Curso de Biblia
Lección 18
¿Por qué necesitamos un Mesías?
1. Muchas personas hacen a menudo la pregunta: “¿Por qué necesitamos un Mesías? ¿Por qué hablamos de la venida del Mesías?” Esta pregunta la hacen escépticos y también personas piadosas con un sincero deseo de saber la respuesta.
2. Casi 3,500 años han pasado desde que el pueblo de Israel se hizo por primera vez una nación. Durante esos largos siglos los judíos devotos generalmente acariciaron la promesa divina de la venida del Mesías. La razón por la que encontramos que se enseña en los Targumím, en el Talmud, en los Midrashim y en los Libros de Oración es porque la establecieron en las Sagradas Escrituras Moisés y los profetas. Hoy, en esta era de amplio rechazo de la ley y el orden, prevalece mucho escepticismo aun entre nuestro pueblo judío concerniente a la promesa mesiánica en la Palabra del Eterno.
No es extraño que la gente pregunte: “¿Por qué necesitamos un Mesías?”
El Mesías, Hijo de David
3. Los maestros hebreos que prepararon el Libro de Oración original en los días de antaño registraron algunas notables expresiones de esperanza en la venida del Mesías.
“Haz florecer prontamente el Linaje de tu siervo David, y que su gloria sea exaltada por tu ayuda, porque esperamos tu liberación todo el día.” –Daily Prayer Book, págs. 90,206 (Traducción al inglés por Phillip Birnbaum y publicado por la Hebrew Publishing Co., Nueva York: 1949).
4. Otra expresión semejante de deseo por el advenimiento del Mesías se declara así en el Yigdal:
“En el fin del tiempo Él enviará a nuestro Mesías para salvar a todos los que esperan su ayuda final. Elohim, en su gran misericordia, revivirá a los muertos; bendito sea su nombre para siempre.” –Id., p. 14.
¡Qué maravilloso sería si todo nuestro pueblo judío creyera en, y hablara de, la venida del Mesías con tanta premura como hablaron los escritores originales de este pasaje del Libro de Oración!
5. He aquí otra expresión del anhelo en nuestro pueblo por la venida del Mesías:
“Que sea tu voluntad, oh Yhwh nuestro Elohim y Elohim de nuestros padres, que guardemos tus leyes en este mundo, y seamos así dignos de vivir para ver y compartir la felicidad y la bendición en los días mesiánicos y en la vida del mundo venidero.” –Idem. págs. 134,540.
Esa afirmación establece la antigua doctrina bíblica de que el Mesías vendrá y que recompensará a los fieles con vida, felicidad, y bendición eternas en el mundo venidero.
El Mesías Trae Salvación
6. Los maestros de nuestro pueblo judío a través de los siglos han creído en la venida literal del Mesías. En el Authorized Prayer Book, edición revisada, por el Dr. Joseph Hertz, antiguo Rabí Principal del Imperio Británico, se nos dice:
“La salvación del israelita individual está indisolublemente ligada con la salvación de Israel; y a través de Israel, con el triunfo de la justicia en la venida del Reino Mesiánico...
“Para la abrumadora mayoría de la Casa de Israel en cada generación, la Esperanza Mesiánica ha significado la creencia en la venida del Mesías (lit. ‘el Ungido’) –una personalidad exaltada, sobre quien descansará el Espíritu de Adonáy.” –Página 254 (Bloch Publishing Co., Nueva York: 1948).
El Mesías Salvará a Su Pueblo
8. La siguiente declaración del Talmud muestra lo que un distinguido Rabí de hace mucho tiempo creía concerniente a la venida del Mesías:
“Rabí Yojanán dijo: Cuando veas una generación siempre menguando, espera por él [el Mesías], como está escrito: Y al afligido salvarás...Rabí Yohanán dijo: Cuando veas una generación abrumada por muchos problemas, espéralo [al Mesías], como está escrito: Cuando venga el enemigo como torrente, el Espíritu de Yhwh levantará una bandera contra él, lo cual es seguido por: Y vendrá el Redentor a Zión [Isaías 59:19,20].” –Sanhedrín 98a (vol. 2, p. 663 de la Edición Soncino del 1935).
9. Así que es muy cierto que todos nuestros padre judíos recalcaron la creencia en la venida del Mesías para salvar a su pueblo. Ellos sabían que el Mesías sería una gran personalidad y que vendría para derribar las fuerzas del mal y gobernar al mundo con un cetro de justicia.
* “En el principio creó el Poderoso los cielos y la tierra.” “Y vio el Poderoso lo que había hecho y, he aquí que era muy bueno.” Génesis 1:1,31 (J)
¿Cómo creó este mundo el Eterno? Lo creó muy bueno. «Elohim hizo al hombre recto.» Eclesiastés 7:29 (J). No había pecado en el universo hasta la rebelión de Lucero. Él fue arrojado a la tierra con los ángeles malos que se habían unido a su rebelión. Así encontramos que Satán y sus huestes estaban en este mundo listos a incitar al hombre a pecar.
10. Lucero, habiéndose rebajado a sí mismo para venir a ser el diablo llamado Satán, tentó a Eva en el Huerto del Edén, y sobre su tentación leemos en la Toráh:
* “Ahora bien, la serpiente era la más astuta de las bestias del campo que Yhwh Elohim había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Elohim ha dicho que no coman de todo árbol del huerto? Y la mujer le dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto de los árboles del huerto; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto Elohim ha dicho: No comerán de éste, ni lo tocarán, para que no mueran. Y la serpiente le dijo a la mujer: Ustedes no morirán ciertamente; porque Elohim sabe que el día en que coman de él se les abrirán los ojos y ustedes serán como dioses, conociendo el bien y el mal. Y cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer... tomó de su fruto y comió, y le dio también a su esposo con ella, y él comió.” Génesis 3:1-6 (H).
La Serpiente: Mediun de Satán
11. La serpiente era originalmente una criatura notable. La Biblia dice que era más astuta que cualquier otra criatura animal que Elohím había creado. Satán escogió esta criatura como su medium mediante el cual engañar a Eva. Él había esperado hasta que ella estuviera sola. Cuando ella llegó al árbol del conocimiento del bien y del mal, allí estaba la serpiente en el árbol. En aquel tiempo no lucía como lucen las serpientes hoy día, porque no fue sino hasta después que Elohim la maldijo que empezó a arrastrarse sobre su vientre.
Cuando Eva pasó junto al árbol, oyó la voz y vio la serpiente. Ésta le habló y le dijo: «¿Conque Elohim les ha dicho que no coman de todo árbol del huerto¡» Note la respuesta de Eva:
* «Podemos comer del fruto de los árboles del huerto; pero del fruto del árbol que está en el medio del huerto, Elohim ha dicho: No coman de él, ni lo toquen, para que no mueran.» Versos 2, 3 (H).
12. Según Génesis 2:17 (J), el Creador había dicho a Adam y a Eva: «Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no coman de él; porque el día que coman de él ciertamente morirán,»
La última parte del pasaje dice literalmente: “Porque en el día de tu comer de él, muriendo morirás.”
En el Midrásh Rabbáh, sobre Génesis, capítulo 16, sección 6 (vol 1, p. 131), encontramos la declaración de que “[Esto implicaba] muerte para Adam y Eva, y muerte para sus descendientes.” La nota editorial al calce número 5 en la misma página comenta:
“Esto se deduce de la duplicación del verbo, la cual como de costumbre se entiende como una extensión.”
¿Qué significa esto? No significa que morirían inmediatamente después de comer la fruta prohibida sino más que bien un gradual deterioro de las fuerzas de vida llevaría al proceso del envejecimiento. Hasta que pecaron por desobediencia al Poderoso, Adam y Eva tenían libre acceso al árbol de la vida y su fruto, el cual era un antídoto contra la enfermedad y la muerte. Así podían disfrutar de un perpetuo florecer de juventud, vigor, y buena salud eterna. Pero cuando fallaron en pasar la prueba de lealtad al Creador, fueron expulsados del hogar edénico, y unos kerubim fueron puestos para guardar el acceso al árbol que daba vida (Gén. 3:22-24). Por este medio el Creador hizo imposible que el hombre viviera para siempre en su condición pecaminosa y fuera un perpetuo agente del mal.
Así, por su negación a obedecer la ley moral del Creador, dada para la preservación y perpetuidad del bienestar de la raza humana, el hombre perdió el derecho a la vida eterna. La muerte es segura, como consecuencia natural del pecado y también como último castigo por la persistente impenitencia.
Ahora la pregunta de primordial importancia es esta: ¿Cuál es el remedio para el pecado? ¿Cómo puede el hombre reconquistar la incalculable herencia que fue suya por la creación y perdida por el pecado?
Aquí es donde el rol del Mesías forma parte esencial de la intervención divina para salvar al hombre de su condición perdida. Por el estudio de las Sagradas Escrituras nuestros devotos maestros en épocas pasadas entendieron mejor que lo que la mayoría de nosotros se imagina el significado de la venida del Mesías prometido. Estamos viviendo, según la profecía bíblica, en el tiempo del fin –el período que precede a la venida del Mesías para reinar en gloria sobre la tierra. Más pronto de lo que muchos piensan, vendrá.
Sin embargo, antes que pueda recobrarse el Paraíso perdido, tenemos que hacer nuestra parte en prepararnos para tener un lugar en el Reino del Mesías. Para hacer esto, tenemos que entender cuál debe ser nuestra apropiada relación con él y con el Poderoso.
Acerca del tiempo del aparecimiento del Mesías, el Soberano ha dicho:
* “En ese día, dice Yhwh, congregaré a la que cojea, y reuniré a la extraviada, y a la que he afligido; haré a la que cojea un remanente, y a la extraviada una nación; y Yhwh reinará sobre ellas en el Monte Zión desde entonces y para siempre.” Miqueas 4:6,7 (J).
Ahora usted dice: “Yo quiero ser un ciudadano de ese reino eterno del mundo venidero.” ¡Magnífico! A medida que lea el resto de este estudio, entenderá lo que el Poderoso requiere de nosotros para que seamos ciudadanos de ese reino eterno.
13. Sabemos por el estudio de la Toráh, como también el resto de las Sagradas Escrituras, que la violación de las leyes morales del Todopoderoso es pecado, desobediencia al Poderoso. Por eso es que en el Día de la Expiación, la sangre del chivo de Yhwh, como se relata en Levítico 16, se derramaba para hacer expiación por los pecados de Israel. Esa sangre era llevada por el sumo sacerdote al lugar santísimo del Santuario (el Templo) y salpicada allí siete veces delante del Arca de la Alianza. ¿Por qué? Porque dentro del Arca se guardaban los Diez Mandamientos grabados por el dedo del Poderoso mismo en dos tablas de piedra –la misma ley que el pueblo había transgredido. Así el pecado es transgresión de la ley del Todopoderoso.
¿Por qué era necesario una expiación? Porque la muerte es el castigo en el que incurre el pecador al transgredir la Ley divina. Hemos visto que ese fue el castigo incurrido por Adam y Eva cuando pecaron. Es el castigo en el que incurre cada persona cuando transgrede la ley del Todopoderoso. “El alma que pecare, esa morirá.” Ezequiel 18:4,20 (J).
Eso significa que todos los hombres están bajo la condena de muerte, “porque no hay hombre que no peque.” 1Reyes 8:46; 2Crónicas 6:36. “Porque no hay un hombre justo sobre la tierra que haga bien y no peque.” Eclesiastés 7:20 (J).
Pero tenemos un Poderoso que es grande en amor y misericordia para con sus hijos que yerran. A Moisés en el Monte Sináy Yhwh le proclamó:
* “Yhwh, Yhwh Poderoso, misericordioso y clemente, paciente, y abundante en bondad y verdad; que guarda misericordia hasta la milésima generación, que perdona la iniquidad y la transgresión y el pecado; y que de ninguna manera quitará la culpa...” Éxodo 34:6,7 (J).
Esa declaración registrada en la Toráh muestra que el Todopoderoso, en su amor y misericordia, ha provisto un medio por el cual puede perdonar al pecador y todavía ser justo al hacerlo. El Todopoderoso le dio a Moisés una detallada ilustración del plan divinamente señalado para la salvación del pecador arrepentido. Lo consideraremos en las próximas páginas.
14. Cuando Adam y Eva pecaron, se hallaron inmediatamente desnudos, privados de la vestimenta de inocencia con la cual estaban vestidos en su estado original de inocencia y santidad. Después de llamar a cuentas a la pareja culpable por su desobediencia y de prometerles que en el futuro la simiente de la mujer le propinaría un golpe de muerte al adversario a cuyo dominio se habían sometido, “Yhwh hizo para Adam y para su esposa vestimentas de pieles y los vistió.” Génesis 3:2 (J).
Esta primera mención de “pieles” en la Biblia indica que algunos animales habían sido sacrificados para proveer una cobertura para ocultar la desnudez y vergüenza de los primeros transgresores humanos de la ley divina en el mundo.
Más tarde Caín y Abel, los primeros dos hijos de Adam y Eva, vinieron a adorar delante de Yhwh. “Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Yhwh. Y Abel, también trajo de las primicias de su rebaño y de sus cebados. Y Yhwh aceptó a Abel y su ofrenda; pero a Caín y su ofrenda no aceptó.” Génesis 4:3-5 (J).
La ofrenda de Caín fue rechazada, mientras que la de Abel fue aceptada. ¿Por qué? ¿Qué significaba aquel antiguo ritual de sacrificios de animales? Encontramos que lo observaron Noé, Abraham, Isaac, Jacob, y Job, y más tarde, en una escala más extensa y elaborada, lo observó Israel. ¿Cuál era el propósito de él? He aquí la explicación:
15. Como se dijo antes, la penalidad por el pecado es la muerte. Al transgredir la ley del Todopoderoso, el hombre pierde su derecho a vivir. El antiguo ritual de sacrificios servía como una lección objetiva para dar a conocer, por medio de una ilustración, el plan divino para salvar al pecador arrepentido del castigo y el poder del pecado. Por cuanto la muerte es el castigo por el pecado, la vida del pecador se le tiene que requerir para cumplir las demandas de la justicia divina. De ahí que el sacrificio del cabrito o del cordero traído y ofrecido como ofrenda por el pecado ilustraba la expiación hecha por la provisión redentora del Todopoderoso para la salvación de todo pecador arrepentido. Acerca de la reconciliación, se nos dice:
“Se relaciona con la expiación, es decir, soportar el pleno castigo por la ofensa, y con satisfacción, es decir, suministrar un pleno equivalente legal por el mal ocasionado.” –The Universal Jewish Encyclopedia, vol. 1, p. 601, art. “Atonement.”
Pero ¿cómo el sacrificio de un cabrito o de un cordero y el rociar su sangre delante de la ley violada del Todopoderoso le suministra “un pleno equivalente legal por el mal ocasionado”?
Un distinguido rabí de mente aguda ha dicho: “Es muy difícil para nosotros entender cómo el rociar la sangre, y el humo de la grasa animal que se quema, puede influenciar la voluntad de Elohim... Aún más difícil de comprender es cómo la ofrenda quemada posee poder automático de expiación.”
Por cuanto la muerte es el castigo por el pecado, el Soberano dijo acerca del sacrificio animal que “la vida de la carne está en la sangre; y se la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas [sus vidas]; porque es la sangre la que hace expiación por razón de la vida.” Levítico 17:11 (J).
Los sabios de los tiempos Talmúdicos de antaño reconocían este hecho: “Ciertamente la expiación puede hacerse solamente con sangre, como se dice: Porque es la sangre la que hace expiación por razón de la vida.” –Zebahim 6a (págs. 24,25).
Además, en la antigua lección objetiva del sistema de sacrificios animales el derramamiento de la sangre del animal era simbólico. “El sacrificio limpia solamente mediante la sangre que se rocía, y la sangre simboliza la vida del que sacrifica, la cual, si no fuera por la sustitución de la víctima, tendría que ser entregada en expiación por el pecado (Zeb. 61.” –The Jewish Encyclopedia, vol. 10, p. 625, artículo “Sacrifice.”
¿Por que la ofenda de Caín no fue aceptada?
16. Ya debería ser claro que la ofrenda de Caín del fruto de la tierra no fue aceptable para el Todopoderoso. Podía servir como ofrenda de gratitud, pero no como ofrenda por el pecado para expiar sus pecados. No había derramamiento substitutivo de sangre, no había sacrificio vicario de la vida de un animal, en la ofrenda de Caín. Pero lo había en la ofrenda de Abel, y por esta razón fue aceptable para Elohim.
¿Le parece bizarro a usted que el Todopoderoso requiriera que se derramara sangre en el antiguo sistema de sacrificios de animales para la expiación del pecado, que constituía una parte muy importante del ritual de los servicios del Santuario (Templo) en Israel? ¿Es mistificante y desconcertante? ¿Podía un hombre culpable de haber robado y matado a otra persona arrepentirse luego y resolver satisfactoriamente el caso con el Juez de toda la tierra por medio de confesar su culpa y ofrecerle el cadáver de un cabrito o un corderito? Perdonaría una corte moderna de justicia y dejaría libre a un criminal confeso a cambio del cuerpo muerto de un animal doméstico de tan poco valor en el mercado? Tiene que haber algo más en esto.
Es aquí donde el Mesías desempeña uno de sus roles en el plan divinamente señalado para redimir al hombre del pecado.
El verdadero concepto judío
17. Este concepto judío de la expiación vicaria o sustitutiva no es nuevo. “El uso de la sangre en el sacrificio parece seguir un principio de que la sangre del animal es un substituto por las vidas de aquellos que hacen el sacrificio. ‘Se la he dado (la sangre) sobre el altar para hacer expiación por sus almas; porque es la sangre la que hace expiación por razón de la vida’ (Lev. 17:11). Si no fuera por el derramamiento o la aspersión de la sangre animal, creían los antiguos hebreos, ellos mismos serían inmolados. Así la sangre de un animal se untó en los dinteles durante la plaga de los primogénitos, para proteger a los habitantes de la casa contra la muerte (Exo. 12:22).” –The Universal Jewish Encyclopedia, vol. 2, p. 406, art. “Blood.”
En todo sacrificio hay la idea de sustitución; la víctima toma el lugar del pecador humano. El poner las manos sobre la cabeza de la víctima es un rito ordinario por el cual se realiza la sustitución y la transferencia de pecados... El rociar la sangre es esencial a toda ofrenda por el pecado. Al sumergir el dedo en la sangre de la víctima y aplicarla a un objeto sagrado como el altar, el sacerdote restablece la unión entre el pueblo que él representa y la Deidad.” –The Jewish Encyclopedia, vol. 2, p. 286, artículo “Atonement.”
* “Ningún hombre puede en modo alguno redimir a su hermano, ni darle al Poderoso un rescate por él, porque demasiado costosa es la redención de su alma.” Salmo 49:8,9 (J)
No, ni siquiera el más querido de los lazos familiares puede proveer un rescate por el alma del pecador. Aquí se menciona la posibilidad de que un pariente cercano redima a su pariente, pero a la misma vez se descarta. ¿Por qué?
* “El alma que pecare, esa morirá. El hijo no llevará la iniquidad del padre, ni el padre llevará la iniquidad del hijo.” Ezekiel 18:20 (H).
Esto es, ni siquiera nuestro pariente más cercano, por más dispuesto que esté a salvar, puede servir como portador del pecado. ¿Por qué? Sencillamente porque todos somos pecadores. Los mismos pasajes implican que si hubiera alguien que fuera perfecto y sin pecado, el caso sería diferente. Pero cuando se dijo esto no había ni un solo hombre que fuera perfecto y sin pecado.
18. Sin embargo, el Poderoso de Israel ha provisto un Redentor (Goél) para nosotros y prometió desde hace mucho tiempo que él vendría:
* “Vendrá un Redentor (Goél) a Zión, y a los que se vuelven de la transgresión en Israel, dice Yhwh.” Isaíah 59:20 (J).
Note que el Redentor prometido vendría a Zión –al pueblo de Israel; pero no a todos en Israel, solamente a aquéllos que se vuelven de la transgresión. Anteriormente en este estudio hemos mostrado que en el Talmud se enseña que esta profecía de Isaías de que vendría un Redentor a Zión se cumpliría con la venida del Mesías. En un estudio posterior consideraremos la manera en que él redimiría a los penitentes que se vuelvan de la transgresión en Israel. Pero ahora notaremos cuáles son los últimos resultados de Su obra redentora en favor de tales almas arrepentidas. He aquí los resultados prometidos de nuestra redención por él:
19 Y“Los rescataré del poder del sepulcro; los redimiré de la muerte.” Oseas 13:14 (J).
Poco después se dio esta consoladora seguridad:
* “Tus muertos vivirán, juntos con mi cuerpo muerto se levantarán. Despierten y canten, moradores del polvo; porque el rocío es como el rocío de las plantas, y la tierra dará sus muertos ...Porque, miren, Yhwh sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad.” Isaíah 26:9 (H).
Mucho antes de que se escribiera esa promesa, el salmista dijo, en alabanza al Todopoderoso: “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte con tu semejanza.” Salmo 17:15 (H). Así que en el gran día de la resurrección cuando venga el Mesías para reinar sobre su pueblo, todos los redimidos serán restaurados (re-creados por el milagro de la resurrección de los muertos) a la semejanza con su Hacedor.
Así que la esperanza de la resurrección de los muertos en los últimos días es una esperanza bíblica. Se realizará al tiempo cuando el Mesías venga para la liberación final de su pueblo. Esta bendita esperanza ha sido acariciada hasta el fin de sus días por muchos fieles israelitas que ahora duermen en el polvo de la tierra. Esto fue lo que se enseñó en Daniel 12:1,3.
Pero antes de venir en gloria el Mesías reinante a cumplir las promesas de redención, tiene que venir el Mesías sufriente a cumplir las promesas de expiación, según las profecías bíblicas y según lo entendieron nuestros antiguos rabinos. Veremos esto en el próximo estudio.
(Preparado en inglés por: The Israelite Heritage Institute, Versión española de: Editorial Menorah.) |