El Infierno, ¿Qué es y dónde está?
Por Adrew N. Dugger y J. A. Alvarez
Copyright 1992, 2004
Primera impresión 1980
Segunda impresión 1992
Versión para Web 2004
Todos los derechos reservados. Se concede permiso para reproducir esta publicación con tal de que no se le cambie nada.
Por unas cartas y piezas de literatura que he estado recibiendo en mi oficina, parece que se circulan informes de que los productores de esta publicación no creen en el infierno. Un ministro me escribió recientemente una carta muy sarcástica, burlándose considerablemente de nosotros porque, según él, nosotros no creemos en el «fuego del infierno.» Sus comentarios indicaban que si eliminamos el miedo al «fuego del infierno,» estaríamos animando a la gente a pecar y a vivir vidas impías.
Ese ministro, sin embargo, debería entender que no es el miedo sino el amor lo que lleva a la gente al arrepentimiento y a la salvación. Cuando se le enseña correctamente a la gente acerca de nuestro amante Creador, lo que él ha preparado para sus criaturas como nosotros, y todo acerca de su hermoso carácter y sus atributos de bondad y amor, esto es lo que lleva a la gente a un verdadero arrepentimiento y a la salvación. Note los siguientes pasajes:
«La bondad del Todopoderoso te guía al arrepentimiento» Romanos 2:4
«La tristeza según el Todopoderoso obra arrepentimiento para salvación,» 2 Corintios 7:10
«Este es el amor del Todopoderoso, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos, » 1 Juan 5:3
Durante un servicio de testimonio, cuando estaba yo dedicado a una obra de evangelización en Estados Unidos, recuerdo bien a una mujer que se levantó en la audiencia y dijo: «Le doy gracias a Dios porque soy una cristiana temerosa del infierno.» Aquella mujer, como millares de otras personas enseñadas por ministros ignorantes de los anteriores pasajes, se había perdido el gozo de la verdadera salvación, que se enciende por el conocimiento de la bondad de nuestro amante Creador. Conocerlo mejor es amarlo más. Y cuando uno se da cuenta de que lo ha desobedecido y ha andado en pecado, contrario a Su voluntad, uno se siente triste por su pasada vida de desobediencia, y así «la tristeza que es según el Todopoderoso obra arrepentimiento para salvación,» (2 Corintios 7: 10). Los publicadores de este material creen en el infierno, como le explicaremos más adelante.
El verdadero carácter de nuestro Creador
En más de 200 pasajes se nos dice que nuestro Creador es un ser misericordioso. » Sean misericordiosos como su padre en el cielo es misericordioso,» (Lucas 6:36). Él es rico en misericordia, (Efesios 2:4). Su misericordia es grande sobre los cielos, (Salmo 108:4 y Salmo 103:7; 90:14; 118:64; etc.). Podríamos llenar esta página con pasajes semejantes que muestran que él es un ser misericordioso, amante, y compasivo. La definición de la palabra «misericordia,» como se da en el Diccionario de Webster es «piedad, favor, abstenerse de hacer daño o castigar a los ofensores, los enemigos, o las personas en poder de uno. Bondad en exceso que no podría exigirse como justicia.»
Si yo pudiera estar de pie delante de esta gran audiencia de lectores, y les pidiera que levantaran la mano todos los que creen que el Creador es un ser misericordioso, estoy seguro de que todos levantarían rápidamente las manos. Toda persona que cree en la inspiración divina de las Sagradas Escrituras haría lo mismo en vista de los centenares de pasajes que repiten una y otra vez que él es un ser misericordioso, amante y bueno.
Aquí en Jerusalem vemos a menudo burros que halan carretas llenas de vegetales del mercado. Suponga que uno de esos burros se espantara y escapara, regando los vegetales por la calle. Y que el dueño, para castigarlo, le amarrara la cabeza al animal de un poste y las patas traseras a otro poste para estirarlo, y luego le pusiera fuego debajo y lo quemara lentamente hasta que muriera. La pregunta es, ¿describirían en los periódicos a ese hombre como un hombre amante y misericordioso, o lo considerarían más bien como un salvaje cruel y despiadado?
El burro podría durar un día o dos en su lenta tortura, pero la muerte finalmente pondría término a sus sufrimientos. Sin embargo, hombres y mujeres inteligentes ponen a nuestro amante Creador en un nivel más bajo y más brutal y cruel que ese, porque dicen que él va a mantener a desafortunados niños, niñas, hombres y mujeres vivos en un lago de fuego torturándolos para siempre. ¿Cómo puede ser eso cuando repetidamente se habla de Él en toda la Biblia como un Padre de AMOR, compasivo y misericordioso?
He recibido un número de tratados recientemente que describen un lago de fuego, un lugar que ellos llaman ‘infierno» con niños y personas de todas las edades retorciéndose de dolor y agonía, gritando por misericordia, y siendo torturados, fritos, y asados mes tras mes, año tras año, día y noche, por toda la eternidad. La Biblia no enseña semejante doctrina, como demostraremos más adelante. Los ministros deberían avergonzarse de rebajar el carácter de nuestro Creador más bajo que el del más bajo, cruel, y malévolo criminal o salvaje que haya vivido jamás. ¿Qué piensa el Todopoderoso de tales hombres que se llaman a sí mismos predicadores, y que llevan a millones de personas a considerar a nuestro amante y misericordioso Creador como un depravado, inhumano y villano salvaje que carece de toda misericordia o piedad, que se deleita en el dolor, la miseria, la tortura, y sufrimiento sin fin de los seres humanos de su propia creación?
Si existiera un lugar como el que ellos se deleitan en describir para asustar a la gente de sus iglesias y hacer que se sientan obligados a pagarle el salario al predicador y a sufragar los gastos de la iglesia, el Creador seria el responsable por tal lugar. Él lo hizo, lo planeó, y lo formó, a causa de un acariciado odio y un salvaje deseo de venganza, y unas ansias de diversiones paganas tales como los gritos y lamentos de millones sobre millones de estas desafortunadas criaturas. Esta enseñanza diabólica surge del antiguo paganismo, inventada con un propósito de ganancia, activada por el «amor al dinero».
Este escrito en defensa del carácter de nuestro Padre Celestial le vino muy definidamente a este escritor durante toda una noche sobre mi cama aquí en Jerusalem. El sueño escapó de mis ojos, y todas esas horribles e injustas acusaciones, con las que están envenenadas las mentes de todo el mundo, pesaban tanto sobre mí, que no podía dormir. Sentí una y otra vez la impresión de que debía hacer algo en Su defensa, para eliminar esa infame y desafortunada calumnia contra Su majestuoso, noble y amante carácter como se describe en la Biblia.
El Purgatorio
El purgatorio, un supuesto lago de fuego donde se dice que van los pecadores para purificarse. Su estadía allí depende de las oraciones de los sacerdotes, quienes reclaman tener el poder de sacarlos de allí a fuerza de rezos y llevarlos a salvo al otro lado. Los sacerdotes de la Iglesia Católica Romana reciben inmensas sumas de dinero de los ricos para sacar rápidamente de allí a sus seres queridos y así minimizar su sufrimiento.
El clero protestante enseña también que el «infierno» es un lago de fuego donde las personas sufren en estado consciente, pero en lugar de estos clérigos orar para sacarlos de allí por dinero, asustan a la gente predicándoles sermones sobre el «fuego del infierno,» para aumentar sus congregaciones y así conseguir que la gente mantenga sus ministerios. Si la gente no hace esto y pierden su interés y su membresía en la iglesia, de seguro van al infierno a sufrir los dolores del tormento para siempre. En ambos casos esta doctrina diabólica, errónea, y antibíblica se usa para propósitos mercenarios. A muchos del clero les importa poco difamar y rebajar así el carácter del Todopoderoso, poniéndolo más bajo que el más depravado y salvaje villano de la humanidad. No hay un déspota humano que sea tan cruel y despiadado como para quemar y torturar con fuego a otro ser humano por 30 días, y no digamos nada de la eternidad. Recuerde los pasajes que nos enseñan que es la bondad del Todopoderoso lo que lleva a la gente al arrepentimiento, y el amor del Omnipotente lo que impulsa a la obediencia, no el énfasis en un monstruo brutal más depravado que nuestros peores criminales.
El caso de Roberto Inguersall
En Los Primeros Días de La Vida De Inguersall, se cuenta qué fue lo que hizo de él el más notorio infiel que el mundo haya conocido jamás:
La maestra de la escuela dominical le dijo a la clase de niños que si no eran buenos irían al infierno y serian atormentados y torturados para siempre. Él le preguntó a la maestra qué significa esa palabra «para siempre,» y cuánto tiempo duraría eso. Ella les dio esta ilustración: Dijo ella: «Supongan que un pajarito viniera de una de las estrellas y tomara un granito de arena y lo llevara a la estrella, y llevara un granito cada año. Ustedes estarían en el infierno por todo el tiempo que le tome a ese pajarito llevar todo el mundo, grano a grano, a esa estrella.» Entonces Robertito le preguntó quién había hecho ese lugar de tortura, y ella le dijo: «Dios.»
Se dice que Robertito resolvió ser un enemigo de ese «Dios» y de su libro, la Biblia, mientras viviera. Y así fue. Los libros que escribió en contra de la Biblia se encuentran dondequiera y en muchos idiomas. Así esa antibíblica difamación de nuestro amante Creador destruyó en este caso la fe y le robó a incontables millares de personas la eternidad.
Esa es una doctrina engañosa que le oculta la verdad al mundo. Y se aprovechan de ella los sacerdotes y clérigos para llenar sus bolsas a costa de las viudas y los huérfanos. Está hecha para apoyarse en la interpretación errónea de algunos pasajes de la Biblia, los cuales cuando se interpretan de esa manera envuelven a toda la Biblia en una contradicción directa, que también destruye la fe de las almas honradas e inteligentes, produciendo millares de infieles.
El asustar a la gente para que se una a la iglesia, y que permanezcan fieles a la obra del Maestro, es exactamente lo opuesto a su enseñanza, y produce miembros de iglesia pero no creyentes nacidos de nuevo.
El destino de los impíos
Presentamos aquí unos pocos de los muchos pasajes que describen el destino final de los impíos:
» Sucumbirán, en cambio, los impíos, y los enemigos de Yahvéh cual galanura de los prados se desvanecerán, se desvanecerán igual que el humo.» (Salmo 37:20 Biblia católica Cantera-Iglesias).
«Aunque sean como espinos entretejidos, y estén empapados en su embriaguez, serán consumidos, como hojarasca completamente seca.» (Nahum 1:10 Biblia evangélica Reina-Valera del 1960).
«Todos los arrogantes y todos los practicantes del mal serán paja, y el día que viene -dijo Yahwéh de los Ejércitos los convertirá en cenizas y no les dejará ni raíz ni rama. . . serán polvo bajo los pies de ustedes.» (Malaquiah 4:1-3 [3:19, 20] Versión Israelita Nazarena, inédita).
«Estos sufrirán la pena de eterna destrucción y exclusión de la presencia del [Maestro] y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día.» (2 Tesalonicenses 1:9, 10 Versión Latinoamericana, evangélica).
«Ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.» 1 Juan 3:15 Versión Reina-Valera, evangélica).
Me pregunto qué van a hacer con pasajes como estos los predicadores del «tormento eterno.» ¿Por qué nunca los usan en sus sermones? La respuesta es obvia. Ellos enseñan que los impíos tendrán vida eterna en el infierno, lo cual muchos saben que es una mentira. La vida eterna viene únicamente mediante la aceptación del sacrificio expiatorio del Mesías. La vida y la muerte son términos opuestos y excluyentes. La vida eterna es para los justos y la muerte para los impíos, esto se dice una y otra vez en todas las Escrituras, centenares de veces.
Un entendimiento correcto de este tema es casi una necesidad para la perseverancia espiritual. Por siglos ha sido la enseñanza de la iglesia oficial que el Creador, antes de crear al hombre, había preparado un gran abismo de fuego y terrores, capaz de contener a todos los billones de seres humanos que él se propuso premeditadamente traer a la existencia con el propósito de arrojarlos allí, y a ese abismo lo llamó infierno; y que todas las promesas y amenazas de la Biblia fueron diseñadas para prevenir a cuantos fuere posible (un rebaño pequeño) de practicar el mal que haría de ese terrible lugar su hogar eterno.
A los cristianos se les ha enseñado por tanto tiempo que el fundamento de esa terrible blasfemia contra el carácter y el gobierno del Creador se encuentra en la Biblia, que por consiguiente, al grado en que esa creencia haga tambalear su fe, a ese grado se tambalea su creencia en la Biblia como la revelación del verdadero Creador. Pero la Biblia no enseña semejante cosa cuando se entiende correctamente.
«Infierno» es una palabra latina
El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo, y el Nuevo Testamento en hebreo, arameo y griego. La palabra infierno es una palabra latina seleccionada algunas veces por los traductores de la Biblia española para expresar el sentido de la palabra hebrea sheol y de las griegas hades, guehena y tártaro.
La palabra infierno en el español antiguo simplemente significaba oculto, escondido, o cubierto. Y lo mismo en inglés. En la literatura inglesa antigua se hallan registros que hablan de «infernar» papas -es decir, poner papas en hoyos- y de «infernar» una casa, refiriéndose a ponerle techo. La palabra infierno (hell) se usó entonces apropiadamente como sinónimo de las palabras enterrar y hoyo, para traducir las palabras sheol y hades como significando la condición secreta u oculta de la muerte.
La palabra hebrea sheol ocurre sesenta y cinco veces en el Antiguo Testamento. En la Versión Reina-Valera, revisión del 1960, se vertió sheol como «Seol» 63 veces y «sepulcro» 2 veces. Pero en la Reina-Valera más antigua, del 1934, sheol se traduce «sepulcro» 31 veces; «sepultura» 13; «infierno» 11; «abismo» 3; «profundo» 3; «huesa» 2; «hoyo profundo» una vez; y «fosa» una vez.
Si los traductores que hicieron la revisión del 1960 no hubieran estado comprometidos con el error, habrían hecho más para ayudar al estudiante de las Escrituras que meramente transliterar la palabra hebrea sheol y la griega hades como lo han hecho. Debieron haber traducido esas palabras, sin embargo nos ofrecen las palabras sheol y hades sin traducir, y así pueden llevar a algunos a suponer que estas palabras significan lo mismo que la palabra infierno, según su significado moderno pervertido. Sin embargo, cualquiera puede ver que si fue apropiado traducir la palabra sheol tantas veces como sepulcro y sepultura en el 1934, no habría sido impropio traducirla siempre así en el 1960.
Una peculiaridad que debe observarse al comparar estos casos, como haremos en breve, es que los pasajes en los que la idea de un tormento seria absurda, los traductores de la Versión Reina-Valera han usado las palabras sepultura u hoyo; mientras que en los demás casos han usado la palabra infierno, y el lector entrenado por tanto tiempo en la idea del tormento eterno, lee la palabra infierno y piensa en ella como que significa un lugar de tormento en vez de la sepultura o el lugar oculto. Por ejemplo, compare Job 14:13 con Salmo 9:17. El primero dice: «¡Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro (sheol);» mientras el último dice: «Los malos serán trasladados al infierno (sheol). » La palabra hebrea es la misma en ambos casos, no hay razón para que no se use la misma palabra sepulcro en ambos. ¡Pero cuán absurdo sería que Job le pidiera al Todopoderoso que lo escondiera en un infierno de tortura eterna!
Como notamos antes, la palabra hebrea sheol ocurre 65 veces en el antiguo Testamento, y en todos los casos significa lo mismo. No significa un lago de fuego y azufre, ni nada que se le parezca, en lo más mínimo. Todo lo contrario, en vez de un lugar de fuego ardiente, se lo describe en el contexto como un lugar oscuro (Job 10:21); en vez de un lugar donde se oyen gritos y lamentos, se lo describe en el contexto como un lugar de «silencio» (Salmo 115:1 7); en vez de representar de manera alguna dolor y sufrimiento, el contexto lo describe como un lugar de «olvido» (Salmo 88:11,12). «En el sepulcro (sheol), a donde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. » -Eclesiastés 9:10. (¡Hasta en la revisión del 1960 tradujeron aquí sheol como «sepulcro»!)
El significado de sheol es el «lugar oculto», según se aplica a la condición del hombre en la muerte, en la cual todo está oculto, excepto para el ojo de la fe; de ahí que por asociación apropiada la palabra se usara a menudo en el sentido de sepultura -la tumba, el lugar oculto, o el lugar después del cual solamente los que tienen iluminado el ojo del entendimiento pueden ver una resurrección, o la restitución del ser. Y nótese particularmente que esa misma palabra sheol se traduce 31 veces como «sepulcro», 13 como «sepultura», y «hoyo profundo» y «fosa» dos veces en nuestra versión Reina-Valera antigua, por los mismos traductores, más veces que las que se tradujo » infierno. » En el caso de Jonás, el lugar oculto, o sepulcro, era el vientre de un pez enorme, donde Jonás estuvo sepultado vivo y desde donde clamó al Todopoderoso.
Pasajes en los que sheol se tradujo como infierno en la versión Reina-Valera antigua:
2 Samuel 22:6 – «Me rodearon los dolores del infierno. » (Una figura en la que se representa el dolor como llevando a uno a la tumba).
Job 11:8 – «[El rastro del Todopoderoso] es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?»
Salmo 9:17 – «Los malos serán trasladados al infierno [la condición de muerte], todas las gentes que se olvidan del Poderoso.» (Que la aplicación de este pasaje pertenece a la Era venidera es evidente, porque tanto santos como pecadores van al sheol ahora. Este pasaje indica que en el tiempo en que aplica, solamente los malos irán al sheol.)
Salmo 55:15-«Condenados sean a muerte, desciendan vivos al infierno.»
Proverbios 15:11 – «El infierno y la perdición están delante de [Yahwéh]: ¡cuánto más los corazones de los hombres!»
Proverbios 15:24 – «El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarlo del infierno abajo.»
Proverbios 23:14- «Tú lo herirás con vara y librarás su alma del infierno.» (Es decir, la corrección salvará al niño de los caminos de vicio que llevan a una muerte prematura).
Isaías 14:9 – «El infierno abajo se espantó de ti; te despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte…» (en los versos 11 y 15 la misma palabra sheol se traduce «sepulcro»).
Ezequiel 32:21 – «De en medio del infierno hablarán a él los fuertes de los fuertes.» (En el verso 27 la misma palabra sheol se tradujo «sepulcro»).
Amós 9:2-«Aunque cavasen hasta el infierno, de allá los tomará mi mano.»
Habacuc 2:5 – «Que ensanchó como el infierno su alma.»
He aquí treinta y cinco pasajes en los que se tradujo sheol como » sepultura, » » sepulcro, » » huesa, » » fosa «, «hoyo,» o «abismo. »
Génesis 37:35; Génesis 42:38; Números 16:31-33; 1 Samuel 2:6; 1 Reyes 2:6,9; Job 7:9; 14:13; 17:13; 17:16; 21: 13; 24:19; Salmos 6:5; 30:3; 31:17; 49:15,15; 88:3; 89:48; 141:7 Proverbios 1:12; 30:15,16; Ecle.9:10; Cantares 8:6; Isaías 14:11; 38:10; 38:18; Eze. 31:15; Oseas 13:14.
El Infierno en los Escritos Apostólicos (“Nuevo Testamento”)
En los Escritos Apostólicos (Nuevo Testamento), la palabra griega hades corresponde exactamente a la palabra hebrea sheol. Como prueba, véase la cita del Antiguo Testamento que hace el apóstol Pedro, en la que se traduce sheol como hades en griego, e infierno en el español de Reina-Valera del 1602. Hechos 2:27: «No dejarás mi alma en el infierno. » [De este pasaje bíblico traducido así en esta versión evangélica y también en la católica es que surge la frase del credo católico «descendió a los infiernos.»] Esto es una cita del Salmo 16:10, donde en la misma Reina-Valera se traduce: «Porque no dejarás mi alma en el sepulcro,» aclarándose así que lo que se ha llamado equivocadamente el «infierno» no es otra cosa que el sepulcro, donde están todos los muertos, buenos y malos, y donde estuvo el Salvador por tres días.
Los que aman al Creador y quieren eliminarle la calumnia de ser un ser inmisericorde y cruel, cambiarán alegremente su punto de vista y aceptarán una explicación más razonable y más bíblica, que también elimina de la Biblia otras aparentes contradicciones.
Lo anterior es un ruego en defensa del carácter del Creador, y humildemente suplicamos que todos esos predicadores, y todo los que lean lo siguiente, por su amor al Todopoderoso, estén dispuestos a recibir corrección y contribuir así a quitar esa deshonrosa calumnia contra nuestro Creador.
Siendo que las Sagradas Escrituras son el producto del Espíritu Santo que habló a través de hombres inspirados, no puede haber contradicción en su testimonio. Rogamos al lector que medite en estos pasajes, especialmente en Malaquías 4 y Abdías 1 :18, los cuales nos enseñan que a los impíos no se les dejará ni raíz ni rama sino que serán cenizas bajo los pies de los justos, y que serán como si nunca hubieran existido, porque su castigo será «destrucción eterna,» 2 Tesalonisenses 1:9.
La explicación correcta de pasajes aparentemente contradictorios
Mientras estuve en Estados Unidos sostuve muchas discusiones públicas con ministros sobre este tema, y el siguiente es un pasaje que todos ellos han usado ignorantemente en estos debates.
«Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y del Poderoso descendió FUEGO DEL CIELO, Y LOS CONSUMIÓ. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.»
Ellos siempre le decían a la gente que los que van a ser así atormentados son los pecadores, cuando lo que dice el pasaje es que son Satanás y la Bestia y el Falso profeta, los últimos de los cuales no son personas sino símbolos de organizaciones falsas.
La respuesta es sencilla: Nótese que en el verso nueve, hablando de los impíos, dice: «Descendió fuego del cielo Y LOS CONSUMIÓ. » No dice que ese fuego los mantuvo vivos ni los torturó para siempre sino que los CONSUMIÓ. La definición de consumir es «devorar y poner fin.» Así este pasaje está en plena armonía con todos los demás con relación al destino final de los impíos.
En cuanto al diablo, sin embargo, la frase «por los siglos de los siglos» en hebreo tiene un límite. Se refiere al tiempo que la cosa misma dure. Puedo darle a alguien un objeto, y él podría preguntarme: «¿Por cuánto tiempo lo puedo tener?» y yo le diría: «Oh, consérvalo para siempre. » Eso significa mientras el objeto dure o mientras la persona viva. Este el mismo significado del texto relativo al diablo. Pero recuerde que dice que el fuego devora o consume a las personas impías, lo cual está en plena armonía con el resto de las Escrituras.
Daniel 12:2 dice como sigue: «Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. » Este pasaje no dice tortura eterna, o sufrimiento eterno, como interpretan los predicadores modernos. Dice «vergüenza perpetua». El diccionario de Webster define «vergüenza» como «los sentimientos o acciones de una persona hacia algo que considera bajo, indigno, o inmerecedor de consideración. » Esto significa simplemente los sentimientos o las acciones de la gente hacia los impíos, y no tiene nada que ver con tortura o con sufrimientos sin fin de esas personas impías. Dejemos el pasaje como está y creamos exactamente lo que dice, y no tratemos de añadirle algo diferente que pueda difamar el carácter del Todopoderoso.
Mateo 25:46 dice: «E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna,» (Reina-Valera del 1960). Si los impíos fueran atormentados para siempre en un infierno, ellos también tendrían vida eterna. La recompensa de los justos es la «vida eterna» pero nunca se le aplica tal término a los impíos. Al contrario, se nos dice: «Ningún homicida tiene vida eterna permanente en él,» (1 Juan 3:5). La vida eterna que da el Creador se le infunde a la persona mediante la permanencia del espíritu santo en ella, el cual ningún impío tiene ni tendrá, y por lo tanto no podrá jamás tener vida eterna, no importa dónde se encuentre.
Este pasaje nos dice que los impíos tendrán un castigo eterno pero no nos dice cuál será ese castigo. Otros pasajes nos dicen cuál será ese castigo y todos concuerdan en decir que será la muerte, la destrucción, la aniquilación, el dejar de ser.
Si nuestros tribunales tuvieran el poder de matar a un hombre y dejarlo muerto por cinco años para luego traerlo de nuevo a la vida, su castigo seria un castigo de cinco años. Lo mismo sucedería si el castigo fuera de 50 años. Los impíos irán a esta clase de castigo para siempre. Es eterno porque una vez que sean destruidos nunca más volverán a ser resucitados. Como dice el profeta, «serán como si no hubieran sido.»
Marcos 9:47,48. – «Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino del Todopoderoso con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.»
Si usted tiene una Biblia con referencias marginales, notará que hay un numerito o una letra pequeña al lado de la palabra «infierno», que lo refiere al margen donde dice «gehena. » Todo Diccionario Bíblico le dirá que la palabra «gehena, » o «guehena » es el nombre del valle que colinda con Jerusalem por el sur, conocido también como el «Valle de Hinom.» En ese valle era que se echaba toda la basura de la ciudad, y también los cadáveres de asnos, camellos y otros animales. Constantemente se mantenía el fuego ardiendo para consumir esos cadáveres. Mientras que alrededor, donde el fuego no consumía toda la carne, los gusanos estaban constantemente consumiendo lo que quedaba. Busque la palabra «guehena» también en el Diccionario de Webster. Allí le dice: «El valle de Hinom cerca de Jerusalem donde se arrojaban desperdicios y se mantenían fuegos ardiendo constantemente para prevenir la pestilencia, por lo tanto, un lugar de crematorio.»
Eso era exactamente a lo que se refería el Maestro, ni más ni menos. Él dijo «guehena», y eso es lo que usted encuentra en la forma griega que nuestra versión Valera incorrectamente tradujo como infierno.
Cuando vivía en Jerusalem hace treinta años, los fuegos todavía ardían en este valle. Desde entonces, sin embargo, los camiones han tomado el lugar de los asnos y los camellos, que se usaron por miles de años previamente, y debido a lo rocoso del suelo se hacía imposible sepultar los cadáveres de esos animales, por eso disponían de ellos en ese profundo valle.
Lucas 16:19-31. La parábola de «Lázaro y el rico.» Este es el pasaje que más a menudo usan los defensores del » infierno de fuego » para inspirar miedo al tormento eterno en el corazón de la gente, rebajando así el carácter del Todopoderoso, a quien todas las Escrituras proclaman como un Padre misericordioso y amante.
Reclaman ellos que este relato del rico y Lázaro es un hecho literal, y que aplica a todos los justos y a los impíos, quienes serán tratados según se indica en el relato. Sin embargo no se dice una palabra allí acerca de buenos y malos, ni de que uno fuera justo y el otro impío, solamente que uno era rico y el otro pobre. Por consiguiente, si esto fuera un hecho literal, y no una parábola como en realidad es, ese seria el destino de todos los ricos y el futuro de todos los pobres.
Además, si esto describe el futuro de todos los justos y los impíos, como reclaman, entonces el cielo y el infierno están tan cerca que se puede ver y hablar de uno al otro lado, y las desafortunadas personas que estuvieran en el infierno podrían reconocer a sus parientes en el cielo y pedirles que vinieran al infierno a ayudarlos (verso 23). Ciertamente el cielo no seria un lugar tan placentero en el cual estar cuando la gente que lo conoció a usted estaría suplicándole que fuera allá al infierno para refrescar sus lenguas en las llamas. Además Abraham le dijo a Lázaro que los que estuvieran en el cielo no podían ir al infierno a ayudar a la gente porque había un abismo entre ellos (verso 26). Así que no habría satisfacción ni alegría en el cielo por causa de la agonía de los infortunados en el infierno.
La verdad es que esta es una parábola acerca de los judíos y los gentiles, como demostraremos aquí, y no es un hecho literal que pueda arrojar reproche sobre el carácter de un Creador sabio y misericordioso y destruir los placeres de la vida eterna para los justos.
Para probar que eso es una parábola, el capítulo 15:1 dice «Se acercaban a él todos los publicanos y pecadores para oírle. » En Mateo 13:34 se nos dice que él solamente le hablaba a la multitud en parábolas. Por lo tanto esa era una parábola porque él le estaba hablando a la multitud. Al principio del capítulo 16 tenemos la parábola del «mayordomo infiel», que generalmente se entiende y se admite que es una parábola de la nación judía cuya mayordomía se les quitó. El verso 3 ese mayordomo dice: «No puedo cavar; y mendigar me avergüenza. » Los judíos en su dispersión por todo el mundo, después de haber perdido su mayordomía, no han sido cavadores, esto es agricultores, ni han sido mendigos, sino que han bregado con mercancía, y han hecho amigos de las injustas riquezas, tal como establece esa parábola.
De igual manera en la parábola de Lázaro y el rico, el rico que murió representa espiritualmente a la nación judía, y el pobre Lázaro representa a los gentiles, y esto lo demostraremos. La mayordomía se le quitó a la nación judía, y ellos fueron «llevados cautivos a todas las naciones, » (Lucas 21:24). Han estado bajo el fuego de la persecución, han sido saqueados y asesinados, destruidos en cámaras de gas, acribillados y aprisionados durante este periodo de los tiempos de los gentiles. Yahwéh dijo: «Los esparciré entre sus enemigos, y sacaré la espada tras ustedes, para castigarlos siete veces más por sus pecados,» (Levítico 26:21-31). En Deuteronomio 32:24 dice concerniente a los judíos: «Serán quemados con hambre y devorados por calor ardiente y por amarga destrucción.» Todo esto les ha sucedido. Verdaderamente entraron en un mundo de castigo como se describía en la parábola.
El pobre representa a los gentiles (Efesios 2:11, 12): «Recuerden pues que ustedes eran en otro tiempo gentiles en la carne… que en ese tiempo estaban sin el Mesías, extranjeros a la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Poderoso en el mundo.»
Aquí se habla de Israel como de un hombre rico, y de los gentiles como sin esperanza y sin el Todopoderoso. El verso siguiente (13) se dice que se han hecho cercanos por la sangre del Mesías. En Romanos 6:10, 11 se habla de los gentiles como sigue: «Pero en cuanto a que murió, murió para el pecado una sola vez… por tanto cuéntense ustedes muertos al pecado, pero vivos para el Poderoso.» Así es como mueren los gentiles (el pobre), y luego son recibidos a las bendiciones del seno de Abraham, como lo fue el pobre de la parábola, quien en esta parábola comía de las migajas que caían de la mesa del rico, la mesa judía, «porque a ellos les fueron encomendados los oráculos del Poderoso.» Rom. 3:1, 2.
En Efesios 2:14 leemos de la pared divisoria entre los judíos y los gentiles, tal como se habla en Lucas 16:26 de un abismo tal que nadie puede pasar de un lado al otro en la parábola. Además el rico (el pueblo judío) dice que tiene cinco hermanos (verso 28), lo cual se refiere a las cinco sectas religiosas entre los judíos de aquel tiempo, es decir, los fariseos, saduceos, herodianos, esenios, y nazarenos.
Los últimos dos versos de esta parábola muestran otra vez que tiene que ver con los judíos y que estos cinco hermanos eran judíos, porque dice: «pues si no oyen a Moisés, tampoco se persuadirán si uno se levanta de los muertos.» Y ellos no se persuadieron después de la resurrección del Mesías, que se levantó de los muertos.
(El autor de este folleto vivió y murió en Jerusalem, donde ejerció un ministerio de muchos años en favor de judíos y gentiles.)