La Torre de Israel
 Vigilante hebreo



CÓMO DISCERNIR "LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS"

"Cuando es la tarde del día, ustedes dicen: Sereno; porque el cielo está enrojecido. Y a la mañana: Hoy hay tempestad; porque está rojo encendido el cielo pero triste. Hipócritas, que saben hacer diferencia en la faz del cielo; ¿y en las señales de los tiempos no pueden?" (Mateo 16:2, 3)

   


     Cuando nuestro Maestro y Salvador nos habló de "las señales de los tiempos" se refería a los sucesos mundiales que  indicarían que nos acercaríamos al tiempo del fin. Más adelante mencionó como ejemplos de esas señales: grandes cataclismos en la tierra y grandes conmociones de la humanidad, epidemias y toda clase de males sociales. Nos dijo que cuando pensemos que todo está bien en el mundo, entonces vendrá destrucción repentina en muchos lugares. Podemos discernir las señales de los tiempos si observamos los sucesos diarios en las naciones y comparamos con las profecías de las Sagradas Escrituras.
     Es claro que las noticias en la radio, la televión y los periódicos revelan un deterioro progresivo en todas las sociedades del mundo. Las películas del cine, los programas de television, la radio y otros medios de comunicación han sido secuestrados por individuos corruptos obsesionados con el sexo, la pornografía, la chabacanería y la vulgaridad en todas sus fases. Y nadie parece darse cuenta, la gente sigue viendo y escuchando toda esa basura que envenena la mentalidad de los niños y de todo el mundo. Esta ola arrolladora de maladad y vulgaridad está formando generaciones nuevas que viven sin valores auténticos, sin pudor, sin respeto a los ideales ni a la gente decente.
     ¿Y qué pueden hacer los que se niegan a aceptar la corrupcíón tan rampante en nuestra sociedad moderna? Podemos hablar, escribir y dialogar sobre estos temas con los que podamos alcanzar. Pero sobre todo hay que comenzar por alejarse uno mismo de tales tendencias corruptoras del alma humana. Podemos dejar de ver la chabacanería y la vulgaridad que se proyecta en tantos programas de televisión. Podemos enseñar a los niños a alejarse de esas tendencias perversas. Podemos abstenernos de proveer a los niños los medios de involucrarse en esos espectáculos degradantes de la televión y del cine y de la internet y aun de los juegos electrónicos.
     Y hay algo que no podemos o no debemos hace: No podemos darnos el lujo de no hacer nada. No podemos quedarnos callados. No podemos dejar que nuestros hijos sean víctimas de la propaganda sexual pervertida, de la creciente ola de violencia en el mundo; y de las nuevas filosofías mundanas de que todo está bien, que nada es malo, que con amor se puede hacer todo lo que uno queira hacer. Las cárceles seguirán llenandose de nuestros hijos y familiares si no hacemos nada. Los centro psiquiátricos seguirán abarrotándose de nuestros seres queridos si no hacemos nada.
     No podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiarnos a nosotros mismos. No podemos educar a nuestra nación entera, pero podemos educar a nuestros hijos y familiares. No podemos influir en todo el país, pero podemos influir en nuetros cículos más cercanos y nuestras amistades. Pero para eso se necesita valor, determinación y una buena base desde la cual operar. Y esa base, estimados amigos, es la Sagrada Escritura, la Biblia. Podemos comenzar hoy a estudiar seriamente ese sagrado Libro y tomar en serio sus enseñanzas eternas.
     Finalmente, quizás con esto no podremos salvar al mundo, ni siquiera a nuestra nación; pero si podemos salvar a nuestros hijos, al menos, estaremos realizando un obra que ciertamente producirá frutos para la eternidad.

José Alvarez Rivera
Cayey, Puerto Rico
www.sendaantigua.net
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