adición que no era original, y esa adición puesta en algunas versiones españolas, como la Reina Valera (las palabras añadidas a algunos textos griegos están subrayadas en la cita anterior). La nota en la Biblia de Estudio NIV, la cual es bien conocida por su ardiente creencia en la Trinidad, dice, “La adición no se encuentra en ningún manuscrito griego ni en ninguna traducción anterior al siglo 16.”
La mayoría de las versiones modernas son traducidas de los textos griegos sin la adición. Citamos ahora de la NIV: “Porque hay tres que testifican: el Espíritu, el agua y la sangre; y los tres están de acuerdo.” Nosotros estamos de acuerdo con los eruditos textuales y concluimos a partir de la evidencia de los textos griegos de que la afirmación de que el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo son “uno” fue añadida por los hombres a la palabra de Elohim, y por lo tanto no tienen ningún peso de verdad.
Hay muchos eruditos trinitarios que admiten libremente que el texto griego del que fue traducida la KJV fue ajustado en este verso para apoyar la Trinidad. El erudito griego A. T. Robertson, autor de la obra sin paralelo, A Grammar of the Greek New Testament in Light of Historical Research, y la obra multi-volumen Word Pictures in the New Testament, escribe:
En este punto [1 Juan 5:7] la Vulgata Latina presenta las palabras en el Textus Receptus, que no se encuentran en ningún manuscrito griego excepto en dos cursivos tardíos (162 en la Biblioteca del Vaticano del siglo quince, [No.] 34 del siglo dieciséis e Trinity College, Dublin). Jerónimo no lo tenía. Erasmo no lo tenía en su primera edición, pero a duras penas difirió insertarlo si un solo manuscrito griego lo tenía, y 34 fueron producidos con la inserción, como mandados a hacer. Algún escriba latino captó la exégesis de Cipriano y lo escribió en el margen de su texto, y así vino a parar en la Vulgata y finalmente en el Textus Receptus por la estupidez de Erasmo.”[36]
Robertson muestra que esta adición se introdujo en el texto. Era una nota marginal. Siendo que todos los textos eran copiados a mano, cuando un escriba que copiaba un texto, accidentalmente dejaba fuera de su copia una palabra u oración, la ponía luego en el margen con la esperanza de que el próximo escriba la copiara de nuevo dentro del texto. Desdichadamente, los escribas ocasionalmente no hacían la distinción entre lo que había dejado fuera de la última copia un escriba anterior y había escrito en el margen, y las notas marginales que otro escriba había escrito en el margen para ayudarle a entender el texto. Por lo tanto, algunas notas marginales llegaron a copiarse dentro del texto como Escritura sagrada. Usualmente estas adiciones son fáciles de detectar porque el texto “nuevo” difiere de todos los otros textos. Sin embargo, hay algunas veces en las que la gente adora su teología más que al original inspirado de Elohim, y pelean en favor de la adición de hechura humana como si esta fuera la lectura original de las palabras de Elohim. Este ha sido el caso con 1 Juan 5:7 y 8, y aplaudimos la honestidad de los traductores de las versiones modernas que la han dejado fuera de sus traducciones.
El famoso erudito textual, F. F. Bruce, ni siquiera menciona la adición en su comentario sobre 1 Juan (Las Epístolas de Juan). El International Critical Commentary no la menciona tampoco. El comentador conservador R. C. H. Lenski, en su comentario en 12 volúmenes sobre el Nuevo Testamento, solamente menciona que es apropiado dejar fuera la adición. Él escribe: “La R. V. [Revised Version] está en lo correcto en ni siquiera mencionar en el margen la interpolación que se encuentra en la A.V. [KJV].” Henry Alford, autor del The Greek Testament, un Nuevo Testamento griego con extensas notas críticas y comentarios, escribe:
…OMITIDO POR TODOS LOS MANUSCRITOS GRIEGOS previos al comienzo del siglo 16;
TODOS LOS PADRES GRIEGOS (aun cuando producían textos en apoyo de la doctrina de la Santa Trinidad: como p.e., por [nombres abreviados de los “Padres de la Iglesia”] Clem Iren Hipp Dion Ath Did Bas Naz Nys Ephih Caes Chr Procl Andr Damasc (EC Thl Euthym);
TODAS LAS VERSIONES ANTIGUAS (incluyendo la Vulgata (como provino de Jerónimo, véase abajo) y (aunque interpoladas en las ediciones modernas, la Siríaca;
Y MUCHOS PADRES LATINOS (viz. Novat Hil Lucif Ambr Faustin Leo Jer Aug Hesych Bede) [el énfasis es suyo].[37]
2. Con la adición espuria eliminada, es claro que no hay ninguna referencia a la Trinidad en 1 Juan 5:7 y 8. El contexto está hablando de creen que Yahoshúa es el Hijo de Elohim (v. 5 y 10). Hay tres cosas que testifican que Yahoshúa es el Hijo de Elohim: el espíritu que Yahoshúa recibió en su bautismo, el agua de su bautismo y la sangre que derramó.
La Escritura dice, “Nosotros aceptamos el testimonio del hombre, pero el testimonio de Elohim es mayor porque es el testimonio que Elohim ha dado acera de Su Hijo” (v. 9). ¡Este verso es muy verdadero! Cuán a menudo la gente acepta el testimonio del hombre y cree lo que dice el hombre, pero no creen lo que dice Elohim. Necesitamos aceptar el testimonio que Elohim nos ha dado acerca de su Hijo, y que concuerda con el testimonio del espíritu, del agua y de la sangre, de que Yahoshúa el Mesías es el Hijo de Elohim.
Farley, pp. 28-33
Morgridge, pp. 70-87
Sir Isaac Newton, “An Historical Account of Two Notable Corruptions of Scrpture,” reimpreso en 1841 (John Green, 121 Newgate Street, Londres), pp. 1-58.
Norton, pp. 185 and 186
Racovian Catechism, pp. 39-42
Snedeker, pp. 118-120
1 Juan 5:20
Y sabemos que el Hijo de Elohim ha venido, y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos al que es verdadero, y estamos en el que es verdadero, es decir en su Hijo Yahoshúa el Mesías. Este es el verdadero Elohim, y la vida eterna. (KJV)
1. Muchos trinitarios reclaman que la oración final de este verso, “éste es el Elohim verdadero,” se refiere a Yahoshúa el Mesías, ya que el sustantivo más cercano a la palabra “Éste” es “Yahoshúa el Mesías”. Sin embargo, siendo que se hace referencia tanto a Elohim como a Yahoshúa en la primera oración del pasaje, la oración final puede referirse a cualquiera de los dos. La palabra “éste,” con la que comienza la última oración, es hoútos, y un estudio de ella mostrará que el contexto, y no el sustantivo más cercano, es el que debe determinar a quién se refiere la palabra “éste”. La Biblia provee ejemplos de esto, y uno bueno está en Hechos 7:18 19 (KJV): “Hasta que se levantó otro rey, que no conocía a José. Éste (hoútos) trató vilmente con nuestra raza …, y maltrató a nuestros Padres, de modo que arrojaron a sus niños, con el fin de que no vivieran.” Está claro en este ejemplo que la palabra “éste” (hoútos) no pude referirse a José, aun cuando José es el sustantivo más cercano. Se refiere al otro rey que se menciona anteriormente en el verso, aun cuando ese rey malvado no es el sustantivo más cercano.
Si fuera cierto que los pronombres siempre se refieren al sustantivo más cercano, eso resultaría en serios problemas teológicos. Un ejemplo es Hechos 4:10 y 11: “Séales conocido a todos ustedes, y a todo el pueblo de Israel, que por el nombre de Yahoshúa el Mesías de Nazaret, a quien ustedes crucificaron, a quien Elohim levantó de lo muertos, es decir por medio de él este hombre está aquí delante de ustedes sano. Este [hoútos] es la piedra que fue rechazada por sus edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo” (KJV). Si la palabra “éste” en la última oración se refiere al sustantivo o pronombre más cercano, entonces el hombre que fue sanado es en realidad la piedra rechazada por los edificadores la cual ha venido a ser cabeza del ángulo, e.d., el Mesías. Por supuesto que eso no es verdad.
Y un ejemplo aun más problemático para los que no reconocen que es el contexto, y no la posición del sustantivo o del pronombre, lo que es la clave más vital en determinar el significado apropiado, es 2 Juan 1:7: “Porque muchos engañadores han entrado en el mundo, que no confiesan que Yahoshúa el Mesías ha venido en la carne. Éste es el engañador y el antiMesías” (KJV). La estructura de este verso es un paralelo estrecho de la estructura del verso que estamos estudiando. Si uno insiste en que la frase final de 1 Juan 5:20 se refiere a Yahoshúa porque él es el sustantivo más cercanamente asociado, entonces la misma persona va a ser forzada por su propia lógica a insistir en que Yahoshúa es un engañador y un antiMesías, lo cual por supuesto es un absurdo. Así que concluimos que, aunque la última frase de 1 Juan 5:20 pudiera referirse a Yahoshúa el Mesías, puede igualmente referirse a Elohim, quien aparece en la frase “el Hijo de Elohim” y, vía el pronombre posesivo la palabra “su,” en la frase “su Hijo Yahoshúa.” Al cuál de los dos se refiere debe ser determinado por medio de estudiar las palabras en el verso y el contexto más remoto.
2. Una vez está claro que la última oración en el verso puede referirse lo mismo a Yahoshúa que a Elohim, hay que determinar a cuál de los dos está describiendo. El contexto inmediato y el contexto más remoto determinarán a quién aplica la frase “el Elohim verdadero”. El resultado de ese examen es que la frase “el Elohim verdadero” se emplea cuatro veces en la Biblia aparte de aquí: 2 Crónicas 15:3; Jeremías 10:10; Juan 17:3 y 1 Tesalonisenses 1:9. En todos estos cuatro lugares, el “Elohim verdadero” se refiere al Padre y no al Hijo. Especialmente relevante es Juan 17:3, que es la oración de Yahoshúa a Elohim. En esa oración, Yahoshúa llama a Elohim “el único Elohim verdadero.” Estos ejemplos se hacen más poderosos por la consideración de que 1 Juan es una epístola tardía, y así los lectores de la Biblia estaban ya acostumbrados a que el Padre fuera llamado “el Elohim verdadero.” Añada a eso el hecho de que Juan es el escritor tanto del Evangelio de Juan como de las Epístolas de Juan, y lo más probable sería que usara la frase de la misma manera. Así que, hay todas las razones del mundo para creer que el “Elohim verdadero” de 1 Juan 5:20 es el Padre celestial, y no hay precedente para creer que se refiere al Hijo.
3. Por medio de estudiar el contexto inmediato, aprendemos que este mismo verso menciona a “aquel que es verdadero” dos veces, y ambas veces se refiere al Padre. Siendo que el verso se refiere dos veces al Padre como “aquel que es verdadero,” ese es un fuerte argumento de que “el Elohim verdadero” en la última parte del verso es el mismo ser.
4. No todos los trinitarios creen que la última oración en el verso se refiere al Hijo. Un estudio de los comentadores del verso mostrará que un número considerable de eruditos trinitarios dicen que esta frase se refiere al Padre. Norton y Farley dan cada uno una lista de tales eruditos. En su comentario sobre 1 Juan, Lenski escribe que aunque la explicación oficial de la Iglesia es hacer que la oración se refiera al Hijo:
Esta exégesis de la Iglesia es considerada como un error por un número de comentadores que creen en la plena deidad de Yahoshúa como se revela en la Escritura pero se sienten convencidos de que esa cláusula hoútos habla del Padre y no de Su Hijo.”[38]
Buzzard, pp. 137 and 138
Farley, pp. 72-75
Norton, pp. 196-199
Racovian Catechism, pp. 78-89
Snedeker, pp. 466-468
Judas 4
Porque ciertos hombres cuya condenación está escrita desde hace mucho se han infiltrado secretamente entre ustedes. Son hombres impíos, que convirtieron la gracia de nuestro Elohim en una licencia para la inmoralidad y niegan a Yahoshúa el Mesías nuestro único Soberano y Amo (NIV).
1. Como está escrito arriba y en la mayoría de las demás versiones, la doctrina de la Trinidad no está afirmada ni implicada en este verso de ningún modo.
2. Sin embargo, hay unos pocos textos que añaden la frase “el único Señor Elohim” en estrecha proximidad a “Yahoshúa el Mesías”, y esto ha causado que algunos trinitarios fuercen este verso para que sea una prueba de la Trinidad por medio de usar la gramática y la Regla Granville Sharp. Eso se queda corto en dos respectos. Primero, la Regla Granville Sharp no puede demostrarse que “pruebe” la Trinidad (vea la extensa nota sobre Efe. 5:5). Segundo, que la investigación textual moderna ha demostrado que la palabra “Dios” en la frase “el único Señor Dios” no estaba en el texto original, sino que fue añadida a medida que pasaban los siglos. Los críticos textuales y traductores reconocen ese hecho y así las traducciones modernas leen de maneras similares a la NASB (“nuestro único Amo y Señor, Yahoshúa el Mesías ”).
Revelación 1:8
“Yo soy el Alfa y la Omega,” dice el Señor Dios, “que es, y que era, y que ha de venir, el todopoderoso.” (NIV)
1. Estas palabras aplican a Elohim, al Padre, no al Mesías. El “que es, y que era y que ha de venir” está claramente identificado por el contexto. Revelación 1:4 y 5 dice: “Gracia y paz a ustedes de parte del que es, y que era, y que ha de venir, y de parte de los siete espíritus delante de su trono, Y de parte de Yahoshúa el Mesías, quien es el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el gobernante de los reyes de la tierra.” La separación entre “el que era y que es y que ha de venir” y el Mesías puede verse claramente aquí. El “que es y que era y que ha de venir” es Elohim, el Padre.
2. Este verso se hace un poco más ambiguo en la KJV porque la palabra “Dios” ahí se dejó fuera del texto griego del que se tradujo la KJV. Sin embargo, la investigación textual moderna demuestra concluyentemente que debe ser incluida, y la mayoría de las versiones modernas incluyen la palabra “Dios.”
3. A causa de la frase “el Alfa y la Omega”, muchos piensan que este verso se refiere al Mesías. Sin embargo, un estudio de las veces que ocurre la frase indica que el título “Alfa y Omega” se aplica tanto a Elohim como al Mesías. Los eruditos no están completamente seguros de los que significa la frase “el Alfa y la Omega”. No puede ser estrictamente literal, porque ni Elohim ni el Mesías son una letra griega. Lenski concluye: “Es infructuoso investigar la literatura judía y pagana en busca de la fuente de algo que se asemeje a este nombre Alfa y Omega. En ninguna parte se le llama a una persona, y mucho menos a una persona divina, ‘Alfa y Omega,’ o en hebreo, ‘Alef y Tau.’”[39]
Aunque no hay evidencia en las Fuentes históricas de que a alguien se le haya llamado “el Alfa y la Omega,” Bullinger dice que la frase “es un hebraísmo, en uso común entre los comentadores judíos antiguos para designar la totalidad de algo de principio a fin; e.d., ‘Adam transgredió toda la ley de la Alef a la Tau’ (Jalk. Reub., fol. 17.4)”[40] Las mejores mentes eruditas han concluido que la frase tiene algo que ver con comenzar y terminar algo, o con la totalidad de algo. Norton escribe que estas palabras, “denotan el certero cumplimiento de sus propósitos; que lo que ha comenzado él lo llevará a su consumación” (pp. 479 y 480).
Siendo que tanto Elohim como Yahoshúa el Mesías son el “el Alfa y la Omega” en sus propios modos respectivos, hay buena razón para creer que el título puede aplicarse a ambos, y no hay ninguna buena razón para hacer que ambos sean “un mismo Elohim.” Los títulos “Señor” (vea Rom. 10:9 arriba), “Salvador” (vea Lucas 1:47 arriba) y “rey de reyes (vea 1 Tim. 6:14-16 arriba) aplican tanto a Elohim como al Mesías, así como a otros hombres. Al igual que “Señor”, “Salvador” y “Rey de reyes”, este título les pertenece a ambos. Elohim es verdaderamente el principio y el fin de todas las cosas, mientras que el Mesías es el principio y el fin porque él es el primer nacido de los muertos, el Autor y Perfeccionador de la fe, el Hombre por medio quien Elohim juzgará al mundo, y el creador de las nuevas edades por venir (vea Heb. 1:10 arriba).
[Particularmente, yo (Yosef) tengo otra manera de explicar lo anterior: El Padre es el Primero y el Último porque nunca hubo antes de él ni habrá después de él otro ser igual a él. Luego el Padre produjo a Su Hijo (Prov. 8:22), el cual es el único ser producido directamente por el Padre, pues el resto del universo el Padre lo hizo por medio de, a través de su Hijo. Por lo tanto no hay tampoco en el universo otro ser igual a ese Hijo, producido directamente por el Padre, y por eso el Hijo también es el primero y el último, es decir el único en su especie, por así decirlo. Cada uno de ellos es “el único en su especie”, por lo tanto el título “el primero y el último” se aplica apropiadamente a ambos por igual.]Hyndman, pp. 93-95
Norton, pp. 479 and 480
Snedeker, pp. 385-389
Revelación 1:11
Escribe en un rollo lo que ves y envíalo a las siete Congregaciones: a Éfeso, Smirna, Pergamo, Tuatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. (NIV)
Algunos textos de la tradición occidental añaden las palabras, “Yo soy el Alfa y la Omega” a este verso, pero los eruditos textuales concuerdan en que la frase es una adición al texto, y así versiones como la NIV, NASB, etc., no tienen la adición. (Vea las notas sobre Rev. 1:8).
Revelación 1:13-15
(13) Y en el medio de los candelabros uno como un hijo de hombre, vestido de una túnica que le llegaba hasta los pies, y ceñido por su pecho con un cinto de oro. (14) Y su cabeza y su cabello eran blancos como lana blanca, como nieve; y sus ojos eran como una llama de fuego; (15) Y sus pies eran como bronce pulido, cuando se ha hecho brillar en un horno, y su voz era como el sonido de muchas aguas. (NASB)
1. Muchos teólogos han notado las semejanzas entre esta descripción del Mesías en Revelación, y la descripción del “Anciano de Días” (e.d., Elohim) en Daniel 7:9 y en Ezekiel 43:2. Así, basados en las semejanzas entre las dos descripciones, estos versos se usan para apoyar la Trinidad. Una de las razones por las que más trinitarios no usan estos versos en Revelación como una “prueba” de la Trinidad es que la mayoría de ellos no están preparados para entender realmente el argumento. Que Elohim apareció en la forma de un ser humano es una información muy nueva para la mayoría de las personas, y muy pocos están dispuestos a aceptarla. Sin embargo, el argumento trinitario dice como sigue: Elohim apareció en el Antiguo Testamento con cierta descripción física. El Mesías tiene casi la misma descripción; por lo tanto el Mesías tiene que ser Elohim.
A la mayoría de los cristianos no se les ha mostrado en la Escritura que Elohim aparecía en una forma que parecía humana. Ellos siempre han oído que “nadie ha visto jamás a Elohim” y que Elohim es invisible. Una explicación completa de las apariciones de Elohim en la forma de un hombre se da en las notas sobre Génesis 18: y 2 anteriormente.
2. Cuando Elohim se hizo visible para Daniel [en visión], él tenía cabello “blanco como lana” (7:9), y de Ezekiel aprendemos que Su voz “era el sonido de muchas aguas” (43:2). Esta descripción es la misma para Yahoshúa el Mesías en Revelación 1:13-15, y así se los compara a ambos. Aunque reconocemos que estas descripciones son similares, tenemos que aclarar que muchas cosas que son semejantes no son idénticas. La policía está muy consciente de esto. Si usted va a la policía con la descripción de un hombre y dice: “Él tiene pelo blanco y una voz profunda,” eso será útil, pero se necesitaría más para establecer una identidad, ya que esa descripción puede concordar con más de una persona.
Para ver si el Mesías es el mismo, o es idéntico a, Elohim, debemos estudiar los registros, y ciertamente, toda la gama de la Escritura. Daniel, capítulo 7 trata de la sucesión de imperios a través del tiempo. Para el tiempo en que llegamos al verso 9, Daniel describía una visión que tuvo de algo que está todavía en el futuro para nosotros. Él describió a Elohim preparándose para el Juicio. Daniel también previó a Yahoshúa el Mesías recibiendo el reino de parte de su Elohim, al Anciano de Días.
Daniel 7:13 y 14 (NASB)
(13) Yo seguía mirando en las visiones de la noche, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, y vino hasta el Anciano de Días y fue presentado delante de él. (14) Y le fue dado dominio, gloria y un reino, para que todos los pueblos, naciones, y hombres de todo idioma le sirvan. Su dominio es un dominio eterno que no pasará; y su reino es uno que no será destruido.”
Es claro por Revelación 1:13-15 que tanto el Mesías como Elohim están presentes, aunque sólo se describe a Elohim. En el Libro de Revelación, Elohim y el Mesías están ambos presentes. El capítulo 4 y el comienzo del capítulo 5 describen a Elohim sobre un trono con un rollo en Su diestra. Luego Yahoshúa el Mesías, el Cordero de Elohim, “vino y lo tomó de la diestra de Aquel que se sienta en el trono” [e.d., Elohim] (5:7). De nuevo, hay claramente dos seres presentes: Elohim y el Mesías. Nada en el contexto indica en manera alguna que estos dos sean “uno.” No hay ninguna razón para asumir eso. Dos son dos. Además, ¿por qué habría de ser tan sorprendente que el Mesías resucitado tenga una apariencia semejante a la que Elohim elige asumir cuando se nos aparece? Siendo que Elohim puede asumir cualquier forma que Él quiera, ¿por qué no habría de asumir una forma que él sabe que es semejante a Su Hijo? Esa semejanza no prueba la identidad de ninguna manera, sino que muestra la igualdad funcional de Yahoshúa el Mesías y Elohim.
Revelación 1:17
Cuando lo vi caí como muerto a sus pies. Entonces él puso su mano sobre mí y dijo: “No temas. Yo soy el Primero y el Último.” (NIV)
1. La frase, “el Primero y el Último,” es un título que se usa cinco veces en la Biblia, dos veces en Isaías para Elohim (44:6; 48:12) y tres veces en Revelación para el Hijo (1:17; 2:8; 22:13). Los trinitarios algunas veces asumen que como el mismo título se aplica tanto al Padre como al Hijo, ambos deben ser Elohim. Sin embargo, no hay justificación bíblica sobre la cual basar esa presunción. Cuando se estudia toda la Escritura, uno ve que los mismos títulos se usan para Elohim, el Mesías y los hombres. Ejemplos incluyen “Señor” (vea Rom. 10:9 arriba) y “Salvador” (vea Lucas 1:47 arriba) y “Rey de reyes” (vea 1 Tim. 6:14-16 arriba). Si otros títulos se aplican a Elohim, al Mesías y a los hombres sin que se entienda que todos son “un solo Elohim,” entonces no hay razón para asumir que este título particular significaría que nosotros somos un Elohim a menos que la Escritura específicamente nos haya dicho eso, lo cual no ha dicho.
2. En el Antiguo Testamento, Elohim verdaderamente fue “el Primero y el Último.” El significado del título no se ofrece específicamente, pero la clave de su significado se ofrece en Isaías 41:4, donde Elohim dice que él ha llamado a las generaciones de hombres, y estuvo con el primero de ellos y está con el último de ellos.
Isaías 41:4
“¿Quién ha hecho esto y lo ha puesto en efecto, llamar a las generaciones desde el principio? Yo, YHWH —con el primero de ellos y con el ultimo— Y soy él.” Así, la Biblia conecta la frase “el Primero y el Último” con llamar a las generaciones.
Aunque Elohim fue el que llamó a las generaciones en el Antiguo Testamento, él le ha conferido ahora esa autoridad a Su Hijo. Así, es fácil ver por qué al Maestro Yahoshúa se le llama “el Primero y el Último” en el libro de Revelación. Será Yahoshúa el Mesías quien llamará a las generaciones de personas de la tumba para que entren a la vida eterna. Elohim le dio a Yahoshúa autoridad para levantar a los muertos (Juan 5:25-27). Su voz levantará a todos sus discípulos muertos (1 Tes. 4:16 y 17), y él cambiará nuestros cuerpos en cuerpos gloriosos nuevos (Fil. 3:20 y 21). Sin embargo, aun cuando Yahoshúa dijo que él tiene la autoridad de levantar a los muertos, nunca reclamó que tiene es autoridad inherentemente porque él fuera Elohim. Él siempre dijo que su Padre le había dado autoridad a él. Mientras enseñaba sobre su autoridad, Yahoshúa el Mesías fue muy claro en cuanto a quién es la autoridad final: el Hijo no puede hacer nada por sí mismos … el Padre no juzga a nadie, sino que le ha confiado todo juicio al Hijo … Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así le ha concedido al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado autoridad para juzgar” (Juan 5:19,22,26 y 27). Si Yahoshúa hubiera tenido la autoridad de levantar muertos porque era de algún modo Elohim, nunca lo dijo. Él dijo que tenía su autoridad porque el Padre se la había dado. Con la autoridad de levantar las generaciones vino el título asociado con la existencia de las generaciones, y así después de su resurrección Yahoshúa el Mesías es llamado “el Primero y el Último.”
Morgridge, p. 122
Racovian Catechism, pp. 157-163
Snedeker, p. 469
Revelación 3:14
Al ángel de la Congregación en Laodicea, escribe: Estas son las palabras del Amén, el testigo fiel y verdadero, el gobernante de la creación de Elohim. (NIV)
1. Como está traducido arriba, no hay ninguna inferencia trinitaria en el verso. Concuerda perfectamente con lo que sabemos de toda la Escritura: que Elohim ha hecho a Yahoshúa Amo y Mesías.
2. En la KJV, la palabra “gobernante” (griego = arjé) se traduce “principio.” La palabra arjé puede significar “principio,” “primero” o “gobernante.” Cuando la mayoría de la gente lee la KJV, dicen que Yahoshúa el Mesías es el “principio” de la creación original de Elohim, y esto ha causado que algunas personas digan que el verso es trinitario, porque Yahoshúa habría existido así antes de toda otra cosa. Si esa interpretación es correcta, entonces este verso es un fuerte argumento contra la Trinidad porque entonces el Mesías sería un ser creado. El “arrianismo” es la doctrina de que el Mesías fue el primero de todas las cosas creadas por Elohim y que Elohim luego creó todo lo demás a través del Mesías, y la manera en que está traducido el verso en la KJV puede entenderse como ariana.
Broughton and Southgate, pp. 286-293
Snedeker, p. 470
Revelación 21:6
Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré a beber sin costo del manantial de agua de vida. (NIV)
1. Para un comentario sobre la frase “Alfa y Omega,” vea revelación 1:8.
Racovian Catechism, pp. 161-163
Revelación 22:13
Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. (NIV)
Para comentarios sobre la frase “Alfa y Omega,” vea las notas sobre revelación 1:8; sobre “el Primero y el Último,” vea las notas sobre Revelación 1:17; sobre “el Principio y el fin,” vea las notas sobre Revelación 21:6.
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Este documento es el Apéndice A del libro One God & One Lord: Reconsidering the Cornerstone de the Christian Faith (copyright 2003) por Christian Educational Services, una division de Spirit & Truth Fellowship International.
Usted puede utilizar parte o todo este documento siempre que dé apropiado crédito al libro One God & One Lord y a www.BíblicoUnitarian.com.
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Este documento ha sido traducido del inglés y revisado por Yosef Aharoni, Camuy, Puerto Rico.
[1] Francis Brown, The Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon (Hendrickson Pub., Massachusetts, 1906), p. 43.
[2]E. Kautzsch, ed., Gesenius’ Hebrew Grammar (Clarendon Press, Oxford, 1910), p. 399.
[3] R. J. Z. Werblowsky and Geoffrey Wigoder. op. cit., Encyclopedia, p. 15.
[4] Don’t Blame God! (CES, cuarta edición, 1994) pp. 59 and 60.
[5] Adonai se pronuncia con acento en la a. Adoni se pronuncia con acento en la i.”
[6] Las personas que quieran estudiar esto por sí mismas necesitarán poder trabajar con el texto hebreo mismo y no sólo con las palabras raíces. Una Buena fuente para este estudio es el programa de la Biblia para computadora, Bibleworks 5.0 vendido por CES.
[7](Anthony Buzzard, ed., Focus on the Kingdom, Atlanta Bible College, Morrow, GA, March 2000), p. 3, el énfasis es suyo. Nosotros encontramos 198 usos de adoni, pero en una conversación personal con el Sr.. Buzzard él afirmó que su número de 195 pudiera quedar por lo bajo porque no fue el resultado de un estudio exigente.
[8] El hebreo se lee de derecha a izquierda, así que la primera letra de la palabra luce como una X glorificada.
[9] Francis Brown, S. R. Driver y Charles Briggs, The Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon (Hendrickson Publishers, Peabody, MA, reprint 1996), p. 11 (Adon, “Lord”). Hemos cambiado la puntuación y las abreviaciones de referencias para hacerla consistente con las abreviaciones que empleamos para facilitar la lectura. Las letras en paréntesis marcan la creencia de ellos en cuanto al escritor exacto o redactor de esa porción de la Escritura, algo con lo cual no concordamos teológicamente.
[10] Geoffrey Bromiley, The International Standard Bible Encyclopedia (Eerdmans, Grand Rapids, MI, 1979), “Lord.”
[11] WTT o BHS Hebrew Old Testament, editado por K. Elliger y W. Rudoph de Deutsche Bibelgesellschoft, Stuttgart, cuarta edición corregida, copyright© 1966, 1977, 1983, 1990 Por la Sociedad Bíblica Alemana.
[12] Anthony Buzzard y Charles Hunting, The Trinity, Mesíasianity’s Self-inflicted Wound (Atlanta Bible College and Restoration Fellowship, Morrow, GA, 1994), p. 28.
[13] Anthony Buzzard, Focus on the Kingdom, “Who is Jesus? God or Unique Man? (Atlanta Bible College, Morrow, GA, 1998), p. 8.
[14] H. B. Hackett, Dr. William Smith’s Dictionary of the Bible, “Son of God” (Baker Book House, Grand Rapids, MI, reprint 1981), vol. 4, p. 3090.
[15] Ibid. Vol. 4, p. 3090.
[16] William Barclay, Yahoshúa as They Knew Him (Harper and Row, N.Y., 1962), pp. 21 y 22.
[17] F.F. Bruce, The Gospel of John (William B. Eerdmans, Grand Rapids, MI, 1983) pp. 28 and 29.
[18] C. K. Barrett, The Gospel According to St John (Westminster Press, London, 1978), p. 342.
[19] Complete Word Study Dictionary, (AMG Publishers, Chattanooga, TN, 1992), p. 180.
[20] Concordance de Young, Hints and Helps #66 (Eerdmans, Grand Rapids, MI, 1964).
[21] Wm. Barclay, Yahoshúa As They Saw Him (Harper and Row, New York, 1962), pp. 10 and 11.
[22] R. S. Franks, The Doctrine of the Trinity, (Gerald Duckworth and Co., London, 1953), pp. 34-36.
[23] Moulton-Howard-Turner, Grammar, Vol. 3, p. 181. El énfasis es nuestro.
[24] Andrews Norton, A Statement of Reasons for Not Believing the Doctrines of Trinitarians (American Unitarian Association, Boston, 10th ed., 1877), pp. 199-202.
[25] Justo Gonzalez, A History of Christian Thought (Abingdon Press, Nashville, 1992), pp. 222 and 223.
[26] John A. T. Robinson, Honest to Elohim (Westminster Press, Philadelphia, 1963), p. 66.
[27] Walter Elwell, Evangelical Dictionary of Theology (Baker Books, Grand Rapids, 1984), pp. 600 and 601.
[28] Bruce Metzger, The Text of the New Testament (Oxford University Press, N.Y., 1992), p. 236.
[29] Bruce Metzger, A Textual Commentary on the Greek New Testament (United Bible Society, New York, 1975), p. 641.
[30] The Greek New Testament (Chicago, Moody Press, 1968 edition, Vol. 3), pp. 419-421.
[31] E. W. Bullinger, A Critical Lexicon and Concordance, under “world.”
[32] Bruce Metzger, The Text of the New Testament, Its Transmission, Corruption and Restoration (Oxford University Press, NY, 1992), pp. 8-10.
[33] Andrews Norton, Statement of Reasons, p. 301.
[34] Norton, Reasons, pp. 214 and 215.
[35] Henry Alford, The Greek Testament (Moody Press, Chicago, Vol. 4), p. 390.
[36] A. T. Robertson, Word Pictures in the New Testament (Baker Books, Grand Rapids, 1933, reimpreso en 1960, Vol. 6), pp. 240 y 241).
[37] Henry Alford, The Greek Testament, (Moody Press, Chicago, 1968, Vol. 4), p. 503.
[38] R. C. H. Lenski, The Interpretation of I and II Epistles of Peter, the Three Epistles of John, and the Epistle of Jude (Augsburg Pub. House, Minneapolis, MN, 1966), p. 543.
[39] R.C.H. Lenski, The Interpretation of St. John’s Revelation (Augsburg Pub. House, Minneapolis, MN 1963), p. 51.
[40] E. W. Bullinger, Commentary on Revelation (Kregel Pub., Grand Rapids, MI, 1984), pp. 147 and 148.
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