1. De todos los pueblos en el mundo a ninguno se le puede acreditar el tener una genealogía tan consistente como la de nuestro pueblo israelita. Nosotros le dimos literatura al mundo mucho antes de que nacieran la mayoría de las naciones del día presente. Nuestro pueblo israelita era una civilización organizada antes de que Sócrates se hiciera maestro de filosofía y siglos antes de que Herodoto registrara la historia.
2. El mundo está en deuda con los israelitas, los descendientes de los patriarcas, por su gran contribución a la civilización. A ellos se les encomendaron los oráculos del Todopoderoso. Desde los días en que se organizaron como nación, han preservado las sagradas enseñanzas que se les dieron por inspiración a sus antepasados. Los profetas les encomendaron las Escrituras Sagradas. Multitudes han arriesgado sus vidas por guardar los sagrados tesoros de la Palabra del Todopoderoso, la Biblia.
3. A través de toda la historia, el pueblo israelita ha enfrentado sufrimiento, persecución, y abuso. Desde los días en que Ismael perseguía a su hermano Isaac hasta la generación presente, se los ha insultado, molestado, y perjudicado. Aunque han sido errantes sobre la faz de la tierra durante los últimos 20 siglos, sin embargo una bondadosa Providencia ha cuidado de ellos y los ha preservado, aun en medio de sus infortunadas pruebas y dificultades.
4. Ha habido períodos en los que no han sabido qué hacer o adónde volverse. Como la paloma que envió Noé desde el arca, no han hallado lugar donde reposar las plantas de sus cansados e inquietos pies. Todavía, a pesar de su sufrimiento, ellos le han dado al mundo la más preciosa posesión –La palabra del Todopoderoso, Las Escrituras Sagradas. Muchos escritores y estadistas gentiles reconocen esto como un hecho.
5. En su libro Los judíos en América, Madison C. Peters escribió esta significativa afirmación:
“Los judíos le han dado al mundo el conocimiento del único Dios vivo y verdadero... Nuestra Biblia... fue escrita por judíos. ¿Qué sería el mundo sin la Biblia? Los países que son indisputablemente los primeros y más iluminados entre las naciones son naciones que creen en la Biblia. Donde prevalece la Biblia gobierna la inteligencia. En todo país donde no rige la Biblia, uno encuentra al hombre en una condición semibarbárica. El pueblo más altamente civilizado y más inteligente, las leyes más justas y razonables, las instituciones humanas y caritativas han de encontrarse solamente en aquellos países donde rige la Biblia judía. Donde no hay Biblia no hay libertad. A ella le debemos más libertad y civilización que a cualquier fuente o poder...este libro en el que los hombres cifran sus más queridas esperanzas, y que nos habla de deberes terrenales y nos inspira con reposo celestial y reunión celestial —por este libro estamos endeudados con los judíos.” —Páginas 112, 114, 116 (John C. Winston Co., Philadelphia, PA,: 1905).
6. El Dr. Wm. P. Albright, decano de los Arqueólogos Bíblicos de América, ha declarado: “Los datos históricos bíblicos son exactos hasta un punto que sobrepasa por mucho las ideas de cualquiera de los estudiantes críticos modernos, quienes han tendido consistentemente a errar del lado de la alta crítica.” —La Arqueología de Palestina, p. 229 (Penguin Books Baltimore, Md. 1960).
7. Edward R. Maunder, distinguido astrónomo, ha dicho esto sobre las Escrituras Sagradas:
“Las referencias a los cuerpos celestes en las Escrituras no son numerosas y los tratan como medidores de tiempo o como objetos de alusión devocional, símil poético, o uso simbólico. Pero hay una característica de todas esas referencias a los fenómenos de la naturaleza, que no puede ignorarse. Ninguno de los antiguos se aproximó jamás a los grandes escritores hebreos en elevación espiritual; ninguno los igualó en sublimidad poética; y pocos, si algunos, los sobrepasaron en agudeza de observación, o en rápida simpatía con cada obra del Creador.” —La Astronomía de la Biblia, cuarta edición, p. 8 (Epworth Press, Londres: 1922).
Compuesta de muchos libros
8. El Manual Bené B’rith, editado por Samuel S. Cohén, presenta un cuadro exacto del profundo efecto que han tenido las Sagradas Escrituras sobre la raza humana:
“La Biblia ha sido querida por judíos y cristianos como la fuente final de autoridad en creencia y práctica religiosa y como la guía infalible en conducta moral. Más que ningún otro producto literario, ella ha estimulado los ideales de justicia del hombre y ha despertado sus almas con fe en el Todopoderoso. Aunque no es un libro de texto en ciencia y filosofía, ha dominado la vida intelectual así como ética y espiritual de la humanidad.”
“Por la manera en que se publica usualmente la Biblia, se tiene la impresión de que forma un libro. Un examen de su contenido muestra que consiste más bien de toda una biblioteca de libros judíos, que representan los restos de la antigua literatura de Israel y que cubren un período de más de mil años. El término Biblia se deriva del griego, que significa Libros, y se lo aplicaron primeramente a la literatura sagrada del pueblo israelita los judíos de habla griega en Alejandría.”
—p. 65. (Cincinnati, Ohio: 1926).
9. La Biblia, el “Libro de los libros,” está entretejida en el mismo telar de la civilización moderna. Todo lo que es humano, elevado y noble en el gobierno, la educación y la jurisprudencia modernas se debe directa o indirectamente a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Es esta infiltración de la Biblia en la sociedad moderna lo que distingue nuestros días de los de la Edad Media cuando la Biblia estuvo suprimida y su circulación y lectura estuvieron prohibidas bajo pena de prisión, tortura y muerte. Los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, ahora aceptados universalmente, fueron practicados por los hijos de Israel miles de años atrás, cuando el Poderoso del cielo le mandó a Moisés:
* “Proclama libertad por toda la tierra y a todos sus habitantes.” Levítico 25:10 (J).
10. Los primeros cinco libros de la Biblia, conocidos como la Torah, o Pentateuco, fueron escritos por Moisés hace 35 siglos. Muchos siglos han transcurrido desde que se completó el canon de la Biblia, y todavía la leen, la estudian, la obedecen, y la aman más personas en esta era reputadamente sofisticada, que en cualquier otro período de la historia de este mundo. Otros libros, escritos por hombres no inspirados, pasan pronto de moda y con el tiempo se vuelven obsoletos. Por ejemplo, las disertaciones de Aristóteles o Platón sobre medicina ahora sólo provocan una sonrisa. Aun nuestros modernos libros de texto necesitan constantes cambios y revisiones para acomodarse a los datos siempre crecientes y recién descubiertos. Pero aquí está un libro antiguo que es siempre moderno, un libro con el que están en perfecto acuerdo todas las investigaciones de la verdadera ciencia y los descubrimientos acumulados de 18 siglos.
11. No hay otro libro comparable a la Biblia en lo que se refiere a su origen, historia, preservación, y a la armonía de sus diversas porciones. Esta sorprendente unidad de sus partes componentes constituye una de las más fuertes pruebas de que la Biblia es inspirada divinamente. Para ilustrar:
Supongamos que un número de hombres de diferentes estados fueran a traer cada uno un bloque de mármol, de diferentes tamaños y formas, con un número definido en cada bloque. Y supongamos que después que se ensamblaran estos bloques según sus respectivos números, quedara formada ante nuestros ojos la estatua tallada de George Washington. ¿Cómo pudieron estos hombres, que no tuvieron contacto unos con otros, tallar sus bloques de piedra hasta el tamaño y forma perfectos para producir una semejanza perfecta de Jorge Washington? La explicación es sencilla: una sola mente lo planeó todo, hizo los patrones, dio las instrucciones, distribuyó los bloques, y como cada obrero siguió cuidadosamente las instrucciones, resultó una semejanza perfecta de Jorge Washington.
Influencia de las Escrituras
12. ¡Cuán oscuro y temible sería este mundo nuestro si no fuera por la Biblia. Un mundo sin Biblia no habría conocido la “Regla de Oro”:
* “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Levítico 19:18 (J).
Cuando los profetas de antaño pusieron por escrito estos principios divinos, el mundo pagano de alrededor reconocía una sola ley —la de la fuerza bruta. Si fuéramos a comparar los estatutos de Moisés con las diversas leyes de la antigua Babilonia, Asiria y Egipto, o hasta con algunas de las leyes de tiempos modernos, descubriríamos una sorprendente y chocante diferencia. La ley de Moisés no conocía nada de las torturas practicadas por los romanos, ni permitió aquella ley los igualmente crueles y horribles castigos que han abundado, aun en los así llamados países civilizados, hasta el siglo presente.
La hermandad de los hombres
13. Los principios inculcados por la Biblia son muy saludables. Ideas tales como la paternidad del Creador y la hermandad de los hombres, dondequiera que se crean y se practiquen, tuvieron su origen en las enseñanzas de la Biblia de muchos siglos atrás. El odio racial estaba prohibido por el Todopoderoso, quien dijo:
* “Amen pues al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto.” Deuteronomio 10: 19 (J).
Y otra vez mediante el profeta Isaías:
* “Porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.” Isaías 56:7 (J).
* “¿No tenemos todos un mismo Padre?” Preguntó otro profeta. Malaki 2:10 (J).
Los Diez Mandamientos
14. La ley fundamental del Todopoderoso, los Diez Mandamientos, forma el trasfondo de la mayor parte de nuestra jurisprudencia moderna. La estabilidad de nuestra sociedad, la santidad de la relación matrimonial, los principios de libertad civil y religiosa, el respeto por la conciencia individual en asuntos de religión, la verdad autoevidente de que el Creador hizo iguales a todos los hombres, y los ha dotado de ciertos derechos inalienables, entre los que están la vida, la libertad, y la prosecución de felicidad —todos tienen su origen en los Diez Mandamientos del Todopoderoso, el Decálogo. Éxodo 20.
15. Dondequiera que se realicen actos de misericordia y obras de benevolencia desinteresada para ayudar a los menos privilegiados y a los pobres, usted puede estar seguro de que la Biblia llegó allí primero. La Biblia ha inspirado a los hombres a construir hospitales para ministrar a los enfermos, a fundar orfanatos para dar hogar a los huérfanos, y a establecer hogares para los envejecientes en todo país y clima. La Biblia ha elevado a la mujer a su lugar correspondiente como “ayuda idónea” del hombre, su igual, a ser tratada con amor y respeto.
Leyes que protegen a los pobres
16. Los estatutos y leyes que el Poderoso le dio a Israel reconocían la dignidad del hombre y consideraban la vida humana como sagrada. Estas leyes fueron diseñadas para proteger y ayudar a los pobres y los menos privilegiados.
¿Qué otra nación tuvo jamás una ley que obligue al hombre a prestarle al pobre sin intereses? Vea Éxodo 22:24.
¿Qué otra nación tuvo una ley que le requiere al hombre amar a su prójimo como a sí mismo, le prohíbe abrigar rencor contra él, y prohíbe la malicia, y el chisme y la venganza? Vea Levítico 19:16,18.
¿Qué otra nación tuvo una ley que le da a cada hombre una herencia de tierra, y se la asegura de tal manera que ni el rey en su trono puede quitársela? Esto estaba arreglado de tal modo que aun si él mismo se veía obligado a deshacerse de su tierra, no la podía vender permanentemente, sino que podía redimirla en cualquier momento que tuviera los medios; y si no, al final del período del jubileo sus hijos podían ir y reclamarla como su antigua herencia. Vea Levítico 25:23, 25, 10, 13; y 1 Reyes 21:1-3
¿Qué otra nación, fuera de la influencia de la ley divina, tuvo jamás una religión que reserva sagradamente cada séptimo día de la semana para descansar, y le prohíbe a la gente exigir o permitir a sus siervos o sus bestias hacer algún trabajo servil en ese día? Vea Éxodo 20:8-11.
Como resultado de su respeto por esa ley, a pesar de todos los desencantos y persecuciones que han soportado, los judíos como pueblo todavía mantienen su existencia distintiva. La ley moral del Todopoderoso —Los Diez Mandamientos — es todavía de incalculable bendición para el mundo.
La guía de vida
17. ¿Ha viajado usted alguna vez en automóvil por un país desconocido? Si lo ha hecho, ¿qué consideraba como absolutamente indispensable cuando inició su viaje? Usted dice: “¡Un mapa de carreteras, por supuesto!”
Las Sagradas Escrituras son justamente eso. Son el mapa de carreteras otorgado por el Todopoderoso, diseñado para conducirnos con seguridad a través del viaje incierto y desconocido de la vida. Ellas nos señalan el único camino que conduce al reino del Todopoderoso y a la vida eterna. Dijo David:
* “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” Salmo 119:105 (J).
La Biblia es el único libro de entre los incontables millones de volúmenes que inundan el mundo, que está efectuando tales maravillosas transformaciones en los caracteres y vidas de hombres y mujeres, que ni siquiera los incrédulos y los agnósticos, los escépticos y los infieles, pueden negar o contradecir. Incidentalmente, sépanlo ellos o no, los irreligiosos e impíos mismos se benefician indirectamente del saludable cambio que ha producido la Biblia en las vidas de sus vecinos. Para ilustrar:
Una nave naufragó en una de las islas del Mar del Sur. Uno de los sobrevivientes, un marinero impío, dándose cuenta de que habían sido arrastrados hasta la orilla de una isla de caníbales, sintió que no había esperanza, no había escape para sí mismo ni para el resto de la tripulación. Escaló rápidamente una colina para explorar un poco. Pronto sus compañeros de tripulación lo vieron agitar los brazos en salvaje entusiasmo. Al preguntarle supieron que había visto una casa de adoración. Esto eliminó de su corazón todo temor de canibalismo. Sabían que aquella casa de adoración significaba que su cuello estaba seguro en aquella isla de caníbales.
El joven infiel
Años atrás un joven infiel iba de viaje en occidente con su tío, que era banquero. Se vieron obligados a pasar la noche en una posada rústica a la orilla del camino. Sintiéndose algo ansiosos por su seguridad, se pusieron de acuerdo para que el joven se quedara sentado y vigilara, pistola en mano, hasta la media noche, después de lo cual el tío habría de iniciar la vigilia hasta la mañana.
Había dos habitaciones en la cabaña. El joven se asomó por una rendija en la pared y vio a su anfitrión, un anciano de aspecto rudo, extender la mano hacia un librero y tomar un libro –era la Biblia. Después de leer un rato, se arrodilló a orar. El joven infiel entonces comenzó a desvestirse para acostarse. Su tío se sorprendió mucho y dijo: “Creí que te quedarías despierto para vigilar.” Pero el joven sabía demasiado bien que no había necesidad de quedarse sentado, pistola en mano, para vigilar toda la noche en una cabaña que estaba santificada por la Palabra del Todopoderoso y consagrada por la oración. Dondequiera que las Sagradas Escrituras ejercen su influencia la vida humana está segura.
Desviarse en lo más mínimo de la senda de vida trazada para nosotros pudiera significar nuestra pérdida eterna. Solamente al planificar nuestro derrotero en armonía con las Escrituras podemos estar seguros. Cualquier filosofía de vida o sistema de ética, por más atractivas e invitadoras que sean sus enseñanzas, a menos que se base y esté en perfecto acuerdo con la infalible Guía del Todopoderoso, significará al final la ruina eterna.
Satisface los anhelos del corazón
18. Una de las más fuertes pruebas de la autoría divina de la Biblia es su habilidad de satisfacer las más elevadas necesidades y los más profundos anhelos del corazón humano. En tiempos de angustia y tristeza, cuando olas de desesperación arrecian contra nuestras almas, cuando necesitamos consuelo y solaz, cuando en las tinieblas buscamos a tientas la mano del Todopoderoso, entonces es que nos volvemos al Libro para hallar aliento y consuelo. Cuando las cargas de la vida nos oprimen, el torrente de sufrimiento se desborda de sus riberas, cuando la siniestra segadora derriba a un ser querido, cuando llegamos al valle de sombra de muerte, entonces es que pedimos la Biblia. Y no pedimos en vano, porque no hay ansiedad que moleste el alma, no hay problema ni perplejidad que el verdadero hijo del Omnipotente esté llamado a enfrentar, para lo cual el Padre no haya hecho plena provisión en las Sagradas Escrituras. Para ilustrar:
Cuando las cosas vayan mal, lea Isaías, capítulo 40.
Cuando enfrente una crisis, lea el salmo 46.
Cuando esté solitario y temeroso, medite en los salmos 27 y 56.
Cuando esté enfermo, lea los salmos 91 y 103.
Cuando esté tentado a hacer lo malo, lea el salmo 139.
Cuando haya cometido pecado, lea Isaías 1:18.
Cuando esté de duelo, lea Ezekiel 37:1-14.
Quien quiera que sea usted –independientemente de cuán grande sea su dificultad, problema, tristeza, o duelo –en alguna parte de las páginas del Libro Santo del Omnipotente está la ayuda que usted necesita. Cada capítulo y cada versículo de la Biblia es una comunicación del Creador para los hombres. Si se la estudia y se la obedece, dirigirá al pueblo del Todopoderoso como fueron guiados los israelitas por la columna de nube de día y la columna de fuego de noche. Salomón escribió acerca de las Escrituras:
* “Que no se aparten de tu vista; guárdalas en medio de tu corazón. Porque ellas son vida para los que las hallan, y salud a toda su carne.” Proverbios 4:21 (J).
¿Son de origen humano las Sagradas Escrituras?
19. ¿Puede un libro de tan insuperable sabiduría ser el producto del intelecto solo del hombre? Se dice que cuando Colón vio el río Orinoco, alguien le susurró que había descubierto una isla. Su pronta respuesta fue: “Ningún río como ese fluye de una isla. ¡Ese poderoso torrente tiene que drenar las aguas de un continente!” De igual manera, el Libro de los libros, la Biblia, no proviene de la mente insignificante e inferior del hombre finito, sino que fluye de las profundidades eternas de la sabiduría divina. Es la expresión del plan divino, la transcripción del carácter divino. ¡Es la revelación del Todopoderoso!
Nuestro pueblo israelita puede muy bien sentirse orgulloso de este infinito tesoro que el Omnipotente les encomendó a nuestros antepasados con el cual enriquecer, ennoblecer, elevar, y bendecir a las naciones de la tierra.
Se ha dicho que ningún hombre por más culto que sea, es verdaderamente educado a menos que tenga un completo conocimiento de la Biblia. Continuar viviendo como extranjero para esta Fuente de vida es vivir solamente de nombre.
20. El Omnipotente conoce las necesidades del alma. La pompa, las riquezas, y el honor no pueden satisfacer el corazón. Él dice:
* “Inclina tu oído, y ven a mí; oye y vivirá tu alma.” Isaías 55:3 (J).
Para encumbrados y bajos
Los ricos, los pobres, los encumbrados, los bajos, son bienvenidos por igual. El Poderoso promete aliviar la mente recargada, consolar el corazón sufriente, y dar esperanza al alma desanimada. Muchos están buscando satisfacer sus inquietos anhelos con las cosas del mundo y con la alabanza y la aprobación de los hombres; pero cuando todo se consigue, encuentran que han trabajado solamente para obtener una cisterna rota de la cual no pueden saciar su sed. A todos estos, Yhwh les extiende la invitación:
* “Hey, todo el que tenga sed, venga por agua, y el que no tenga dinero; venga, compre, y coma; sí, vengan, compren vino y leche sin dinero y sin precio. ¿Por qué gastan su dinero en lo que no es pan, y sus ganancias en lo que no satisface? Óiganme diligentemente y coman lo que es bueno, y que su alma se deleite en la grosura.” Isaías 55:1,2 (J).
21. Se cuenta la siguiente historia sobre una viuda que poseía unas pocas cuerdas de terreno árido en uno de los estados del oeste. Su propiedad se consideraba de poco valor, y apenas producía suficiente para su sostén.
Un día los expertos geólogos estaban investigando varios suelos en la vecindad de esa granja y casualmente analizaron una parte del terreno que poseía la viuda. Para sorpresa de ellos descubrieron que contenía uranio, una sustancia de la que se extrae el radio. Entonces investigaron toda la superficie de su finca, y se halló que debajo de aquella tierra estéril hollada por los pies de la viuda durante muchos años, yacían inmensos almacenes de radio con un valor en potencia de millones de dólares. Aquella viuda había vivido en pobreza mientras esas riquezas estaban a su alcance. Así sucede con nosotros y la Biblia.
Comparada con tesoros escondidos
22. Un tesoro inmensamente más grande ha estado en posesión del pueblo israelita por 2,000 años y más. Ese tesoro incalculable es las Sagradas Escrituras. Estos Escritos Sagrados han sido frecuentemente hollados por los pies, por así decirlo; sus mensajes que conmueven el alma a menudo no han sido apreciados y hasta han sido ignorados. Así ha sido a través de los siglos. Cuando personas sedientas de la verdad y la justicia investigaron los escritos de los profetas, descubrieron en ellos los tesoros de sabiduría y conocimiento.
23. Y nosotros, que somos los hijos de aquellos profetas, ¿no vamos a apreciar y obedecer la luz celestial que irradia de los Escritos Sagrados y a satisfacer los deseos de nuestras almas por medio de beber profunda y libremente de esta corriente que apaga la sed? A medida que las profundidades de su sabiduría y conocimiento se imprimen en nuestras mentes y corazones, que nosotros también oremos a Yhwh como el David de antaño:
* “Abre mis ojos, para contemplar las maravillas de tu ley.” Salmo 119:18 (J).
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Todas las versiones bíblicas citadas en este Curso son traducciones judías, con excepción de algunas traducciones directas del hebreo hechas por el autor del Curso.
(Este curso fue preparado en inglés por: The Israelite Heritage Institute. La versión española y la adaptación es de: Publicaciones Menorah.)