Anteriormente en el capítulo Once de Hechos en el versículo 22, llegó por primera vez a los oídos de los Apóstoles en Jerusalem, el reporte de la elección de los judíos helenizados.
Si bien cuando el Apóstol Kefa más tarde fue a Antioquia para ver como Saúl y Bernabé estaban obrando, no fue de inmediato. Primero, él y los demás Apóstoles decidieron enviar a Bernabé:
22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la congregación que estaba en Jerusalem y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquia. 23 Este, cuando llegó y vio
la gracia de Elohim, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón
permaneciesen fieles a Yeshúa. 24 Porque era varón bueno y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada a Yeshúa. 25 Después fue Bernabé a
Tarso para buscar a Shaúl; y hallándole, le trajo a Antioquia. 26 Y se congregaron allí todo un año con la congregación y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó
cristianos por primera vez en Antioquia. Ma’aseh (Hechos) 11: 22-26
No está claro por qué los discípulos escogieron enviar a Bernabé (o Bar Nabba), en vez de ir de inmediato ellos a Antioquia. Puede haber un sinfín de razones, una de ellas pudiera ser que debido a que los Apóstoles eran hebreos con poca educación, es muy probable que nunca hubieran aprendido otros idiomas, excepto los lenguajes de la sinagoga: hebreo y arameo. Como veremos adelante, los hebreos preferían no aprender los lenguajes de los gentiles, pues los consideraban abominables. Si Bernabé hablaba griego, los Apóstoles podrían haber decidido enviarlo, pues una persona que hablara griego se hubiera podido comunicar más efectivamente con los helenizados.
A su llegada en Antioquia, a Bar Nabba (o tal vez aún Bar Nebat, el mismo apellido como Jeroboam, hijo de Nabat, referencia 1ª Reyes 11), le dio gran gozo ver todos esos griegos llenos del espíritu. Y seguidamente sale para Tarso (en el sur de Turquía) para encontrar al Apóstol Shaúl, ya que Shaúl (de buena educación), podía haber hablado griego. De allí, juntos Bernabé y Shaúl pasan casi todo el año siguiente enseñando a los helenizados más sobre su fe en Yeshúa.
No sabemos exactamente en qué punto Shaúl hizo el terrible descubrimiento de que antes de que la fe Nazarena triunfara, debía ocurrir una gran apostasía (referencia 2ª de Tesalonicenses 2:3). Sin embargo, en Hechos 11:26 leemos algo sumamente peculiar en la narración.
Mientras que los hebreos religiosos (como fueron los Apóstoles Nazarenos), siempre han insistido en escribir las Escrituras en hebreo (y en ocasión en la lengua hermana, arameo), en la narración se nos dice que los Apóstoles fueron por primera vez apodados en Antioquia, con un término Griego lingüístico:
26 …y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquia. Ma’aseh (Hechos) 11:26
El cristiano promedio lee esta información sin parar a pensar y debemos de hacer una pauta aquí. La Palabra de Elohim fue confiada a los judíos (los hebreos religiosos y devotos):
1 ¿Qué ventaja tiene, pues, el Judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? 2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente que les ha sido confiada la Palabra de Elohim. Romiyim (Romanos) 3:1-2
Elohim confió Sus Escrituras únicamente a aquellos de habla Hebrea que demostraron gran celo por Su Pacto; a nadie más. Además, no hubo profecía alguna que esta elección cambiaría a la venida de Yeshúa.
Si uno cree en la divina inspiración de las Escrituras, entonces es obvio que nada en ellas está escrito para simple entretenimiento. Nada fue escrito en la Palabra por puro accidente, o para rellenar. Por el contrario, las Escrituras son inspiradas y cada palabra está escrita por una singular y perfecta causa.
Entonces, en el caso de Hechos 11:26, ¿cuál es la causa? ¿Por qué se nos dice que estos discípulos Hebreos, celosos de la Torah, que nunca aprendieron otro idioma fuera de las lenguas utilizadas en la sinagoga: hebreo y arameo (y catalogaban los demás idiomas como erróneas corrupciones paganas), serían nombrados con un término lingüístico griego en Antioquia – que ellos hubieran tachado de aborrecible?
La lógica nos dicta que la única razón por la que el Espíritu nos relata que los discípulos fueron llamados con un término Griego, es porque ellos hablaban hebreo y/o arameo; y los escritos del Nuevo Pacto fueron inspirados en hebreo y/o arameo (y que habría de ocurrir una apostasía).
El capítulo Once de Hechos ocurre tal vez diez años después de la muerte, entierro y resurrección de Yeshúa. Si los judíos hubieran hablado en griego en sus vidas cotidianas y si el griego hubiera sido aceptable a sus oídos como el hebreo, entonces los discípulos se hubieran apodado así mismos ‘Cristianos’ antes de llegar el capítulo Once de Hechos.
La Congregación del Occidente nos informa que el griego era la lengua común del día en Judea del Primer Siglo; pero eso contradice a la historia. Josephus habló griego, pero solo porque había sido educado como un aristócrata. Su educación era superior a la de los judíos promedio de sus días, y aunque [él mismo dice que tradujo al griego sus propios escritos originales en hebreo], nos dice también que era uno entre muy pocos judíos que podían leer algo o escribir ese lenguaje; y él mismo no tenía la habilidad de hablarlo con fluidez. Josephus escribe:
Aquellos de mi propia nación reconocen que yo conozco mucho más en cuanto a los judíos; también trabajado arduamente para aprender griego, para comprender lo elemental del idioma Griego, aunque siempre he estado acostumbrado a hablar nuestro idioma, al grado que no puedo pronunciar el Griego con verdadera exactitud; ya que nuestra propia nación no aprueba que aprendamos lenguajes de otras naciones, y el hablar otros idiomas se considera vulgar. (Flavio Josephus, Antigüedades Judías, Libro 20, Capítulo 11, párrafo 2).
Si aún el sabio aristócrata Josefo tenía dificultades para poder exactamente pronunciar el Griego (a pesar de haberse esforzado en aprenderlo), ¿cómo podemos creer que pescadores sin educación que fueron los apóstoles Nazarenos, pudieron haber tenido el tiempo o la inclinación de aprender a hablar Griego? ¿Y por qué escribirían sus epístolas en ese idioma? ¿Se espera que creamos que los Nazarenos escribieron sus epístolas en un lenguaje que ni hablaban, ni leían, ni escribían (y que consideraban repugnante)?
¿Acaso no es más inteligente considerar que los Judíos sin educación (los que observaban su religión), los Apóstoles escribieron sus epístolas en los únicos lenguajes que ellos conocían; los cuales eran los lenguajes usados en la sinagoga y que son el hebreo y/o el arameo?
Los judíos siempre han dicho que las Escrituras son propiamente escritas o leídas en su original y divina lengua el hebreo y/o su lengua semítica relacionada, el arameo. Por esta razón, el hebreo y el arameo siempre han sido los únicos idiomas oficiales de la sinagoga.
Recordemos que los Nazarenos eran judíos (en el sentido religioso de la palabra), para comprender que si ellos querían que sus epístolas fueran leídas en voz alta en las sinagogas, entonces esas epístolas debían ser escritas en hebreo o arameo. Si las hubieran escrito en griego, sabían que nadie las tomaría en cuenta y nunca serían leídas en voz alta.
Ahora bien, el hecho de que las cartas de los Apóstoles fueron escritas en hebreo y/o arameo, no prohibió su inmediata traducción al griego. De hecho, hay evidencia que sugiere que el médico Lucas pudiera haber sido quien tradujo las epístolas de Shaúl al griego; y así la traducción pudo haberse hecho casi de inmediato
La mayoría de los Rollos del Mar Muerto (que datan del Primer Siglo), fueron escritos en hebreo y/o arameo. Solamente una pequeña fracción de los rollos fueron escritos en griego, lo que (junto con los escritos de Josephus) aclara categóricamente que el griego no era la lengua franca (el idioma común y cotidiano) de los tiempos de Yeshúa. De hecho, la mayoría de los sabios ahora aceptan que el arameo era la lengua de uso en Galilea en esos tiempos y que los Apóstoles hablaban una versión galilea del arameo, llamada ‘arameo sirio’. Desde luego, el hebreo continuó siendo el lenguaje principal en las sinagogas y el Templo y por esta razón, era posiblemente hablado por toda Jerusalem.
Es ampliamente reconocido que Yeshúa y sus Apóstoles hablaban Arameo Sirio. Los dos lenguajes son diferentes, pero los que hablaban una de estas lenguas, podían entender la otra (principalmente porque ambos idiomas se aprendían como lenguajes de las sinagogas). Siendo esto así, también se explica porqué los que hablaban hebreo en Jerusalem, de inmediato detectaron y apuntaron a Kefa por su habla aramea, identificándolo como uno de los discípulos de Yeshúa, con tan solo escucharlo hablar:
Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Kefa: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo y tu manera de hablar es semejante a las de ellos. Yohanan-Marcos 14:70
También notamos que no es coincidencia que la Congregación del Oriente ha tenido una versión del Nuevo Pacto desde tiempos antiguos. La doctrina de la Congregación del Oriente relata que sus ancianos recibieron su Nuevo Pacto en Arameo, directamente del Apóstol Kefa (Pedro). No es posible verificar si lo recibieron de él, pero si existe un manuscrito del Nuevo Pacto que ha estado en uso continuo por siglos.
A pesar de que Yeshúa y la mayoría de sus Apóstoles probablemente hablaron el arameo (porque eran Galileos), varios de la Ancianos de la Congregación (Papias, Ireneo, Origen, Eusebio, Epifanio, Jerónimo, y demás) nos dicen que el Apóstol Mateo (quien era de Jerusalem), primero escribió su epístola en hebreo y luego fue traducida a otros lenguajes:
Mateo compuso las palabras en el dialecto Hebreo y cada quien tradujo como tenían habilidad. (Papias, 150-170 EC, Mencionado por Eusebio, Eccl. Hist. 3:39)
Y:
Mateo produjo también un evangelio escrito entre los hebreos en su propio idioma. (Ireneo, 170 EC, Contra las Herejías 31)
Y:
El primer (Evangelio) está escrito por Mateo, el mismo que fue antes recaudador de impuestos, pero se volvió emisario de Yeshúa el Mesías, quien habiéndolo publicado para los creyentes Judíos, lo escribió en hebreo. (Origen, aprox. 210 EC, mencionado por Eusebio en Eccl. Hist. 6:25)
Existen otros ejemplos; pero lo que observamos es que Mateo era de Jerusalem, de manera que su lengua nativa tenía que ser hebreo, y la de los otros Apóstoles era Arameo Sirio, porque eran de la región de Galilea.
Y otra razón para refutar la idea de una inspiración griega es la de los Ancianos de la Congregación, Clemente de Alejandría, Eusebio y Jerónimo también nos dicen que el Apóstol Shaúl originalmente escribió su epístola a los hebreos en hebreo y no en griego:
El (Clemente de Alejandría) asegura que la epístola a los Hebreos fue escrita por Pablo, para los hebreos, en la lengua hebrea; pero que fue cuidadosamente
traducida por Lucas y publicada entre los griegos. (Clemente de Alejandría, Hipótesis Mencionado por Eusebio en Eccl. Hist. 6:14:2)
Y:
El (Pablo) siendo hebreo escribió en hebreo, o sea en su propia lengua y con gran fluidez; y lo que era elocuentemente escrito en Hebreo, se volvió más elocuente en el Griego. (Jerónimo, 382 EC ‘Vidas de Hombres Ilustres’ Libro V)
Existen otros ejemplos, más por ahora preguntémonos: ¿Por qué alguien de lengua nativa hebrea (como Shaúl) escribiría una epístola a los Hebreos en griego? La idea no tiene sentido; especialmente cuando manuscritos antiguos del Nuevo Pacto existen en el arameo que los Apóstoles hablaron, y ha estado en uso continuo desde tiempos antiguos.
Otro punto importante, es que los escritos del Nuevo Testamento contienen perfecta armonía gramatical (fluyendo sin tropiezos) en el hebreo y/o arameo, pero se leen con asperezas como malas traducciones en el griego. Un pequeño ejemplo es, que comenzar una oración con las palabras ‘Y’ o «Pero» es gramaticalmente incorrecto en el Griego. Sin embargo esa misma práctica es correcta tanto en el hebreo como en el arameo.
Hay muchos otros ejemplos que aclaran que una inspiración griega no es factible. A la Congregación, por otro lado, le gusta apuntar a un pasaje en Mateo como prueba de que éste libro fue escrito en griego. Lo cual es interesante ya que aún los Ancianos de la Congregación nos aseguran que Mateo fue originalmente escrito en hebreo; veamos ese pasaje en cuestión:
15 (Yeshúa) les dijo: Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Elohim viviente. 17 Entonces le respondió Yeshúa: bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi congregación y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mattithyahu (Mateo) 16:15-18
El nombre Kefa en Griego es Petros. Por otro lado, la roca sobre la cual Yeshúa edificaría su asamblea es la palabra Petra. Si aceptáramos una inspiración griega, sólo para tratar con ese argumento, este preciso pasaje no apoya la idea de una sucesión apostólica papal. Lo que en realidad relata es que Yeshúa está edificando Su asamblea sobre la roca (Petra) de la revelación que procede del Padre, para saber quien es Yeshúa (ver versículo 17).
El que la Congregación pretenda que existe una Sucesión Apostólica es simple tontería, aún en el idioma griego. Pero usa el falso argumento de un juego de palabras griegas (Petros/Petra) para tratar de probar que el Nuevo Pacto fue escrito en griego. Ese argumento se va abajo cuando encontramos un juego de palabras en el antiguo Shem Tov (Buenas Nuevas) en Hebreo de Mateo, en el cual la palabra que describe piedra es ‘even’ y la palabra usada para edificar, que es ‘evneh’:
18 Y yo también te digo, que tú eres Kefa (even), y sobre esta roca edificaré (evneh) Mi asamblea y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (Matithyahu) Mateo 16:18
Se encuentra un juego de palabras similar en la traducción DuTillet Hebrea de Mateo, en la que la palabra Kefa es masculina y la palabra roca (Kefah) es femenina:
18 Y yo también te digo, que tú eres Kefa, y sobre esta roca (kefah) edificaré Mi asamblea, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mattithyahu (Mateo) 16:18
Hay muchos más ejemplos que verifican que la inspiración de las Escrituras fue dada en hebreo y/o arameo.
Uno de los más grandes mitos cristianos, es la inspiración griega del Nuevo Pacto. Fue un mito necesario, porque al enseñar a la gente que las lenguas divinas ya no eran importantes, las Buenas Nuevas pudieron ser tan ampliamente esparcidas y con gran rapidez.
Fue una gran bondad demostrada por Elohim, el permitir a los gentiles y los helenizados regresar a Su Pacto, sin dejar de hablar sus idiomas paganos. La habilidad de convertirse con tal facilidad, permitió que muchos más vieran el camino libre para adoptar la creencia cristiana en Yeshúa (que a fin de cuentas, les ayudó a recibir el corazón de la Ley, que es lo primordial).
Mas ahora, la fase de la historia cristiana está llegando a su fin. Al Efraím comenzar su regreso, Elohim está llamando a Su pueblo para que camine todavía más apegado a Él, abrazando no sólo Su Pacto, sino también Su eterno y divino idioma.
Yosef ben Rúaj