¿Qué dice Juan 1:1, realmente?
En primer lugar, ¿debe traducirse la palabra griega “logos” en Juan 1:1 como “el Verbo” o como “la Palabra,” como se hace en inglés (the Word)?
El problema con relación a este punto es el siguiente: El término griego lógos en Juan 1:1 es un sustantivo masculino. El término “word” en inglés no tiene género, no es masculino ni femenino. Pero en español el término “palabra” es femenino. Es perfectamente correcto traducir Lógos en Juan como “la Palabra” pero este término español es femenino, por lo tanto el otro sinónimo en español, “el Verbo,” es más apropiado porque es masculino, y significa exactamente lo mismo. Palabra y verbo es lo mismo en español, son sinónimos. El asunto es que lo que se hizo carne no fue una palabra, una expresión, una afirmación que salió de la boca del Creador. Lo que se hizo carne fue un Ser, un personaje, un Hijo de Yahwéh, un Ben-Yahwéh que existía en el cielo como un Ser Divino semejante a Yahwéh. A ese ser ya se lo conocía en los círculos rabínicos pre-mesiánicos como el Mémra en arameo, o el Davár en hebreo (Davár es masculino también en hebreo). Así, pues, no se trata de una palabra literal sino de un Ser que se humanó. A ese Ser se le llama «la Palabra» en forma metafórica. Él no es una palabra, cuando lo llamamos así estamos empleando una metáfora. Siendo que ese Ser es un Hombre (porque se hizo hombre y vino a ser el Mesías), pienso que es más apropiado llamarlo, en términos de Juan 1:1, el Verbo porque éste es un término masculino, y significa lo mismo que “la palabra.” Sin embargo, no tendría ningún reparo en utilizar el término “la Palabra” en lugar de “el Verbo;” es un asunto técnico solamente. Pero hasta ahora no veo que el término “Palabra” sea más apropiado que el término “Verbo” para designar al “Varón de dolores.”
En cuanto a la interpretación de qué es lo que significa el uso que hace Juan de ese término, es obvio que Juan lo está utilizando en el mismo sentido en que lo utilizaban los antiguos rabinos: para designar una manifestación angélica, a la que también llamaron «Metatrón». El tema de Metatrón ya lo hemos tratado en nuestra Revista Menorah, pero sí podemos decir aquí que Metatrón y el Memra de la antigua teología hebrea es el mismo ser que se hizo carne y vino a ser el Mesías Yahshúa.
Esto no tiene nada que ver con el dogma romano de la Trinidad. Metatrón, o Memra, o el Mesías, nunca formó ni pretendió formar parte de una Trinidad. Podemos demostrar que el dogma trinitario es una invención de los teólogos católicos romanos, el cual tomaron prestado de la antigua trinidad pagana de los babilonios y lo legaron como herencia a los teólogos protestantes. Sobre esto nos ilustra abundantemente el Dr. Hislop en su libro Las Dos Babilonias, donde él demuestra que mucho antes del nacimiento de nuestro Mesías ya existía en la India y otros países la creencia en una trinidad de dioses paganos. Hislop nos demuestra que esa doctrina pagana de la trinidad influyó enormemente en el desarrollo del concepto católico sobre la Deidad. Y hoy todo el mundo cree que esa doctrina es bíblica; pero no lo es. La doctrina bíblica nos habla de un sólo «Dios», solo, único, no triple ni doble ni múltiple.
Ahora, en cuanto a lo que realmente dice Juan 1:1:
Cuando dialogamos con alguna persona que cree en el dogma de la Trinidad, generalmente nos dice: “Pero ¡Juan 1:1 dice que Jesús es Dios?” Y cita el pasaje de la versión Reina-Valera, que dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”
Es obvio que hay un error de traducción en este pasaje, porque como está redactado es una gran contradicción. Vamos a descubrir dónde radica el error de traducción en este pasaje. Vamos a ver ahora el verso tal como reza en el texto griego de donde se hacen las todas traducciones. Siendo que no todos los lectores tienen la fuente griega, vamos a transliterar el texto griego. Dice Así:
En arjé en ho lógos, kay ho lógos en pros ton theón, kay theós en ho lógos.
Se sabe ya, y los eruditos están de acuerdo, que el Nuevo Testamento no fue escrito originalmente en el idioma griego sino en hebreo, o probablemente en arameo, un idioma hermano del hebreo. Estos dos idiomas son tan parecidos como lo son el español y el portugués.
Pero desgraciadamente las traducciones corrientes no se hacen de los escritos originales del llamado «Nuevo Testamento» sino de traducciones griegas, que son copias de copias de copias de copias, de copias...
El problema es que al hacer copias de copias se introdujeron errores en el texto de esas traducciones griegas. Un error importante es que se añadieron palabras, frases, y hasta oraciones completas que no estaban anteriormente en las copias griegas más antiguas. Este error lo tratamos en la segunda parte. El primero es un error de traducción en Juan 1:1.
Si usted usa la versión Reina-Valera, leerá ahí:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
En esta traducción errónea del texto se basan dos errores fundamentales en el cristianismo:
1. Algunos concluyen de esa lectura que si el Padre es Dios y el Verbo es Dios entonces ambos forman parte de una llamada Trinidad (añadiendo el espíritu santo) en la que cada uno de sus componentes es Dios pero no hay tres Dioses sino un sólo Dios, dicen ellos.
2. Otros dicen que si el Padre es Dios y el Verbo es Dios, siendo que no puede haber dos Dioses, entonces hay que concluir que el Padre y el Verbo son una y la misma persona; y si se añade que el espíritu santo también es Dios, tampoco puede ser otra persona aparte sino que entonces tanto el Padre como el Verbo y el espíritu santo no son tres Personas divinas sino una y la misma persona que se ha manifestado en tres formas distintas, primero como Padre, luego como Hijo y luego como Espíritu Santo.
Estas dos teorías contradictorias les parecen correctas a distintas personas. Primeramente vamos a ver por qué ninguna de esas teorías es correcta desde el punto de vista bíblico, y luego veremos por qué no pueden ser correctas desde el punto de vista racional y lógico.
En primer lugar vamos a demostrar que lo que dice la versión española de Reina-Valera no es lo que dice el texto griego. En segundo lugar vamos a ver qué dicen los expertos en cuanto a lo que dice el texto griego de Juan 1:1.
Para que nadie piense que inventamos cosas a nuestra conveniencia, presentamos aquí una transcripción del texto griego de Juan 1:1, con una traducción interlineal palabra por palabra, según el Nuevo Testamento llamado Diaglotón Enfático, de Benjamín Wilson, edición de 1942.
En arjé en ho lógos
En principio era el Verbo
kai ho lógos en pros ton theón
y el Verbo era con el Dios
kai theós en ho lógos.
y un-dios era el Verbo.
Para entender por qué la traducción de Reina-Valera es incorrecta vamos a ver primeramente qué es lo que dice exactamente el texto griego. Analicemos el texto griego ya citado según el Nuevo Testamento interlineal de Benjamín Wilson:
Note que la palabra theós aparece dos veces: primero con el artículo definido tón (el), cuando se refiere al Padre, y luego sin artículo definido, cuando se refiere al Verbo. La diferencia entre una palabra griega con artículo y la misma palabra sin artículo es significativa e importante para entender correctamente el texto griego.
La gramática griega (al igual que la española) nos enseña que cuando un sustantivo como éste va sin artículo definido es un sustantivo genérico, mientras que si lleva el artículo es un sustantivo específico. Por lo tanto la traducción de Wilson es gramaticalmente correcta: «El Verbo estaba con el Dios, y el Verbo era un dios.»
Sin embargo hay una manera más correcta todavía de traducir esta frase, siendo que la palabratheós significa no solamente dios sino que también significa divino. Veamos:
En arjé en ho lógos
En principio era el Verbo
kai ho lógos en pros ton theón
y el Verbo era con el Divino
kai theós en ho lógos.
y divino era el Verbo.
Nótese que al traducir theós como «divino» la oración muestra su sentido más genuino y verdadero: «El Verbo estaba con el Divino, y el Verbo era divino.»
Esto está en perfecta armonía con la gramática griega que nos dice que cuando un sustantivo como éste va con artículo definido es un nominativo de identidad, mientras que sin artículo definido es un nominativo de cualidad. Es decir, el primer theós (con artículo) está describiendo a la Persona con quien estaba el Verbo, mientras que el segundo theós (sin artículo) está describiendo la cualidad divina del Verbo.
Esto lo presenta hermosamente la Biblia en inglés que se llama The Revised English Bible(La Biblia Inglesa Revisada), que dice:
«In the beginning the Word already was. The Word was in God’s presence, and what God was, the Word was.»
Lo cual se traduce:
«En el principio la Palabra ya estaba. La Palabra estaba en la presencia de Dios, y lo que Dios era, la Palabra lo era.»
Esa es una manera muy novedosa e ingeniosa de traducir este pasaje, considerando que los traductores de la REB son trinitarios. Lo que está diciendo el pasaje es que la Palabra (o el Verbo) era de la misma cualidad divina de Aquél a quien se llama aquí «el Dios.» No está diciendo que son la misma persona, ni dice que son iguales, sino solamente dice que ambos comparten una cualidad divina.
Ahora, esto lo vamos a ver más claro cuando cotejemos el texto hebreo. Cada vez más eruditos se están convenciendo de que el Evangelio fue escrito originalmente en hebreo, y no en griego. De manera que es importante cotejar cómo diría este texto en hebreo.
Citamos a continuación la versión hebrea del Nuevo Testamento editada por la «Sociedad para Distribución de las Sagradas Escrituras a los Judíos»: (Léase de derecha a izquierda.)
(La traducción interlineal es nuestra) Debe notarse que aquí se usa el título elohím y no el nombre Yahwéh, como citan algunos incorrectamente. Lo mismo que en griego, en el hebreo aparece el sustantivo elohím primero con el artículo definido ha (el), y luego sin artículo definido. Igualmente, la gramática hebrea nos enseña que cuando un sustantivo va sin artículo puede entenderse como sustantivo indefinido y también como adjetivo. Así que es perfectamente correcto decir que el Verbo estaba con «el Poderoso» y el verbo era también «poderoso.» (Véase la Gramática Griega de Dana y Mantey.)
Ha de notarse también que en español la palabra «verbo» y el término «palabra» son sinónimos y se pueden usar indistintamente. Algunos gustan de recalcar que el término «verbo» implica acción. Pero aquí no; aquí el término «verbo» es simplemente sinónimo de «palabra.» De hecho, la versión original de Casiodoro de Reina, la llamada Biblia del Oso, usa aquí el término «palabra» y no «verbo.»
En armonía con esto, la versión en inglés llamada An American Translation, por Smith y Goodspeed, dice:
«In the beginnig was the Word, and the Word was with God, and the Word was divine.»
«En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era divina.»
Esta traducción es perfectamente posible y adecuada por lo que ya hemos explicado sobre la función del artículo definido, es decir: Siendo que la primera ocurrencia de theós va con artículo, es un sustantivo personal, un título, y se aplica al Padre; mientras que la segunda vezelohím aparece sin artículo y por lo tanto es un adjetivo. De manera que la traducción más adecuada es la que se hace en el “Nuevo Testamento” llamado Las Escrituras Mesiánicas, que dice:
«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con el Poderoso, y el Verbo era poderoso.»
Así que no se habla aquí de dos Yahwéhs, ni dos Dioses, ni dos personas que forman una Trinidad con el Espíritu Santo. Esas especulaciones no son más que teorías trinitarias forzadas para probar una doctrina básica para el cristianismo: el Dogma Católico de la Trinidad. ¿Católico? ¡Sí, católico! Aunque usted no lo crea, si usted es trinitario es un buen católico, pues ese dogma es católico. Para más amplia información, véase nuestro libro El Misterio de la Trinidad.
— Yosiyahu