NOTAS SOBRE EZEKIEL 34 - 40
Nos gustaría que nos diera una explicación más amplia sobre la profecía de Ezequiel capítulo 39. —A. G., Aguada, Puerto Rico
Para responder adecuadamente a las inquietudes de estas estudiosas de las Escrituras no es suficiente con analizar Ezekiel 39. En Ezekiel hay varias cadenas proféticas que no necesariamente son cronológicamente consecutivas. Pero los capítulos del 34 al 40 inclusive constituyen un segmento profético más o menos consecutivo, con un poco de traslapo (o sea, que algunos elementos se repiten de diferentes maneras en el segmento profético).
Para no hacer muy extenso este estudio, no voy a citar todos los versículos pertinentes sino sólo algunos. El lector deberá tener su Biblia a la mano para ir cotejando los versículos a media que los citamos. Citaremos de la versión Cantera-Iglesias por ser ésta una versión bastante literal y fiel al texto hebreo. (El nombre correcto de Ezequiel es Yehezkél pero lo citamos por ahora con la grafía tradicional.)
Ezekiel era un kohén, un sacerdote levítico, Actuó como profeta (nabi) para Judáh hasta el año 571 antes de la Era Común. O sea, que él presenció la destrucción de Jerusalem en el año 587. Su mensaje se dirige fundamentalmente a los exiliados, pero también le preocupa la suerte de su patria, Érets Yisrael. De manera que prácticamente todas sus visiones y profecías se refieren de diversas maneras a la restauración de su nación Israel después de la destrucción de ésta por parte de Babilonia. Hasta el capítulo 33, Ezekiel dedica sus mensajes básicamente a predecir la caída y devastación de Israel así como de otras naciones en derredor.
CAPÍTULO 34
Del verso 1 hasta el 11, Ezekiel habla en nombre de “Adonay Yahvéh,” en primera persona (v. 2), con una reprensión para los “pastores de Israel.” Esto no se refiere a los pastores de la cristiandad, como muchos asumen (aunque a muchos les aplica de igual manera). Este era un mensaje para los dirigentes, políticos y religiosos, del Israel del tiempo de Ezequiel.
En el verso 12 Yahwéh hace una afirmación profética contundente: “Como un pastor que pasa revista a su rebaño... así Yo pasaré revista a mis ovejas y las libraré de todos los lugares por donde se dispersaron...” Y así sigue un hermoso mensaje de amoroso cuidado para Israel de parte de Adonai Yahweh. (Este título combinado es favorito de Ezequiel.)
Entonces en el verso 23 introduce un elemento que muchos han visto como profético del Mashíaj. Algunos rabinos de la antigüedad han visto esa mención de David como una alusión al Mashíaj del linaje de David. Cuando Ezequiel escribe esto David hacía mucho que había muerto. El resto de este capítulo es una clara alusión a los tiempos mesiánicos al fin de los días; por lo tanto es razonable esperar que ese David se refiera al Mashíaj. Aunque no se puede descartar que sea David el padre de Salomón, quien habrá resucitado para entonces, porque en el verso 2 se le llama “príncipe” mientras que al Mashíaj generalmente se le llama rey, el Rey Mashíaj.
CAPÍTULO 35
¿Por qué se inserta en este segmento profético una predicción de la caída de Edom, representado por el monte Seír (un monte en Edom)? Es sabido que en el judaísmo se interpreta a Edom como representativo de la cristiandad. En esa línea, vemos cómo en realidad la cristiandad ha venido a ser, con el verso 3 y 4, “desolación y soledad.” ¿Por qué este “Edom” ha merecido semejante castigo? (v. 5): “Por cuanto has experimentado un odio secular y has entregado a los hijos de Israel en poder de la espada en tiempo de su infortunio.” Note los versos 9 y 10: “A desolación eterna te reduciré... por cuanto has dicho: ‘Las dos naciones y los dos países serán míos, tomaremos de ellos posesión.”
¿Ha tomado la cristiandad posesión de Judáh e Israel alguna vez? Sí literalmente cuando Gran Bretaña fue dueña de Palestina por tanto tiempo, cuando el cristiano Hitler se adueño de más de seis millones de almas judías y las exterminó, y simbólicamente por cuanto la cristiandad se ha arrogado el derecho de llamarse Israel.
De manera que esta caída de la cristiandad ha venido precisamente cuando Israel es restaurado a su tierra, desde el 1948. Quien dude esto observe cómo las iglesias de la cristiandad se están haciendo cada vez más “judías,” con danzas judías, con símbolos judíos, usando nombres hebreos y hasta con algunas nuevas enseñanzas aprendidas del judaísmo. Eso es sólo un síntoma de la caída espiritual de la cristiandad como tal; millares de personas en esas comunidades se sienten vacías y andan en busca de nuevo alimento espiritual. ¿Y a dónde acuden? Al judaísmo. En el momento en que escribo esto, me dice mi esposa que por televisión están entrevistando a un judío llamado Elvin Yitzják, que tiene un restaurante judío en el pueblo de hatillo, Puerto Rico. El animador del programa, un artista cristiano llamado Yoyo Boing, expresó cuánto había aprendido sobre costumbres judías mediante la presentación de Elvin. Es que esto es como una levadura que leuda toda la masa (¿Recuerdan a un Maestro judío que usó esta frase?)
CAPÍTULO 36
El mensaje del capítulo 36 se dirige “a las ruinas devastadas y las ciudades abandonadas, que han sido botín y objeto de ludibrio del resto de las naciones de alrededor,” (V. 5) Y el mensaje es básicamente un mensaje de consuelo y restauración del pueblo a su tierra de Israel Este capítulo ya se cumplió en el año 1948 y siguientes. Pero el capítulo más significativo de nuestro estudio es el siguiente, el 37.
CAPÍTULO 37
No tenemos el espacio para analizar todo el capítulo. El lector deberá leer todo el capítulo 37 para que pueda captar la fuerza de nuestro análisis del mismo, el cual limitaremos a unos pocos versículos.
En los versos 1 y 2 Ezequiel es llevado por “un espíritu” (el espíritu de Elohim tal vez, o un ángel), en visión, a una vega, o valle, lleno de huesos secos. En los versos 3 al 6 Yahwéh le dije a Ezequiel que le profetice a los hueso secos. En los versos del 7 al 12 se desarrolla el drama de la resurrección de aquellos cuerpos muertos. Y en el verso 13 Yahweh mismo interpreta la visión y le da su significad a Ezequiel. Muchos predicadores cristianos leen este pasaje y lo aplican a la resurrección de los muertos en el Mesías al final de los tiempos. Pero no fue así como Yahweh la interpretó. En los versos 12 al 14 Yahweh dice que él sacaría a su pueblo de sus tumbas y lo llevaría a la tierra de Israel. ¿Se refiere a tumbas literales de donde levantaría a los muertos de su pueblo? Sabemos que no es así en base al siguiente segmento, el de las dos varas, y su interpretación que Yahweh mismo da.
Del verso 15 al 20 Yahweh ordena a Ezequiel tomar dos varas en la mano, una con el nombre de Judáh (y sus israelitas aliados, los levitas y binyaminitas), y otra con el nombre de José (que representa a Efráyim, toda la Casa de Israel, sin Judáh). Y en el verso 19 Yahweh promete que la restauración de su pueblo no sería en dos naciones, como antes, sino en una sola nación unida (como es en el día de hoy). Y en el verso 21 Yahweh da finalmente la interpretación de la visión de los huesos secos y de las dos varas que se fusionan, diciendo: “Así dice Adonai Yahvéh: He aquí que voy a retirar a los hijos de Israel de entre las naciones a donde emigraron [esas son sus tumbas], y los congregaré de todo alrededor, y los conduciré a su suelo.” En los siguientes versículos Yahweh promete el reinado de David restaurado y un Templo restaurado en medio de su pueblo, Templo del que habla en abundancia en el capítulo 40 y siguientes.
Habiendo trazado sucintamente el desarrollo profético de los capítulos en cuestión, veamos ahora cómo la visión de los huesos secos implica que la restauración de Israel no se haría en un momento sino en tres etapas. Volvemos al capítulo 37:
Verso 7: Ezequiel profetiza sobre los huesos secos, y se oye un ruido, y un estrépito, según se juntaban los huesos unos con otros. Esta es la primera etapa, cuando Inglaterra declara a Palestina el hogar de los judíos expatriados y empiezan a fluir judíos por millares de millares desde todas las naciones donde estaban. Esta es la etapa de reunión inicial.
Verso 8: “Miré y he aquí que los cubrían tendones, y crecía la carne, y extendíase sobre ellos la piel , por encima, pero carecían de espíritu..” O sea, que ya no eran esqueletos, ahora eran cuerpos completos con todos sus órganos, pero sin espíritu. Un cuerpo sin espíritu ¿qué es? Un cadáver. El Rabino Yahshua dijo con referencia a su venida: “Donde esté el cadáver, allí se juntarán las águilas.” Obviamente se estaba refiriendo a Israel, que se encuentra ahora mismo en la segunda etapa, la etapa de cadáver. Es un pueblo, está ahí, pero no tiene aún el espíritu de Yahwéh.
Versos 9 y 10. Ezequiel profetiza al espíritu ordenándole venir de los cuatro vientos y soplar sobre los cadáveres, “y penetró en ellos el espíritu y se reanimaron, y púsose en pie un ejército grandísimo,” (v.10). Entonces Yahweh mismo interpreta: “Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que dicen: Nuestro huesos están secos, se ha desvanecido nuestra esperanza.” Esta declaración indica que el Israel del que se habla aquí es un pueblo constituido de gente viva, no se trata de muertos literales, se trata del pueblo de Israel que estaba en cautiverio en Babilonia y otras naciones. Y esta es la tercera etapa, todavía futura, cuando el Eterno infunda su espíritu en el pueblo de Israel y lo reviva como en tiempos de antaño, y lo afirme, unificado bajo el gobierno del Rey Mashíaj, el hijo de David.
Algunos dicen que Israel no ha sido restaurado todavía según las profecías. Pero es que no han comprendido el mensaje de este capítulo. Es verdad que Israel no ha sido restaurado en toda su plenitud, pero ha sido restaurado en su primera etapa, la etapa física y material. Sólo falta su restauración espiritual bajo el gobierno del Mashíaj judío.
Pero antes de que se pueda cumplir todo ese drama de restauración total, tiene que darse la destrucción de los enemigos de Israel. Y aquí entramos a los capítulos 38 y 39.
CAPÍTULOS 38 Y 39
Estos dos capítulos son una unidad con el mismo tema. Muchos han interpretado a Gog como que representa a Rusia, porque el verso 2 del capítulo 39 lo ubica en los confines del norte. Puede ser correcto, pero hay otros pueblos que quedan al norte de Israel, entre ellos los sirios, quienes hasta el día de hoy están en pugna con Israel por las Alturas de Golán. El verso 4 es una clara indicación de que se trata aquí de una coalición de naciones. Yahwéh dice que él los llevará sobre la tierra de Israel para destruirlos ahí. Desde el verso 11 hasta el 16 se predice que los israelitas estarán siete meses enterrando cadáveres de los ejércitos destruidos en esa gran batalla final.
¿Cómo se debe entender el pasaje de Ezequiel 38:18?
El pasaje en cuestión dice: “En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Yhwh el soberano, subirá mi ira y mi enojo.”
Esta profecía sobre Gog hay que entenderla a la luz del contexto en que se da. Ese contexto comienza básicamente en el capítulo 36 del mismo libro. En algunas ediciones de la Biblia el capítulo 36 se titula “Restauración futura de Israel,” el capítulo 37 se titula “El valle de los huesos secos,” y el 38 “Profecía contra Gog. Estos tres capítulos son una secuencia histórico-profética.
En el capítulo 36 el Eterno promete restaurar a Israel en su tierra: “Y yo los tomaré de las naciones, y los recogeré de todas las tierras, y los traeré a su país,” (v. 24).
En el capítulo 37 el Eterno dice la manera en que realizará esa restauración mediante el símbolo de un montón de huesos secos que se restablecen como cuerpos humanos y resucitan, concluyendo: “He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra... y nunca más serán dos naciones,” (vs. 19-22). Es obvio que esta parte se ha cumplido ya en la restauración de Israel en su tierra en el año 1848 siguientes. Aunque en este capítulo hay elementos mesiánicos que no se cumplirá sino hasta cuando venga el Mashíaj (como los versos 24-28).
Y entonces viene en el capítulo 38 la profecía sobre Gog. Muchos han identificado a este Gog como el país de Rusia, basados en el verso 2 que dice: “Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.” Asumiendo que los nombres de las ciudades rusas de Moscú y Tobolsh son solo corrupciones de los nombres Mesec y Tubal. Yo no niego esto ni lo afirmo, sólo lo comunico. Pero una cosa parece cierta en todo esto, que Gog ha venido a ser una figura apocalíptica, simbólica del príncipe de los poderes enemigos de Israel, que al final de los tiempos combatirá al pueblo del Eterno, pero que serán derrotados finalmente por el Mashíaj.
Tomando en cuenta que el capítulo siguiente, el 40, habla sobre el futuro Templo de Yahweh, podemos inferir que los versos 18 a 23 del capítulo 37 son una descripción apocalíptica de un suceso que está todavía en el futuro, “en aquel tiempo.”
De nuevo, el Gog de Magog que se menciona en Revelación 20:7 al 9 es obviamente un símbolo de todas las naciones fuera del pueblo elegido. Según ese pasaje profético se le dará al Satán una breve oportunidad, al final del reino milenario, de salir a las naciones a engañarlas, naciones que son como la arena del mar. Algunos de entre las naciones serán engañados, tratarán de combatir el campamento de los santos en Jerusalem, y serán destruidos con fuego del cielo, como lo fueron Sodoma y Gomorra.
Sobre el capítulo 20 del libro de Revelación hay muchísimo que decir. Pero no lo toco en este momento porque estoy preparando un artículo más extenso sobre dicho capítulo para muchos que me han preguntado. Sólo estoy en espera de recuperar un diagrama perdido sobre la cronología de los eventos finales para la llegada del Mashíaj.
Déjenme decir esto: Si Irak, con su dictador Sadam Huseín, y las naciones árabes de alrededor entendieran lo que les espera, no estarían combatiendo constantemente y de diversas maneras a la nación de Israel. Lo que les espera no es nada bonito de mencionar ni agradable de imaginar. Una destrucción como la que se describe simbólicamente en estos capítulos es una destrucción total con resultados permanentes, o sea que esas naciones dejarán de ser. Los que pintan al Mesías como un ser amoroso incapaz de destruir a nadie no conocen la obra final del Mesías en esta tierra. Será una obra de destrucción masiva de las naciones impías que combaten contra su pueblo. Para quienes creen que la batalla final en el valle de Har Meguidó se trata de una batalla espiritual, aprendan la lección de Yahoshúa (Josué). ¿Cómo eliminó Yahweh a las naciones impías que habitaban Canaán para darle esa tierra a Israel? ¿Acaso usó a los ángeles? Todos saben muy bien que el mismo pueblo de Israel fue el instrumento de destrucción de Yahwéh. Y el Mesías no hará menos cuando le toque realizar su obra, “su extraña obra.”